Los trabajadores y el pueblo no votaron masivamente… pero también fracasaron los llamados de la oposición de derecha a movilizarse
Seguimos entre la espada (la derecha respaldada por Trump) y la pared (el gobierno de Maduro y sus militares-banqueros[1])
Los trabajadores y el pueblo no fueron a votar masivamente en la falsa Constituyente de Maduro. No había colas en los centros de votación, ni en los barrios populares de la capital ni del interior del país.[2]
Nosotros vimos varios centros, en Guaicaipuro, sector muy popular que tradicionalmente votaba por Chávez. Ahora había poquísima gente.
En la urbanización vecina, donde votan amigos, tampoco había gente. Se votaba en menos de 15 minutos cuando siempre hay que hacer largas colas de dos o más horas para llegar a votar. En vida de Chávez, la gente del barrio y mis amigos pasaban el día entero en una cola para votar.
La centros de votación estaban vacíos… ¡¡y eso que los empleados públicos y los beneficiarios de las “misiones” y de las bolsas de comida del CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) fueron presionados para votar!! Se los amenazó con retirarles esos beneficios, sin los cuales pasarían hambre…
También hicimos contactos vía SMS con varios militantes chavistas. Los centros de votación de ellos también estaban prácticamente vacíos.
En algunas mesas de votación había afluencia. Son pueblos y ciudades donde los electores reconocen a los candidatos como dirigentes chavistas honestos, que prestan atención a los habitantes.
El domingo 30, en Caracas no había ningún negocio abierto. El sábado, la gente hizo enormes colas para comprar comida. Además, el gobierno decretó ley seca. Fue prohibida venta de alcohol desde hace tres días. Hoy unos cohetes oficiales despiertan a todos de 5 a 5 y media de la mañana, para que vayan a votar.
El gobierno también montó un centro de votación de contingencia, en un gran estadio, el Poliedro, para los chavistas que habitan en el Este de la ciudad – la zona más rica– porque pueden ser agredidos en sus centros de votación por bandas y guarimbas de la MUD[2].
Era lógico que los trabajadores y el pueblo no se desplazaran masivamente por varias razones: Sabían que sus votos no cambiarían el resultado final, no había alternativa a los candidatos del PSUV. Tampoco se sabía mucho cómo votar nulo. Sabían que el gobierno ganaría de cualquier manera. Además, los electores en las grandes ciudades no conocen a los candidatos, salvo las dos o tres personalidades mediáticas chavistas de la lista territorial.
Otra razón –fundamental– es el descontento. Es que ha habido un aumento exponencial de la inflación en estas dos semanas pasadas. El dólar del mercado negro subió de 8 mil a 10 mil bolívares, y los comerciantes pegan sus precios al dólar negro. Así todos los productos, hasta los más necesarios, como alimentos y medicinas, han aumentando en las mismas proporciones.
En estos últimos días laborables los bancos no pudieron pagar ni siquiera las pensiones que tocaban a los jubilados. Es que no tenían dinero en efectivo, por la enorme cantidad de billetes que la hiperinflación necesita.
En todo caso, la cifra de más de 8 millones de votantes en el Constituyente, que anuncia oficialmente el gobierno es una mentira evidente. Pero aclaremos que es una mentira tan escandalosa como los supuestos 7.200.000 votos del plebiscito que realizó la MUD, la oposición de derecha, dos semanas antes, el domingo 16 de julio…
Este panorama de la débil concurrencia a votar en la Constituyente de Maduro, lo ratifican muchos otros testimonios, incluso en las filas originarias del chavismo… de Chávez. Así, el conocido sitio Aporrea, en su artículo “Centros electorales casi vacíos en el centro de Caracas” (30/07/201 – 05:08 pm) hace un amplia recorrida de lugares de la capital, donde la votación solía ser multitudinaria en otras épocas, a saber, en los tiempos de Chávez.
Aporrea sintetiza el panorama electoral con dos frases: 1) “En el recorrido emprendido en horas del mediodía se pudo percibir la poca afluencia en los centros de votación visitados…”
La otra frase no tiene menos importancia: 2) “Otro elemento llamativo –dice Aporrea– fue la ubicación de ‘puntos rojos’ donde se podía apreciar a la maquinaria electoral de los partidos oficialistas desarrollando un proceso de ‘registro’ del Carnet de la Patria. Una electora (que pidió no ser identificada) expresaba: «Yo voté y luego me registré, creo que es para verificar que vinimos a votar, hay mucha presión, sobre todo desde los CLAP. A mí me dijeron que si no votaba eso, iba a repercutir negativamente en el CLAP.»”
Aclaremos que el “Carnet de la Patria” es un nuevo DNI electrónico que regulará la compra de alimentos y artículos de primera necesidad… es decir, el acceso a la comida… claro que para los trabajadores y los pobres que no se manejan con dólares… Los ricos –sean escuálidos o chavistas de la “boliburguesía”– están por encima de esos detalles…
Pero lo importante en esta pintura de Aporrea es que las serias presiones en relación al abastecimiento, que se hicieron sobre los sectores, los empleados públicos no dieron grandes resultados, evidentemente.
A la derecha no le fue mejor…
Pero, del lado de la derecha –la MUD– están analizando lo que consideran como una derrota. En la semana que precedió a la votación de la Constituyente, anunciaron la “Toma de Caracas”, primero, y la “Toma de Venezuela”, después, al convocar a dos jornadas de “paros cívicos” y manifestaciones el jueves 27 y el viernes 28 de las semana pasada. Esto parecía el prologo a la rápida caída de Maduro…
Pero tanto las acciones de calle, manifestaciones y guarimbas, como eso dos días de “paro” –en verdad, cierres patronales de empresas y negocios– fueron los más débiles en mucho tiempo… Deberían haber sido la culminación de estos meses de manifestaciones y guarimbas… y fue como si, el globo se desinflase…
Esto generó un clima de desánimo. Luego, la derecha reconoció que “Caracas no respondió”. Hemos escuchado a gente de la derecha, en estallidos de desprecio hacia los sectores populares: “la gente se vende por una bolsa comida”, es lo que dicen.
En el día de las elecciones, el domingo 30, siguieron haciendo eje en las guarimbas, en la denuncia de la represión de la Guarda Nacional, la policía etc., pero, curiosamente, no en la enorme abstención. Para ellos, la abstención cuenta siempre muy poco.
Ni la Constituyente fraudulenta de Maduro ni la oposición “escuálida”. Por una salida independiente obrera y popular
Es una curiosa y compleja situación. La escasa concurrencia a votar en la Constituyente le quita legitimidad. Pero eso no detiene a Maduro y su equipo. Claro que, para seguir adelante, debieron apelar al procedimiento de falsificar el número de votantes, pero en número tan escandaloso que salta a la vista.
Pueden hacerlo porque, simultáneamente, la oposición de derecha demostró en los días previos un “desinfle” notable, agravado por haber anunciado –con la “Toma de Venezuela”– un apocalipsis que no fue. Y esa retracción popular no se reemplaza con “guarimbas” (que generan rechazo por su creciente agresividad) ni con el apoyo de Trump y sus “medidas de castigo”… que de rebote van a potenciar el antiimperialismo… y van a dar a Maduro un perfil “patriótico” que ya venía también desgastado.
¿Por qué se da este contradictorio cuadro? La respuesta es simple y, a la vez, compleja. Políticamente, el escenario aparece polarizado por el gobierno chavista, por un lado, y la oposición derechista de la MUD, por el otro. Pero eso no agota el cuadro. En el medio, existen sectores de masas relativamente amplios que no están –por lo menos firmemente– ni con unos ni con otros. Esto se ha esbozado o manifestado muchas veces, pero nunca con una expresión política propia, independiente (ni menos aun de izquierda).
El desafío de la izquierda revolucionaria y (realmente) socialista es cómo construir una nueva alternativa independiente, que rompa con la nefasta opción entre la burguesía tradicional y sus políticos opositores, como Capriles, López & Cía., y el gobierno de Maduro y su pandilla de nuevos ricos.
Imágenes de los centros de votación vacíos:
Centro de votación Fray Luis de León, Av. Fuerzas Armadas
Centro de votación Los Bomberos, Av. Lecuna
Centro de Votación Luis Razzeti, Casco Central
Centro Electoral Independencia Parroquia Santa Rosa
Punto Rojo frente a Los Bomberos
Punto Rojo frente al Independencia
…………………….
1.- El primer gran ejemplo es Diosdado Cabello, la mano dura del régimen, que sería accionista de cinco bancos. Eso explicaría el laxismo del gobierno con los bancos privados que aprovechan y estimulan la gran inflación de Venezuela, operando negociados con el control de cambios. Entre esos bancos está el que es directamente de los militares, el Banfanb (Banco de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: http://www.banfanb.com.ve/ )
2.- MUD, “Mesa de la Unidad Democrática”, que agrupa a la oposición de derecha.
Rechazar los ataques de Trump, la Unión Europea y sus lacayos latinoamericanos
El imperialismo yanqui, hoy dirigido por Trump, pretende aprovechar esta crisis para golpear en Venezuela en apoyo a sus antiguos servidores, la tradicional burguesía de las “31 familias”, encabezada políticamente por los Capriles. Por eso, está proponiendo una serie de medidas intervencionistas. En esto cuenta con el apoyo de los nuevos gobiernos de derecha, como Temer y Macri, y de otros personajes, como el masacrador que ocupa el sillón presidencial en México y hasta del gobierno del “frente Amplio” en Uruguay.
¡¡Frente a esta situación llamamos al rechazo absoluto e incondicional de cualquier medida que tome el imperialismo!!
¡Sobre esto, no puede haber confusión ni pretexto alguno! No apoyamos a Maduro y su política, que estimamos nefasta, entre otros motivos por facilitar al imperialismo yanqui justificaciones para intervenir!
Pero cualquier medida que tomen Trump (y la Unión Europea) contra Venezuela no será para defender ni la “libertad” ni la “democracia”. ¡Será para restablecer en Venezuela su dominio colonialista!
Por Zoila Mara, desde Caracas para Socialismo o Barbarie, 30/07/2017