Actualmente, en Costa Rica el gobierno de Luis Guillermo Solís, las cámaras patronales y los partidos de los empresarios, libran fuertes ataques contra la clase trabajadora del sector público y privado. Ejemplo de lo anterior, son los retrocesos impuestos a las convenciones colectivas en las instituciones estatales, la instauración de una política de congelamiento salarial, la concesión de los muelles de APM TERMINALS y el inminente despido de novecientos estibadores en los próximos meses, el aumento en la cuota del IVM y tarifas en los servicios esenciales (transportes, gasolina, etc.).
Por otra parte, hay un marcado avance de los sectores conservadores en la Asamblea Legislativa, representados por los partidos fundamentalistas cristianos, cuyas principales banderas son el ataque contra los derechos de las mujeres y la población LGBTI. Lo anterior acontece en medio de un agravamiento de la violencia contra las mujeres en sus diversas expresiones (desde femicidio hasta acoso sexual) y con la exclusión de la población sexualmente diversa en materia de derechos democráticos y acceso laboral.
Todas estas medidas se han visto facilitadas por el acuerdo entre el PAC con el Frente Amplio (FA), partido que se transformó en la izquierda pro-gobierno, alegando la necesidad de apoyar la gestión “progresista” de la administración Solís. Al respecto, basta con recordar las palabras de Patricia Mora, quien se refirió a la ubicación del FA con relación al gobierno en los siguientes términos: “Hemos cargado con las pulgas del Gobierno en muchas decisiones”.
Esto deja en evidencia la concertación del progresismo entre el gobierno del PAC, el FA y las burocracias sindicales, que produjo un retroceso significativo en las luchas en el país, marcando un contraste con la situación política durante la administración de Laura Chinchilla que, en sus dos últimos años, enfrentó enormes movilizaciones y jornadas de lucha que incorporaban a muchísimos sectores sociales con sus respectivos reclamos.
Dado lo anterior, se hace necesario apostar a la construcción de una alternativa socialista y anticapitalista que levante un programa de lucha clasista e independiente del gobierno y cualquier sector burgués, con propuestas organizativas para el conjunto de la izquierda revolucionaria, las dirigencias y bases sindicales clasistas, del movimiento estudiantil, feminista, LGBTI, ambientalista, campesino, etc.
Las burocracias sindicales juegan un rol desmovilizador y sin oposición real a las políticas del gobierno y las patronales, fomentando una fragmentación de las bases sindicales y apostando a las “mesas de diálogo”, orientación que ha facilitado la ejecución de los ataques contra los derechos laborales y las conquistas salariales. Durante las últimas semanas, algunas de estas dirigencias convocaron a paros que, en la mayoría de los casos, se limitaron a marchas de un día y sin perspectiva de continuidad para derrotar el plan de ajuste del gobierno y las patronales.
Estas direcciones sindicales conciliadoras, burocráticas y divisionistas de las luchas, son el principal obstáculo para el desarrollo de la organización de la clase trabajadora. En décadas no han hecho un esfuerzo por revertir el bajo nivel de organización sindical en el país, el cual es marcadamente minoritario y se concentra en el Sector Público, mientras que en el Sector Privado (donde se concentra el 86% de la clase obrera costarricense) prevalece una pesada “Dictadura Empresarial”, que anula todo amago de lucha y organización en este sector.
Por todo lo anterior, la izquierda socialista debe asumir dos tareas fundamentales para avanzar en la organización y reintroducción de la perspectiva socialista entre la clase trabajadora en Costa Rica: construir corrientes sindicales que disputen la conducción de los principales sindicatos estatales a las direcciones burocracias e impulsar la formación de sindicatos democráticos y luchadores en la empresa privada.
Desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) coincidimos en la importancia de revertir la división entre la izquierda, por lo cual iniciamos con los primeros pasos para constituir un Frente de Izquierda Socialista (FIS), con el objetivo de discutir ese programa socialista y anticapitalista con sectores amplios de la clase trabajadora y el conjunto de explotados y oprimidos en nuestro país.
En este sentido, resulta fundamental aprovechar la próxima coyuntura electoral para impulsar las candidaturas del NPS (las cuales se estarán abriendo a otras organizaciones), llamando a todo el activismo a realizar una campaña socialista y anticapitalista en las puertas de fábrica y principales barrios obreros de San José, para disputar estos sectores a la influencia de los partidos de los empresarios, denunciando el carácter pro-patronal de sus candidatos a la presidencia y a diputados, quienes van a gobernar y legislar en defensa de los intereses de los de arriba.
Apostamos a poner en pie un FIS que sirva como herramienta de organización para impulsar la unidad política en las luchas, mediante acuerdos para la intervención en los sectores donde la izquierda tiene presencia: organizaciones sindicales y campesinas, movimiento estudiantil, feminista y LGBT, etc.
La izquierda clasista, socialista y anticapitalista tiene que romper con el sectarismo y plantearse una acción unificada, con el objetivo de luchar por la reinstalación de la conciencia socialista entre la clase trabajadora que, a pesar de su demostrada disposición de lucha y movilizaciones contra los planes gubernamentales e imperialistas, aún está encuadrada a un accionar de resistencia gremialista y/o reivindicativo.
Ligado a lo anterior, es un hecho que la clase trabajadora concibe a las elecciones como el espacio de participación política por excelencia (una de los “éxitos” del Régimen Democrático-burgués costarricense), constituyéndose en la base electoral del bipartidismo burgués tradicional y de las opciones frente-populistas del “Progresismo”.
Todo lo anterior sustenta la importancia de apostar por la construcción de un FIS para las elecciones y las luchas. La disputa por la conciencia y la organización de los trabajadores en la perspectiva socialista debe ser permanente, tanto en sus luchas gremiales cotidianas como en el plano político-electoral.
La puesta en pie de un FIS puede fortalecer a la izquierda en Costa Rica, facilitando el diálogo con cientos de simpatizantes y activistas de izquierda que actualmente se distancian del FA por su reformismo electoralista y su concertación con el gobierno del PAC, pero que no encuentran (o no se sienten atraídos aún) por una alternativa a la izquierda que les permita organizarse y politizarse aún más.
Sabemos que los procesos de coordinación son muy complejos entre la izquierda socialista y anticapitalista, dadas las presiones sectarias que aqueja a las organizaciones pequeñas y conllevó al fracaso de intentos de unidad previos. Desde nuestras organizaciones no queremos repetir esos errores, por lo que optamos por arrancar impulsando algunos acuerdos sectoriales y discutir a fondo nuestras valoraciones sobre la situación política del país y el proyecto del FIS.
Esta experiencia la vamos a seguir profundizando y estaremos impulsando una campaña por la puesta en pie del FIS en las luchas y las próximas elecciones, para discutir con los activistas sindicales, estudiantiles y del conjunto de movimiento sociales clasistas y con afinidad hacia una propuesta socialista y anticapitalista. Además, estaremos discutiendo con otras organizaciones políticas esta propuesta.
¡Por un gobierno de los trabajadores para salir de la crisis capitalista!
¡Por la unidad política y de lucha de la clase trabajadora, la izquierda, el activismo!
¡Por un Frente de Izquierda Socialista y Clasista en las luchas y las elecciones!
Nuevo Partido Socialista (NPS)
Partido Socialista de los Trabajadores (PST)
Por Nuevo Partido Socialista (NPS) y Partido Socialista de los Trabajadores (PST)