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La lucha por el aborto en Brasil
La marea verde capaz de llegar a todos lados
Rosi Luxemburgo
Después de la victoria de la media sanción con respecto a la legalización del aborto en la Cámara de Diputados de Argentina, el movimiento feminista brasileño ocupó las calles en diversas ciudades del país para exigir la legalización del aborto también en Brasil.
La manifestación ocurrió simultáneamente en ciudades importantes del país, como Río de Janeiro, São Paulo, Belo Horizonte, Maceió, Londrina, Santa Maria y Porto Alegre entre otras. Diversos colectivos estuvieron presentes, en Río la presencia del colectivo Finadas del Aborto con los rostros pintados para representar a las mujeres que mueren a causa de abortos clandestinos fue notable.
Sin el aborto legal, Brasil seguirá con una de las mayores tasas de gestación no deseada de la región. Los índices hoy alcanzan un 55%, entre ellos el 17% son de jóvenes aún en edad escolar. Eso a pesar de todo el argumento anti aborto de que existen políticas del gobierno de anticoncepción y educación sexual en las escuelas.
El movimiento feminista brasileño puede ser enorme e ir más allá de su fragmentación. Compuesto hoy por innumerables colectivos y asociaciones de diferentes orientaciones políticas y características, organizados de manera más o menos informal, pero que desafortunadamente no conversan entre sí. Y el principal desafío es su articulación. Reunir en convocatorias unificadas a todas las compañeras que están ocupando cada vez más las calles, es fundamental.
Desde el impeachment de Dilma Roussef se produjo un giro reaccionario que castiga principalmente a las mujeres trabajadoras. Con su política de ajuste, Michel Temer reduce en más de la mitad los fondos para las políticas públicas a las mujeres, situación que hace que cada día más mujeres se reconozcan en las banderas del feminismo. Como vimos en la lucha histórica secundaria de la red pública de enseñanza, dirigida básicamente por ellas, y en la victoriosa lucha contra la propuesta ultra reaccionaria del evangelista Eduardo Cunha de prohibir la venta y uso de la píldora del día después. Las mujeres denunciaron la propuesta y los innumerables cargos de corrupción que pesaba sobre Cunha. Fueron las mujeres en diversos actos, fuera y adentro de la Cámara, las que lograron que cayera la propuesta y también la prisión del machista y corrupto parlamentario.
Derrotar la derecha y el Frente Parlamentario Evangélico en las calles [1]
La actuación del bloque evangélico en la Cámara de Diputados se ha mostrado bastante eficaz en los últimos años, en el marco del endurecimiento del gobierno ilegitimo de Temer contra las mujeres y los LGBT. Con sus mandatos logran avanzar en propuestas extremadamente conservadoras, como la retirada de la palabra “género” en el Plan Nacional de Educación, el proyecto del Estatuto del No Nato, que da derechos civiles a fetos, además de actuar en comisiones que discute cualquier derecho de la comunidad LGBT y de las mujeres.
Pero el peso real de ese sector es mucho menor que el ruido que hacen, ya que representan el 16% del Congreso y toda su fuerza viene de su nivel de articulación. Hacen alianza con varios segmentos conservadores de la política y principalmente con el agronegocio y con el bloque de la Seguridad Pública, o mejor dicho el bloque de la policía. Hacen una verdadera coalición política contra las mujeres y el movimiento LGBT, en la que la iglesia católica como la mayoría en el Congreso, cumplen un papel igualmente criminal.
El principal problema en el caso de los evangelistas, es que los cargos ocupados en el Congreso por ellos no son ocupados por ningún fiel cualquiera, sino por presentadores y autoridades religiosas que poseen canales de televisión y radio, por lo que maximizan su grado de alcance.
Por la vida de las mujeres y por el derecho de decidir
Ninguna mujer se despierta un día y dice “voy a quedar embarazada, sólo para tener la oportunidad de probar un aborto”, fundamentalmente las mujeres buscan el aborto como solución para una situación extrema. Interrumpir un embarazo no deseado en un país tan desigual como Brasil es una cuestión de clase, principalmente cuando sólo una minoría puede desembolsar cerca de dos mil dólares para hacer un procedimiento abortivo sin grandes complicaciones, mientras que la gran masa de mujeres pobres y trabajadoras con el poco dinero para pagar un aborto no pueden contar más que con la suerte para sobrevivir a un aborto clandestino en las condiciones más precarias y degradantes.
Para clasificar un fenómeno como de salud pública se toman en cuenta dos indicadores: causar riesgo a la salud al menos de una parte importante de la población, y ocurrir en cantidades que sirvan de alerta para la comunidad de la Salud y el Poder Público. Dos criterios actuantes en el país, pero que el estado quiere ignorar, como en la mayoría de los países de América Latina. Las organizaciones de salud independientes del gobierno relatan que se realizan anualmente 1 millón de abortos clandestinos. Además de muertes de mujeres, el procedimiento en la clandestinidad resulta en más de 250 mil internaciones hospitalarias por complicaciones por año en la red pública de salud. Lo que demuestra que la legalización, además disminuiría el gasto público en salud.
En el estado brasileño el aborto es permitido por tres causales: en caso de violación, riesgo de vida de la persona gestante o si el feto es diagnosticado con malformación del cerebro. Es decir, el amparo legal es totalmente insuficiente si consideramos que cada dos días, una brasileña (pobre) muere por aborto clandestino y muchas otras son condenadas a la maternidad compulsiva. Además de ser una violación a los derechos humanos y un problema de salud pública, la clandestinidad del aborto está vinculada a la criminalización de las mujeres pobres y, además de las secuelas del aborto, pueden obtener de uno a tres años de prisión si el procedimiento ha sido provocado por la propia persona gestante o con consentimiento de ella, o sea por métodos caseros o en clínicas clandestinas, respectivamente.
¡En Argentina y en cualquier lugar el aborto será conquista de las mujeres organizadas en las calles!
La ex presidenta Dilma Rousseff durante su gestión negoció el derecho a la autonomía de las mujeres por el apoyo de las iglesias evangélicas y católicas a su gobierno. Dilma se comprometió a no presentar ningún proyecto para la despenalización del aborto, el trato fue formalizado por Dilma a través de la “Carta al pueblo de Dios”. Dirigida a los bloques religiosos y autodenominados “pro-vida”. Eso fue suficiente para armar políticamente a ese sector para atacar las conquistas históricas del movimiento y sus futuras luchas.
Dilma al aliarse con las iglesias evangélicas abrió espacio para la creación del proyecto del Estatuto del No Nato. En el proyecto, el bloque evangelista y sus partidarios tratan a la persona gestante como un detalle en sus derechos reproductivos, y da al feto derechos civiles en la medida en que un conjunto de células puede ser considerado “un ser humano concebido pero aún no nacido“. Además, la legislación que hoy protege a las mujeres víctimas de violación sería revocada, resignando a la víctima a una pensión de un salario mínimo a los “hijos” del violador. El mismo tendría el derecho a tener su nombre en el certificado de nacimiento del niño y, a realizar visitas programadas al niño, un proyecto que es de una monstruosidad sin parangón para una mujer víctima de violación.
Ante esta verdadera barbarie contra las mujeres, el movimiento feminista brasileño se está sintonizando con la ola feminista mundial y las brasileñas, la comunidad LGBT, los partidos y las centrales sindicales de izquierda deben ocupar las calles para enfrentar los intentos parlamentarios que discutan temas sobre los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT, haciendo valer su fuerza y su voz por el aborto legal, seguro, en el hospital: por una maternidad libre, voluntaria y responsable, a través de una legislación y sistema de salud público que impida que miles de mujeres pongan sus vidas en riesgo cada año con los abortos clandestinos.
Notas
[1] Link del Frente compuesta por católicos, espiritas y otras en el sitio de la propia Cámara: http://www.camara.leg.br/internet/deputado/frenteDetalhe.asp?id=53658
Por Rosi Luxemburgo, SoB 477, 12/7/18