Masivas protestas en Reino Unido contra la visita de Trump
Fernando Klaus
Trump visitó Inglaterra atravesado por grandes protestas y movilizaciones en el centro político del país. “Paren a Trump”, “No a la tortura, no a Trump”, “No KKK (Ku Klux Klan), no a los fascistas de Estados Unidos”, “Trump no es bienvenido”, “El racismo no es bienvenido”, “Algunas personas son homosexuales, supéralo” y “Trump nazi, lárgate” son algunas de las consignas que distintas organizaciones y personas de manera independiente han llevado a varias ciudades inglesas para manifestarse en contra de la llegada del presidente yanqui. Manchester y sobre todo Londres han sido el epicentro de las movilizaciones. Según distintas fuentes la policía estimó en 100.000 el número de manifestantes, en su mayoría jóvenes, dato no menor. Se confirma una constante, lugar a donde Trump va lugar donde en mayor o menor medida es repudiado.
El gobierno que preside Theresa May ya había tomado cuenta del descontento social que iba a producir el arribo de Trump y arregló los encuentros bilaterales fuera del centro de Londres cuando usualmente se realizan en el palacio de Buckingham y/o en Downing Street. Aun así varios manifestantes se movilizaron, por ejemplo al Castillo de Windsor, a 45 km de Londres, para expresar su repudio. May además debía manejar una situación de conmoción interna dado que al comienzo de la semana pasada dos de sus ministros renunciaron por el plan anunciado en torno al Brexit.
La centralidad política de las protestas tanto en Londres como en Glasgow, Edimburgo y Manchester estuvo ubicada en el carácter racista, misógino, anti feminista y reaccionario del gobierno yanqui. Una movilización anti Trump que además contiene reclamos propios del movimiento de mujeres y de organizaciones de derechos humanos. Incluso el diario The Guardian criticó la vista de Trump y tituló así una de sus editoriales: “Theresa May deja caer su país al invitar al hostil presidente de Estado Unidos. Apoyamos las protestas pacíficas contra su presencia y sus políticas”.
Las movilizaciones se dieron en medio de una potencial crisis política en el Reino Unido marcada por el proceso de salida de la Unión Europea. La reunión bilateral se centró en los posibles pactos políticos y económicos entre ambos países. Lo reconoció la propia May, quien declaró que la salida de la UE era una oportunidad excelente para negociar con Estados Unidos y que no hay alianza más fuerte en el presente y en el futuro que con el mencionado país. Tanto May como Trump tienen elementos políticos en común, el primero es romper por derecha con el concepto ya erosionado de globalización. Trump por su orientación proteccionista, por echarle fuego a todo tratado pactado entre potencias como el Acuerdo de París, la amenaza al NAFTA y los recientes desacuerdos con el G-20. May por su conservadurismo y el hecho de liderar el Brexit. El segundo son las reacciones por izquierda que tienen como punto más importante las distintas movilizaciones a favor de recibir inmigrantes, en contra del racismo y en la lucha por los derechos de las mujeres. Es menester prestar atención también al fenómeno político de Alexandria Ocasio – Cortez, la mujer latina de 28 años que triunfó en las primarias del Partido Demócrata, declarando abiertamente ser socialista, en el distrito de Queens – Bronx en nada más y nada menos que Nueva York.
El acuerdo se puede dar en el marco de dos potencias que siguen un mismo camino. El de cerrar fronteras, el de bloqueo económico internacional, el de nula política social, el de reafirmar el nacionalismo y el de una guerra contra la clase trabajadora. Un curso sin duda reaccionario. A Trump parece no importarle la búsqueda de aliados o los encuentros diplomáticos pero May se encuentra con menos posibilidad de maniobra política, siendo criticada por derecha e izquierda. Por lo tanto un acuerdo con EE.UU sería de significante importancia para darle oxígeno a un clima político cada vez más agitado.
Por Fernando Klaus, SoB 478, 19/7/18