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Derrotar al presupuesto en cada lugar de trabajo
El gobierno consigue media sanción en Diputados con un alto costo político
Al cierre de esta edición la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación aprobó con una mayoría de 138 votos contra 103 la media sanción al Presupuesto 2019. Lo cierto es que Mauricio Macri estaba apurado para poder presentarle al Fondo Monetario tanto una muestra de que el acuerdo alcanzado y el ajuste cuentan con el aval de buena parte del arco político opositor, y también que el mismo gobierno está dispuesto ahacer pasar el ajuste contra los trabajadoresy el movimiento de masas, como se manifestó en la Plaza durante horas, incluso al precio de pagar un alto costo político.Esto constituye un triunfo por parte del gobierno de Cambiemos cuyos alcances aún es prematuro medir. Ya volveremos sobre este tema.
Cuando todos se alinean tras la gobernabilidad de Macri y el FMI
En política todo tiene su medida y sus consecuencias. Lo concreto es que objetivamente al gobierno de Macri no le daban los números, por sí mismos, para poder aprobar este presupuesto acordado con el FMI de espaldas a los trabajadores y al margen de cualquiera instancia democrática o representativa. Este es un brutal presupuesto de ajuste impuesto desde Washington que no tiene más objetivos que los de garantizar el pago de la deuda externa, los beneficios de la timba financiera exacerbada por los distintos presidentes al frente del Banco Central y los grandes negocios de los empresarios relacionados con la energía, la minería y el campo.
Para que este presupuesto sea aprobado hace falta la convivencia de la oposición patronal que le ceda los votos en el recinto y de la burocracia sindical que le garantice el marco político general para que el gobierno pueda imponer sus condiciones. Lo cierto es que el Poder Ejecutivo vino negociando entre gallos y medianoches, durante meses, con los gobernadores del PJ y de los distintos partidos provinciales, la construcción de este presupuesto brutal. La negociación no fue simple, y no porque los mandatarios provinciales se hayan opuesto al pacto con el FMI o a los recortes en las distintas partidas para el año que viene; nada de eso. Nunca en la negociación se pusieron sobre la mesa los intereses de las masas trabajadoras y populares. No, lo único que se negoció es evitar que sean los propios gobernadores provinciales quienes tengan que pagar el costo del ajuste, y que éste sea ejecutado principalmente por el gobierno nacional y por los mandatarios de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. Bajo esta consigna, el ministro del Interior,Rogelio Frigerio, fue hilvanando hilo a hilo junto a los gobernadores este acuerdo que le garantizó el quórum y los votos necesarios para alcanzar esta media sanción. Entre las cooptaciones más resonantes de Frigerio estuvieron los diputados del PJ de San Luis, que responden a Adolfo Rodríguez Saá. El aliado de Cristina en la Cámara alta fue quien les dio la orden a sus diputados de prestar el quórum necesario para que se tratase el proyecto. Cual Judas, después de meses de posar de duro, vendió su apoyo no por 30 monedas de plata, sino por 386 millones para repartir entre sus intendentes y los de Cambiemos. Esta fue la puntada final que le permitió al gobierno anotarse un importante poroto.
Claro que esta negociación también dejó heridos. Ahí está el caso de María Eugenia Vidal y Enrique Larreta, que están trinando por lo bajo porque buena parte del déficit cero dibujado en el presupuesto es a costa de trasladarle el peso de los subsidios energéticos y al transporte a los presupuestos locales y deberán ser ellos quienes den la cara frente a la hora del ajuste. Esto se manifestó en las declaraciones del ministro de Gobierno de Vidal,Joaquín de la Torre, quien apuntando contra Frigerio, declaró que “es un error político dejar a la provincia con menos dinero”, dando de este modo muestras de una crisis interna tanto dentro de la coalición gobernante como del mismo PRO.
La otra pata indispensable para poder explicar esta media sanción es la traición incalificable de la burocracia sindical de todo tipo y color. Principalmente de la CGT y los Moyanos. El caso de la burocracia de los Gordos es realmente un escándalo incalificable, no tienen el menor reparo en enajenarse de cualquier necesidad objetiva por parte de los trabajadores. Nada los conmueve, mientras hay una inflación galopante que amenaza con trepar al 50% y ellos pactaron aumentos por el 25% en cuotas, ahora vienen y confirman que en algún momento de la segunda quincena de noviembre estarían llamando a un nuevo paro general. Una impostura en toda la regla, para esa fecha el gobierno apuesta a ya tener abrochado el grueso del plan de ajuste y el presupuesto y con eso lanzar la campaña electoral de cara al 2019. Por parte del dirigente camionero ya venimos denunciando en nuestra edición anterior que él se jugó a una maniobra desviacionista al montar la mega misa en Luján, que tenía como principal finalidad el organizar la no-lucha contra el presupuesto este 24O frente al Congreso. Si la jornada en Luján el otro día puso de manifiesto la inmensa capacidad de movilización de la burocracia, la estruendosa ausencia este miércoles frente al Congreso dejó a las claras que la consigna de “Pan, paz y trabajo” levantada por los burócratas con la bendición de la Iglesia es una verdadera impostura, puesto que con este presupuesto no habrá pan, ni trabajo y la única paz posible es la de los cementerios.
Por último está el caso del kirchnerismo, que aunque se pronunció y votó contra el presupuesto, su impostura no es cualitativamente menor. En definitiva, la suya es una oposición a Su Majestad en la medida de que ellos fueron uno de quienes más trabajaron en pos de que la bronca acumulada no se salga del molde y ponga en riesgo junto con la gobernabilidad de Macri, su proyecto “Hay 2019”. Gobernadores, diputados, senadores, dirigentes sindicales tradicionales, cada uno con sus métodos y sus objetivos, todos trabajaron en favor de la gobernabilidad de Macri. EL presupuesto de ajuste mandado por el FMI es la consecuencia “natural” de dejar que Macri gobierne a su libre arbitrio.
Pese a todos, la Plaza se hizo sentir
Sin lugar a dudas el gobierno se anotó un punto muy importante con la media sanción en Diputados del presupuesto. De no haber salido esto hubiese significado un duro golpe al plan de ajuste pactado con el FMI y hubiese sumado nuevas señales de inestabilidad a una situación económica que es por demás frágil e inestable. Pero que el gobierno se haya alzado con esta victoria no debe dejar de lado que la misma no se la llevó sin pagar un alto costo político.
Como venimos desarrollando, el gobierno nacional contó con el apoyo de todo el arco opositor para poder gobernar y avanzar en su plan de ajuste. Parte de esto fue que se le apruebe el presupuesto. Lo realmente extraordinario es que pese a que toda la burocracia sindical, o por lo menos sus principales dirigentes, hicieron todo lo posible para que le 24O no existiera. Pese a que inventaron misas en Luján, prometieron paros en noviembre y sobre todo pese a que no movilizaron a nadie, lo cierto es que antes de que se desatara la represión, la Plaza estaba colmada de manifestantes.
Junto con la izquierda se vieron a gremios de estatales, hubo docentes, sindicatos que se movilizaron principalmente con sus “cuerpos orgánicos”, movimientos sociales de cooperativistas y desocupados. Fue una importante concentración que se sobrepuso a todas las trabas que le levantaron desde todos los sectores políticos y sociales y que dejó en evidencia que hay una importante reserva de fuerzas sociales para enfrentar y derrotar este plan de ajuste.
Fue esa concentración la que obligó, una vez más, al macrismo a reprimir y reproducir, aunque en escala más reducida, escenas semejantes a las de diciembre de 2017. Si bien el montaje de la represión e incluso los elementos de provocación al frente de los servicios de inteligencia son parte de la puesta en escena que realizó el gobierno nacional para mostrarle al FMI que es un “gobierno fuerte”. Lo concreto es que esta situación de movilización popular no es un tema para nada menor. En un “país normal” el gobierno decide y el pueblo acata, hay un “soberano” que manda y “súbditos” que obedecen. Ese es el modelo que desea Cambiemos y sus adláteres. Pero la Argentina no termina de ser un país normal a la medida delgobierno de los CEO. La “Calle” es la única oposición real que se le plantó al gobierno de Macri durante todo su mandato y le marcó la cancha. Es el karma contra el cual tiene que gobernar y frente al cual tiene que reponerse para avanzar con su acuerdo con el Fondo.
De allí vienen todos esos discursos pseudodemocráticos que hablan contra la movilización y en favor de las instituciones del “Estado democrático”. Frente a esto Manuela Castañeira en más de una oportunidad tuvo la valentía de defender la movilización popular. Al mismo tiempo que denuncia el carácter antidemocrático de las medidas que toma el gobierno entre cuatro paredes, en Washington y de espaldas a la población, planteando la necesidad de avanzar con medidas democráticas reales como puede ser una Asamblea Constituyente realmente democrática en donde la población pueda dejar sentada su voluntad frente al acuerdo con el FMI, el derecho al aborto, los tarifazos, la justicia y un montón de lacras políticas que este gobierno y los anteriores vienen descargando sobre las espaldas de los trabajadores.
Derrotar al presupuesto en cada lugar de trabajo
Como dijimos más arriba, aunque sin duda la media sanción del presupuesto es un triunfo para Macri que le allana el camino en su acuerdo con el FMI, lo cierto es que aún es demasiado temprano para medir los alcances de esto.
Por un lado tiene a favor el posible triunfo de Bolsonaro en Brasil en el balotaje presidencial del próximo domingo, lo que constituiría un fortalecimiento de las posiciones más de derecha y reaccionarias en la región. Brasil no es un país más, es la principal potencia y su dinámica política va a influir en todos los países de Sudamérica. Como contracara de esto tenemos que la economía mundial parece estar acercándose a una nueva caída, lo que promete nuevos escenarios de inestabilidad global.
En el plano nacional tenemos también por un lado, como ya marcamos, el elemento subjetivo de la movilización popular que no deja de hacerse sentir. Pero por otro lado, hay causas objetivas que no permiten cerrar definitivamente ningún diagnóstico. Lo cierto es que la situación económica del país es un tembladeral. Los datos de inflación publicados la semana pasada que prometen un aumento de precios rayano con el 50% es un acicate permanente. Los tarifazos de luz, agua, gas, nafta, transportes, hacen que el malestar social y la bronca lisa y llana se acumulen y amenacen con estallar.
El gobierno buscó contener la corrida del dólar para así ganar aire y comprar cierta sensación de estabilidad, pero este “respiro” lo compra a un precio altísimo mediante la suba de las tasas de interés a límites insoportables e imposibles de sostener en el tiempo. Y pese a esta medida recesiva, el dólar no termina de estar controlado, la Bolsa es un tembladeral y los índices económicos se desploman mes a mes.
En este contexto, el presupuesto lejos de ser una proyección de gastos para el 2019, es una “declaración de intenciones” en pos del ajuste. La letra del mismo es un verdadero dibujo. Sus proyecciones de inflación (23%) y del precio del dólar (40$ para diciembre de 2019) son un verdadero despropósito. Lo único tangible es que en el mismo se declara la intención de realizar un hachazo brutal sobre el conjunto de las partidas, menos el pago de la deuda que se lleva todo. En este sentido la lucha contra el presupuesto de ajuste se traslada del “palacio” a la calle, del Congreso a los lugares de trabajo. Es necesario organizar la lucha en cada sitio contra los despidos, contra las rebajas de salarios, contra el cierre de programas y reparticiones. El presupuesto podrá ser votado, pero el ajuste todavía tiene que pasar.
El Nuevo MAS y la 18 Corriente Sindical de Diciembre se jugaron con todo contra el presupuesto
Pese al clima adverso que preparó la burocracia sindical para este miércoles 24, lo concreto es que la movilización fue uno de los elementos centrales de la jornada. En este marco el papel del Nuevo MAS por medio de la Corriente Sindical 18 de Diciembre, la juventud del partido, ¡Ya Basta! y Las Rojas fue un ejemplo de actitud militante. Desde muy temprano, a las 6.30 de la mañana, nuestra militancia se hizo presente iniciando las protestas con un corte de calle en Callao y Corrientes, pleno corazón de la Ciudad de Buenos Aires, durante cinco horas. De allí se fueron sumando compañeros que venían desde distintos puntos del Gran Buenos Aires y La Plata, confluyendo en primera fila en la concentración en la Plaza Congreso.
Fue nuevamente una larga jornada de lucha, con corridas, represión y gases. Al igual que en la jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017, o las interminables y gélidas vigilias del 13J y el 8A, la militancia de nuestro partido, sus jóvenes trabajadores y trabajadoras, sus estudiantes y activistas dieron muestras de una gran fuerza combativa y de criterio de organización militante que caracteriza a nuestras columnas.
Para derrotar al ajuste de Macri y el FMI que cuenta la venia de los gobernadores y de la burocracia sindical es necesario organizarse en todos los lugares de trabajo, las escuelas, profesorados y universidades. Para dar esta pelea te invitamos a sumarte y a organizarte junto al Nuevo MAS, ¡Ya Basta! y Las Rojas en el proyecto de avanzar en el gobierno de los trabajadores para poner en pie una sociedad justa y humana: el socialismo.
Por Martín Primo. Editorial SoB 492, 25/10/18.