Reino Unido
Crisis del gobierno ante el preacuerdo de Brexit
Por Nano Menyón
El lunes, en Londres, la patronal, convocada en la conferencia anual de la CBI (Confederación de la Industria Británica), acogió con aplausos a la primera ministra británica Theresa May y respaldó el principio de acuerdo del Brexit alcanzado con la Unión Europea en Bruselas (sede de las principales instituciones de la UE) el pasado miércoles. Sin embargo, entre los sectores ultrarreaccionarios del Partido Conservador (actualmente en el poder) pusieron el grito en el cielo contra el acuerdo, amenazando la permanencia misma de May en el gobierno.
El pasado miércoles 14, el Reino Unido y la Unión Europea llegaron a un principio de acuerdo del Brexit, tal como se expresó el referéndum de 2016 por escasísimo margen.[1] No sólo establece numerosas capitulaciones de Londres frente a Bruselas, sino que golpea a lo más reaccionario en garantizar a todo ciudadano de la Unión sus derechos. Nombremos algunos detalles para entender mejor.
El preacuerdo establece como fecha de salida el 30 de marzo del 2019, donde inicia un período de transición hasta fin del 2020. Para esa fecha, Londres deberá pagar igualmente su contribución anual (7.000 millones de euros), además de hacerse cargo durante décadas de las pensiones y pagos a todos sus empleados en las distintas instituciones de la UE. En total: 40-45.000 millones de euros. Igualmente, el acuerdo establece mantener toda su legislación en acuerdo con el resto de Europa sin tener ni voz ni voto, sometiéndose al Tribunal Europeo. Por otro lado, se mantendrá dentro de la unidad aduanera europea (exportar al resto de Europa sin ningún tipo de aranceles) y podrá empezar a negociar sus propios acuerdos comerciales, que sólo podrán entrar en vigor al término de la transición.
Si los beneficios son “dudosos”, veamos el apartado del preacuerdo sobre Irlanda del Norte. En pos de mantener la unidad del mercado único europeo y no sólo la integridad del Reino Unido, Irlanda del Norte mantendría aquellas normas del bloque necesarias para evitar una frontera clásica en la isla, como las relativas a los productos agrícolas o las fitosanitarias. Ergo: Irlanda del Norte deberá mantener sus fronteras abiertas a Irlanda del Sur (miembro de la UE), país que históricamente reclamó la unidad territorial de la isla bajo una Irlanda independiente. La historia de Irlanda en el siglo XX es la lucha por la independencia de la isla. Y no solamente esto: de concretarse la salida de RU de la unión aduanera, la exigencia europea de mantener Irlanda del Norte de ésta exigiría “controles fronterizos” dentro del mismo Reino.[2] Una verdadera capitulación, si pensamos que Inglaterra, en sus épocas “de oro”, llegó a prohibir hablar siquiera el idioma irlandés…
Además, hay que agregar un punto doloroso para los sectores xenofóbicos: Los derechos de los ciudadanos en la UE, como el de poder solicitar la residencia tras cinco años viviendo en un país, se respetará para aquellos residentes actualmente en el Reino Unido o en uno de los otros 27 países del bloque o que lleguen durante el período de transición. El proyecto de acuerdo prevé que más de 4 millones de ciudadanos (3,2 millones de europeos en Reino Unido y 1,2 millones de británicos en el resto del bloque) puedan continuar estudiando, trabajando, recibiendo ayudas y reagrupando a sus familias.[3]
Con el acuerdo en mano, May buscó que su gabinete lo apruebe. Fue un caso imposible: para los sectores ultrarreaccionarios es un acuerdo inaceptable. Por todos lados este acuerdo olía a capitulación. Sólo pudo pasar bajo la figura de “responsabilidad colectiva”. Todo indicaba grietas en su gobierno… y las hubo: siete miembros del gabinete renunciaron tras la publicación de la aprobación, entre ellos Dominic Raab, quien era responsable del acuerdo como Secretario para el Brexit. Sumado a esto, el partido que le garantizaba la mayoría en la Cámara de los Comunes, el DUP (unionistas democráticos, norirlandeses que apoyan la permanencia en el Reino Unido) anunció que no iban a apoyar este preacuerdo.[4]
Sin el apoyo de Corbyn (quien agita el llamado a nuevas elecciones generales) ni de ningún otro sector de la oposición, el gobierno de Theresa May queda muy debilitado, y avanza la posibilidad de que se habilite un voto de confianza contra ella. Sin embargo, este lunes logró el apoyo del sector patronal en conjunto (recordemos que en el Gran Londres también perdió la opción del Brexit en el referendo del 2016), tras la conferencia anual de la CBI (Confederación de la Industria Británica).
El líder del partido de oposición, el laborista Jeremy Corbyn, critica el acuerdo por no defender los derechos de los trabajadores británicos (básicamente basado en los pagos impuesto al RU). Dentro de Partido Laborista, existen dos tendencias a cómo enfrentar al gobierno Tory: Por un lado, la posición de Corbyn de forzar, sea por renuncia, sea por conseguir dos tercios de la Cámara, nuevas elecciones generales. Los sectores más “moderados”, en cambio, abogan por un nuevo referendo de Salida de la Unión, en pos de la “estabilidad del país”, la tan mentada gobernabilidad.[5]
Desde nuestra corriente, fuimos y somos claros: más allá de cualquier lineamiento táctico, entendemos que para derrotar al racismo y la xenofobia de los ultrarreaccionarios, tenemos que conquistar una salida de los trabajadores, las mujeres, la juventud, los inmigrantes y todos los grupos sociales oprimidos en las calles.
[1] Recordemos que el resultado fue de 51% para “Salir” contra el 49% del “Permanecer”, sin el apoyo de Escocia ni Irlanda del Norte, dos puntos clave en ambos casos por sus intereses soberanistas aplacados sólo por la promesa de permanecer en la Unión.
[2] Caso similar ocurre con Gibraltar, reclamado por el Estado Español. De aquí podría venir un problema para la Unión Europea: si el preacuerdo no incluye negociaciones bilaterales entre Londres y Madrid por el Peñón, sin interferencia europea, esta última no apoyaría el borrador.
[3] http://www.ambito.com/939576-punto-por-punto-las-claves-del-acuerdo-por-el-brexit
[4] https://www.clarin.com/mundo/ola-renuncias-londres-brexit-gobierno-theresa-may-cuerdas_0_daMyW36VW.html
[5] https://socialistworker.co.uk/art/47515/Labours+confusion+over+Europe+could+save+May
Por Nano Menyón, SoB 496, 22/11/18