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Furia en la Casa Blanca: Los principales países de la Unión Europea organizarían un ejército propio independiente de EEUU y la OTAN
Se acentúan las tendencias centrífugas y las tensiones
Por Claudio Testa
El 11 de noviembre pasado se cumplieron cien años del fin de Primera Guerra Mundial. Ese día de noviembre de 2018 cesaron oficialmente las hostilidades entre los “Aliados” y el Imperio Alemán, de acuerdo al apresurado Armisticio firmado en un vagón de tren en el bosque de Compiègne, Francia.
Con motivo de este centenario, en Francia se realizó una conmemoración donde concurrieron unos 70 jefes de Estado y gobierno. Entre ellos, además del anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron, se hicieron presentes Donald Trump, Angela Merkel, Vladimir Putin y otros.
Casi desde su desembarco, Trump fue el protagonista principal, en el sentido de generar desplantes y anécdotas provocativas. Una de ellas, no desprovista de significado, fue la polémica explícita con el presidente francés Macron sobre “patriotismo” y “nacionalismo”. Trump se declara “nacionalista”, dado que quiere imponer –a garrotazos, si es necesario– el “América First! (Estados Unidos, primero!).
En cambio, el bondadoso neoliberal Emmanuel Macron se proclama “patriota”, porque sólo desea el bien de Francia, sin ponerse por encima de nadie ni pretender dominar otro país… Por eso, en las narices de Trump, Macron proclamó que “el nacionalismo es una traición al patriotismo”. ¡Y esto enfureció a Donald!!!
Claro que de esta polémica no se han enterado los ciudadanos de países africanos o del Medio Oriente. en que las tropas francesas frecuentemente intervienen para sostener a alguno de sus títeres. Los atroces bombardeos en Yemen, en los que el gobierno de Francia ha participado, aliado a las bestias que gobiernan Arabia Saudita, no implicarían tampoco que Macron sea un “nacionalista”, como el malvado Trump. Macron sólo sería un buen patriota neoliberal, que no hace daño a nadie.
Pero Trump no se quedó callado. Recogió el guante de Macron. Inició un bombardeo de twets más y más provocativos e insultantes contra el presidente francés, que finalizó con uno que dice: “En París estaban empezando a aprender alemán antes de que llegara [el ejército de] Estados Unidos [a liberarlos de Alemania]. ¡Paguen por la OTAN!!”
Este clamor final –la OTAN–, resume todo el conflicto: Los Estados europeos, encabezados por Alemania y Francia, se beneficiaron durante largo tiempo de la “protección” militar de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) pero sin aportar proporcionalmente a su financiamiento.
¡Y ahora le pagan este “favor” al imperialismo yanqui, decidiendo la formación de una alianza militar de la Unión Europea que excluye a Estados Unidos!
Esta cuestión ya había comenzado a debatirse el año pasado. Ahora vuelve como un proyecto firme, sostenido por Francia y Alemania, con el apoyo de España y otros países del continente.
De acuerdo a sus twets, para Trump la idea de Macron (y Angela Merkel) de ensamblar un ejército europeo es “insultante” contra Estados Unidos. “Macron –denuncia Trump en un tweet del 13/11/2018– sugiere que Europa construya sus propio ejército, para protegerse de los Estados Unidos, China y Rusia…”
Macron replicó a esto con una declaración no menos violenta: “¡Para ser directo con usted, lo que no quiero es ver a los países de Europa aumentando sus gastos de defensa para comprar armamento u otros materiales a Estados Unidos!”
Muy claro lo de Macron: ¡Trump y Estados Unidos son nacionalistas, proteccionistas… son “America First!” Entonces, debemos defendernos de eso. Europa debe tener su propio ejército, con su propio armamento, que debe fabricarse en Europa… (suponemos que preferentemente en Francia y Alemania… que tienen con qué).
Merkel apoya
Casi simultáneamente, en la Eurocámara, Angela Merkel proclamaba el apoyo a la propuesta francesa de crear un Ejército europeo.
Merkel exalta “establecer una política exterior y de defensa común” de la Unión Europea, como la coronación de la integración política alcanzada.
Merkel defendió sin ambages una política exterior y de defensa común que “corone la integración política alcanzada durante los últimos 60 años en áreas como la política monetaria o de supresión de fronteras”. La moneda única y la zona Schengen eran «proyectos visionarios» en su día, ha recordado la canciller Merkel. «Ahora seguiremos trabajando en la visión de tener un día un auténtico ejército europeo… La creación de un ejército europeo demostrará al mundo que una guerra entre países de Europa nunca más será posible».
“La líder alemana se suma así a la propuesta lanzada por el presidente francés, Emmanuel Macron. Una idea que ha provocado la ira del presidente de EE UU, Donald Trump, que este mismo martes recordaba en Twitter a Macron que el enemigo tradicional de Francia siempre ha sido Alemania. Merkel, como si se hiciera eco de ese tuit, ha subrayado ante el Parlamento que la creación de un ejército europeo «demostrará al mundo que una guerra entre países europeos nunca más será posible». “La canciller defiende una política exterior y de defensa común que corone la integración política alcanzada en la Unión Europea.” (“Merkel secunda la propuesta francesa de crear un Ejército europeo”, El País, 13/11/2018)
Asimismo, el apoyo de Merkel al proyecto de “Ejército Europeo”, no viene solo. Simultáneamente, propone la conformación de un “Consejo de Seguridad” europeo, similar y paralelo al de las Naciones Unidas: “Este órgano contaría con la participación rotatoria de los socios europeos, y podría emitir una posición europea sobre los conflictos internacionales que se produzcan.” (Cit.)
Algunas reflexiones…
El plan Macron-Merkel, aunque tiene su eje en lo del “Ejército Europeo”, no es meramente militar. O, mejor dicho, lo militar es una “continuación de la política por otros medios”. Y lo mismo podemos decir, en cuanto a su extensión política. Es decir, ese “Consejo de Seguridad” europeo.
Todo aparece como un complejo cuadro, en el que figuran no solamente el deseo y la conveniencia de sacarse de encima la tutela militar de EEUU heredada de la Segunda Guerra Mundial.
Tampoco se trata seriamente de defenderse del temible “oso ruso”, historia que ha justificado el armamentismo europeo en repetidas ocasiones. Aunque hoy Rusia ha vuelto a ser una potencia militar, no puede decirse que sus contradicciones apunten a descargarse violentamente sobre la Unión Europea. Más bien Moscú busca socios económicos y comerciales en el oeste europeo…
El plan Macron-Merkel de “coronar” la “construcción europea” con la cúpula de un formidable aparato militar que reemplazaría a la OTAN, más bien hace pensar en un “disciplinamiento” de toda Europa bajo un doble garrote franco-alemán… a través del proyectado “Ejército Europeo”.
De hecho, la Unión Europea está bajo el dominio del capital financiero de Alemania y Francia, en primer lugar. El Banco Central Europeo (BCE) está, por ejemplo, en sus manos… y desde allí “disciplinan” al resto de países de la UE… como ahora están haciendo con Italia, para que respete las medidas decididas en Berlín y Bruselas.
¡Pero vendría muy bien un “gran garrote” no sólo financiero, sino también militar, para garantizar eso hasta el fin!
En estos momentos, la Unión Europea no goza precisamente de la popularidad, ni del consenso y la legitimidad de otras épocas. Lamentablemente, como en el caso de Italia, por la traición de la socialdemocracia y los ex-stalinistas, la justificada bronca anti-UE ha favorecido por el momento a la “extrema”-derecha. Pero el descontento creciente también genera rebeliones como la que está en curso en los últimos días en Francia. Allí Macron ha reprimido a lo bestia, con muertos y heridos.
El “Ejército Europeo” de Merkel y Macron vendría muy bien no sólo para reprimir las protestas obreras y populares, sino también para negar el legítimo derecho de los pueblos europeos de romper con la Unión Europea.
Es decir, de salir de esa cárcel de pueblos que hoy sólo les aporta planes de hambre y “austeridad” cada vez peores, junto con la destrucción neoliberal de las conquistas históricas de los trabajadores de Europa.
Por Claudio Testa, SoB 496, 22/11/18