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Apuntes para entender la realidad política actual en el Reino Unido
Por Alexandra Roja
La situación político-social que atraviesa hoy el Reino Unido es más bien compleja y llena de detalles en los que habría que detenerse para poder elaborar un mapa adecuado de la situación actual. Sin embargo, hay dos puntos claves que nos permitirán ir abordando mucho de este panorama: el primero, es Brexit (ese acuerdo de dejar la UE votado en un referéndum controversial en 2016, ver [1]); el segundo elemento, son los planes de austeridad que vienen siendo aplicados en la región hace ya más de ocho años.
Con respecto a Brexit, el tiempo límite para su negociación y aplicación es marzo del 2019. Pero previamente, el acuerdo tiene que tener aprobación parlamentaria, por lo que la votación sobre el acuerdo tiene que darse en estos días para que alcance el tiempo suficiente para debatirlo en el parlamento y modificarlo antes de marzo.
La primera ministra Theresa May ya ha cerrado un acuerdo para la implementación de Brexit con la UE, pero las condiciones de ese acuerdo son paupérrimas (ver de nuevo [1], para saber las implicancias de este acuerdo).
En algún modo, el Brexit ha desgarrado a través de las líneas políticas británicas tradicionales. Los tories (el partido conservador del RU por excelencia) están divididos en tres líneas: 1) un “Brexit duro”: en el que el Reino Unido se transforme en una especie de paraíso fiscal europeo- del estilo Islas Caimán- y se pueda avanzar con medidas de precarización y flexibilización laboral. 2) Un Brexit moderado. 3) La permanencia en la Unión Europea. Por el otro lado, las divisiones no son ajenas al partido laborista (en cuyo seno, conviven visiones de derecha junto a posturas más de la izquierda clásica). La mayoría de la base votante del Partido Laborista (PL) votó permanecer en la UE, habiendo sectores del partido jóvenes que son trabajadores precarizados (docentes, trabajadores de limpieza, etc.) que militaron la permanencia fuertemente como lucha en contra de la xenofobia del sector conservador en contra de los inmigrantes que trabajan y viven día a día en condiciones paupérrimas en el RU.
Algunas de las personas del “permanecer” reclaman un nuevo referéndum sobre el acuerdo final de Brexit. Esto representa una mala idea para muchos de los militantes progresistas en el laborismo en el sentido de que las divisiones respecto a qué postura política adoptar en la región se han incrementado fuertemente a partir del 2016, y hay una alta posibilidad de que no gane el permanecer. Por otro lado, el irse podría traer aparejadas consecuencias de agonía económica breve en el sentido de que las potencias (mayormente, Alemania) en la cima de la UE querrían hacer del Reino Unido un ejemplo de lo que podría pasar si otros países también la dejan.
La estrategia planteada por la izquierda en el PL es rechazar parlamentariamente el acuerdo de May sobre Brexit y forzar a un llamado a elecciones generales. En ese caso, habría que ver si lo que se hace es renegociar un Brexit o qué. Esto no es imposible dado que al PL le fue muy bien en las elecciones de 2017 y que podría ganar la elección general, aunque tiene que ampliar su base electoral en los suburbios y pequeños pueblos del RU (el voto de las grandes ciudades ha ido para el PL en las últimas elecciones). También el laborismo tiene sus propios problemas respecto a sí puede mantener a todos sus miembros en el mismo bando respecto de qué hacer: si aceptar Brexit o no.
Respecto de los ocho años de aplicación de planes de austeridad, esto ha venido a profundizar el desmantelamiento del contrato social presente en el Reino Unido desde la 2da Guerra Mundial (el famoso “Estado Benefactor”), que los diversos gobiernos vienen atacando desde la ofensiva neoliberal de Margaret Thatcher en la década de los 80. Gracias a las políticas de austeridad los fondos de los gobiernos locales han sido recortados en más de un 50%, resultando en el fin de muchos servicios y privatización de tantos otros. Esto resulta bastante chocante en un país como lo es Inglaterra, e incluso hay un reporte escandaloso de las Naciones Unidas sobre los resultados de la aplicación del ajuste sobre el pueblo británico [2].
Si vamos a analizar las bases del Partido Laborista, las mismas mayoritariamente están volcada hacia la izquierda y son pro-Corbyn. Además, los sectores pro-Corbyn y los de la izquierda vinculados a los sindicatos están ganando poder dentro de la estructura del partido. Sin embargo, la mayoría de la gente en cargos electorales (como los parlamentarios) pertenecen a la rama de derecha del PL, y esto es una fuente constante de tensión y conflicto.
En el transcurso de escritura de esta nota, surgió el hecho de que parecería que ya el próximo martes habría que votar en el parlamento respecto de la implementación de Brexit [3]. Fecha clave porque va ganando peso la hipótesis de que la primera ministra May no cuenta con el apoyo suficiente para votar su proyecto. Por otra parte, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dio señales de querer autorizar una posible «vuelta atrás» del proceso del Brexit (bajo la forma de una revocación unilateral británica del famoso «artículo 50»). Si la Cámara de los Comunes rechaza el acuerdo de May este próximo 11 de diciembre, se abren entonces todas las posibilidades, desde un «Brexit duro» hasta que el Reino Unido finalmente termine anulando el Brexit y permaneciendo en la Unión Europea.
¿Qué salida para los sectores populares?
Por Ale Kur
La actual situación política en el Reino Unido puede decantar en diferentes tipos de salidas reaccionarias y antipopulares: sea bajo la forma de un Brexit (“blando” o “duro”) nacional-imperialista, racista y xenófobo, o de un “permanecer” neoliberal que sostenga la sumisión a la Unión Europea y las políticas de austeridad. Sea cual sea la formulación política que encuentre la clase dominante británica para salir de la encrucijada, tenemos la completa certeza de que cualquier proceso político comandado por el gobierno conservador de Theresa May (o de cualquier otro neoliberal) va a beneficiar solamente a una minoría de grandes capitalistas, y perjudicar a las grandes mayorías, a los explotados y oprimidos del Reino Unido y del resto del mundo.
Por eso consideramos que cualquier salida progresiva debe comprender los siguientes elementos:
1) Debe comenzar por exigir la caída del gobierno de May y la convocatoria a una Asamblea Constituyente libre y soberana, para que discuta de la manera más democrática posible el conjunto de los problemas que afectan al pueblo británico.
Una constituyente que pueda discutir y tomar medidas como revocar todas las políticas de austeridad que implementaron los diferentes gobiernos y otorgar un aumento salarial general, otorgar el derecho a autodeterminación de Escocia e Irlanda del Norte, acabar con la retrógrada monarquía británica y establecer una verdadera república, así como romper con la OTAN y retirar las tropas británicas a lo largo del mundo.
Es esta Asamblea Constituyente la que debe tomar en sus manos la resolución de la cuestión del Brexit sobre la base del más amplio proceso de deliberación y participación popular.
2) Ni el Brexit ni la permanencia en la UE tal cual son hoy son una salida; hace falta trabajar en la perspectiva de una Europa socialista unida de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
3) Defensa incondicional del derecho de los migrantes a residir en el país con plenos derechos, rechazo completo a la xenofobia y el racismo, aplastamiento del fascismo en todas sus variantes.
Estas cuestiones, además, deben llevarse adelante mediante la más amplia movilización de la clase trabajadora, del movimiento de mujeres, de la juventud, de los migrantes y de todos los sectores populares. Solo tomando las calles se puede imponer en la agenda política las necesidades de los de abajo, como viene demostrando en Francia el movimiento de los Chalecos Amarillos.
Por Alexandra Roja, 5/12/18