¡Que la crisis la paguen los capitalistas! ¡Sigamos en las calles hasta derrotar a Macron!
La movilización del sábado pasado, en el acto IV de los “chalecos amarillos”, mostró una enorme bronca social que movilizó a cientos de miles en las calles de todo el país, a pesar de las maniobras esbozadas por el gobierno en la semana para “calmar las aguas” y de la enorme represión policial llevada a cabo contra los manifestantes, con miles de detenciones y un despliegue inusitado y brutal de las fuerzas represivas. En consecuencia, el gobierno intentó en la jornada de hoy una nueva maniobra para sacar a flote un barco que empieza a hacer agua por todas partes.
Un falso “contrato social” que no convence a nadie
En efecto, esta mañana el ejecutivo pactó una reunión con los dirigentes de las principales centrales sindicales (Philippe Martinez de la CGT, Laurent Berger de la CFDT, FO, etc.), con representantes de la Asamblea Nacional y con los dirigentes empresariales (Medef). Una reunión que sirvió de preparación para los anuncios de un “nuevo contrato social” que produjera Macron en persona en cadena nacional a las 20 horas. Se trata lisa y llanamente de una verdadera traición de la burocracia sindical por haber pactado semejante acuerdo: ¡una estafa que no convence a nadie!
El anuncio de Macron estuvo basado en la idea de restablecer el orden, en la idea de alcanzar un acuerdo entre las clases sociales “para avanzar todos juntos”, de manera pacífica y en pos de la unidad nacional. El mismo gobierno que reprime con los CSR a los estudiantes secundarios de forma escandalosa, como en Mantes La Jolie; que detiene a miles de manifestantes en todas partes y que reprime con hidrantes y gases lacrimógenos, viene a intentar posar como el “pacifista” frente a los manifestantes “violentos”: una verdadera provocación.
Entre las medidas anunciadas, Macron ratificó la anulación de la suba del impuesto a los combustibles, que ya había sido anunciada por el Primer Ministro Édouard Philippe días atrás y agregó una serie de “supuestas concesiones mentirosas” que son puro maquillaje, unas migajas que nada cambian la situación de fondo. Entre ellas se encuentran la vuelta atrás con respecto al aumento de las CSG, las cotizaciones salariales de la seguridad social, para los jubilados que ganen menos de 2000 euros.
A su vez, Macron propuso un aumento del salario mínimo de 100 euros mensuales, que no será pagado directamente por los patrones. En el mismo sentido, las horas extra pasarán a ser “desfiscalizadas”, es decir, que serán pagadas en negro y no serán contadas para los aportes jubilatorios. En definitiva, los empresarios pagarán menos cargas sociales y tendrán más interés en explotar más la mano de obra de sus empleados, contratando menos personal y evitando la repartición del tiempo de trabajo. Según este esquema serán los trabajadores los que paguen su propio “mini aumento”, que implicará probablemente un ajuste sobre otra parte del presupuesto estatal que todavía no ha sido anunciada.
Que la crisis la paguen los capitalistas
Lo que sí dejó claro el presidente es que bajo ningún punto de vista pretende restablecer el llamado “impuesto sobre la fortuna” (ISF), un regalito que le hizo la administración de La República en Marcha a los ricos más ricos, eximiéndolos del pago de este impuesto. Bajo la excusa de que hay que ayudar a los empresarios que invierten en el país para generar empleos, Macron negó rotundamente la posibilidad de dar el brazo a torcer con esta sentida medida exigida por el movimiento social. Fiel al poder económico para el que gobierna, el presidente de los ricos se preocupó de cuidar una vez más el interés de los más ricos.
Por otro lado, Macron dedicó un buen momento de su exposición a declarar su compromiso y su preocupación por el desarrollo de la educación pública. Una declaración de lo más hipócrita cuando sabemos que todo su programa educativo ha estado basado en la puesta en funcionamiento de una selección cada vez más estricta al acceso a la enseñanza superior.
En este sentido, Macron no dijo ni una palabra sobre el programa “Bienvenue en France”, que prevé un aumento sideral de las matrículas para los estudiantes extranjeros no europeos a partir del año próximo. Ni una sola palabra, ni mucho menos una propuesta concreta para los miles de estudiantes universitarios y secundarios que están batallando por su derecho a acceder a la educación pública de calidad.
En definitiva, unas simples migajas para los de abajo y ninguna afectación de los privilegios de los de arriba. Una propuesta demasiado floja que solo siembra más bronca entre numerosos sectores contra un gobierno que pretende calmar a los sectores populares manteniendo los privilegios de los ricos. Por eso es necesario levantar un programa desde abajo, desde los trabajadores y los sectores populares, que sostenga firmemente la orientación de que la crisis la paguen los capitalistas.
Macron dimisión: sigamos en las calles hasta derrotar al gobierno, por una salida de los trabajadores.
La bronca contra el gobierno no para de aumentar y Macron está en el piso de popularidad desde que accedió al poder. La consigna principal que se canta en todas las movilizaciones es la de “Macron dimisión”. El hartazgo es generalizado en una población que ya no soporta el desprecio del presidente. La gobernabilidad está fuertemente cuestionada y si el gobierno tuvo que recurrir a esta medida de “emergencia económica y social” es porque se encuentra en un momento de debilidad y puede ser derrotado.
En este sentido, la alternativa a Macron no puede venir de variantes de reformistas que proponen salidas parlamentarias insuficientes, como la de la Mélenchon, y mucho menos de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen que intenta encausar la bronca social hacia la extrema derecha, con un programa reaccionario que es contrario a los intereses de los trabajadores y que intenta culpabilizar a los inmigrantes por la crisis, desplegando todo su odio racista y xenófobo.
Por eso, desde Socialismo o Barbarie consideramos fundamental desarrollar todas las medidas de la lucha, poniendo en pie y desarrollando comités de coordinación desde abajo, en donde los diferentes sectores en lucha (trabajadores, universitarios, secundarios, chalecos amarillos, colectivos antirracistas, etc.) puedan desarrollar una organización que pelee a fondo por alcanzar todas las reivindicaciones. Por un aumento salarial real que sea pagado por los empresarios, por la anulación de “Parcoursup” y del aumento de los costos de inscripción a la universidad, por el acceso a una educación pública gratuita y de calidad, por papeles para todos los inmigrantes, por la apertura de las fronteras y por el cese de la represión a la protesta social.
Al contrario de la política entreguista de las direcciones sindicales, hoy más que nunca debemos seguir movilizados en las calles, organizándonos desde abajo, con la necesidad de imponer la huelga general, por el bloqueo total de la economía y la construcción de una salida desde los trabajadores, por la victoria de todos los explotados y oprimidos contra el gobierno de Macron.
Declaración de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie, París, 10/12/18.