Por Johan Madriz

En el informe anual sobre la situación del país presentado hoy por los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) le recomiendan al gobierno avanzar en un nuevo ajuste fiscal para acelerar la recuperación de los indicadores macroeconómicos, especialmente los relacionados con la carga de la deuda.

Según el organismo con las medidas aprobadas en el Plan Fiscal la deuda del Gobierno Central alcanzaría el 61.5% del PIB en 2023 y recién en 2040 lograría bajar al 50%. Ante este panorama recomiendan un ajuste equivalente al 0.75% del PIB para reducir más rápidamente los niveles de deuda y las presiones financieras a corto plazo que están provocando falta de liquidez.

Eso sí, Ravi Balakrishnan, jefe de la misión, dejó en claro que este ajuste debe realizarse por la vía de impuestos ya que el Plan Fiscal está inclinado al gasto y el país tiene una carga tributaria baja con respecto a otros países de la región. Sin embargo, esa aseveración es engañosa ya que no se tienen en cuenta las contribuciones obreras a la seguridad social que representan el 9.84% del salario. Por otro lado, hay un desbalance en la composición de los impuestos ya que los indirectos que gravan el consumo representan el 9.1% del PIB sobre un total de 13.2% de la carga general. Y claro está, al hablar de aumento de impuestos no se están refiriendo a tocar las ganancias empresarias.

El Plan Fiscal, que recién cumple cuatro meses de aprobado, fue solo el primer paso en una serie de reformas y reestructuraciones del Estado que el gobierno de Carlos Alvarado está llevando adelante para colocar al país en sintonía con los dictados de los organismos financieros internaciones y la OCDE, avanzando sobre las conquistas de la clase trabajadora para sanear las finanzas a costa del bolsillo de los de abajo.

La reforma fiscal ya representa un ajuste de 4% del PIB que se sustenta principalmente en el recorte en salarios y transferencias sociales al tiempo que aumenta los impuestos indirectos de la mano del IVA que entrará a regir a partir de la segunda mitad del año.

Los impuestos directos al capital solo representan un 30% de los ingresos fiscales. La evasión se calcula en un 8.2% del PIB y de esto un 5.8% corresponde al incumplimiento del impuesto de renta. Es justamente aquí donde se debe avanzar en una reforma fiscal progresiva que ataque los privilegios de los empresarios, exportadores, banqueros y políticos corruptos.