Se cumple en estos momentos la primera jornada del paro nacional convocado por la Plataforma en defensa de la educación y salud públicas integradas por los gremios docentes y el Colegio Médico con el apoyo de diversas organizaciones para los días 30 y 31 de mayo.
El paro fue convocado para exigir al gobierno de Juan Orlando Hernández la derogación de varios decretos ejecutivos del Consejo de Ministros (los PCM) por los cuales se han creado comisiones con el objetivo de “reestructurar” los sistemas de salud y educación, impulsando despidos y transferencia de servicios al sector privado, además de crear el marco represivo que criminaliza la legítima protesta de los y las trabajadoras de los sectores.
A medio día puede considerarse que el paro ha sido un éxito total. Tanto el sistema educativo nacional incluyendo las universidades públicas, como los centros de salud y hospitales estuvieron en paro de labores; el país se paralizó: las carreteras fueron bloqueadas en más de cien trancones obligando a las empresas de transporte a suspender los servicios para el día de hoy; en Tegucigalpa el aeropuerto internacional de Toncontín suspendió los vuelos y tuvo que evacuar a cientos de pasajeros y empleados debido a la nube de gas lacrimógeno que generó la represión policial en las afueras de la terminal aérea.
Este gobierno no se aguanta más
A la clara determinación de la dirigencia del Colegio Médico y las bases del magisterio nacional en impulsar esta lucha, hay que sumarle la masiva y combativa participación de estudiantes universitarios y de secundaria que reflejan el masivo odio acumulado por la población contra el gobierno autoritario y fraudulento de Juan Orlando Hernández.
El modelo económico impulsado por el actual régimen surgido del golpe de estado, basado en la super explotación del trabajo asalariado, la privatización de empresas y servicios públicos y la entrega de los recursos naturales y el territorio nacional, ha llevado al país a niveles nunca visto de desempleo, marginalidad, violencia y migración forzada.
Contrastando con el enriquecimiento de un pequeño grupo de delincuentes encumbrado en el poder del estado, que han hecho de la corrupción y la impunidad una forma de vida, apoyada en la militarización y criminalización social como forma de control de la sociedad. Diez años de gobiernos embarrados en el narcotráfico y el crimen organizado, han llevado a la población a decir basta y estar dispuesta a todo para echar al dictador y su pandilla.
Construir una oposición que llegue hasta el final
La heroica lucha del pueblo hondureño y de los y las trabajadoras de la salud y educación en particular, muestran un cambio en la correlación de fuerzas con la dictadura que debe ser aprovechada para avanzar en los procesos de reorganización de los diversos gremios, sindicatos y organizaciones que permitan retomar la lucha social en la perspectiva de la HUELGA GENERAL para echar al dictador.
Es necesario incluir en el proceso de lucha a los docentes de los institutos privados, así como a los trabajadores no sindicalizados, que son los más explotados por la política neoliberal del actual régimen.
ASAMBLEAS en todos los centros de trabajo y estudio, en los barrios y comunidades, para organizar COMITES DE HUELGA que bajo el MANDATO de las Asambleas COORDINEN y ARTICULEN acciones a nivel local, municipal, departamental y regional, desautorizando a las dirigencias burocráticas a negociar a espaldas de las bases.