Por Johan Madriz
El 3 de junio en un café en el centro de San José charlamos con Tatiana Gamboa, activista y miembro del Movimiento Costarricense de Solidaridad con Palestina. A lo largo de varias horas abordamos múltiples temas sobre la situación del pueblo palestino sometido al régimen sionista desde hace 71 años. Resultado de este intercambio compartimos su relato, contado desde la perspectiva de quien ha visto de primera mano lo que dice y quien durante años se ha preocupado por informarse y difundir esta causa. En esta primera parte, de un total de tres entregas, se aborda la situación general que encontró Tatiana al llegar a los territorios palestinos ocupados. Le cedemos completamente la palabra.
El viaje anhelado… la Palestina ocupada
Mi activismo inicia en Costa Rica hace bastantes años, soy una de las fundadoras del Movimiento Costarricense de Solidaridad con Palestina, y como la mayoría de los activistas que defendemos esta causa, tenemos el sueño de en algún momento ir a Palestina ocupada para ser testigos presenciales del sufrimiento de este pueblo desde hace 71 años.
Cuando yo llegué a Palestina de las primeras cosas que me encontré, y que realmente fue muy lamentable, fueron los puestos de control que hay que pasar, muchas veces dentro de la misma ciudad o cuando uno va de una ciudad a otra. Hay torres militares en las carreteras con tres o cuatro militares fuertemente armados y con cámaras, hay que pasar persona por persona y son lugares donde se humilla a los palestinos, donde se les asesina, donde no se respetan los derechos humanos.
En uno de estos puestos lamentablemente me tocó ver una vez el caso de una mujer que llevaba a su bebito prácticamente recién nacido. Lo tuvo que desnudar, en época de invierno, cuando son comunes las temperaturas bajo cero, y a la muchacha la hicieron quitarse el abrigo que andaba y los zapatos. Fue sumamente humillante e impactante.
También está el tema de las calles separadas donde se puede percibir muy bien lo que es el apartheidque existe. Hay calles para turistas, para judíos sionistas, para turistas cristianos y otra para palestinos. No se les permite compartir las calles, están segregados, totalmente separados. Se puede percibir sin necesidad de ser experto.
Yo estuve en varias ciudades de Palestina ocupada: Jerusalén, Ramala, Jericó, Belén y Al Jalil (Hebrón). Viví un mes en Al Jalil del lado que se denomina H2, que está bajo el control del gobierno sionista, donde hay alrededor de 800 colonos. Casi siempre los activistas internacionales llegamos ahí a ver como se desenvuelve la convivencia entre unos y otros.
Tengo que decir que realmente me quedé corta. Antes de realizar el viaje, cuando tenía en cualquier momento la oportunidad de dar foros o charlas de información, lo que yo ya sabía en la “teoría” me tocó vivirlo con los palestinos y me quede corta.
Los colonos sionistas que están en H2 son los más violentos. Lo puedes ver con los niños, las mujeres, los adultos, están fuertemente armados. Ves a los niños de siete u ocho años tirándoles piedras a adultos mayores palestinos, quebrándoles los vidrios de las casas, muchas veces lanzándoles botellas incendiarias, llamando al ejército para que los arresten, para que se los lleven. Los veías sacando a los palestinos de sus casas.
Una vez vi el caso de una familia en la ciudad vieja de Al Jalil. Llegó el ejército a las once de la noche, junto a colonos armados, y los desalojaron. Les dijeron que tenían que irse, que esa ya no era su casa. Mientras tanto a un lado los colonos se reían. Esto sucede porque están amparados por el ejército de ocupación, realmente no son civiles. Pero resulta que los palestinos no pueden tener armas ni piedras para defenderse porque los matan.
Muchas veces, en el diario vivir, ves a los sionistas que escupen a los palestinos, los empujan, les quitan los celulares, los arrestan o los retiene el ejército por nada. Yo podría pasar días y meses contando el montón de violaciones a los derechos humanos que ellos sufren.
Los palestinos no atacan se defienden
La gente asocia, por culpa de la manipulación mediática, palestino con terrorista. Muchas veces me preguntan por qué los palestinos se tapan la cara, que eso es un acto propio de terroristas. Ese punto me interesa aclararlo.
Por qué se tapan la cara. Ya hemos visto que en el caso de la resistencia popular –que son niños y jóvenes que van desde los ocho años hasta los 17– en ejército israelí los ficha, andan siempre con cámaras fotográficas, sean en los enfrentamientos o no (fuera de los check point hay cámaras que filman).
Israel está recogiendo su siembra. Si hay enfrentamientos son en defensa. Es una respuesta legítima de los palestinos a 71 años de ocupación, de limpieza étnica, de masacre y de genocidio. Los palestinos no atacan, se defienden de Israel, que desde el Movimiento no reconocemos como Estado.
Entonces, los militares comienzan a tomar fotos y cuando logran identificar uno de esos jóvenes pueden pasar varias cosas. Una es que lo ejecuten, como sucedió el año pasado con un joven que conocí. Él estuvo en una manifestación en Al Jalil que fue reprimida por los policías de Abbas, el actual presidente que representa a la Autoridad Palestina. Esta manifestación fue reprimida brutalmente y, este chiquito que en ese momento tenía 16 años, fue arrestado y le tomaron fotos a su cara. Hace una semana en el check point de Belén –él quería llegar a rezar a la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén– fue ejecutado por el ejército de Israel, por las fuerzas de ocupación. Le dispararon más de ocho veces.
Si ellos no se tapan las caras, los identifican y se arriesgan a que vayan de madrugada a sus casas, los secuestren y los lleven a una prisión militar muchas veces sin juicio. Les aplican lo que denominan detención administrativa y pueden pasar años ahí. En muchos casos sus familias están esperando volverlos a ver pero nunca supieron qué fue de ellos.
Pero dentro del ejército de ocupación sionista también se tapan la cara de negro, tengo fotos, los vi, y quiénes son: los francotiradores, los mismos que andan tomándole fotos a los chiquitos y a los activistas internacionales. Por qué no quieren ser identificados.
Entonces, la resistencia popular, los que están defendiendo a Palestina, su derecho a existir y su libertad en estos momentos son la juventud y la niñez y lo que tienen son piedras y una que otra vez cuchillos, porque puedo asegurarte que el 80% de esos cuchillos son mentira, se los ponen una vez que los ejecutan en la calle.
Las detenciones por sospechas
Retomando sobre las detenciones administrativas. Estas le permiten, no a una corte, sino a militares y a policías de la frontera (que tienen un gran poder) arrestar a una persona bajo sospecha. Repito bajo sospecha. No necesitan nada más que eso. Si sos activista local y perteneces a la resistencia popular, es decir, esos chiquitos que están lanzando piedras, pueden aplicártela, aun siendo menor de edad, hasta por quince años y mientras te tienen bajo esa medida, que es totalmente violatoria a los derechos humanos, te la pueden estar renovando, sin que una corte te haya condenado o siquiera haya sido llevado a juicio. Esto es muy importante que la gente lo sepa.
Tengo el caso de un amigo que tiene alrededor de un mes de estar arrestado en la prisión militar de Ofer. Le aplicaron una detención administrativa de cuatro meses y aún está esperando que le digan cuál es el cargo. Estando yo en Al Jalil lo habían arrestado dos veces, cada una de un mes, nunca le dicen de qué lo acusan. Su caso es uno entre muchísimos. Hay niños de doce años que tienen detención administrativa y han pasado años en una cárcel. Eso es totalmente violatorio a los derechos humanos, queda muy claro que Israel tiene la cultura de la impunidad. Disculpas por la crudeza pero yo no ando con mucho adornito porque lo vi, lo viví, nadie me lo conto.
Un bloqueo inhumano
También está el tema del bloqueo, la peor situación se vive en la Franja de Gaza que tiene doce años bajo este cerco. Muy difícil la vida ahí. Yo no estuve en Gaza pero estuve en Al Jalil que está a 62 kilómetros, tengo muy buenos amigos ahí.
Es muy difícil por qué. Imaginen lo que es, por ejemplo, tener un hijo enfermo y debido a que casi no hay fuentes de empleo no se pueda comprarle un medicamento y peores los casos donde ni siquiera está disponible en la zona. Ellos viven con alrededor de cinco horas diarias de electricidad y tienen cortes de agua. En el 80% de toda Palestina el agua no es potable, yo me enferme cuatro veces por tomar agua del grifo. Por otro lado, otra de las carencias es el gas para cocinar. La mayoría de los palestinos no cocina con electricidad sino con gas porque es más barato. Eso que menciono es en Gaza que es lo que la gente tiene más presente. Ellos no pueden salir, si quieren visitar a su familia que está en Cisjordania, no hay forma.
Los sionistas han cometido muchos crímenes de lesa humanidad. Uno de los crimines más silenciosos que vive la población de Gaza es la separación de familias. Hay familias que tienen años de no verse, que su padre o su madre ha fallecido y no han podido darle el último adiós.
Si necesitan recibir un tratamiento médico, que esta fuera de la Franja, muchas veces se mueren en los puestos fronterizos esperando el permiso. Recientemente una chiquita de cinco años agonizó y murió sola en un hospital en Jerusalén porque sus padres no pudieron acompañarla porque no les dieron el permiso, tenía un tumor cerebral. Entonces esto no es algo que de repente a Tatiana Gamboa se le ocurrió venir a decir, realmente no, la realidad habla por sí sola.
En el caso de Cisjordania hay un poco más de acceso a ciertos medicamentos pero tampoco es que viven en el paraíso. Podrán tener acceso a un poco más de comida, pero no podemos obviar que en Cisjordania no hay libertad para moverse de un lugar a otro si no pasas un check point. No pueden preguntarle al ejército por qué cerraron la calle por donde sus hijos tenían que ir a la escuela. Los gasean, los amenazan con las armas, los llevan arrestados o los ejecutan. Hay gente que dice “pero bueno, mira hay un poco más de comida, están un poco mejor”. Eso no es cierto. Sufren acoso, amenazas, persecución, contantemente el ejército de Israel va y ataca escuelas, lanzan bombas de gas, lanzan bombas de sonido. De madrugada a veces no se puede dormir. Cuando menos lo esperas los militares entran a tu casa. Eso es Cisjordania.
El papel de la Autoridad Palestina
En varias ocasiones me tocó ver a policías de la Autoridad Palestina, del gobierno de Mahmud Abbas, cuando los jeep militares israelíes entraban en áreas donde no podían, por ejemplo en H1 (que es la parte de Al Jalil que controla la Autoridad Palestina), sacando e impidiendo que los militares se adentraran más. Sin embargo, también tengo que decir que me tocó ver durante varios enfrentamientos, entre los chicos y el ejército de ocupación, a los policías palestinos en su oficina sentados en el balcón tomando café mientras les estaban disparando munición real. Otras veces los veías vestidos de civil, pero con su identificación, trabajando en conjunto con el ejército israelí.
Mahmud Abbas tiene un mandato cumplido desde el 2006 y no ha permitido elecciones. Es mi percepción que la mayoría de los palestinos sienten que Abbas en ocasiones trabaja en conjunto con la ocupación, que tienen acuerdos de seguridad. Por otro lado también me di cuenta que la mayoría de los que apoyan a la Autoridad Palestina es gente de clase alta.
No es cierto que el grupo de resistencia islámica Hamas tenga solo apoyo en la Franja de Gaza. También tiene mucho apoyo en Cisjordania. Incluso, estando en Al Jalil, hubo una manifestación de simpatizantes de Hamas que lo que llevaban era banderas y fueron reprimidos con gas y con garrotes por los policías de la Autoridad Palestina.
Algunos palestinos me decían que si las elecciones fueran mañana ganaría Hamas. Esa es la pregunta del millón. Yo no podría contestarla. Pero si pude percibir que Hamas tiene bastante apoyo en Cisjordania. En Ramala no, prácticamente todos apoya a Al-Fatah y al gobierno de Abbas. Sin embargo, también dentro de Al-Fatah hay quienes apoyan la resistencia popular.
Por último, muy importante, el gobierno de Abbas se ha referido a la resistencia popular –los chicos y jóvenes– como terrorismo local, es decir él está siendo eco del sionismo.