Por Sthefanny Zúñiga Jara
El pasado lunes 27 de mayo se realizó en la escuela de Artes Plásticas, una Asamblea de urgencia para tomar medidas de lucha a causa de los problemas de infraestructura que afectan a estudiantes y las personas trabajadoras, siendo el punto detonante las constantes inundaciones del edificio en las últimas semanas con el inicio de la estación lluviosa.
Contextualizando un poco, el movimiento de Artes se dio en medio de otras protestas contra rectoría; el mismo lunes en que se realizó la Asamblea se realizó una conferencia de mujeres para pronunciarse contra el acoso sexual en las universidades públicas. Asimismo, el martes 28 de mayo luego de que se realizara una protesta de artes hacia rectoría (de aproximadamente cuarenta personas), la oficina de administración financiera se mantuvo en paro activo -por cargas desproporcionadas de trabajo- y, días antes, la oficina de Acción Social también mantuvo un paro activo.
Regresando a la Asamblea de artes, esta fue muy exitosa y tuvo una asistencia de aproximadamente 60 personas. Ese mismo día se llevo a cabo una manifestación hacia rectoría haciendo una caravana por distintas facultades de la Universidad para visibilizar el problema.
También, se debe mencionar que la Asamblea tuvo puntos débiles, específicamente dos: el primero fue votar las propuestas todas de una sola vez, esto ya que habían ciertas propuestas que requerían detallarlas por sus particularidades. Y el segundo punto bajo fue el no concluir la Asamblea de manera ordenada y asignar responsabilidades, además de convocar a futuras Asambleas para informar y discutir las propuestas de la administración.
En cuanto a los resultados la Asociación dio a conocer los alcances de las negociaciones el día 29 de mayo (sin embargo al escribir este artículo no se tiene certeza sobre si existe un acuerdo firmado entre las partes). Antes de pasar a eso es resaltable que, a pesar de las limitaciones, las y los estudiantes lograron que Rectoría les diera una respuesta rápida y no se vio como algo “normal” estudiar en un edificio que se está cayendo a pedazos.
Esto último es un elemento sumamente progresivo que debería quedar en la mente del estudiantado, pues no se debe “naturalizar” que estudiar o trabajar en una universidad pública implique hacerlo en condiciones precarias. Justamente por esto, desde Ya Basta impulsamos desde mediados de mayo una campaña de firmas en la escuela (¡que sumó alrededor de 250 firmas!) para denunciar los problemas de las inundaciones, así como apelar al estudiantado para organizarse y exigir mejoras inmediatas a las autoridades universitarias.
Pasando a los resultados de las negociaciones, es de resaltar que ya la escuela cumplió con la aprobación del anteproyecto para ingeniería. De modo tal que, según el comunicado, a final del año deberían estar los planos concluidos y, a mediados del próximo, ya debería estar el proceso de licitación listo y luego empezaría la remodelación. Es importante que el estudiantado se mantenga atento a este proceso para garantizar que efectivamente se construya un edificio adecuado.
En cuanto a la medida inmediata de cerrar el pasillo es lamentable -y sobre todo peligroso- que aún algunos grupos de taller estén recibiendo clases allí, ante lo cual es preciso hacerle un llamado al personal docente para que no arriesgue la integridad del estudiantado, ya que es una victoria del movimiento lograr que se inhabilite el pasillo como aula.
Más allá de los resultados inmediatos de esta lucha, lo más destacable es que representó un proceso de organización estudiantil desde abajo, con una asamblea democrática y apostando a la movilización como método para lograr nuestra reivindicaciones. ¡Así hay que refundar el movimiento estudiantil! Esto es cualitativamente distinto a la experiencia en los últimos años con el directorio federativo, ahora conducido por Progre (juventud del PAC y por lo tanto pro-gobierno) pero que anteriormente estuvo controlado por Alternativa (juventud del FA, también aliada de los gobiernos del PAC), las cuales sumieron al movimiento estudiantil en una terrible crisis política, bloqueando las vías para la discusión democrática y la movilización.