Por Las Rojas Barcelona
La sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra, avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, declaraba que la manada de Pamplona no había violado, sino sólo abusado. Las consecuencias sociales de esta sentencia son dos: la primera, el rechazo por parte de un movimiento social de mujeres que obliga a cambiar esta sentencia por el Supremo, declarando que SÍ que fue violación. La segunda, las agresiones sexuales múltiples se disparan.
Aquel movimiento feminista salió a las calles para luchar contra la sentencia, pero impulsado también por la lucha contra el avance de la extrema derecha: Vox. Ya sabemos que la extrema derecha se alimenta de problemas reales, pero siempre con discursos falsos, apuntando en dirección contraria al enemigo. Las violaciones múltiples entran a su límite de manipulación.
Es en este contexto que cada vez se escucha más la figura de los MENAs (Menores Extranjeros No Acompañados). Las personas que son etiquetadas con estas siglas suelen cumplir perfiles similares, ya que se encuentran en situación de abandono, precariedad y estigmatización racial. Si cada vez se habla más de los MENA, es por el discurso de odio de la extrema derecha, que pretende culpabilizar a las personas de origen extranjero por las agresiones sexuales.
Y ¿qué hace la extrema derecha cuando ya marca su enemigo? El pasado viernes un grupúsculo de extrema derecha atacó un centro de menores extranjeros, en el Masnou, hiriendo a 4 menores y 2 trabajadores. El ataque fue agitado por un militante de Vox, y promovido por redes sociales por un socio de Ciudadanos. Es el tercer ataque contra centros de menores por la extrema derecha desde Marzo.
La excusa del ataque fue la agresión sexual que sufrió una chica a manos de un MENA. ¿Desde cuándo la extrema derecha se interesa por el bienestar de las mujeres? Nunca lo ha hecho, y ahora tampoco. Si realmente lo hiciera, atacaría a la justicia patriarcal, que legitima las agresiones sexuales hacia las mujeres. Su discurso de odio choca con la realidad: la mayoría de violadores son españoles y el, inmensa mayoría, mayores de edad.
Ahora bien, el papel del Estado frente a las agresiones racistas también es permisivo. ¿Como si no se explica que, de tres ataques racistas previamente convocados por redes sociales, ninguna se pudo parar? E incluso los centros de menores denunciaron una lentitud inusual por parte de las fuerzas de seguridad. El racismo institucional no es nada nuevo, lo podemos ver en los CIES, en las fronteras o en las negativas del gobierno del PSOE para rescatar personas en el mediterráneo, entre otros.
Por lo tanto, hay que marcar al Estado patriarcal y racista como el enemigo a derribar, y no ceder ni un paso al racismo de la extrema derecha ni a su discurso de odio. El único camino es con la lucha en las calles, y es ésta que desde SOB-Las Rojas Barcelona, apostamos.
¡No es abuso, es violación!
¡Ninguna persona no es ilegal!
¡Abajo el Estado racista y patriarcal!