A juzgar por declaraciones recientes, uno de los discursos más esperados en la agenda presidencial de Estados Unidos, el del Estado de la Unión, tendrá como tema principal la lucha contra la desigualdad.
El discurso será este martes en la noche en el Capitolio, en Washington, y los asesores del presidente Barack Obama han resaltado que el mensaje estará enfocado -principalmente pero no de manera exclusiva- en la búsqueda de oportunidades para las clases media y baja.
El mismo Obama ha convertido el desempeño económico en su proyecto bandera, ha resaltado avances en temas de crecimiento y reducción del desempleo y ha dicho que medirá su presidencia en buena medida con base en lo que logre para mejorar la situación de la clase media.
En ese discurso se inscribe la búsqueda de una reforma migratoria para unos 11 millones de indocumentados que se cree viven en el país. Éste ha sido uno de sus proyectos clave, pero se ha topado con considerable oposición del Partido Republicano.
Algunos republicanos también consideran que la desigualdad se debe a las políticas económicas del presidente, que fomentan la «dependencia gubernamental en vez de la movilidad económica», como dijo en diciembre el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.
¿Pero qué tan seria es la desigualdad en Estados Unidos? BBC Mundo le presenta cinco cifras que le ayudarán a entender el problema.
US$27.000: la diferencia de ingresos entre blancos y negros
En agosto del año pasado, cuando Estados Unidos conmemoró el aniversario número 50 del famoso discurso de Martin Luther King en Washington, no fueron pocos los que resaltaron que aún persisten las diferencias económicas entre los blancos y los negros en el país.
La división de tendencias demográficas y sociales del Centro de Investigación Pew, un instituto de investigación con sede en Washington, explicó en su momento que las mediciones de los ingresos familiares, la riqueza familiar y la propiedad de viviendas revelan que las brechas hoy son «tan amplias o más amplias que en los años 60 y 70».
Lo ejemplifica con una cifra: la diferencia entre los ingresos familiares de blancos y negros creció de US$19.000 en 1967 a casi US$27.000 en 2011.
Las diferencias también se hacen evidentes cuando se comparan los ingresos de otros sectores de la población. El centro Pew resalta que la brecha de ingresos entre hispanos y blancos también ha crecido desde 1970.
Según cifras de la Oficina del Censo, el ingreso familiar promedio de los blancos fue US$67.175 en 2011; US$39.760 de los negros; US$68.521 de los asiáticos y US$40.007 de los hispanos.
Pero también ha habido avances en la situación económica de muchos grupos en Estados Unidos desde la época de Martin Luther King. En el marco del histórico aniversario, la Oficina del Censo resaltó que el ingreso promedio de los negros se ha duplicado, la pobreza ha caído en 14% y ha aumentado la participación educativa de esa población.
46,5 millones: el número de pobres en EE.UU.
La Oficina del Censo reportó en septiembre del año pasado que el número de estadounidenses que viven en la pobreza aumentó levemente en 2012 hasta los 46,5 millones.
Pese a que la economía del país mejoró a nivel macroeconómico, el número de personas a las que se considera pobres aumentó en 300.000. La misma entidad indicó que unos 16,1 millones de niños están en la pobreza, así como 3,9 millones de adultos mayores de 65 años.
El documento indica que la pobreza en 2012 fue más pronunciada entre negros (27,2% o 10,9 millones de personas), hispanos (25,6% o 13,6 millones) y asiáticos (11,7% o 1,9 millones) que en los blancos no hispanos (9,7%).
Los autores del informe situaron el umbral de la pobreza en los hogares que tienen ingresos anuales de menos de US$23.492 para una familia de cuatro personas.
Esta problemática ha cobrado importancia en 2014 por el aniversario 50 de la «guerra contra la pobreza» que proclamó el presidente Lyndon B. Johnson en su discurso del Estado de la Unión.
Hay más ricos que antes
Un análisis del Centro Pew sobre las estadísticas reveladas por la Oficina del Censo reveló, en abril del año pasado, que la riqueza aumentó para los más ricos y cayó para el resto.
Entre 2009 y 2011 -los dos primeros años de recuperación económica tras la crisis- el valor promedio neto de los hogares en el 7% más rico creció en 28%, mientras el valor neto de los hogares en el restante 93% cayó en 4%.
El análisis explicó que las diferencias se deben al repunte en los mercados de valores -donde concentran sus riquezas los más ricos- en comparación con el rendimiento del mercado inmobiliario, donde las familias menos adineradas tienen puestas las suyas.
Por esas diferencias, el centro Pew concluyó que la desigualdad en las riquezas se incrementó durante esa fase de la recuperación económica.
El impacto de una educación menos desigual
Una de las conclusiones de un informe preparado para el Departamento de Educación de Estados Unidos, hace un año, fue contundente: «Ninguna otra nación desarrollada tiene desigualdades tan profundas o sistémicas; niguna otra nación desarrollada ha generado, a pesar de algunos esfuerzos, tantas condiciones desfavorables para muchos de sus niños».
El argumento se refiere al sistema colegial en el país y el informe resalta las disparidades educativas que existen entre los distintos grupos sociales.
«Si el rendimiento de los estudiantes hispanos y afroestadounidenses creciera a niveles comparables al de los blancos y permaneciera así durante los siguientes 80 años, la evidencia histórica indica que el impacto sería asombroso, al añadir US$50 billones (en valores actuales) a la economía».
El documento resalta que el sistema educativo está «segregado» tanto en temas de ingresos y riqueza como de raza. Y explica que hay 10 millones de estudiantes en las comunidades más pobres que están afectados por un sistema que los vincula a los profesores y escuelas de menor rendimiento, así como a expectativas y oportunidades menores.
Las desigualdades en la educación son claves porque, como explica el Instituto Brookings en un estudio de junio de 2013, una mejor educación es una forma para transformar las circunstancias económicas.
Ese estudio explica que si bien los niños de familias ricas y pobres nacen con habilidades similares, los padres más adinerados invierten más en sus niños, lo que aumenta la brecha educativa colegial y las posibilidades de ir a la universidad.
En cuanto a esto último, Brookings resalta que «un grado universitario puede ser un boleto para salir de la pobreza»: una persona de ingresos bajos sin un grado muy probablemente permanecerá en la parte baja de la escala social, mientras una persona de ingresos bajos con un grado puede «fácilmente» llegar a otro nivel, incluyendo el más alto.
No obstante, «las tasas de graduación de la universidad se han incrementado considerablemente para los estudiantes adinerados, pero se han estancado para los estudiantes de bajos ingresos».
47%: quienes creen que la desigualdad es muy grave
La desigualdad en Estados Unidos no se refiere solo a las cifras económicas, sino también a la percepción que hay sobre el problema.
Poco después de que Barack Obama pronunciara un discurso importante sobre su política económica, a finales del año pasado, el Centro Pew analizó el impacto que tiene la desigualdad para los estadounidenses.
«En la mayoría de países avanzados hay una correlación entre la preocupación pública sobre la brecha entre ricos y pobres y la realidad económica subyacente».
«Pero en Estados Unidos, en comparación con las otras naciones ricas encuestadas, la desconexión entre la preocupación pública y el tamaño de la brecha es grande».
Mientras en las economías en desarrollo la brecha es considerada un problema muy grande por el 74%, en Estados Unidos es el 47%.
Otra encuesta del Pew encontró que el 76% de los estadounidenses está de acuerdo con la frase «hoy es realmente cierto que los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres».
En el país, la quinta parte más alta de la tabla de ingresos gana 16,7 veces más que la quinta más baja, según el Pew.
Por Thomas Sparrow, desde Washington, BBC World, 28/01/2014