Compartir el post "Argentina – 10 de abril: un paro histórico con fuerte presencia de la izquierda"
En el momento que estamos cerrando esta edición todavía está en desarrollo un paro general histórico en nuestro país… Se trata de la contundencia de un paro al cual han contribuido también los piquetes organizados por la izquierda: piquetes de la amplia vanguardia exitosos en toda la extensión nacional colocándole el condimento “activo” a la jornada
“Facundo Moyano [de la CGT] repudió los piquetes que estaban realizando militantes de izquierda en el marco del paro convocado por el sindicalismo opositor, al destacar que esas protestas son ‘ilegitimas’ y ‘terminan manchando’ la huelga”. (TN, 10 de abril)
En el momento que estamos cerrando esta edición todavía está en desarrollo un paro general histórico en nuestro país, de ahí que el balance que colocamos aquí sólo pueda ser provisorio a ser enriquecido con una evaluación más de conjunto.
Con el transporte completamente paralizado, las rutas y avenidas a lo largo y ancho de la Argentina lucían esta mañana completamente desiertas. Se trata de la contundencia de un paro al cual han contribuido también los piquetes organizados por la izquierda: piquetes de la amplia vanguardia exitosos en toda la extensión nacional colocándole el condimento “activo” a la jornada (y en los que se observó una fuerte presencia del PO, el PTS y de nuestro partido).
En cualquier caso, la contundencia del paro muestra un salto cualitativo en la bronca y experiencia de los trabajadores con el gobierno de Cristina; un fin de ciclo en el cual está en curso una pelea alrededor de lo que viene después de los k, de ahí el nerviosismo de unos dirigentes que trabajan para distintas alternativas, todas patronales, y que le huyen como la peste a toda posibilidad de desborde desde las bases.
Ya el paro general de año y medio atrás (el 20 N) había mostrado una bronca creciente contra el gobierno y la disposición a manifestarla de amplísimos sectores de la clase obrera. Y se puede decir que la de hoy es una jornada cualitativa: una bronca mucho mayor, un paro de transportes total y una participación de la izquierda significativa, participación que con los piquetes realizados en puntos neurálgicos de todo el país le dio un carácter más activo a la jornada.
En total, se trata de un paro general categóricamente más fuerte que el propio 20 N y dónde la burocracia oficialista de la CGT Caló y la CTA Yasky quedaron como pintadas, en ridículo: a pesar de ellas y de toda la acción del gobierno contra la huelga, la misma se está desarrollando masivamente como si no existieran.
El gobierno a la defensiva
Junto con la contundencia del paro, lo segundo a subrayar es que el gobierno ha quedado a la defensiva frente a la medida de fuerza y los mismos piquetes de la izquierda. Esto se puede observar en como el oficialismo no se pudo jugarse a romper los piquetes realizados en Henry Ford y Panamericana, en el Puente Pueyrredón, la autopista del Oeste y otros puntos neurálgicos del país. Si el gobierno se hubiera sentido fuerte se habría jugado a “quebrarlos”; pero, justamente, la realidad es que se ha mostrado debilitado frente a la huelga.
Esto ya se venía venir desde ayer miércoles 9 cuando las declaraciones de Cristina buscaron ser “conciliadoras” señalando que “no iba a cuestionar el derecho de huelga”; que hacer huelgas “está muy bien”. Esto fue concomitante con las declaraciones dejadas trascender desde el gobierno de que no habría “operativos especiales” en relación a los piquetes.
Es verdad que en Panamericana y Henry Ford (el corte más importante en todo el país, en el centro neurálgico del proletariado industrial de la Argentina) hubo algunos forcejeos, que la Gendarmería hirió a un compañero de Kronberg y que detuvo a uno de Donneley. Pero, en definitiva, la cosa no pasó a mayores y el gobierno no se jugó realmente a desalojar el corte. Tampoco hizo lo propio en el puente Pueyrredón (el segundo corte en importancia), o la autopista del Oeste (el tercero), ni en los demás cortes en todo el país donde más allá de incidentes menores no hubo problemas de importancia.
La base de esta situación defensiva del gobierno frente a los piquetes es el parazo que se está realizando hoy: una jornada histórica. El paro de transportes es casi total; sólo los taxis funcionan en la Capital Federal. En el movimiento obrero industrial hay un sinnúmero de fábricas paradas, algunas de ellas casos ejemplares como las 48 horas de huelga en FATE. Pero en muchas otras fábricas también se ha parado. E, incluso, ha habido casos como el de la FORD (el SMATA no llamó al paro) dónde se dio una suerte de “asueto” a los compañeros con diversas excusas (que el comedor no iba a funcionar y cosas así). Lo mismo ha sido el caso de parte importante de las autopartistas mecánicas y metalúrgicas dependientes de ella, así como otro conjunto de ejemplos en todo el país que todavía a estas horas es complejo tener una radiografía en su totalidad.
Los docentes pararon masivamente a lo largo y ancho de la Argentina. También así los estatales, los camioneros, portuarios, los trabajadores de aeropuertos y líneas aéreas, los gastronómicos, judiciales, y un larguísimo etcétera. De entre esta larga lista hay que destacar, además, la línea ex Sarmiento del ferrocarril Roca, entre otras que también fueron paradas por la Fraternidad.
Es decir: se trató de un paro general con una enorme masividad, que abarcó prácticamente la totalidad de los trabajadores del país sean de los sindicatos que sean (oficialistas u opositores), que contó con un paro histórico del transporte, y dónde la acción de la izquierda logró teñir la jornada instalando el planteo del paro activo y la necesidad de la continuidad de la pelea mediante un plan de lucha.
Moyano, Barrionuevo y el papel de la izquierda
Esto nos lleva a la incomodidad de Moyano, Barrionuevo y Micheli con la izquierda, los que llamaron a un paro pasivo, dominguero, y al cual la izquierda clasista la “copó la parada” logrando hacer cortes masivos en varios puntos neurálgicos del país y que tuvieron amplia cobertura mediática.
Desde el principio Moyano había dicho que quería un paro “como los antiguos, dónde no se moviera un alfiler”. Esto quería decir un paro total. Pero también un paro pasivo, dominguero, dónde no hubiera nada que amenace desbordar su control sobre la medida de fuerza, que le metiera una presión activa alrededor de la continuidad de la lucha. Esta misma mañana temprano Facundo Moyano salió a intentar deslegitimar los piquetes de la izquierda señalando que “no son parte del derecho de huelga”… Incluso coincidió en cierta forma con Capitanich, que para restarle contundencia al paro, habló de “gran piquetazo nacional”.
Es verdad que la inmensa mayoría de los trabajadores se quedó en su casa como forma de manifestación de su bronca con el gobierno y contra el brutal ajuste económico que está descargando. Pero al mismo tiempo Moyano, Barrionuevo y Micheli fracasaron parcialmente en lograr que la medida fuera sólo dominguera: no hubo de otra cosa de la que se hablara más a lo largo de la mañana que de los piquetes que realizó la izquierda desbordándolos y que tiñeron la jornada con un elemento activo de importancia.
Esto es lo que nos lleva al papel de la izquierda en la jornada del paro general. El “Encuentro Sindical Combativo” que integramos junto con el compañero Pollo Sobrero, el PTS, nuestro partido, el Perro Santillan, IS y otras organizaciones, tuvo gran presencia en los cortes más significativos. También los compañeros del plenario del SUTNA San Fernando, fábrica que debe haber realizado la huelga más importante de este paro general. No sabemos a estas horas el caso exacto de qué pasó en Kraft. Pero recordemos que estas dos grandes fábricas dirigidas por la izquierda no pudieron parar en oportunidad del 20 N. Ahora si pararon, al menos esto ha sido así en el caso de FATE, entre otras. Hubo un cambio cualitativo vinculado no solamente a una mayor presencia de la militancia obrera y estudiantil en los cortes, sino en la cantidad de lugares de trabajo dónde la izquierda incidió para que paralizaran sus tareas desmintiendo la denuncia de la burocracia acerca de su supuesta “falta de representatividad”, representatividad que, a todas luches, viene en ascenso, si bien aun no se expresa en la dirección de algún sindicato nacional.
Vamos por un paro activo de 36 horas
Por anticipado ya Moyano había señalado que no iba a convocar inmediatamente a otra medida de lucha, que quería darle “tiempo” al gobierno para que los citara a dialogar… La verdad es que nadie espera que el gobierno convoque a la CGT opositora; más bien trató de ir cerrando todos los acuerdos paritarios posibles con las conducciones afines (y también de las otras) por cifras menores al 30%, aunque después de lo logrado por los docentes en la provincia de Buenos Aires, en algunos casos tuvo que convalidar acuerdos que se acercan a esa cifra.
De todas maneras si el gobierno quedó a la defensiva frente a la medida de fuerza, nadie espera retroceda frente a un ajuste que es apoyado por una Santa Alianza de toda la patronal y la oposición política. Oposición política que es a la que responden, en definitiva, Moyano, Barrionuevo y el propio Micheli.
En realidad, no es que Moyano espere ser recibido por el gobierno, sino que se trata de una táctica dilatoria con la excusa del “diálogo” de manera tal de administrar la lucha; no salir a convocar un paro de 36 horas que podría expresar una radicalización mucho mayor que la jornada histórica de hoy; que podría hacer, incluso, que masivamente y no sólo una vanguardia, tomara en sus manos el carácter activo de la lucha desbordando los estrechos marcos de los cuerpos orgánicos sindicales.
Pero de esto se trata, justamente, la acción de la izquierda y de las fuerzas que estamos mancomunadas en el Encuentro Sindical Combativo: de pelear porque la lucha vaya más allá, porque se ponga en marcha un verdadero plan de lucha que desemboque en un paro general activo de 36 horas convocando a los efectos de esta batalla a un nuevo encuentro como el de Atlanta durante las próximas semanas, pero que sea más masivo todavía y nos prepare para desarrollar en común esta pelea por la continuidad del paro general.
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DESPUÉS DEL 10-A, EL 1° DE MAYO TODOS A LA PLAZA
Parte de esta batalla que están dando los trabajadores contra el ajuste K es una pelea política: llevar el reclamo masivamente a la Plaza de Mayo, a las narices del gobierno nacional; levantar las banderas de “abajo el plan económico de ajuste del gobierno” incluso poniendo sobre la palestra la cuestión de la continuidad del gobierno del ajuste y levantando las banderas de una salida de clase, desde los trabajadores, a la crisis nacional.
Esta es la tarea que tiene planteada la izquierda y los sectores combativos el próximo 1° de Mayo: convocar a un acto multitudinario en Plaza de Mayo contra el gobierno agrupando a los sectores clasistas e independientes de la clase obrera.
Un acto sólo electoral, sólo del FIT (como se han venido desarrollando estos últimos tres años), sería un verdadero desastre; sería renguear por detrás de la realidad de manera oportunista frente al desarrollo actual de la lucha de clases, que marca una coyuntura dónde las luchas están en ascenso y cuando venimos de una jornada como la de hoy, de piquetes exitosos, dónde la presencia del PO, el PTS y nuestro partido fue de importancia, tal cual se pudo ver por todos los medios de comunicación.
Y esto, para colmo, en un año dónde se juega el destino de para dónde será el recambio k: si en manos de la “normalidad electoral” y de la oposición patronal en alguna de sus variantes, o si se produce algún desborde que abra vías para el lado de los trabajadores.
Porque el desarrollo de las luchas contra el ajuste del gobierno podría echar al traste el “calendario electoral” y poner en cuestión -sobre la base de la lucha y movilización de los trabajadores- el desvío electoral de las luchas. Se trata, en definitiva, de un debate de fondo que es el que está sentando las bases de la crisis que se observa en el FIT: si se encamina a una orientación fundada en las perspectivas de la lucha de clases o sólo electoralista.
El 1° de Mayo hay que levantar una tribuna de lucha y por la independencia de clase de los trabajadores que le diga bien alto al gobierno que le daremos pelea al ajuste y a los burócratas de todos los colores, que las fuerzas del clasismo vienen creciendo en todos los gremios.
Editorial de Socialismo o Barbarie, 11/04/2014