París.- Como señalamos en artículos anteriores, las elecciones municipales en Francia se saldaron con una fuerte derrota para el gobierno del PS, y el consecuente progreso de la derechista UMP y de la extrema derecha de Marine Le Pen. Como respuesta a esto, el gobierno continuó con su giro a la derecha, nombrando al reaccionario Manuel Valls[[1]] como primer ministro, y anunciando exoneraciones fiscales a las empresas y ajustes en el gasto del Estado.
En este marco, la movilización del 12 de abril, que se venía preparando desde antes de las elecciones, cobraba una importancia central. Lanzada inicialmente por el NPA (Noveau Parti Anticapitaliste) como una iniciativa para retomar la calle que había sido ocupada mayoritariamente por la derecha y la extrema derecha los últimos meses, se sumaron a la misma el Parti de Gauche de Mélenchon y el PCF. A partir de allí se realizó una convocatoria común a la que se fueron sumando personalidades, asociaciones feministas y de inmigrantes, secciones sindicales de la CGT y de Solidaires.
El resultado fue una movilización que reunió a cerca de 100 mil personas y permitió reflejar una oposición por izquierda a las políticas gubernamentales, aunque estuvo marcada por los límites que le imprimieron algunos de sus convocantes.
Una importante movilización unitaria, con presencia de sectores en lucha
Los anuncios del gobierno fueron un impulso importante para la movilización y ayudaron a convertirla en un hecho objetivo a nivel nacional, como se vio reflejado por los diferentes medios masivos de comunicación que dieron cuenta de la misma. Esto se vio también en la adhesión de diferentes secciones locales de sindicatos, lo cual permitió darle una base social a la movilización.
Diferentes “uniones departamentales” (que agrupan a todos los sindicatos de un mismo departamento) de la CGT llamaron a movilizarse el 12, aun contra la política de la dirección nacional de la CGT, que se negó explícitamente a sumarse a la manifestación con la excusa de que aún había que “esperar” y no saltar la etapa del “análisis”.
¿Cuánto puede tardarse en analizar una política que prevé 50 mil millones de reducción del gasto estatal, y 30 mil millones de euros de exención de impuestos a las empresas? No queremos pecar de malpensados: tal vez los burócratas de la CGT no son muy buenos en matemáticas. A pesar de esto, dirigentes sindicales de la CGT (Industrias Químicas, estatales, gráficos, etc.), de fábricas en lucha (Fralib, Conti, Prestalis), así como diversos sindicatos que pertenecen a la confederación “Solidaires”, llamaron a manifestarse.
Una columna de sectores en lucha hizo confluir a los trabajadores de Correos de la zona oeste de París (el departamento 92), en huelga desde hace más de dos meses, a los trabajadores precarizados de la industria del “espectáculo” (cine, televisión, teatro), y a los estudiantes de la Universidad París 8, en lucha contra el cierre de carreras y la política represiva al interior de la Universidad. La columna, que reunió unas 1.500 personas, fue una de las más animadas de la manifestación, y cientos de personas se acercaron a contribuir con el fondo de huelga de los trabajadores postales.
El grueso de los manifestantes lo aportaron las organizaciones políticas, en especial el PCF y el Front de Gauche como tal. Además se organizaron micros desde el interior del país, a partir de los sindicatos o de las organizaciones políticas locales. El NPA, por su parte, realizó una importante columna de cerca de mil compañeros, muy dinámica y juvenil, además de haberse jugado a la organización de la columna de los sectores en lucha, a través de los compañeros del NPA que juegan un rol de dirección en esos sectores.
La movilización apareció objetivamente como una crítica por la izquierda a la política del gobierno, días después de la asunción de Valls como primer ministro y del anuncio de sus políticas económicas. La política que el gobierno Valls pretende llevar adelante es un ataque en toda la línea contra las condiciones de vida y de trabajo de millones de franceses, mientras sigue haciéndole “regalos” a la patronal. Oponerse de manera frontal al gobierno es la principal tarea para la izquierda. Lamentablemente (y previsiblemente), esa no es la perspectiva del PCF o del PG de Mélenchon.
[1].- Ver en Socialismo o Barbarie Nº 284, 11/04/2014, “Francia – Un gobierno de ‘combate’… contra los trabajadores los inmigrantes y los jóvenes”.
Por Ale Vinet, para Socialismo o Barbarie, 20/04/2014