Susy te cuenta su historia, se le llenan los ojos de lágrimas. Es pequeña, parece frágil. Pero tiene una fuerza que contagia. Ella es una de las valientes mujeres protagonistas de esta historia. Es una cara con nombre, uno de los rostros de las millones de injusticias y terribles consecuencias en la vida de las mujeres de la ilegalidad del aborto y del hecho de que el cuerpo de las mujeres sea del Estado, de los gobiernos, del patriarcado.
Susy fue detenida cuando sufrió un aborto espontáneo y luego acusada de “homicidio en razón de parentesco”. Fue condenada a más de 30 años de prisión. Casi sin posibilidad de defensa legal, proveniente de una región muy pobre del estado de Guanajuato. La lucha incansable de la organización de mujeres Las Libres, junto con la determinación de Susy y otras siete mujeres presas, hizo que salieran finalmente libres casi todas en 2010 y la última de ellas, Adriana, en enero de este año.
El domingo 8 de junio se exhibió el documental “Las libres, la historia después de…” del director colombiano Gustavo Montaño, y que contó con la realización técnica del argentino Mariano Corbacho. El documental recoge la historia de esta lucha por liberar a las compañeras y la lucha por el derecho al aborto en México, pero también en Argentina. Varias organizaciones, entre ellas Las Rojas, Mumalá e Insurrectas, fuimos entrevistadas para el documental acerca de la lucha por el derecho al aborto que llevamos adelante en este país.
Luego de la presentación de la película, que ahora está en etapa de gira por distintos festivales, tuvimos oportunidad de charlar durante varias horas con Susy, Vero, Rosi, Kari y Berenice.
Reproducimos parte de esta rica charla, que dejó abierta la posibilidad de confluir en el futuro en acciones continentales por el derecho al aborto en nuestros países.
LR: ¿De qué trata el documental?
Vero: La verdad es que nosotras no teníamos mucha idea de la película, no queríamos estar en la pantalla grande… (Risas) No fue un objetivo que nos planteamos. Pero sí que nosotras ganamos unos casos. Nosotras lo decimos ahora muy sencillo, le arrebatamos estas mujeres al gobierno, literalmente se las arrebatamos. Porque el gobierno estaba empeñado en que estuvieran ahí, 30 años, en la cárcel. Y nosotras, la verdad no sabíamos muy bien cómo íbamos a hacer porque nadie nos creía, nadie nos quería ayudar.
LR: ¿Cómo nace la organización Las Libres?
V: Las Libres nació por el tema del aborto. Y nacimos por una coyuntura política. Cuando Fox, que era gobernador de Guanajuato, llegó a la presidencia de la República.Se envalentonó su partido, que es muy católico, muy retrógrado y además era de nuestro pueblo. La gente del pueblo se fue a gobernar el país. Ellos dicen: la gente nos votó, podemos hacer lo que queramos en el país. Y entonces nosotros vamos a meter a la cárcel a las mujeres víctimas de violación embarazadas, que era el único derecho que había en Guanajuato. Y la ley no decía que se hiciera un aborto, decía “que se intentara hacer un aborto, después de una violación” iban a ir a la cárcel por ocho años. Entonces, dijimos esto no lo vamos a permitir, es una brutalidad.
Teníamos un grupo… no éramos organización. Nos llamábamos Movimiento Amplio de Mujeres de Guanajuato. Y movilizamos a la población. Nos pareció muy raro porque en ese estado nadie se moviliza para nada. Y que además se movilizaran con el tema del aborto, no lo podíamos creer. Pero en general yo creo que la gente estaba indignada porque el PAN, el partido de Fox, pensó que podía hacer lo que quisiera. Y la gente dijo no. Si los votamos era porque ya no queríamos al PRI en el gobierno, no para que hicieran lo que ustedes quisieran. Y estaba muy enojada la gente porque no la habían consultado.
Entonces, nosotras aprovechamos eso. En este caso en particular, las únicas que tienen que decidir son las mujeres. Nadie tiene que decidir por ellas. Y tuvimos un gran consenso social a favor del aborto por violación. La gente decía: no estoy a favor del aborto en general, pero por violación sí. Y eso generó mucha, mucha, mucha discusión social y tuvimos una difusión muy fuerte. Nosotras tomamos el Congreso, tomamos el Palacio de Gobierno, hasta que el gobernador no pudo firmar la ley. La tuvo que vetar y no se publicó. Pero vigente duró un mes la ley.
LR: ¿Y el intento del PAN (Partido del ex presidente Fox) fue hacer pasar la ley en todo el país?
V: En el estado de Guanajuato. Pero es interesante cómo aprovechó el DF (Distrito Federal, la capital de México). Cuando esa ley pasó en Guanajuato, que fue un escándalo nacional, el DF aprovechó e hizo una ley que se llamó la Ley Robles. Que era Rosario Robles, que estaba en la gubernatura del DF, una mujer feminista, que aprovechó la coyuntura. Dijo, en Guanajuato están penalizando, aquí vamos a ampliar la causal. Y cambiaron las causales en el DF. Pero nosotras, muy inocentemente creímos, todos creíamos que habíamos ganado una batalla cuando logramos que la ley de Guanajuato no pasara. Nunca nos imaginamos que aunque no pasara la ley metían a la cárcel a las mujeres víctimas de violación.
LR: ¿Y estos casos venían de antes?
V: Ya venía pasando, aunque en el movimiento de mujeres había una creencia de que no se criminalizaba a las mujeres, de que no había mujeres en las cárceles por aborto. Yo conocí a la primera de estas mujeres, a Araceli, la conocí en el 2002. La conocí y vi su expediente, que empezaba con el aborto. Los médicos la estaban acusando de aborto.
Rosi: Un periodista, que incluso sale en el documental, un día nos enseñó un libro que les entregaron a ellos los periodistas, de la misma procuraduría… se llamaba “Algunas formas de suicidio y otros crímenes de violencia”… o algo así. Entonces, él estaba leyéndolo y encontró la historia de cinco mujeres ahí, que no tenían nombres, pero eran cinco historias muy parecidas, que decía que ellas estaban en la cárcel y que las estaban acusando de haber matado a sus hijos. Pero en uno decía que estaban sentenciadas por el delito de homicidio en razón de parentesco en agravio de un producto en gestación. Y nos dijo, una de estas historias se parece. O todas se parecían, pero recordó mucho que era Araceli a la que estaban describiendo. Y nos fuimos a la cárcel. Y a la siguiente vez que fuimos a la cárcel pudimos hablar con ella. Y le preguntamos que si ella no conocía a otras mujeres que estuvieran como en su misma situación. Y ella dijo sí. Hay cinco más. (…)
LR: Pero había más casos…
V: Encontramos 130 casos dentro del estado de Guanajuato. Lo que digo es que antes el propio movimiento decía que no existían mujeres en la cárcel penalizadas por aborto. Y nosotras, necias, en demostrar que sí pasaba. En 2006 Human RightsWatch y nosotras hicimos un informe, con muchos casos que nosotras acompañábamos. Nosotras nacimos así, a partir de que quisieron criminalizar el aborto en caso de violación.El informe se llama Víctimas por partida doble y está en la página de Human RightsWatch. (…)
LR: ¿Quiénes hacían las denuncias de las mujeres?
V: En todos los casos fueron los médicos. Sólo en uno fue la partera, porque no había clínica. En otro caso, en el de Ana Rosa fue una tía, fue su tía. Pero en todos los casos eran médicos. Pero en todos los casos de aborto, en los 130, todos eran médicos y de hospitales públicos. Y estaban concentrados en dos hospitales. Luego nos metimos a sus historias. Porque todos venían de una legión muy afín al gobierno de turno. Entonces, quisimos demostrar cómo era una política del Estado contra las mujeres y contra ciertas características. Eran de la legión de Cristo. Opus Dei, los Legionarios de Cristo son como la misma historia. Y esos médicos, casualmente, son de esos grupos. Entonces, había como una ideología y como unas ganas de joder a las mujeres, por sus creencias religiosas. Bueno, el gobernador y el procurador de justicia en los casos de ellas todo el tiempo, las primeras semanas que nosotras volvimos a los medios, todo el tiempo decían son unas asesinas. (…)
LR: ¿Y cuántos casos encontraron hasta ahora?
V: Desde 2000 para acá hay 700. Lo que hay es una discriminación contra las mujeres pobres. Porque no encontramos en ningún caso mujeres ricas. Todas son mujeres pobres. Es un delito muy selectivo, contra las mujeres pobres. No hay hombres, no hay médicos en las cárceles por el delito de aborto, sólo mujeres pobres. (…) Y ahora, una organización que es la de Marta Lamas, que antes no creía, que eran las que nos decían que no había criminalización del aborto en México, y hoy se dedican, tienen mucho dinero de las fundaciones internacionales, para detectar a mujeres criminalizadas por aborto. Pero no defienden a mujeres que están con el cargo de homicidio en razón de parentesco. Sólo por aborto. Y ese es todo un tema, porque nosotras estamos planteándonos cómo hacer la descriminalización del delito. Y estamos litigando casos de aborto para que puedan llegar a la Corte Suprema y se resuelvan en consecuencia. Pero creo que sí nos vamos a echar encima a la mitad del movimiento. Porque en un debate que hubo sobre la descriminalización, estas organizaciones dijeron que nosotras no podíamos pelear por la descriminalización del delito porque había mujeres que eran obligadas a abortar. ¿En cuántos casos? Son muy poquitos, no puede ser que por eso… Llegaron al extremo de no pedir que se descriminalice. Ellas están por la despenalización como en DF. O sea, ellas piensan… estos grupos más institucionales y que hacen cabildeo con los legisladores y con la gente del poder piensan que la única forma de despenalizar es vía la legislatura. Que la legislatura despenalice y se legalicen los servicios. Nosotras pensamos que la vía es la descriminalización. Porque el DF lo tiene despenalizado hasta las 12 semanas, pero después de las 12 semanas sigue siendo un delito. Y nosotras queremos que no exista nunca, para nadie, para que ninguna mujer sea delito. (…) Que después de las 12 semanas ya no están tan de acuerdo. Ese es el problema de fondo. Y cómo conseguimos el aborto, el derecho al aborto, que es con la movilización y organización.
Por Manuela Castañeira e Inés Zeta, Las Rojas, Socialismo o Barbarie, 03/07/2014