En el día de hoy, 22 de julio del 2014, Damián Calci, militante de base de nuestro partido, cometió una acción contraria a los principios de la clase obrera y a nuestra tradición: arregló su desvinculación con Gestamp a cambio de dinero, donde se desempeñaba como delegado y donde se llevó a cabo una heroica pelea contra los suspensiones y despidos, como es de público conocimiento. Este hecho es una traición a la clase obrera y a sus principios.
Es incompatible a cualquier luchador, y menos si pertenece a una organización revolucionaria, venderse al enemigo de clase, cambiar la lucha colectiva, la pertenencia a un colectivo obrero, por plata; no hay nada, ni nadie que pueda justificar esta acción.
Por esto Damián Calci fue expulsado de nuestra organización, y es nombrado y así deberá ser recordado por todos los luchadores: COMO UN TRAIDOR A SU CLASE Y A NUESTRA ORGANIZACIÓN.
La salida individual es el principio burgués por excelencia. Está sostenida en la propiedad privada capitalista, basamento de esta sociedad fundada en la explotación del trabajo colectivo de la clase obrera; es decir, en el robo del sudor y padecimiento de las y los obreros en usufructo de una minoría parásita de propietarios.
La clase obrera es una realidad y tiene un programa aunque la mayoría de los obreros no lo sepa. Quien ha estado en la lucha, sabe la realidad de esa clase y del honor de pertenecer a esa clase conscientemente y a su lucha contra la explotación y por la emancipación humana. Por eso, esta traición es doble.
Las consecuencias de la traición son inmediatas y mediatas
En horas de la tarde la seguridad privada de la empresa, es decir, los perros privados de la propiedad privada, junto a los perros públicos de la propiedad privada, es decir, la policía, destrozaron el acampe de los compañeros que resistían en la puerta de la empresa.
Repudiamos la violencia y la represión de este régimen “democrático” contra los compañeros que estaban en el acampe.
Son una muestra del odio y la conciencia de clase que tiene la burguesía, su estado y sus esbirros y su verdadero carácter opresor oculto por años de democracia y mediación burguesa.
Seguramente Pignanelli y sus esbirros estarán festejando que “este zurdo tiene precio” y que vendió a sus compañeros. Ya están diciendo “vieron, este sí que la hizo bien; cómo se hizo cotizar”, siempre pregonan su Biblia, la traición en su forma más brutal y burguesa: el dinero. Ellos son los que mejor se cotizan y en forma permanente. Ellos, que son traidores a su clase de origen y no son patrones, sino basura burocrática, es decir, gusanos que parasitan a la clase obrera.
Las nuevas generaciones deben saber que la lucha de clases siempre da revancha.
La lucha por un mejor salario, por mejores condiciones de trabajo y hasta por la fuente de trabajo, es una lucha justa, imprescindible. Pero no podemos olvidar que luchamos por dejar de ser esclavos asalariados, que luchamos para que no haya explotados y explotadores. Luchamos por la emancipación del género humano de las cadenas de las necesidades y el primer paso siempre es afectar la sacrosanta propiedad privada.