“Los tiempos de la clase obrera son lentos… hay que tener paciencia, hay que esperar y organizarse por abajo”
SoB estuvo con Roberto, secretario general de la comisión interna de Pilkington, de la Lista Marrón, que ganaron la interna el 8 de julio pasado. Por primera vez una interna independiente, anti-patronal, antiburocrática e identificada con la izquierda, dirige la fábrica. Esto cobra mayor relevancia en un contexto donde la burocracia y la patronal vienen avanzando contra las internas y delegados independientes en varias fábricas de la Zona Norte, como fueron las duras derrotas de Lear y Gestamp y ahora la derrota de la interna de la ex Kraft. En Pilkington se planta bandera…
SoB: Aunque parezca que fue ayer pasaron 6 años del conflicto que hizo de la Pilki una experiencia de la vanguardia y de la recomposición y muchos no lo conocen. Contános cómo empezó aquella lucha.
Roberto: la crisis que empezó en el año 2008 tuvo su repercusión a principios del 2009 cuando la patronal dejó cesantes a aproximadamente treinta compañeros eventuales. Además, redujeron las horas de trabajo, las horas extras y eso fue generando un malestar en todos los compañeros. Entonces se hizo un pedido de $ 700 no remunerativos para paliar los efectos de la crisis y la pérdida de las horas no trabajadas.
La patronal no recibía a los delegados que estaban en ese momento, es más, les rompieron en la cara el papel que tenía el pedido; eso fue incrementando el malestar. Así fue que el 13 de marzo hicimos un paro y en respuesta de esto la patronal echó a 33 compañeros. Yo tenía 3 años de antigüedad nada más en la empresa, hablé en una asamblea y la burocracia me marcó, ni sabían cómo me llamaba pero ahí me limpiaron y comenzó todo.
Ahí empezamos con la huelga y los piquetes y conocimos al partido; por intermedio de un compañero que conocía a los chicos de FATE logramos conocer a “Chupete” y a Guille. Ahí tuvimos una ayuda importante con el tema del fondo de huelga, los compañeros de FATE que ya venían de una experiencia del 2007 nos prestaron los bombos, nos ayudaron a organizar los bonos para la lucha, el partido por medio de la FTC nos acercó 700 kg de comida, eso nos ayudó a hacer una carpa.
SoB: Ustedes fueron a la toma de la planta. ¿Cómo llegan a esa situación?
R: Después de los 33 despidos intervino el Ministerio de Trabajo, fuimos a la conciliación obligatoria y levantamos el piquete. Lamentablemente ahí no estaba todavía el partido ayudándonos. El Ministerio exhortaba a la patronal a reincorporar, pero eso no quería decir la reincorporación definitiva: volvimos los compañeros a trabajar durante 15 días, muchos con miedo, aparte, por la falta de plata por los dos meses de huelga, la patronal hizo stock y cuando se terminó la conciliación obligatoria nos volvió a despedir y ahí fue difícil, porque con los despedidos afuera, si bien se logró que los compañeros adentro no trabajen, era una situación muy peligrosa. Volvimos del Ministerio con la respuesta de que los despedidos seguían suspendidos con goce de sueldo pero sin dejarlos entrar. Ahí dijimos que teníamos que dar un salto adelante porque si no íbamos a perder. Fue una pelea con el PTS, los compañeros más ligados al Nuevo MAS queríamos tomar la fábrica y volver a los métodos tradicionales de la clase obrera y el PTS quería montar una mini asamblea de activistas en la puerta de la patronal a ver si entrábamos o no. Ahí tuvimos la ayuda del compañero Benjamín, que se le ocurrió una idea genial: le di mi auto a dos compañeros que no estaban despedidos; entonces cuando el de seguridad le abre el portón, entra mi auto y lo para trabando el portón y todos atrás corriendo nos metimos en la planta. Ahí fue cuando el conflicto dio un salto favorable para nosotros, porque una cosa es estar afuera, cortar y hacer medidas políticas, que son importantes, pero cuando uno toma realmente la fábrica y se adueña de los medios de producción es cuando el conflicto da un salto hacia adelante.
SoB: ¿Cuánto tiempo duró la toma?
R: Yo estuve adentro 5 días. La política del Nuevo MAS era recuperar los antiguos métodos de lucha, con toma, permanecer en el lugar para mantener bajo nuestro control los medios de producción. La política errónea del PTS por medio del legalismo fue sembrando el miedo diciendo que era ilegal ocupar la propiedad privada, etc. Además la inexperiencia de los delegados, el legalismo de la gente, ellos querían hacer un conflicto afuera de la planta, difundir la lucha en los medios con las denuncias y su ejército de abogados. Lamentablemente, esa idea fue primando en los compañeros y nos fueron sacando de a poquito, y en 6 ó 7 días dejaron la fábrica vacía.
Ahí fue cuando el conflicto empezó a ir desfavorable hacia nosotros, pero la patronal nos quiso quebrar y decretó el lock out y el tiro le salió por la culata porque en vez de quebrar quedó toda la fábrica afuera y nos unificó más. Ahí hicimos una acampe frente a los portones y no trabajó nadie.
Como seguíamos firmes la burocracia mandó a una patota: bajaron de una combi y empezaron a tirar botellazos. Aclaración: la burocracia del Vidrio está ligada al Frente Renovador, con Barrionuevo, por eso cayó con la hinchada de Chacharita y le hicieron a un compañero una herida cortante en la cabeza con una botella de vino. Eso en vez de amedrentarnos nos unificó y levantó como una hoguera que nos hizo mucho más fuertes. También fue muy importante un corte que hicimos en la Panamericana, donde hubo como 10 km de cola, y en ese momento no era como hoy, que es más común cortar la Panamericana.
Fue un conflicto de más de dos meses y tuvimos la suerte de que había pelea en las alturas entre la burguesía con el campo y la 125 y venían las elecciones y después de todo eso nos reincorporaron a todos. Hay muchos más detalles, pero si no se va hacer larguísimo.
SoB: Fue un triunfo pero no se vivió así. ¿Qué pasó?
R: Sí, cuando volvimos a entrar todos fue una fiesta pero dos meses después de eso vinieron las elecciones para delegados. De los dos delegados que estaban uno no iba a seguir, al final se quedó y sumaron a otro compañero medio “derechoso”. En resumidas cuentas: querían dejar afuera al activismo. Nosotros siempre fuimos con la política del partido, por la lista unitaria que representara a las tres partes componentes de la fábrica: a los más viejos, los de cuarenta años que son intermedios y a los muchachos de treinta y pico o menos que fueron los activistas.
Lamentablemente esa política no dio resultado y tuvimos que hacer una lista de activistas, bien roja, pero con eso no alcanzó: perdimos 140 a 70, y bueno, fue un golpe durísimo. La primera medida que tomó la interna que ganó fue aumentar los ritmos de la producción, traer de nuevo a la burocracia, pusieron dos líderes más por turno. Fue un golpe durísimo para el activismo, muchos compañeros no entendieron políticamente ese resultado y fueron arreglando, se hicieron despedir. Fue una etapa muy dura para mí también. Primó en muchos activistas pensar que esto no cambia nunca más y que al final luchamos “al pedo”, pero gracias a la educación del partido uno se va haciendo más maduro y comprende que hay muchos compañeros que no tuvieron la oportunidad de estudiar, que no tienen experiencia, y bueno, uno cuando realmente comprende eso… sabe con el diario del lunes que los tiempos de la clase obrera son lentos.
Seguimos trabajando por abajo, empezamos a organizar partidos de fútbol, porque en las multinacionales, con las cámaras, los líderes y la burocracia es prácticamente imposible hablar con los compañeros. Entonces al organizar el partido de fútbol, fuera de la fábrica, el compañero se toma una cerveza, se relaja, y ahí uno puede hablar y ganar a la gente. Esa fue la clave, todas las fábricas tienen particularidades diferentes pero esto tiene que ser educativo para los nuevos compañeros que se vayan sumando: las actividades fuera de la fábrica son la clave para ganar cabezas. Recuperamos la comisión interna seis años después. Con el fútbol comenzamos a conocer gente, logramos hacer una lista y ganamos con el 52% de los votos. Eso generó mucha expectativa y ahora nos estamos organizando.
SoB: ¿Pero cómo quedó la relación de fuerzas con la patronal todo este tiempo?
R: La patronal fue avanzando de a poquito, con cuidado, con la ayuda de los ex delegados pero la relación de fuerzas dentro de la fábrica quedó a favor de los trabajadores. Eso fue clarísimo durante la campaña electoral: la patronal estaba loca porque íbamos caminando con propuestas por escrito, diciéndoles a los compañeros que nosotros íbamos a hacer asambleas, y que íbamos a defender los intereses de los trabajadores. La patronal intentó revertir eso, pero no pudo porque hasta íbamos con el apoderado de la lista, que no era candidato, y era bastante chocante para ellos. Provocábamos un poco porque nos daba el contexto, compañeros de muchos años nos decían que era la primera vez desde que estaban en la fábrica que alguien venía y les decía qué iba a hacer si le daban los votos. El último día antes de las elecciones se me ocurrió hacer un video por Whatsapp muy simple, que dura 9 segundos, pero eso sumó un montón de votos porque a los compañeros les gustó. El obrero se da cuenta de todo pero quiere conservar su trabajo sobre todo; hay que tener paciencia, hay que esperar y organizar por abajo. Ahora se dio y estamos acá, muy contentos, preparándonos para enfrentar el ajuste que se viene y ganando cabezas.
SoB: La principal propuesta de campaña era la asamblea, ya que no había una desde el año 2009. ¿Cómo fue ese proceso?
R: Fue difícil lograr la primera asamblea. Le pedimos permiso al gerente, hicimos el pliego de reclamos a un mes de las elecciones, apenas asumimos, que fue ratificar lo que los compañeros nos habían dicho en la campaña. Fue más una asamblea para demostrar las relaciones de fuerzas que teníamos. Nosotros proponíamos los 6 puntos que nos habían dicho los compañeros y ellos ratificaban lo que decíamos. Por ser la primera asamblea fue bastante contundente, una asamblea de 80 compañeros en una planta de 300. La reacción de la patronal fue lo más loco, porque nosotros le avisamos por escrito que queríamos hacer la asamblea, nos pidió que fuera a contra turno, pero se ve que mucha experiencia en asambleas no tenían porque se pensaron que íbamos a ir solamente los que no estábamos trabajando en ese momento, y no, paramos toda la fábrica. Fue la primera vez que los compañeros vieron al gerente en planta. Mi compañero de fórmula iba a agarrar a los muchachos para que fueran a la asamblea y el líder los tironeaba de la otra mano para que se quedaran, y ganó nuestra postura: fueron todos a la asamblea.
SoB: ¿De qué se trata la medida de lucha que están llevando a cabo actualmente?
R: En realidad no es una medida de lucha, pero sí, lo que pasa es que revisando los papeles de las internas anteriores encontramos el acta que se firmó en el 2009 después del conflicto. La primera medida que tomó la empresa fue aumentar la producción en 800 unidades en la línea de parabrisas, pero por medio de la presión de la interna y la patronal, los trabajadores hicimos 850, es decir 50 vidrios gratis por turno. Para todos quedó que el acta decía 850 pero no era así.
Cuando nosotros presentamos el pliego de reclamos no nos tomaron en serio y la patronal quiso hacer una línea más, muy precaria, para hacer más cantidad de vidrio sin consultar a la comisión, en respuesta a eso junto con los compañeros decidimos hacer valer el acta de los 800 vidrios que es lo que está firmado y es lo que se está haciendo. Imagínate la empresa desató una campaña de terror, que no va a haber más inversiones, que van a traer de Brasil los vidrios que no se hacen; pero seguimos firmes, legalmente nos agarramos de lo que ellos pusieron y no tienen forma de rebatirlo.
Pero se pusieron muy nerviosos, ya hubo un primer intento de soborno a mi persona, preguntándome qué es lo que quiero, y yo les dije: lo que está en el pliego de reivindicaciones.
SoB: ¿Querés agregar algo más?
R: Aunque todos los gremios y todas las fábricas son diferentes, el tema de cómo organizar una lista, esto de los partidos de fútbol y todo, ya tenemos una experiencia que realmente me gustaría transmitírsela a otros compañeros.
También está el tema de lo sindical, si uno se queda sólo en el ventilador, sólo en la categoría, está jodido, porque la lucha de clases es una cosa un poquito más compleja y global.
Está claro todo lo que tenemos que hacer. Porque cuando el año que viene el ajuste se recrudezca y la burguesía golpee fuerte, si vos te quedás con sólo lo sindical, no alcanza. Así que estamos compenetrados en eso: que el partido llegue a los trabajadores de Pilkington, que dé una alternativa política a los trabajadores.
Socialismo o Barbarie, 1-10-15