Suspendido sin fecha el ataque a Siria
Putin tira un salvavidas a Obama
La edición de la semana pasada de Socialismo o Barbarie estuvo presidida por la amenaza de EEUU de bombardear Siria.
Este proyecto de agresión imperialista ya venía en un trámite cada vez más espinoso. Primero había sido imposible lograr que la ONU lo avalara a través del Consejo de Seguridad. Allí sería vetado por Rusia y China.
Luego, pasando por encima del aval de la ONU, del ataque se haría cargo la OTAN, el bloque militar de EEUU con gran parte de los imperialismos de la UE. Pero en ese punto comenzó una vergonzosa desbandada de los “aliados europeos”.
Lo increíble, algo inédito desde la Segunda Guerra Mundial, fue la deserción del Reino Unido, que ha acompañado con fidelidad perruna a Washington en todas sus guerras (excepto la de Vietnam). El primer ministro Cameron, ardiente predicador de la intervención en Siria, sufrió la humillación de que buena parte de sus parlamentarios conservadores votaran contra él en la Cámara de los Comunes.
Finalmente, borrada la OTAN, sólo quedó junto a Obama el gobierno “socialista” de Francia… pero con la oposición de gran de la opinión pública de ese país.
Difícil búsqueda de legitimidad
En esa situación Obama postergó el ataque en aras de legitimarlo. Para eso, pidió la aprobación del Congreso de EEUU.
¡Nueva sorpresa! En el Senado logró los votos necesarios. Pero, en la Cámara de Representantes (diputados), la perspectiva de Obama era repetir el papelón del premier británico Cameron. Aunque son estimaciones no confirmadas por una votación, Obama estaría muy lejos de los 250 votos necesarios.
Esto se debe al rechazo masivo de la población a iniciar nuevas guerras, en especial en Medio Oriente. Las encuestas dan una oposición del 70% y los representantes (diputados), que dependen más directamente del voto de sus distritos, no quieren jugar con el fuego de una causa tan impopular.
Por eso, Obama ha hecho desde los medios todas las contorsiones posibles para demostrar a la gente que esta guerra no será una guerra, porque ningún soldado yanqui a pisar Siria.
Y no se trata sólo de la presión que viene desde abajo. La misma burguesía de EEUU está dividida. Esto se refleja en los alineamientos del Congreso. Las autoridades de los bloques demócrata y republicano se han puesto de acuerdo de votar a favor de los bombardeos, pero eso no garantiza que sus representantes acaten. Curiosamente, entre los opositores, está buena parte de la derecha republicana, estilo Tea Party.
Putin en auxilio de Obama
Obama estaba al borde del abismo. Pero una “mano amiga”, la de Putin, evitó su caída… por el momento.
La semana pasada, decíamos que, Al Assad ha demostrado ser el “mejor aliado” de Obama. Con sus redobladas atrocidades le provee los argumentos “humanitarios” que necesita para justificar la intervención.
Ahora Putin, enfrentado con Obama en una disputa inter-imperialista, le tira la toalla para poner “en suspenso” los bombardeos y evitar un ridículo como el de Cameron.
La propuesta del Kremlin es poner las armas químicas de Al Assad bajo “control internacional”, lo que significa el control conjunto EEUU-Rusia. Según la BBC y la agencia rusa Tass, esto se haría por acuerdo directo entre Washington y Moscú, sin molestarse en pasar por el “teatro” de la ONU. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Al Assad, admitió (por primera vez) la posesión de armas químicas, y dijo estar dispuestos a “informar su localización, detener la producción y mostrar esos objetos a los representantes de Rusia y otros estados” (BBC News, 11/09/2013).
Sin embargo, este principio de acuerdo es sólo eso, un principio. Su implementación concreta no es fácil y no ha sido acordada aún. Puede pudrirse en cualquier momento.
La necesidad de alternativas independientes
El pueblo sirio sufre una tragedia. Por un lado, una de las dictaduras más siniestras y sanguinarias en la historia de Medio Oriente. Por el otro, la frustración de una legítima rebelión popular. Su militarización abrió las puertas a la intervención y al control directo por parte de intereses ajenos a los explotados y oprimidos que en el 2011 salieron a la calle en protestas masivas contra el régimen, pero también oponiéndose a las divisiones sectario-religiosas y de nacionalidades… que hoy cruzan lamentablemente la guerra civil.
Hoy, las direcciones de las formaciones armadas están cooptadas y apadrinadas por fuerzas a las que sólo les interesa controlar y/o repartirse Siria: estas van desde EEUU y los imperialismos europeos hasta los gobiernos y sectores burgueses de Turquía, Arabia saudita, Qatar y otros estados de la zona. Por su parte, Rusia y China apuestan a la carta de Al Assad.
Como señalamos la semana pasada, todo esto hizo el juego a la dictadura, porque acabó con el impulso inicial de las protestas populares de demandas democráticas junto con un expreso rechazo a los enfrentamientos sectario-religiosos y/o de nacionalidades. Por su parte, la dictadura lo aprovechó para hacer un chantaje a las numerosas comunidades minoritarias religiosas o nacionales, y también a los sectores moderados y/o laicos de la mayoría sunnita: “o me apoyan o vienen estos bárbaros islamistas y salafistas”. Al-Assad se presenta como “el mal menor”. Este chantaje ha tenido cierto éxito y explica socialmente las dificultades para derrotarlo.
Aunque la guerra lo haga difícil al extremo, la única esperanza sería la aparición de sectores independientes de los trabajadores y la juventud.
Por Elías Saadi, Socialismo o Barbarie, semanario, 13/09/2013