La economía nacional se basa en el modelo de exportaciones, es decir, es dependiente del mercado capitalista internacional, en particular de los Estados Unidos. Así, la salida de empresas a otros países donde se pueda explotar brutalmente a la clase trabajadora ha provocado un aumento del desempleo que se arrastra desde el estallido de la crisis económica mundial. En términos generales, el desempleo ronda el 10%, pero esta cifra aumenta si se trata de jóvenes y mujeres.

Recientemente, una nueva empresa se suma a la ola de despidos en el país. En este caso, la Corporación Burger King de Estados Unidos ordenó el cierre de los 29 restaurantes en Costa Rica, lo que provocó el despido de 434 personas, por lo que este 5 de octubre se hizo efectivo el cese de operaciones, el cual aparentemente se debe a la falta de acuerdo sobre la forma de operar de la franquicia local. No obstante, es bien sabido que la empresa mantuvo a sus trabajadoras y trabajadores con salarios paupérrimos, algunos subcontratados o contratados a destajo. Por eso, aunque la empresa informó que garantizará el pago a todos sus trabajadores, esta no es ninguna garantía.

Desde el Nuevo Partido Socialista consideramos que la salida repentina de empresas, así como las violaciones a las condiciones laborales, se deben en gran medida a que la clase trabajadora del sector privado en este país carece de organización sindical que les permite luchar para obtener mejores condiciones de trabajo (¡y las dirigencias sindicales del sector público no toman ninguna medida para impulsar la formación de sindicatos en la empresa privada!).

Únicamente la organización de las y los trabajadores puede garantizar la lucha para que sean liquidados oportunamente por la empresa. Además, urge la organización de la clase trabajadora para exigir al gobierno empleo digno a partir de la no concesión de las obras públicas, así se generarían fuentes de empleo para las miles de personas desempleadas en el país.