Oct - 15 - 2015

El gobierno K quiso enterrar el #NiUnaMenos –

“Quiero reconocer la tarea de la #PolicíaLocal de #MardelPlata que en pocos días ha tenido resultados muy positivos”, tweet de Daniel Scioli, 12 oct 15, 10.15 am.

La enorme movilización del Niunamenos puso ante los ojos de toda la sociedad que hay un proceso de bronca e indignación que crece, que la violencia hacia las mujeres es un problema político y social de primer orden. Luego del 3J se multiplicaron las movilizaciones de víctimas y familiares de víctimas reclamando justicia. Muchas que hasta entonces habían estado calladas, salieron a hacer oír su voz. El Niunamenos le puso cifras concretas a algo que estaba ocurriendo: que el estado y el gobierno que hace doce años está frente, no le destinan más que $0,08 por mujer al problema de la violencia. Que son irrisorias las políticas del gobierno, que tiene una cantidad de oficinas con lindos nombres que no resuelven ningún problema. Que aumentan los casos de violencia y femicidio, pero no hay respuesta.

Algo cambió después del Niunamenos: en muchos casos se consiguieron condenas ejemplares, como la perpetua a Lizarralde en Córdoba. Y fue la movilización la que echó al homófobo juez Piombo.

Pero el principal responsable de que la cosa cambie en serio, no hizo nada. La única medida que tomó el gobierno fue asignar 20 personas más para el Consejo Nacional de la Mujer. Ese Consejo que sigue recibiendo el mismo presupuesto que antes, o sea que ahora todo el presupuesto se va a destinar a sueldos, pero nada a construir refugios, a dar asistencia gratuita con abogados y psicólogos. Mientras tanto el candidato con más chances a la presidencia, Scioli, basa su campaña electoral en aumentar la cantidad de policía y festejar que reprimió a las mujeres en el Encuentro. Frente a la falta absoluta de respuesta por parte del gobierno y del Estado, no sólo sigue habiendo violencia sino que ¡HUBO DIEZ FEMICIDIOS EN 8 DÍAS!

El gobierno K quiso un encuentro contra las mujeres

A las que viajamos a Mar del Plata para organizarnos en el Encuentro Nacional de Mujeres, el gobierno nos quiso dar una lección. Para las que luchan y se organizan, un obstáculo tras otro. Primero garantizando que el alojamiento en escuelas y facultades fuera en condiciones deplorables, hacinadas, lejos de los lugares donde funcionaban los talleres, sin baños y sin siquiera un lugar donde calentar agua para un mate. Muchísimas compañeras ni siquiera llegaron a los talleres del primer día, intentando resolver la cuestión del alojamiento. Para las que lo lograron, que de todas maneras éramos miles, nos prepararon la bienvenida del acto de apertura. Pero la sorpresa fue grande. El intendente Pulti no permitió usar el estadio para el evento. Pero prestó… el estacionamiento. Sí, en un estacionamiento oscuro, frío y donde no se escuchaba nada se realizó el acto de apertura. Mención aparte merece el PCR, parte importante de la comisión organizadora, que con tal de no perder el control del encuentro, aceptó una tras otra las terribles condiciones. No apeló al conjunto de las organizaciones para pelear por un alojamiento digno. Y entregó el acto de apertura. Si el intendente no quería dar el lugar para el acto, se tendría que haber realizado en la plaza San Martín, frente a la intendencia, a la luz del día, para que nos podamos ver todas, para que nos podamos escuchar todas, para que nos vea toda la ciudad de Mar del Plata. En lugar de eso, prepararon a la ciudad para la hostilidad hacia las mujeres.

Pero no nos desmoralizamos tan fácil, y al ritmo de “Qué momento, qué momento, después del Niunamenos, en el estacionamiento”, nos preparamos para los debates en los talleres.

El primer día los talleres todavía parecían semivacíos, con las compañeras de muchas delegaciones aún tratando de acomodarse. Y con un kirchnerismo cobarde que apareció poco. El domingo todas las escuelas y talleres se llenaron. Se llenaron de mujeres luchadoras, las que venían con reclamos puntuales, las que venían por una lucha general. Pero era claro en todo el Encuentro que lo común a todas es que durante estos doce años de gobierno, el kirchnerismo no ha dado respuesta a ninguno de nuestros reclamos. Que seguimos siendo las más precarizadas y flexibilizadas, con los peores salarios. Las que sufrimos el peligro de la clandestinidad del aborto, que condena a muerte a cientos por año y que es una guadaña que pende sobre cada mujer pobre que necesita recurrir al aborto. Que no hay trabajo genuino para que las mujeres puedan salir de la prostitución, ni se ha hecho nada por desmantelar las redes de trata. Que no hay respuesta ante los reclamos de las víctimas de violencia machista. Que la policía, los fiscales y los jueces siguen siendo los mismos que antes del Niunamenos. Que la educación sexual es una mentira enorme.

Para terminar de rematarla, el gobierno nos despidió con una represión. Todos los años, las mujeres marchamos a la Catedral, como símbolo de una de las instituciones más retrógradas y más enemigas de las mujeres, desde la Inquisición hasta hoy. La diferencia fue que esta vez tenían preparada con provocadores y fachos una represión. Balas de goma y gases ante una movilización de mujeres, donde además había montones de niñas y niños: esa es la respuesta del gobierno K y del candidato Scioli para los reclamos de las mujeres.

Pero el Niunamenos abrió la puerta para salir a luchar

El operativo desmoralización incluye a un montón de kirchneristas diciendo “al final no sirvió para nada la marcha del Niunamenos”.

Es un buen momento para mirar a las mujeres y a las organizaciones que nos antecedieron en el camino de la lucha. Las mujeres sufragistas y socialistas de fines del siglo XIX y principios del XX tuvieron que hacer cientos de marchas, montones de mitines, tirarse debajo de los caballos del rey en una carrera, quemar urnas los días de la votación, hacer volantes, congresos, pegar afiches y toda clase de cosas antes de lograr el voto para las mujeres.

Las mujeres rusas tuvieron que hacer una revolución junto con sus hermanos de clase, los obreros, para conseguir, entre otras muchas cosas, el derecho al aborto, el reconocimiento de los hijos fuera del matrimonio, el trabajo igual con salario igual. Y esas luchadoras y luchadores abrieron el camino a que millones de mujeres en todo el mundo gozaran después de muchas de esas conquistas.

Las mujeres del movimiento negro, junto a sus compañeros, tuvieron que soportar en muchos casos la cárcel, tuvieron que enfrentarse a la represión policial, tuvieron que movilizarse junto a otras mujeres que luchaban por la emancipación, marcharon contra la guerra de Vietnam, tomaron calles, enfrentaron a la policía, hicieron barricadas.

Lo que cambió el Niunamenos es que abrió la puerta para salir a luchar. Y una conclusión general muy clara de todo el Encuentro es que con una sola movilización no alcanza. Que para conseguir que haya políticas serias para sacar a las mujeres de las garras de los violentos, violadores y femicidas es necesario que las mujeres nos organicemos. Y que preparemos la lucha de manera colectiva. Para reclamar ante cada caso. Para preparar una enorme y doblemente grande movilización del Niunamenos el próximo 25 de noviembre en todo el país.

Es el momento de organizarse, y para esto Las Rojas y el Nuevo MAS abrimos las puertas a todas y a todos los que quieren luchar para cambiar todo, para preparar la movilización del 25 de noviembre, para movilizarse ante cada caso y conseguir justicia. Porque es eso o dejar que nos sigan matando, que nos sigan violando, que sigamos corriendo peligro ante un aborto clandestino. Pero también abrimos las puertas para organizarse con nosotras y nosotros, para luchar por la emancipación general, para organizarnos y luchar por cambiar todo el sistema social que nos oprime y nos explota.

 

Por Las Rojas, 15/10/15

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