Nov - 28 - 2013

Alcances y límites de su lucha

Desde el inicio de la expansión norteamericana, Centroamérica fue considerada un área de influencia de Estados Unidos. Dentro de ella estaba Nicaragua, es donde el imperialismo norteamericano tropezara con un obstáculo, Sandino no tolerara la intromisión de dicha potencia y pondrá en pie la resistencia contra ella. Su lucha influyo en toda Centroamérica y el Caribe, al punto que décadas más tarde la guerrilla nicaragüense adoptara su nombre para luchar y formará el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Hoy héroe de Nicaragua, nombrado “el general de los pueblos libres”.

Sandino es recordado como por su lucha y resistencia a la principal potencia de la zona, pero al mismo tiempo es el ejemplo de los límites de la burguesía americana cuando decide luchar contra una potencia imperialista.

Breve introducción a la historia de Nicaragua

Desde 1912 hasta 1924, hubo en este país una guarnición de Marines para controlar la política de Nicaragua. Como todos los países de la región, su economía se basaba en exportación de materias primas rurales, en especial café. Ambas cosas están relacionadas, la exportación de café y frutas, estaban a cargo de un par de compañías estadounidenses (la más conocida, la United Fruit), por lo que los intereses de esta potencia (dentro del país y en la región) necesitaban ser “cuidados”, por eso los Marines.

Nicaragua estaba dividida entre dos partidos, el Conservador y el Liberal, cuya principal diferencia a esta altura de la historia nicaragüense, era el control de la caja del estado y de las dadivas que dejaba la relación con las empresas y el gobierno yanqui. Esta diferencia es la que marcara la historia de Nicaragua hasta la aparición de Sandino.

Su lucha

Sandino desde chico trabajo en las plantaciones de café en Nicaragua. Mestizo, hijo de un acaudalado cafetalero y una indígena, partirá a México, pero antes trabajará en una plantación de azúcar y para la United Fruit. Pero estando allí conoció la lucha de los mexicanos contra la explotación y la intervención de Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe. Ante el intento de derrocar al gobierno conservador de su país, decidió volver a apoyar la lucha.

Pero allí encontró dos tendencias, la de los liberales que solo pretendían acceder al gobierno y la de otros sectores más radicales que al mismo tiempo de luchar contra el gobierno conservador pretendían transformar la sociedad nicaragüense y expulsar los intereses yanquis. El punto de ruptura fue cuando Estados Unidos desembarcó nuevamente en Nicaragua para “mediar” entre sus amigos conservadores y los liberales, ambos sectores estuvieron de acuerdo con la negociación y Sandino rompió políticamente con los liberales por apoyar semejante trampa, dejando claro todo con una frase: “no me vendo, ni me rindo; yo quiero patria libre o morir”. Se negó a desarmarse y se convirtió en la cabeza de la resistencia contra la invasión yanqui y la burguesía liberal o conservadora. El 2 de septiembre de 1927 creó el Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua[1]. A este se unieron partidos que representaban a los trabajadores y la pequeña burguesía.

Ante el creciente poder de Sandino, y la posibilidad de que tome el poder, se llamó a elecciones en Octubre de 1932 y luego se retiró el ejército de Estados Unidos, un simple engaño para tratar de tranquilizar la situación. Por las dudas, los yanquis armaron y entrenaron la Guardia Nacional (a cargo de Somoza), cuya actuación futura será nefasta y sangrienta.

Con este gobierno liberal, Sandino firmara la paz y devolverá las armas. El Ejército Defensor, luego de años de lucha, se dejará desarmar mostrando un gran límite que poseía este movimiento. Poco tiempo después la represión hacia los antiguos combatientes y la exigencia de devolver las tierras conquistadas se hicieron moneda corriente. Los indefensos sandinistas eran asesinados todos los días.

En 1934, antes las circunstancias, Sandino se fue a reunir con el presidente para denunciar la represión. Antes de parir dijo “yo de un momento a otro muero. No cumplieron los compromisos del arreglo de paz. Nos están asesinando a nuestros hermanos en todas partes. Voy a Mangua: o arreglo la situación o muero, pero esto no es de quedarse con los brazos cruzados”[2]. Efectivamente si dio una de esas variantes. Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional armada por Estados Unidos y futuro dictador de Nicaragua, con el apoyo del embajador yanqui lo asesino a la salida de las negociaciones con el presidente. Se inició una fase de represión que desembocará en la sangrienta dictadura de Somoza.

La cuestión de la soberanía

Sin duda, Sandino representa la burguesía más radicalizada de la región. Pero su lucha anti-imperialista no debe confundirnos, los límites de Sandino son claros.

No vamos a desconocer su lucha armada y guerrillera contra el imperialismo estadounidense, algo que todavía no está resuelto en todo el continente. Sandino es la posición más radicalizada que adoptara la burguesía americana en torno a este grave problema. El hecho de enfrentarse a las principales fuerzas políticas de su país y sus socios imperialistas, es algo que hay que destacar. Pero es al mismo tiempo es su debilidad.

Su lucha se centró en la cuestión de la soberanía, pero dejo de lado o apenas se preocupó por otras cuestiones centrales, como los problemas de los campesinos o de los obreros, quienes contradictoriamente apoyaron sin titubear su lucha contra Estados Unidos. Se enfrentó a los intereses imperialistas en su país, su ejército luchó por la soberanía (como lo indica su nombre), y esto hubiera puesto en mejor lugar a su país con respecto a las potencias mundiales.

Desconfió correctamente de los socios nicaragüenses del imperialismo, pero en cuanto ellos y el imperialismo cambiaron su estrategia, Sandino cometió el error de frenar la lucha, aceptar el acuerdo de 1933 y desarmarse, dejando a su ejército a merced del sangriento general Somoza (principal socio de Estados Unidos, y representante directo de la política yanqui). La trampa funcionó cuando Estados Unidos retiró su ejército (pero dejo a sus socios) y permitió elecciones “limpias”. Sandino dejo las armas y abrió la puerta a Somoza. Siguiendo con su lógica burguesa, ante los ataques (que no “respetaban” el acuerdo de paz), decidió quejarse ante el presidente, cuando podía todavía poner en pie su ejército. Su confianza en un gobierno burgués, en vez de confiar en aquellos que siempre lo apoyaron, desarmó (en todo sentido) a los campesinos y trabajadores que lo seguían.

Es en este punto que se notan más claramente sus límites burgueses, si bien tenía posiciones muy radicales, ante la “normalización” de la situación prefirió encausar la lucha por canales gubernamentales, antes que profundizar la lucha armada. Confió en el nuevo gobierno, confió porque en sus ideas el problema era Estados Unidos. Sus límites de clase le impidieron elevar la lucha antiimperialista, llevarla hasta sus últimas consecuencias, es decir a la lucha anticapitalista y consecuentemente socialista

Entregó su vida por una lucha valedera, pero al no salirse de los marcos de la república burguesa y mantener su confianza en un gobierno burgués que no enfrentaba a los interés yanquis, su muerte fue continuada por una larga y sangrienta dictadura. Hay que retomar la lucha de Sandino contra el imperialismo, pero hay que resinificarla y profundizarla para lograr un buen resultado, retomarla desde el punto de vista de los explotados y oprimidos, junto a todos los pueblos de la región por una Centroamérica Obrera y socialista.

Por Martiniano Rodríguez
Socialismo o Barbarie, semanario, 28/11/2013


[1] En ese ejercito estaría Farabundo Martí, el líder de la revolución salvadoreña que había participado en las luchas mexicanas.

[2] Prieto, Alberto: “Procesos revolucionarios en América latina”, editorial Ocean Sur, México, 2009, p. 181.

 

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