La candidatura independiente de Antonia Hinojos.
Toñita es una obrera que fue despedida en Ciudad Juarez por luchar por mejores condiciones de vida y por el derecho al sindicato. Como muchos otros miembros de la clase obrera, Toñita solo tenía frente a sí un futuro de explotación y opresión y entonces sacó la conclusión de que era necesario inscribirse para participar en las elecciones al puesto de Presidente Municipal. Inscripción que se ha dado de manera independiente de cualquier partido burgués mexicano y a cualquier plataforma reformista.
La campaña de Toñita es, probablemente, lo más progresivo que se está dando en la sociedad mexicana, donde más de 40 millones de asalariados viven con salarios mínimos escandalosamente bajos incluso para parámetros latinoamericanos. Además de esto, en un estado corrupto como pocos, una sociedad infestada por el narcotráfico, con grados de violencia reconocidos internacionalmente y, por si fuera poco, con la presencia del imperialismo norteamericano como constituyente de toda la vida política mexicana en los últimos tiempos; el último ejemplo fue el TLCAN.
En este momento la candidatura es todavía un objetivo político que debe ser conseguido. La campaña implica -como muchas veces dentro de las luchas de oprimidos y explotados- la recolección de firmas para impulsar la inscripción, además de luchar contra el ente electoral para que asuma la candidatura. Esta campaña de firmas es un ejemplo no sólo para los 40 millones de asalariados mexicanos, sino que también es un ejemplo para toda la clase obrera centroamericana y migrante, para que luche por sus derechos democráticos, ya sean la ciudadanía -y con ella la potestad para hacer política- o el derecho o la organización sindical.
Por supuesto que la campaña ya cuenta con el acompañamiento de varias organizaciones trotskistas por lo que además crea un espacio para hacer acuerdos de unidad de acción entre distintas corrientes internacionales. De conjunto entonces, la campaña de la obrera Antonia Hinojos es de un rasgo progresista -e incluso revolucionario- impresionante.
Por supuesto, toda nuestra expectativa es que la campaña sea un despertar, tal vez incluso lento, de la clase obrera de la región. Una clase obrera que de levantarse haría temblar al más poderoso imperio de la modernidad… es mucho el trecho por recorrer de la campaña de Toñita a ése horizonte emancipador, pero sin esos fines, sin esos objetivos, cualquier praxis militante está condenada al fracaso, por lo menos en esta región del mundo.
Por otro lado… Francisco.
La visita del Papa a Francisco está contextualizada por la más variopintas características políticas y económicas.
México, debido a un desarrollo desigual y combinado, sorteó la crisis económica mundial del 2008 con una recomposición obrera. Esta recomposición fue, por supuesto, puramente capitalista, por lo que estuvo acompañada de las formas de opresión más radicales en América Latina, motivo por el cual México ha pasado a ser tristemente célebre en la región. El viaje del Papa ha sido pagado por las ganancias que genera este México semicolonial y, como es sabido, quién paga la orquesta escoge la música.
El Papa ha llegado a México con su perfil “progre”, intentando recomponer una Iglesia que ha perdido millones de adeptos, intentando poner énfasis en ganar a la juventud y, además, con el capital político de haber logrado que en Cuba se reintroduzca el capitalismo, un capital nada menor en la región. El acercamiento con Kiril, importante dirigente de la Iglesia Ortodoxa en la isla es, si se quiere, una demostración de poder del Papa.
La Habana, que en algún momento del siglo XX juntaba revolucionarios y revolucionarias del mundo, que era el centro revolucionario de la región, juntó a dos representantes de la opresión y la explotación, como Kiril y Francisco. Auspiciado, por supuesto, por el Señor de la restauración capitalista, Raúl Castro. Una trinidad que solo da ganas de militar. Sobre las ruinas de la tradición guerrillera, absolutamente en crisis en la región, se eleva la figura de Francisco.
Además el Papa va a Ciudad Juarez y a Chiapas, a santificar la pobreza y la explotación, a cooptar a activistas honestos, a hacer un par de señalamientos críticos al gobierno mexicano (algo que cualquiera puede hacer) y luego mantener viva la expectativa de que el mundo real vendrá después de la muerte.
El Papa viene a engañar a millones y mal haría la izquierda en reproducir su imagen y política como si fuera un avance, cuando en realidad es una gigantesca estafa a la conciencia de masas. La izquierda consecuente debe denunciar la presencia de Francisco, que nada hace por los intereses de la clase trabajadora, ni por los derechos de las mujeres, ni contra la pederastia, etc.
El Papa es la persona en quien encarna la enajenación capitalista en el mundo católico. Los creyentes depositan en Francisco toda su propia energía creadora y así pierden ellos la iniciativa, la voluntad, la energía para luchar ellos mismos por un mundo diferente. Ni por un instante pueden creer los socialistas en palabras que se lleve el viento como las de Francisco.
Y es que además no es solo el problema estructural de la religión como enajenación humana, sino además por un problema político mucho más específico. Como ha dicho un autor[1] para La Nación argentina: Francisco no es mago. Es que ser un mediador para la introducción del capitalismo en Cuba es a pesar de todo más simple que generar una respuesta ante los gigantescos problemas sociales que enfrenta la sociedad mexicana. Como dice el autor citado: “la palabra del Papa resuena tan popular como impotente, tan consoladora como irrelevante.”
Ante la impotencia papal: el camino lo aporta Antonia Hinojos.
Una mujer obrera, que cree en sí misma y que está apoyada por los obreros de su fábrica, que es representante, lo sepa o no, de todo lo que el Papa no es. Ante las mentiras y pasividad a las que Francisco nos quiere someter, el camino sin duda alguna lo marca Toñita, cuya campaña electoral tiene como eslogan: los pobres podemos gobernar porque somos más. El rito católico apostólico nos ofrece el reino de los cielos, donde no entrarán ricos ni por el ojo de una aguja.
Una y mil veces preferimos los socialistas el llamado a la acción hoy, ya, concreto, no en el futuro divino. Toda lo honestidad socialista se basa en este llamado simple, hoy encarnado por Antonia Hinojos.
[1] Zanatta, L. Un mensaje de consuelo, pero también de impotencia ante problemas colosales. La Nación, 17-02-16.
Por Esteban Fernández, Socialismo o Barbarie, 18/2/16