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Movilizaciones masivas en Francia
Luego del puntapié inicial del 9 de Marzo, que sacudió el escenario político y social francés y puso en el centro de la escena la lucha contra la Ley El Khomri, hemos vivido un mes de contestación y rechazo a la que a pesar de las dificultades continúa su curso e incluso se profundiza. Esta reforma se enmarca en los ataques que viene llevando adelante el gobierno de Hollande a las condiciones de vida y conquistas de los trabajadores y el pueblo francés desde su asunción en 2012, cuando supuestamente venía a “dejar atrás” cinco años de gobierno de la derecha bajo Sarkozy. Desde la asunción del gobierno “socialista” los ataques se suceden uno tras otro: Acuerdo Nacional Interprofesional, reforma de las jubilaciones, plan Hirsch en los hospitales, sin contar la brutalidad de las aventuras imperialistas de Hollande en Africa Central (“Centrafrique” en francés, se la conoce comúnmente como “Françafrique” para reflejar el dominio postcolonial aun feroz), en Libia y Siria, el policíaco “Estado de Urgencia”, la política racista y xenófoba contra los refugiados o las poblaciones descendientes de la inmigración…
La pelea contra la Ley El Khomri ha despertado y unificado fuerzas profundas que se encontraban “dormidas” desde la derrota de 2010, además de ser un “aglutinador” de una serie de “broncas” contra lo que venimos de describir: precariedad, guerras imperialistas, xenofobia, represión… La masividad y radicalidad del movimiento es la más importante desde 2010, cuando fuera la lucha contra la reforma jubilatoria. A su vez, la misma se enmarca en un contexto “nacional” donde se venían viviendo experiencias de lucha de un alcance no menor: la lucha contra el cierre de la fábrica PSA en Aulnay, la huelga ferroviaria de 2014, los levantamientos de secundarios contra la expulsión de los alumnos inmigrantes Leonarda y Khatchik, la lucha de Air Francia y la famosa “camisa arrancada” al director de recursos humanos, las movilizaciones de los trabajadores de los hospitales contra el plan Hirsch. Es decir que la lucha actual no se trata de “un relámpago en un cielo despejado”, sino que parte de una serie de experiencias que se realizaron en los últimos años, aún luego de la derrota de 2010 y aún bajo un gobierno “socialista”[1].
A su vez, la lucha se da en el contexto general de una serie de movilizaciones a nivel europeo: ya sea las huelgas generales en Grecia; los indignados, la huelga de mineros y el fenómeno de las “mareas” (salud, educación) en España. Aunque estás peleas también hayan sido derrotadas (traición de Syriza en Grecia y mediación electoral en España mediante), forman parte de una acumulación histórica a nivel continental. Se trata de una página más del recomienzo histórico de la experiencia de los explotados y oprimidos en la lucha de clases a nivel mundial. Intentaremos bosquejar desde este artículo el estado de situación en un proceso que sigue vivo y que desde la Corriente Socialismo o Barbarie apoyamos y en el cual intervenimos con la perspectiva de la derrota absoluta de la ley, para abrir el camino de una mayor contestación y consolidación en el camino de frenar y hacer dar marcha atrás a la totalidad de las políticas antiobreras y antipopulares de Hollande y la burguesía.
El estado actual del movimiento
A grandes rasgos, existen tres grandes actores en confluencia en las manifestaciones que han intervenido en las diferentes jornadas de movilización y de las cuales queremos dar cuenta.
En primer lugar, el elemento que supo ser más dinámico desde el principio, los estudiantes universitarios, que dieron el puntapié con la jornada del 9 de Marzo y fueron (y continúan siendo) el motor de una serie de jornadas nacionales de lucha, el mayor núcleo de activistas y de manifestantes a nivel amplio, además de imponer a las direcciones sindicales un calendario que no se esperaban y contra el cual batallaron y de aportar a la “ebullición” en otros sectores. El reflejo inmediato en este sector es que la “masificación” ha encontrado grandes limites (aunque la apuesta siga abierta y todo un sector del estudiantado universitario se organiza de hecho por fuera de las universidades). El comienzo relativamente “tardío” del movimiento en el año escolar, la cercanía inmediata de la “semana de revisión”, de las vacaciones y los exámenes, la enorme presión de pasar de años para miles de estudiantes que viven de una beca miserable o de un trabajo precario y en condiciones de desempleo en aumento donde “el título” parece proteger contra el mismo, parecen haber puesto un techo (relativo, y por el momento) a las perspectivas de masificar. A nivel nacional se expresa un cierto estancamiento e incluso reflujo “cuantitativo”, aunque la voluntad de seguir la pelea sigue viva.
En ese sentido, es un hecho que el desarrollo de la movilización hasta ahora deja –como mínimo- como saldo una importante camada de compañeros que se organizan en comisiones o comités por facultad, los cuales dan sus primeros pasos en la lucha. El movimiento estudiantil sigue también marcando el ritmo de la movilización, al menos en parte, contra el calendario diletante y sin perspectivas de la burocracia sindical: son las asambleas de facultades y las coordinadoras estudiantiles las que han marcado el pasado, realizando acciones y movilizaciones cada martes y jueves que permitieron mantener el movimiento en escena y no dejar pasar un mes sin mover un dedo como es la voluntad y la tradición de la burocracia sindical. La creación y estabilización de organismos de auto-organización de los estudiantes, por fuera de los aparatos sindicales, es una conquista enorme del movimiento que hay que defender: frente a la traición de la UNEF (sindicato estudiantil universitario más importante), la existencia de una Coordinadora Nacional Estudiantil, que reunió este fin de semana cerca de 200 delegados elegidos en las Asambleas Generales de 30 universidades, las principales del país, permite continuar el movimiento y proponer una dirección alternativa[2].
Además, este activismo amplio que se ha formado en las universidades ha permitido ir impactando sobre otros sectores: principalmente los trabajadores y en menor medida los secundarios (que tienen centralmente una dinámica propia). Desde todas las universidades se han organizado actividades en torno a los trabajadores: las diferentes “visitas” que ya reflejamos desde estas páginas (nota al pie con link a nota “Cuando los estudiantes…”) se siguieron desarrollando y profundizando, con un eje en los ferroviarios que podrían ser una “punta de lanza” pero también yendo hacia otros sectores como el automóvil, los dockers, empleados de correos, hospitales, trabajadores administrativos de las universidades. Se trata de un activismo que sigue vivo y con la moral alta: la apuesta es seguir organizándolo, que no se desmovilice y pueda hacer su “aporte” a la construcción de la huelga general en otros sectores.
En las últimas dos semanas, ha entrado con fuerza en escena el movimiento secundario. Por el momento, la movilización el mismo se había reducido esencialmente a los liceos de “Paris intramuros” (es decir la “capital” propiamente dicha), con poco impacto en el Gran Paris (no tenemos un reflejo claro del resto del país). En las últimas dos semanas, los liceos de “banlieue” (del conurbano) entraron en escena con métodos radicales: bloqueos de los establecimientos, con contenedores de basura quemados en la puerta del establecimiento, y enfrentamientos con la policía. Una represión enorme golpea a los secundarios (y al movimiento mas en general): en las ultimas dos semanas hubo mas de 100 detenciones en la zona de Hauts-de-Seine, al oeste de Paris; el miércoles 13, por ejemplo, once secundarios de Villeneuve-la-Garenne fueron arrestados y prestaron declaración bajo la acusación de “posesión de productos incendiarios” y “violencia sobre policías” y un estudiante de la universidad fue detenido durante 24 horas y acusado de “incitación a la revuelta” por ir a volantear frente a un secundario que fue bloqueado…
Se trata de secundarios de los barrios populares, muchos de ellos liceos técnicos, es decir de estudiantes que irán a trabajar directamente luego de terminar el secundario. En estos sectores están difundidos estatutos como el de “aprendiz”, por los cuales los secundarios a partir de 16 años trabajan en empresas privadas para “formarse” pudiendo siendo pagados solamente el 25% del salario minimo… Es por lo tanto un sector que sufre más fuertemente la precariedad de los regímenes de contratación. Pese a estar expuestos además a las sanciones o presiones de las autoridades escolares, muchas veces no pudiendo cerrar los colegios o levantar las clases, han participado activa y numerosamente en las movilizaciones.
Para finalizar se encuentran los trabajadores los cuales han participado de manera más fragmentada y sin estar verdaderamente a la cabeza del proceso por el momento. Esto es el resultado no de un estado de animo menos combativo entre los trabajadores (aunque sin duda las “presiones” de un trabajador son potencialmente mas grandes que las de un estudiante), sino de las maniobras y dilaciones de la burocracia sindical. Por el momento, las grandes direcciones burocráticas han logrado mantener el control de la situación y administrar la bronca como lo hacen siempre: con jornadas de huelga aisladas y espaciadas en el tiempo, cuidándose como la peste de la confluencia de estudiantes y trabajadores. Es por eso que sólo ha habido una jornada de huelga general, la del 31 de Marzo, y que la siguiente anunciada será el 28 de Avril… La presión y dinámica del movimiento estudiantil han obligado a las confederaciones sindicales o a seccionales departamentales a llamar a las jornadas de movilización organizadas por la Coordinación Estudiantil y las organizaciones de juventud como las del 17 y 24 de Marzo, aunque sin prepararlas verdaderamente.
Más allá de la política de las direcciones burocráticas, la disposición a la lucha y la bronca entre los trabajadores es palpable. En todas las jornadas, la del 17, la del 24, del 31 de Marzo y la del 9 de Abril, la presencia de sectores de trabajadores fue muy importante; la huelga del 31 fue muy importante y se sintió en sectores como los transportes, el Estado, los profesores, los puertos, la industria. En las “visitas” que realizamos los estudiantes de la Universidad de Nanterre hacia la estación ferroviaria Saint Lazare, pudimos ver el reflejo de la necesidad de una huelga general que tenga continuidad de parte de los trabajadores ferroviarios. Una sola jornada no va a alcanzar, es el momento de luchar, qué están esperando los sindicatos (es decir sus direcciones): eso era lo que expresaban los ferroviarios con los que discutimos. En el ferrocarril, la jornada del 9 de Marzo fue la huelga mas grande de los últimos 15 años: 70 u 80% de huelguistas en las tareas de ejecución. Hay mucha bronca y entre cada vez más sectores se expresa una idea de que si los sindicatos movilizaran consecuentemente la fuerza que pondría en juego podría lograr la derrota del gobierno y su ley. Se espera una marcha donde todos los sectores confluyan para el 28 de abril…
Nos falta sin duda en este punto de “estado del movimiento” algunas palabras sobre el fenómeno “Nuit Débout”, de ocupación de las plazas, que ha sido (de manera exagerada) ampliamente cubierto por la prensa nacional e internacional. Sin explayarnos exhaustivamente, visto lo extenso de este articulo y nuestro reflejo limitado respecto al fenómeno, podemos decir que el mismo puede ser un punto de apoyo para la confluencia de diversos sectores, un lugar en el que de hecho se dan cita cientos o miles de personas movilizadas cada día, incluso sectores que no se sienten atraídos (por diversas razones) por las actividades que se realizan en sus propios lugares de estudio o trabajo, o que simplemente no pueden organizarse en los mismos (ya sea porque se trata de unidades pequeñas, por miedo o por haber sufrido la represión patronal).
Sin duda, sería de un sectarismo criminal cerrarse a esto y no darse una política para hacer avanzar esta expresión del movimiento en un sentido progresivo: más aún cuando diversos parecen indicar que todo un sector quiere hacer de las plazas un “cuartel general de la lucha”, ir más allá, evitar “encerrarse estáticamente en un lugar”, considerando que las plazas deben ser un lugar donde “las cosas comienzan pero no donde terminan” y otras ideas de ese tipo, con la perspectiva global de la huelga general. Claro que esto significa, al mismo tiempo, combatir todas las tendencias que llevarían a hacer del movimiento de plazas un “fin en si mismo”, cuya única utilidad seria la de “ocupar el espacio”, “crear nuevas formas de sociabilidad” u otras ideas de ese tipo. Mas aún, significa combatir todas las tendencias electoralistas o instuticionalizantes, que quieren hacer del movimiento de plazas una manera para “presionar sobre las instituciones”, “reformar la política”, o pura y simplemente construir un nuevo rejunte de la izquierda reformista que aspire a crear un “Podemos a la francesa”. Se trata de una pelea abierta que hay que desarrollar.
La política de las direcciones
Queremos detenernos ahora en el rol que desempeñan hoy las direcciones de los distintos actores del movimiento contra la ley El Khomri. El más lamentable y traidor (aunque no sea ninguna sorpresa) es el accionar de la dirección de la UNEF. Por un lado, se juegan a fondo a boicot de la organización y la movilización, centralmente a los organismos de autodeterminación democrática del movimiento como la Coordinación Nacional Estudiante: está muy claro, el desborde a la UNEF ya es un hecho, al menos en una parte importante de universidades, y para la dirección social-traidora de la UNEF de lo que se trata es de retomar el control del movimiento.
Esta política contra la auto-organización está íntimamente ligada a una política de traición “velada” que ya se oficializó: la dirección de la UNEF aplaude toda una serie de medidas anunciadas por el gobierno en dirección de los jóvenes, aclarando al mismo tiempo que “continua la movilización contra la ley”, llamado a movilizar el…28 de Abril! Luego de reunirse semanalmente o varias veces por semana con el gobierno (sin mandato alguno, y contra la decisión expresa de las asambleas por facultades que era la de “ninguna negociación!”), la UNEF intentará pasar la idea de que se obtuvieron “grandes victorias” e intentara dejar morir lentamente el movimiento, boicoteando e intentando destruir las instancias de movilización y de base.
La reacción del activismo y las corrientes que nos jugamos a masificar y darle un curso ascendente a esta lucha para progresar en la confluencia y torcerle el brazo al gobierno y las patronales no se hizo esperar contra la traición de la UNEF. Desde el principio, alertamos sobre el hecho de que era un error negociar aspectos periféricos de la ley o mejoras parciales mientras no fuera retirado el proyecto de ley. A su vez, peleamos por desarrollar organismos de democracia directa y de organización propia del movimiento, como las coordinadoras. Ahora se trata de llevar esta pelea de orientación a los más amplios sectores, sólo discutiendo y ganando a los compañeros para llevar adelante un programa consecuente es que podremos ganar.
Del lado de los sindicatos de trabajadores, la situación no es para nada mejor. Dejemos de lado a los traidores habituales, la CFDT, que aplaudió rabiosamente algunas migajas y enterró el movimiento antes de que empezara, plegándose al proyecto de ley… Uno de los principales problemas de la situación actual es que las direcciones de las confederaciones sindicales que llamaron a las huelgas no dan una continuidad y una perspectiva al movimiento, sino que se limitan a paros domingueros y espaciados en el tiempo. A pesar de las enormes reservas de lucha y combatividad, las direcciones sindicales no organizan la lucha, la masificación, la convergencia, la huelga general. De ahí que sólo saquen una jornada de 24 horas de huelga por mes frente a semejante ataque contra los trabajadores.
Los ferroviarios, uno de los sectores claves, reflejan bien esta estrategia de la burocracia. Los ferroviarios, o al menos una parte importante de los mismos, no son regidos por el código de trabajo que se aplica en las empresas privadas, sino por una especie de “código de trabajo interno”. El mismo debe ser discutido en los próximos dos meses (Mayo y Junio), a partir de propuestas de la dirección, para ser aprobado al final de las “negociaciones”. En el contexto de los ataques generales de la Ley El Khomri, el acuerdo propuesto es, como no podía ser de otra manera, un catalogo de regresiones sociales sobre las cuales no podemos extendernos. La dirección de la CGT ferroviarios, principal sindicato del sector, se niega a unificar la lucha de los ferroviarios con la lucha contra la reforma El Khomri y menos que menos a preparar la huelga ilimitada. Sostienen que tienen un “calendario propio”, que los ferroviarios “pueden ganar solos”, que los que defienden la huelga ilimitada “mandan a los ferroviarios al matadero”. La dirección de la CGT ferroviarios llegó al ridículo de llamar, además de la jornada de huelga nacional del 28 de Abril que todas las confederaciones llaman, a una jornada de huelga ferroviaria el 26: el pequeño detalle es que está el 27 en el medio y que sería tan “fácil” organizar una huelga de 72hs que fuera el puntapié de la huelga ilimitada…
Auto-organización y confluencia de los sectores para preparar la huelga general
Es fundamental pensar que frente a las muestras de tamaña energía y combatividad del actual movimiento se necesita una política de la cual dotarse para lograr la victoria y más estratégicamente profundizar las potencialidades de esta experiencia. Un programa que haga de la retirada del proyecto de Ley El Khomri el eje de batalla de todos los sectores en las próximas semanas, única victoria a partir de la cual podremos ir por el resto de las reivindicaciones y explorar todas las broncas que el movimiento aglutina, ya sea contra la violencia policiaca, las guerras, la xenofobia, la destrucción del planeta.
En ese sentido, la tarea central, la “llave maestra” de la situación, es preparar y construir la huelga general ilimitada, lograr bloquear económicamente el país de manera indefinida, hasta que el gobierno retroceda. No es desconocido para nadie que si dejamos que la burocracia lleve adelante el desgaste en medidas espaciadas, sin realizar asambleas entre las bases, sin poner de pie y al frente de la lucha a los trabajadores las energías serán erosionadas y a eso apuesta con todo este aliado del gobierno y la patronal.
Un punto de apoyo en ese sentido es, como hemos dicho, el activismo que se ha puesto de pie sobre todo entre los jóvenes en las universidades, que tiene la voluntad de ligarse a sectores de trabajadores y lo viene haciendo de manera sostenida. Aún en vacaciones, en época de exámenes, con las universidades “vacías”, es posible y necesario poner en movimiento al activismo que se ha forjada y pelear por que contribuya a construir la huelga general. Las decenas o cientos de comités de huelga o movilización en las universidades, en los liceos, en los barrios, que organizan a miles o decenas de miles, deben seguir apostando a la masificación del movimiento pero también a la confluencia con otros sectores, porque decenas de miles a nivel nacional organizados con un objetivo preciso, la construcción de la huelga general, son un elemento de peso en la situación.
A su vez, las universidades han sabido ser un centro de confluencia de los sectores en lucha[3]: en el caso de Nanterre, las asambleas estudiantiles han impulsado el llamado a varias asambleas interprofesionales desde el inicio de la lucha. Esta política permite dotarse de un espacio de deliberación y organización que abarca a todos los sectores y potencia su confluencia: los ferroviarios, trabajadores hospitalarios, trabajadores del estado y las administraciones territoriales, profesores y personal administrativo de la universidad, empleados de correos, a los que nos hemos acercado y con los que hemos militado por profundizar la lucha pueden darse cita para organizar la pelea y la continuación. Diversas actividades, como volanteadas y discusiones en la estación Saint Lazare, en la fábrica PSA Poissy, en centros de correos, en el Hospital de Nanterre, se han realizado en pos de esta perspectiva, la cual impulsamos desde la “Comisión de confluencia de las luchas” de la que formamos parte.
A su vez, esto se apoya en los sectores combativos y anti-burocráticos que existen en los diferentes sectores y que luchan día a día por construir organismos de auto-organización y por preparar la huelga general. En la estación Saint Lazare, así como en la mayoría de las grandes terminales de trenes de Paris, existen “Comités de movilización” que se reúnen, unificando trabajadores sindicalizados y no sindicalizados, de planta permanente y contratados, con el objetivo de organizar la lucha de manera independiente de los aparatos burocráticos y construir la huelga indefinida. Estos comités a la vez se centralizan (aunque el trabajo aún sea inicial) a nivel de la región parisina. Los trabajadores de hospitales, por ejemplo, se han apoyado en el fenómeno de ocupación de las plazas para darse cita en Place de la République y convertirla en un “cuartel general de la lucha”. En todos lados surgen organismos de base para preparar la huelga, y la junción entre esta implantación y militancia cotidiana y el impacto y la energía motorizadora de la juventud puede ser explosiva…
Los militantes revolucionarios pueden jugar un rol central en esta pelea. El NPA ha defendido la auto-organización, la confluencia de los diferentes sectores, la construcción de la huelga ilimitada. Su implantación en el movimiento estudiantil universitarios, en los barrios, en sectores de trabajadores, debe permitir golpear como un solo puño con esta orientación, para desbordar a la burocracia sindical y construir un enfrentamiento generalizado con el gobierno. En este sentido, hay que avanzar en la formulación de una orientación global y dotarse de todas las herramientas necesarias para llevarla de manera colectiva, con el objetivo de enfrentar todas las tendencias burocráticas, a la dispersión, la fragmentación y la desmoralización, y apoyarse y desarrollar todos los elementos progresivos, de enorme potencialidad, que existen en el movimiento actual.
Abajo la Ley El Khomri!
Por la auto-organización de estudiantes, secundarios y trabajadores!
Por la confluencia de todos los sectores en lucha!
En camino hacia la huelga general ilimitada!
[1] Circunstancias que explican en parte el por qué estas luchan fueron fragmentarias, aisladas y minoritarias, eso sin contar la pérfida politíca de las direcciones sindicales en cada una de esas batallas. Sin embargo, la ola de simpatía despertada por la “camisa arrancada” de Air France ya expresaba un cambio en el estado de ánimo…
[2] Para mantener los pies en la tierra, no se puede dejar de señalar que la UNEF y la Union de Estudiantes Comunistas decidieron boicotear la ultima Coordinación Nacional Estudiante que se reunió el 9 y 10 de Abril en Nanterre, luego de perder las principales votaciones (portavoces electos y revocables del movimiento, realización de una Coordinadora Nacional cada fin de semana; a lo cual se oponían) en la CNE del 2 y 3 de Abril en Rennes. Como consecuencia, el numero de universidades representadas bajó de 80 a 30 (allí donde la UNEF o la UEC son mayoritarios, no hubo elección de delegados para la CNE), aunque la mayoría de las universidades movilizadas estuvieron representadas: todas las universidades de Paris, Lyon, Toulouse, Rennes, Strasbourg…
[3] Se trata de un rol que, sólo en parte y a partir de una pelea política que aún no está ganada y que debemos profundizar, podría empezar a ocupar el “movimiento de las plazas” si se desarrolla en sentido progresivo). No podemos extendernos aquí sobre el tema.
Por Luz de Norte (Buenos Aires) y Ale Vinet (Paris), SoB n° 375, 14/4/16