Oct - 20 - 2011

Por Kasandra Dalton
Desde EEUU para Socialismo o Barbarie, 18/10/11

El 15 de octubre de 2011, sin duda alguna, ha sido un día importante para la configuración política del futuro próximo de Estados Unidos.

Al momento de escribir estas líneas el “Occupy Wall Street” se acerca a cumplir sus dos meses de existencia. Cómo señalásemos en un artículo anterior[1], las confluencias al respecto de la ocupación han sido diversas.

Sectores

Existe el núcleo propio de la ocupación, el cuál parece albergar múltiples y heterogéneos intereses políticos, principalmente configurado por jóvenes de distintos estratos sociales (por sobre todo clase media) que golpeados de manera directa por la crisis y el desempleo han ubicado, de manera correcta, como uno de sus problemas el corazón del capitalismo financiero: Wall Street.

La ocupación de Zucotti Park, en las cercanías de Wall Street: los «bailouts» fueron los rescates
que el Estado dio a los bancos e instituciones financieras en quiebra

También, ha confluido un sector de clase trabajadora que por momentos parece querer salir fuera de la “camisa de fuerza” de las burocracias sindicales norteamericanas. 

Habría que señalar, por lo menos, dos participantes más. Por un lado, sectores estudiantiles universitarios sin mucha consistencia orgánica, y por otro lado, un sector de la sociedad civil aún indeterminado como sujeto colectivo, pero indudablemente indignado por su situación de precariedad en medio de la crisis.

De momento, todos estos actores sociales se vinculan en un clima de espontaneidad política.

Movilizaciones del 15/10/11

El 15 de octubre registró movilizaciones en al menos 35 ciudades del país. El pico fue por supuesto la movilización en New York que rondó las 10 mil personas, una cifra un tanto inferior a la que registró la movilización del 6 de octubre: entre 15 y 20 mil personas.

En esta ciudad, las protestas tuvieron distintos momentos: 92 personas fueron arrestadas mientras protestaban frente a una sucursal de Citibank, otras 45 también fueron detenidas durante el transcurso de las protestas por Times Square, la zona comercial y de tiendas de lujo en Manhattan. Ya al anochecer, unas mil personas se tomaron el parque público Washington Square Park, pero fueron desalojadas por la policía a la medianoche. Muchas de estas regresaron a la ocupación central en el parque Zucotti.

En Chicago decenas de personas fueron arrestadas mientras procuraban iniciar la ocupación del Grant Park. En Washington D.C., varios cientos de personas marcharon por el centro, a partir de la madrugada, pasando por varios bancos.

Escoltados por la policía, los manifestantes también protestaron frente a la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro, antes de pasar a un mitin en el National Mall, donde se les unieron representantes sindicales y otros partidarios.

En Pittsburgh, Pennsylvania unas 3000 mil personas marcharon por el centro de la ciudad hacia el distrito financiero, donde se realizó un mitin. En estos momentos, un parque propiedad del banco BNY Mellon ha sido ocupado.

Algunos elementos para una interpretación

Más allá de las desigualdades y limitaciones del movimiento es necesario apuntar su central importancia. Esto porque en Estados Unidos no existían movilizaciones de naturaleza nacional y con consignas que cuestionaran la totalidad de la organización social desde las protestas contra la Guerra de Vietnam y el Movimiento por los Derechos Civiles. Es decir, hay un vacío de casi cuarenta y cinco años.

Esto no significa que no haya pasado nada en este transcurso –quizá lo más importante y numeroso hayan sido las protestas de inmigrantes en 2006[2]– sino que no habido un proceso donde sectores centrales de la sociedad norteamericana con posibilidades reales de transformación social comiencen a organizarse y cuestionar el ordenamiento político de conjunto. Cuestionamiento que hasta ahora ha tenido mucho de anticapitalista y anticorporación.

Perspectivas

Uno de los problemas centrales que atraviesa al movimiento es su falta de consistencia material, lo que facilita las posibilidades de aislarlo e irlo debilitando lentamente. Vinculado a esto, la dinámica de las ocupaciones puede tener un gran valor simbólico, pero si los métodos de lucha no tocan lo económico, los circuitos productivos y de acumulación de capital, difícilmente la lucha logrará arrebatarle nada al Estado.

Asímismo, la indefinición política del movimiento causa dispersión en un momento en que todas las fuerzas deberían de estar confluyendo en objetivos comunes y planificando las rutas de lucha según los planteos consensuados.

Sin embargo, a pesar de sus debilidades, el movimiento “indignado” norteamericano ya ha logrado dos cosas inestimables: reintroducir de manera clara en la conciencia política estadounidense la movilización nacional como método de lucha y cuestionar de manera colectiva el (des)orden de la actual forma política que tiene el Estado.


[1] http://www.socialismo–o–barbarie.org/eeuu_nuevo/111013_a_indignados.htm

[2] Indudablemente es necesario estudiar mejor el posible rol de la clase trabajadora inmigrante en un proyecto de transformación radical dentro de los Estados Unidos.

Categoría: Estados Unidos