En la noche del 14 de Julio, un individuo arremetió con un camión contra la multitud que se había congregado en Niza para festejar esta fecha, causando más de 80 muertos (número que podría aumentar considerablemente) y decenas de heridos. Se trata de un acto monstruoso y reaccionario, que se atacó a centenas de hombres, mujeres y niños independientemente de su origen o de su religión. Nada puede justificar un tal acto odioso, donde son siempre los inocentes los que pagan como “respuesta” a políticas que no decidieron. Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas, sus familias y sus seres queridos.
Aunque aún ningún grupo se haya adjudicado el atentado, la sucesión de ataques perpetuados en Europa y en el mundo entero en los últimos meses hace prever que se trataría del Estado Islamico o de otro grupo reaccionario de ese tipo. Se trata de organizaciones reaccionarias, enemigas de los trabajadores, de las mujeres y de los jóvenes, que siembran el terror sobre las poblaciones que están bajo su yugo: no defienden ninguna causa progresista.
Se trata de orientaciones y de métodos que están en las antípodas de las movilizaciones masivas en apoyo al pueblo palestino, a los migrantes, contra el racismo y la islamofobia, o incluso de las movilizaciones contra la reforma laboral que habían infundido una esperanza colectiva contra la miseria y la explotación, una bocanada de aire fresco en una situación reaccionaria asfixiante. Las consecuencias inmediatas del atentado sólo pueden ir contra los intereses de las poblaciones que estos fanáticos dicen representar o defender: el discurso reaccionario y represivo, el aumento de la islamofobia, la estigmatización de las poblaciones musulmanas o consideradas como tales.
La respuesta del gobierno es la misma que la que dio luego de los ataques precedentes, respuestas que no ha logrado impedir la realización de nuevos atentados, y que al contrario agrava la situación y engendra los mismos: prolongación del Estado de Urgencia, movilización militar reforzada, intensificación de la intervención imperialista en Siria y en Libia. Con el pretexto de la defensa de Francia o de la “lucha por la democracia”, son las poblaciones locales, hombres, mujeres y niños inocentes los que sufrirán los bombardeos y la destrucción infligida por la intervención militar, como sufren el yugo de los reaccionarios del Estado Islamico. En Europa o en Oriente Medio, son siempre sus guerras, y nuestros muertos.
Esta política del imperialismo francés sólo puede agravar la situación: es el caos geopolítico, la miseria, la masacre de miles de inocentes en Oriente Medio los que han creado el terreno fértil para que organizaciones reaccionarias como el Estado Islámico nazcan y se desarrollen sobre los escombros dejados por el saqueo imperialista de la región. La liberación de los pueblos de la región no vendrá de la guerra y la intervención imperialista que sólo apuntan a asegurar la dominación de Francia y de otras potencias sobre Medio Oriente.
Los atentados abrirán un nuevo ciclo de ofensiva represiva, guerrera, anti-inmigrantes, islamófoba y reaccionaria. Lucharemos colectivamente contra las políticas reaccionarias del gobierno, contra las intervenciones imperialistas en Medio Oriente, en solidaridad con los pueblos en lucha y por el recibimiento de los refugiados, contra la estigmatización de las poblaciones musulmanes, inmigrantes o consideradas como tales. Nos negamos a callar nuestras críticas a éste gobierno y a éste sistema en aras de una “unidad nacional” con aquellos que nos explotan y que llevan adelante la guerra imperialista. Reivindicamos la unidad de los explotados y oprimidos, en todo el mundo, contra este sistema de explotación y de opresión y contra los sufrimientos y las monstruosidades que el mismo engendra.
Socialismo o Barbarie Francia, 15/7/16