Ago - 18 - 2016

El pasado sábado 13 de Agosto se desarrolló en Lima y todo el Perú la Marcha Nacional bajo la consigna “Ni Una Menos, Vivas nos queremos”. La movilización fue un hecho histórico, por primera vez miles de personas salieron a las calles de todo el país con el movimiento de mujeres a la cabeza.

El “Ni una menos” surge en Perú, no como una iniciativa de las redes sociales como intentan vender los medios, sino como una respuesta de indignación de un pueblo entero que sufre la realidad de ser el tercer país del mundo con más violencia hacia la mujer.

Si bien las estadísticas nunca son del todo precisas y lamentablemente los números suelen ser peores que los oficializados, 7 de cada 10 peruanas hoy, son víctimas de la violencia machista. En 2015 se registraron 283 femicidios y en lo que va del 2016 ya son 173 mujeres las que perdieron la vida, en su mayoría en manos de  parejas o ex parejas. En el sur del país donde se concentra el 51% de los casos de violencia contra la mujer, 1 de cada 5 niñas son violadas, casi siempre por familiares. El aborto ilegal condena a la muerte diariamente aunque no existen estadísticas exactas. La comunidad LGBT sufre una represión cultural enfermiza, no dejan crecer las denuncias de violaciones correctivas a lesbianas.

Pero no son las cifras, ni lo violento de cada caso lo que terminó de desatar la bronca. Más bien fue la violencia ejercida por el  propio estado y su justicia patriarcal, que durante el último año mostró su cara más misógina dejando libres a violentos y femicidas, en casos muy polémicos y públicos. Marcando así un antecedente para todas las peruanas que quieran enfrentar a los violentos. Pero qué se puede esperar de un poder judicial que hoy en día sigue cajoneando los casos de las más de 300 mil campesinas esterilizadas a las fuerza por la dictadura fujimorista.

Arlette Cindy Contreras y Lady Guillen, quienes encabezaron la marcha en Lima, son las protagonistas de los casos más polémicos que alimentaron la indignación.  En el caso de Arlette todo el país vio por televisión como las cámaras del hotel donde se hospedaba registraban a su pareja  desnuda arrastrándola  de los pelos y golpeándola sistemáticamente con intención de abusarla a la fuerza, justificándose en los celos. Justificaciones que la justica tomó como propias para dejarlo en libertad. Por su parte Lady, famosa bailarina, fue secuestrada y abusada violentamente por su novio y a pesar de mostrarse ante las cámaras completamente desfigurada y presentar todas las pruebas ante la justicia, hoy su agresor esta libre.

PERO NO ES SOLO LA JUSTICIA

Durante meses las organizaciones de mujeres se mantuvieron activas con diversas iniciativas culturales, de debate y publicitarias hasta conquistar esta histórica movilización. Logrando meter en la agenda de la misma, temas polémicos como el aborto legal, la trata de mujeres y los derechos LGBT. Muy a pesar del Frente Amplio que una vez más cedió ante el atraso, negándose a politizar este gran desarrollo político, sin dar la pelea por una independencia del gobierno y los empresarios, mostrando una pose meramente asistencialista para ocultar su oportunismo electoral en alianza con el recién electo presidente, Pedro Pablo Kuchiski quien intenta hacer de cuenta que la justicia es un ente completamente independiente al gobierno.

Resulta lamentable que con  la fuerza política que tiene el Frente Amplio como influencia de “izquierda”, no se permita aprovechar el cuestionamiento de masas a una parte fundamental del régimen, para atacarlo por completo, con la lucha de la independencia económica de la mujer a la cabeza, junto a los trabajadores, por una educación pública…etc, etc, etc y demás necesidades básicas, porque la vida indigna y mendiga que están condenados a heredar miles de peruanos no hace más que agravar las condiciones en que se ejerce la violencia hacia la mujer.

Es así como PPK  quien asumió prometiendo sostener un Perú culturalmente católico, se limpió las manitos participando de la movilización que se concentró frente al palacio de justicia, proclamando querer un país sin “ningún tipo de violencia”. Ahora bien, días antes de la marcha, el arzobispo de la capital, Cipriani, uno de los principales representantes de la cultura católica que defiende PPK, dejó algunas reflexiones para pensar sobre las aspiraciones culturales del mandatario.

«Las campañas para dañar la dignidad de la mujer, en su ser mujer y madre, queriendo imponer la llamada ideología de género, no son humanas”, «Las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas, pero no es porque hayan abusado de las niñas, sino porque, muchas veces, la mujer se pone, como en un escaparate, provocando«. También hizo alusión al concepto de género. Considerando que esta figura rompe la estructura de la sociedad que “está formada por hombres y mujeres”.

De todas maneras el movimiento hizo  escuchar en las calles su desprecio a Cipriani y todo la calaña que él representa exigiendo que la “iglesia no se meta”, “aborto legal” y “basta de perseguir a las lesbianas”.

En lo que respecta a PPK, con la presión que generó  la antesala de esta gran marcha, se vio obligado a dar una lavada de cara al poder judicial, anunciando una supuesta “formación en género para los funcionarios”. Pero esto puede encontrar un límite bastante rápido ya que a partir del “Ni una menos” el movimiento de mujeres se encuentra organizado en multisectoriales a lo largo de todo el país con intención de seguir metiendo presión en la calles ante cada caso que no se haga justicia.

Por Flora Poulain, SoB n° 393, 18/8/16

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