Compartir el post "Estados Unidos – El movimiento Occupy ataca de nuevo: bloqueo de puertos contra el 1%"
El movimiento Occupy Wall Street volvió a la carga contra el 1% de la población que concentra en sus manos las grandes riquezas. Esta vez, el método consistió en un bloqueo coordinado de los puertos de la costa oeste, que se llevó a cabo el 12 de diciembre. El motivo: apoyar la lucha de los trabajadores portuarios y los camioneros contra las grandes patronales, que llevan a cabo una rigurosa política de persecución antisindical e imponen durísimas condiciones de trabajo.
El origen de la medida: los desalojos imponen un cambio de táctica
El movimiento OWS nació hace tres meses, originalmente en la ciudad de Nueva York, contra las brutales consecuencias que la crisis capitalista impone a amplísimos sectores de la juventud y de la clase trabajadora. Su irrupción en la escena política catalizó de alguna manera un profundo descontento que se venía acumulando luego de años de desempleo, desalojos y endeudamiento. Por esa misma razón, se extendió rápidamente a decenas y decenas de ciudades a lo largo y ancho de los Estados Unidos, poniendo en pie acampes frente a las diferentes sedes del poder económico y político. Cada uno de ellos funcionó con su propia Asamblea General, realizando sus propias actividades, muchas de las cuales contaron con el apoyo de seccionales de sindicatos y de trabajadores de base.
El gobierno de Obama tuvo originalmente una actitud ambigua hacia el movimiento, con el objetivo de intentar cooptarlo para su campaña de reelección presidencial (en la cual aparece en desventaja frente a sus opositores republicanos). Pero este intento de cooptación fracasó: gran parte de los miembros de OWS son antiguos votantes de Obama desencantados por su aplicación de las mismas políticas que antes llevaban a cabo G. Bush y todos los gobiernos conservadores. Existe entre los activistas de OWS una conciencia de que tanto los demócratas como los republicanos son los garantes de los intereses de ese odiado 1%. Por eso mismo, el gobierno dio por finalizada su etapa “conciliadora”, desatando un gran ataque coordinado contra los acampes en una gran cantidad de ciudades.
Los desalojos y arrestos masivos llevaron al movimiento OWS a replantearse sus tácticas y métodos de lucha. Ya el 2 de noviembre, el movimiento Occupy de Oakland (ciudad donde está alojado el quinto puerto más importante del país), convocó a una huelga general y a un bloqueo del puerto, que contó con la participación de 15 mil manifestantes y la adhesión de gran cantidad de sindicatos. Ante esta imponente demostración de fuerza, las fuerzas represivas se vieron obligadas a replegarse.
Fue el éxito de esa medida el que sirvió como puntapié inicial para esta nueva acción. Esta vez, el bloqueo de puertos fue convocado no solamente por Occupy Oakland, sino por todos los movimientos Occupy de las ciudades de la costa oeste (San Diego, Los Angeles, Portland, Tacoma, Seattle, Vancouver y Anchorage), con el apoyo activo por parte de los OWS del resto del país.
Golpear a los capitalistas donde más les duele: en los bolsillos
El enfoque de OWS comenzó marcado por las mismas virtudes, pero también por las mismas ingenuidades que el de sus inspiradores, los indignados españoles. Sin embargo, logró desarrollar algunas conclusiones políticas avanzadas, que elevaron el movimiento a un nivel superior. OWS comprendió que el enemigo a vencer eran las grandes corporaciones capitalistas que concentran en sus manos enormes riquezas. Y más aún, comprendió también que esas riquezas eran producidas por los trabajadores, quienes son atacados cada vez con más fuerza, aun en sus derechos más básicos como el de la libre sindicalización.
Por eso, algunos sectores del movimiento Occupy (en especial los de Oakland, ciudad que tiene una importante tradición combativa), comenzaron a girar su política hacia el origen mismo de la producción, los trabajadores y los grandes nodos económicos, con el objetivo de golpear a los capitalistas en su órgano más sensible, el bolsillo.
El bloqueo de puertos del 12 de diciembre refleja exactamente esa conclusión, que tiene un enorme potencial político. Muchas de las terminales portuarias que negrean a los trabajadores pertenecen directamente a las grandes empresas y bancos que operan en Wall Street, entre ellos, la Goldman Sachs (la misma que en este momento está imponiendo a dedo a los gobernantes en Europa).
Desde el comienzo la medida fue concebida en coordinación con los trabajadores portuarios y los camioneros. Si bien el sindicato oficial de los portuarios (ILWU) no dio su respaldo a la medida (e incluso algunos de sus burócratas salieron abiertamente a atacarla), dirigentes locales y especialmente los propios trabajadores de base la recibieron con enorme simpatía. Puede verse en Internet una carta que hicieron circular los camioneros (mayoritariamente trabajadores inmigrantes bajo durísimas condiciones laborales), brindando su apoyo y expresando la importancia que tiene para ellos la coordinación con otros movimientos.
Un hecho político ejemplar para los “indignados” de todo el planeta
Si bien la participación directa en los bloqueos fue modesta (unos cuantos miles de personas movilizadas en todo el país), generó una importante simpatía en amplios sectores [1]. Se consiguió paralizar durante varias horas de forma total o parcial unos cinco puertos, y se sentó un importante antecedente para futuras medidas, tanto de OWS como de los propios trabajadores.
Hay que destacar la enorme importancia que tiene un hecho político de este tipo en un país que viene de décadas de aplastamiento en la conciencia, y que es el principal bastión del imperialismo capitalista. Si el movimiento OWS profundiza la orientación de aliarse con la clase trabajadora y contribuye a catalizar la irrupción del movimiento obrero, puede ser un factor político de primer orden. Especialmente porque, como cantan los propios activistas de OWS, “el mundo entero está observando”.
Nota
- En su convocatoria participaron importantes referentes culturales como Tom Morello (de la banda Rage Against de Machine) y “Boots” Riley (de The Coup).
Por Ale Kur, SoB 216, 23/12/11