El martes 31 de enero se dio en la Ciudad de México la Jornada Nacional Unitaria, una gran marcha convocada por diferentes sindicatos y organizaciones populares. Inició el recorrido en el Monumento a la Revolución y finalizó con la lectura de un pliego petitorio en el Zócalo.
La convocatoria se dio “contra el gasolinazo” que elevó el precio del combustible hasta un 20% desde el 1 de enero, sin embargo, las pancartas y consignas rebasaron ese eje constituyendo una muestra del hartazgo por la podredumbre del gobierno y los planes de ajuste que se han llevado adelante en el presente sexenio.
Desde la oposición a la reforma energética y educativa, el aumento de los precios, justicia por los 43 de Ayotzinapa, contra la violencia a las mujeres, luchas campesinas por el acceso a la tierra y los recursos naturales, por la derogatoria del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, por sus siglas en inglés) hasta el repudio a la política reaccionaria y xenófoba de Trump.
La unión para enfrentar el ajuste
A la concentración asistieron cerca de 100 mil personas entre trabajadores estatales y del sector público, campesinos, estudiantes, partidos de izquierda y diversas organizaciones populares. Siendo sumamente progresiva en cuanto apostó a la unidad de diferentes sectores y la solidaridad con diferentes luchas con el objetivo de demostrarle al gobierno las reservas de fuerza del pueblo mexicano.
Creemos que, efectivamente, ese es el camino correcto para enfrentar las políticas de ajuste de Peña Nieto y la tarea es articular nacionalmente una mesa coordinadora con participación de todos los sectores combativos que lleve adelante la lucha y profundice las acciones en vista a revertir estas leyes.
La jornada, si bien valiosa, tiene como límite que los dirigentes de las organizaciones que la capitaneaban no pretendían que fuera el inicio de un plan de acciones callejeras a futuro a lo largo del país, siendo que terminó como una acción con un fin en sí misma e inconexa y desarticulada de otras marchas.
Contra Peña Nieto y contra Trump
Los mexicanos han resistido la arremetida de Peña Nieto y han dado muestras del potencial combativo (ejemplo clarísimo la lucha de los educadores contra le reforma educativa). Están dispuestos a salir a pelear contra el plan de ajuste que recae en la clase trabajadora y los sectores campesinos y populares. Así que es el momento de coordinar los esfuerzos dispersos y darle un duro golpe al gobierno.
Pero adicional hay otro enemigo del otro lado de la frontera: el presidente estadounidense Donald Trump que está llevando adelante una política reaccionaria que se ha ensañado con los mexicanos y los ha hecho objeto de su retórica nacionalista y xenófoba. En las calles es evidente el repudio a sus declaraciones y órdenes ejecutivas.
No hay que hacerle el juego al gobierno mexicano que pretende borrar su corrupción, sus vínculos con los carteles narco y demás “indiscreciones” mostrándose “preocupado” por las acciones de Trump y colocándolo a él como única fuente de todos los males. Por eso la lucha tiene que ser contra ambos ya que, con los matices entre uno y otro, ambos pretenden cargar sobre los trabajadores y los sectores más vulnerables el pago de la crisis del podrido sistema capitalista.
¡Por una Huelga General para traerse abajo las reformas de Peña Nieto!
¡Repudio a la política reaccionaria de Trump!
Por Johan Madriz, 15/2/17