Recientemente el PSTU argentino perteneciente a la LIT-CI (Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional) publicó en su sitio web un artículo titulado “¿Marxismo o feminismo?” en el que sostienen que el feminismo y el marxismo se contraponen. De hecho, explícitamente buscan polemizar con las organizaciones de izquierda que se reivindican marxistas y feministas. Por ese motivo, desde el Nuevo Partido Socialista y Las Rojas-Costa Rica-nos involucramos en el “debate” porque nos reivindicamos feministas socialistas.
En su afán por criticar al feminismo (como si este fuera homogéneo) utilizan falacias contra el feminismo socialista. Afirman que “para las feministas, la cuestión esencial es la lucha contra los hombres, por pelear espacios y conquistas hasta lograr la igualdad entre mujeres y hombres en la sociedad capitalista”.
Aquí cabe preguntarse de dónde obtienen esa definición de feminismo, puesto que ni en el Diccionario de la RAE –caracterizado por su machismo- se define en esos términos. El feminismo no puede equipararse con lucha contra los hombres, por el contrario, desde la teoría feminista clásica con pensadoras como Simone de Beauvoir o GayleRubinse entiende la opresión de las mujeres desde las relaciones sociales producidas con el patriarcado.
De esta manera, dicha afirmación reduce a todo el feminismo a la aspiración por la igualdad en el marco de la sociedad capitalista. Esta lectura no abarca al feminismo socialista, esa es la máxima aspiración del feminismo burgués, pero el feminismo socialista desde hace décadas se ha esforzado por comprender las relaciones sociales y económicas para luchar contra el capitalismo y el patriarcado. Por eso, los hombres no son enemigos por sí mismos, como según el PSTU y la LIT considera todo el feminismo, sino que el enemigo es el patriarcado que se materializa en relaciones sociales de dominio.
Es un error garrafal que un grupo y una corriente trotskista plantee en estos términos (rechazando categóricamente el gran aporte del feminismo socialista) un debate que hace décadas está superado porque la relación entre marxismo y feminismo ha sido desarrollada desde hace mucho tiempo con la finalidad de comprender la alianza brutal que se ha generado entre capitalismo y patriarcado.
Cuando el PSTU y la LIT sostienen que “para el marxismo no existen dos sistemas: capitalismo y patriarcado, ni por tanto dos luchas políticas y sociales diferentes, paralelas”, omiten que el patriarcado produjo relaciones de opresión, las cuales se perpetúan porque son funcionales a la lógica del capital, pero capitalismo y patriarcado no son sinónimos. El patriarcado tiene sus especificidades, produjo la división sexual del trabajo.
Además, la génesis de la opresión de las mujeres tiene un vínculo con el surgimiento de la propiedad privada, cuando se genera excedente nace la preocupación por la herencia, de ahí que se establezca la monogamia (para la mujer) y el matrimonio, a lo que Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estadodenomina como la gran derrota histórica de las mujeres porque se institucionaliza la división sexual del trabajo.
Entonces, el patriarcado existe desde que las mujeres fueron relegadas al ámbito privado, a la crianza y el cuido de los otros, cuando sus cuerpos se convirtieron en propiedad y sus derechos fueron negados, al igual que su sexualidad. ¿Acaso el PSTU y la LIT niegan la existencia del patriarcado? De no ser así, es imposible negar que la lucha contra el patriarcado tiene sus especificidades. En esta lucha el sujeto central de la opresión son las mujeres. Desde luego, destruir al patriarcado supone la destrucción de las relaciones económicas que reproducen la opresión. Es decir, luchar contra la opresión de las mujeres implica necesariamente (ese es uno de los grandes aportes del feminismo socialista) luchar contra el capitalismo, en alianza con la clase trabajadora y demás sectores oprimidos.
En conclusión, es un grave error en la teoría y la praxis el rechazo a reivindicarse feminista, peor aún ubicar al feminismo (incluido al socialista) como contrapuesto al marxismo. Este rechazo conduce a invisibilizar la lucha feminista (si no es incluso considerada una amenaza para la lucha socialista) y confinar a un segundo plano la lucha por la liberación de las mujeres, reproduciendo uno de los errores históricos cometidos por el estalinismo.
En este sentido, el PSTU y la LIT encabezan un retroceso enorme para la tradición feminista socialista del trotskismo, lo cual hace parte de una concepción conservadora y sectaria del marxismo que se extiende a otros terrenos de su praxis política, por ejemplo su rechazo sistemático por realizar frentes unitarios electorales con otras corrientes de izquierda y una concepción objetivista que califica como “revoluciones socialistas inconscientes” a procesos como la guerra civil en Siria o en su momento las rebeliones populares en países de Medio Oriente y África. Producto de esto, actualmente la LIT está inmersa en una creciente crisis, cuyas principales manifestaciones son la ruptura de la mitad de su partido en Brasil, otra similar en Argentina, así como en Costa Rica y la crisis de su sección en Portugal.
Desde el NPS y Las Rojas nos demarcamos reivindicando la necesidad de fortalecer el feminismo socialista y luchar contra el capitalismo patriarcal para destruir las relaciones sociales y económicas que sostienen la explotación y opresión. También, le planteamos la pregunta al Partido de los Trabajadores (PT) ¿ustedes al igual que la LIT (corriente internacional a la que pertenecen) no se reivindican feministas socialistas? ¿Si no es así, por qué conforman Lucha Mujer?
Para terminar, una frase de la revolucionaria Rosa Luxemburgo que sintetiza la tradición feminista socialista que reivindicamos el NPS, Las Rojas y la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie: “La feminista que no es socialista, carece de estrategia. El socialista que no es feminista, carece de profundidad”.
Por Heidy Valencia Espinoza - Las Rojas-NPS (Costa Rica), 20/2/17