Mar - 30 - 2017

“En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola.”

Lenin, El Estado y la Revolución

El próximo 4 de abril se cumplen 10 años del fusilamiento por parte del ex gobernador Sobisch del compañero Carlos Fuentealba. Si bien su asesino material, Poblete está preso, su autor intelectual, Sobisch sigue libre. Como parte de la pelea por justicia se encuentra una lucha por su identidad y memoria política, por eso escogimos estas palabras para comenzar a hablar de Carlos Fuentealba porque consideramos que hoy está en juego su legado.

Creemos que Fuentealba no era simplemente un maestro solidario que murió en manos de un policía “al que se le fue la mano” como intenta hacernos ver la burocracia Celeste. Carlos era un luchador por el socialismo, por lo tanto, por definición un ser solidario, pero también un ser que dedicó gran parte de su vida a cambiar el mundo, a terminar con esa barbarie capitalista que terminó de arrancarlo de entre los mortales. Hoy, aquel hombre que fue asesinado por el poder, es un muerto incómodo, es un muerto que necesitan “reinventar”.

Es el caso de la burocracia sindical de la Lista Celeste de Suteba y CTERA, contra quienes Fuentealba luchaba en su gremio de base ATEN. Esta burocracia intentó con distintos artilugios apropiarse de su imagen, pero no puede apoderarse de su verdadera esencia, porque mientras haya un burócrata que intente engañar a la clase obrera, mientras haya un burgués explotándola, Fuentealba siempre estará en la conciencia de los luchadores. Los revolucionarios tenemos también la tarea de luchar contra ese intento de transformar a nuestros compañeros de lucha en “iconos inofensivos”. En ese sentido queremos compartir con ustedes esta nota que habla de un Fuentealba integro, sin los recortes interesados del poder.

Sus primeras experiencias en la UOCRA Neuquén

La UOCRA Neuquén fue recuperada de manos de la burocracia sindical en la segunda mitad de los años 80. Allí trabajaba Carlos y allí realizó su primera y más trascendente experiencia política y de lucha, la que como él mismo señalaba, habría de marcarlo por toda la vida.

La experiencia de la UOCRA expresó una práctica sindical revolucionaria en un momento en que el sindicato agrupaba a 12.000 trabajadores en grandes obras hidroeléctricas como Piedra del Águila. Eso es lo que explica que Carlos haya hecho allí sus primeras armas de lucha y que allí haya conocido a Alcides Christiansen quien fuera el indiscutido dirigente de la experiencia de la UOCRA Neuquén de aquellos años y, por añadidura, entrañable compañero de militancia y de lucha del propio Carlos.

Fue en esta experiencia en la que Carlos aprendería las prácticas que sostendría hasta el día de su asesinato, y es que en un colectivo de trabajadores no hay otra manera de resolver los asuntos que mediante la asamblea de los trabajadores, mediante la votación de delegados mandatados por esas asambleas para que cumplan lo resuelto colectivamente, y la votación de una conducción del gremio que se subordine a ellos y obtenga voluntariamente de ellos su sustento material. Ésa fue la experiencia de la UOCRA Neuquén, que logró desbordar las características de un sindicato tradicional.

Por otra parte hay que tener en cuenta que cuando los trabajadores comienzan a debatir, cuando asumen la responsabilidad de decidir por ellos mismos, cuando empiezan a discutir los diversos asuntos, se comienzan a politizar. Es que esas cuestiones, por su propia lógica, desbordan la problemática circunscripta a los lugares de trabajo para referirse a las leyes, a los funcionarios, al gobierno; es decir, a los problemas de la política y el poder. Aquí Carlos empezó a “politizarse” y comenzó a militar en el Viejo MAS de la década del 80, hecho que, junto a la cercanía al Nuevo MAS en épocas ya de maestro, demuestran la falsedad de la connotación de “anti-partido” vertida por Sandra Rodríguez, su ex compañera, hoy lamentablemente cercana a la burocracia de Ctera.

 Carlos Fuentealba “el maestro” 

Ante las distorsiones en obra, es necesario entender a Fuentealba, interpretar su figura, el propio carácter “polifacético” de Carlos (trabajador, docente y socialista revolucionario), el cual puede ser interpelado en su integridad o “diseccionado” en facetas distintas, contrapuestas e incluso negadas de su experiencia. Esto ha dado lugar a una batalla con la burocracia de la CTERA, que en los últimos años pretendió apropiarse de la figura de Carlos. Para la dirección de la CTERA, Carlos era un simple maestro sin más determinaciones. Siempre se negó a recuperar su figura como la de un trabajador más en general, que había pasado por la experiencia del sindicato de la construcción. Menos que menos podían reivindicar a Carlos como lo que verdaderamente era: un docente profundamente antiburocrático que siempre estuvo en la vereda de enfrente de su conducción.

Esta es la versión “edulcorada” que se echó a correr sobre Carlos; pero las cosas fueron exactamente al revés. Si Carlos tuvo el grado de compromiso que exhibió el día en que fue asesinado, esto se debió a algo más de fondo que su condición de maestro o genérico “militante de la vida”: fue producto de su compromiso con la transformación de la sociedad y el aprendizaje que tuvo de los métodos de lucha de la clase obrera.

Ese aprendizaje de la democracia obrera es lo que jalonó la vida de Carlos y lo llevó a estar en la ruta el fatídico 4 de abril del 2007, cuando estaba en contra de llevar a cabo el corte de ruta en Arroyito, acción que consideraba minoritaria (una “ultrada”, en la jerga militante). Carlos estaba en contra, pero esa moción –la de no ir a cortar– se perdió en la asamblea, y respetando la democracia de los trabajadores, Carlos se movilizó a la ruta con el resto de sus compañeros y compañeras.

Cuando hablamos de democracia obrera no nos referimos a un simple ideal, o algo a lo que simplemente aspiramos como superación de la falsa democracia de los ricos o los habituales métodos burocráticos, desde arriba, de los dirigentes sindicales tradicionales. Se habla de otra cosa, o de algo más que lo anterior: de una tendencia de la realidad que se pone en obra cuando la clase obrera sale a luchar. Por definición, la clase obrera es un sujeto colectivo, integrado por el conjunto de los compañeros de un determinado gremio o lugar de trabajo. Casi siempre que los trabajadores salen a luchar en serio, desbordan a los dirigentes tradicionales y se plantean cómo resolver los asuntos, cómo tomarlos en sus manos. La democracia obrera no es solamente el vehículo para la decisión colectiva de los asuntos por parte de los trabajadores; también es un poderoso instrumento para la politización de los compañeros.

 La burocracia de ayer y de hoy

Este 4 de abril se cumplen 10 años del asesinato de Fuentealba a pocos días de que los docentes de todo el país protagonizamos algunas de las movilizaciones más grandes nuestra historia llenando la Plaza de Mayo. Fue la respuesta de los trabajadores de la educación al brutal ajuste que quieren imponernos el gobierno de Macri y Vidal.

Pero lamentablemente sigue dirigiendo a la docencia la misma burocracia sindical que dejó aislada la lucha docente de Neuquén cuando fue asesinado Fuentealba. Y que en lugar de pisar el acelerador de la lucha para ir a fondo contra el ajuste de Macri, tiene una estrategia de paros en cuotas que impide que la fuerza expresada en Plaza de Mayo rebalse de luchas todo el país. Por eso es necesario construir una nueva dirección sindical, clasista, combativa, democrática. Por eso y por una sociedad socialista, luchó Fuentealba.

Sumate a la Lista Gris Carlos Fuentealba

Este 4 de abril a 10 años de su asesinato seguimos luchando por justicia por Carlos Fuentealba y cárcel a Sobisch. Desde la agrupación docente Lista Gris Carlos Fuentealba te invitamos a luchar por este reclamo y a sumarte a la lucha por la construcción de una agrupación docente democrática, clasista, combativa y que tenga como perspectiva la lucha por el socialismo.

Nos enorgullecemos de levantar el nombre de Carlos Fuentealba porque este era un militante revolucionario que soñaba con la perspectiva de cambiar la sociedad llevando a la clase obrera al poder y al socialismo. Aspiramos a que en nuestras luchas diarias y consecuentes por un mundo más justo, por un mundo socialista, seamos dignos representantes de este compañero que dejó este mundo en manos del poder asesino, pero que vive en cada una de las luchas de los trabajadores.


ENTREVISTA A ALCIDES CHRISTIANSEN, CANDIDATO A PRIMER DIPUTADO NACIONAL POR NEUQUÉN

Corresponsal: ¿Quién era Carlos Fuentealba? ¿Cómo fue ese 4 de abril de 2007? ¿Cómo continúa la lucha por justicia?

Alcides Christiansen: Desde la muerte de Carlos hasta hoy han cambiado las cosas significativamente. En contra tenemos que Sobisch sigue suelto, no fue preso, cayeron todas las causas, y a favor que se mantienen las movilizaciones, los actos, todos los años, el 4 de Abril. En casi todos los homenajes en muchos de estos años ha habido huelga docente, como este año, por ejemplo. El ejemplo de Carlos no solamente está en el 4 de Abril sino en todas las peleas, muchos sectores lo levantan.

Desde el día de la muerte de Carlos, que casi provoca la caída del gobernador, hubieron movilizaciones, después de su muerte el 9 de abril hubo una movilización muy grande. Miles de trabajadores en general, no sólo docentes, fueron a repudiar la muerte de Carlos Fuentealba y pedir la renuncia de Sobisch. La dirección en ese momento osó decir que un gremio no podía llevar esa política adelante porque era una mochila muy pesada. Esto en boca del propio Secretario General de ATEN. El 9 de abril cuando estaba toda la gente frente a la casa de la provincia exigiendo la renuncia, todos los discursos giraron en torno a eso, la forma en la cual desmovilizó fue muy clara. No solamente la mochila les pesaba sino que no querían hacer nada en relación a la caída de Sobisch. Si Sobisch caía ese día hubiese quedado preso porque debería haber ido a declarar. Nosotros le hicimos esa crítica a la conducción.

El manejo que hizo la burocracia con la figura de Carlos Fuentealba fue darle un perfil de luchador que era innegable pero también, como era un maestro que respetaba los cuerpos orgánicos, que estaba con la CTERA y con ATEN. Lo que no dicen es que él era crítico con la CTERA y más con la burocracia de Yasky y de Guagliardo. Terminaron los del sindicato, los amigos del sindicato y Sandra Rodríguez embanderando a CTERA con la figura de Carlos, lavándole la cara a Yasky. Ese año, en el 2007, los docentes llevaban 52 días de huelga y la CTERA nacional de Yasky no llamó un solo día de paro. Aunque ahora llamen a parar los 4 de Abril nunca se va a tapar la traición de ese 4 de Abril.

No digo que por culpa de eso haya muerto Carlos. Carlos muere porque era un luchador de toda la vida; cuando falleció hacía sólo dos años y medio que era docente, antes estuvo en el sindicato de la UOCRA con nosotros y siempre se caracterizó por ser un compañero solidario, de perfil bajo y muy combativo. Entró de muy joven al Viejo MAS y el día de su muerte ya militaba con nosotros en el Nuevo MAS. Incluso fue uno de los primeros afiliados del partido cuando los compañeros empezamos a levantar la legalidad de Neuquén para tener la legalidad nacional con el Nuevo MAS que recientemente conquistamos.

C: ¿Qué relación hay entre la lucha por justicia y la actual lucha docente?

A.C.: Hoy se recuerda a Carlos en todas sus peleas, incluso por los mismos sectores que fueron enemigos. Es una hipocresía que la cara de Carlos Fuentealba esté detrás del sillón del local del Secretario General Nacional cuando Carlos murió peleando no sólo contra el gobierno sino también contra la burocracia. Él pertenecía a una corriente que peleaba por los derechos de los trabajadores, pero siempre contra el Gobierno, la burocracia y la patronal. Obvio que ese perfil se lo cambiaron con la ayuda de los mismos familiares como Sandra Rodríguez quien hoy es congresal en la CTERA por la lista de la burocracia. Esto no quiere decir que no hagamos frente único en la lucha docente, pero nos diferenciamos categóricamente del método burocrático que tienen y por supuesto de las agachadas que hacen. Siempre que crece la posibilidad de endurecer las medidas empiezan a tiran para atrás, para enfriar la pólvora de los trabajadores y buscar salidas como las que está buscando ahora Baradel: está buscando darle tregua al Gobierno siendo que si peleamos un poco más arrinconaríamos al gobierno. Esto lo digo porque si hubiera estado Carlos obviamente que hubiese estado en contra de ellos, dentro del sindicato o no. La agrupación Carlos Fuentealba, que está representada políticamente por el Nuevo MAS, es el mejor homenaje que le hicimos a Carlitos. Ahí está plasmado lo que Carlos discutía, si hoy Carlos hubiese estado vivo estaría en las filas de nuestro partido, junto a los trabajadores docentes parándole la mano a Macri contra el ajuste, a la cabeza de la lucha y, por supuesto, construyendo una alternativa para llenar el vacío de la vacancia política que hay y al frente en su militancia. Eso es así porque él, además de ser un compañero que participaba en las luchas sindicales, era un compañero que estaba en la construcción cotidiana del partido. Su preocupación aparece en la película «En obra»: algunas de sus alumnas contaban que no entendían qué era lo que quería decir Carlos cuando les hablaba de socialismo, de la dictadura del proletariado, y que ahora estaban entendiendo. Bueno, ese era Carlos, hablaba constantemente de la necesidad de que los trabajadores tengan el poder político en sus manos y que constituyan el socialismo. Así lo recordamos todos los años.

C: ¿Qué le dirías a las nuevas generaciones sobre el ejemplo de Carlos?

A.C.: Este 4 de Abril nos va a tocar el acto del clasismo en Senillosa, donde murió Carlos, y vamos a abrir el acto porque reconocen que Carlos era de nuestro partido. Nosotros lo recordamos de esta manera: constantemente construyendo más que una herramienta sindical una herramienta política. El mensaje que me gustaría darle a la nueva generación es el mismo mensaje que él le daba sus alumnos que aparecen en la película «En obra»: él recalcaba incesantemente que los compañeros tenían que constituirse en un partido para pelear por la causa del movimiento obrero pero siendo la principal causa la política. No se encuentra la solución con el triunfo de una huelga, con ganar un porcentaje de aumento, con un triunfo económico, sino que la pelea la dirigimos a la casa de gobierno, donde los trabajadores impongamos un gobierno de los trabajadores que luche por el socialismo. Ahí empezaría a terminar lo que es el flagelo a los trabajadores. Todas las peleas triunfantes de los trabajadores pasan a ser derrota cuando la inflación se come el aumento, eso siempre lo decía él y lo decimos nosotros. Pasan algunos meses y la inflación les come el salario a los trabajadores y se mantienen con el mismo salario. Las paritarias lo dicen clarito. Siempre se firma a la baja pero aunque se firmara de acuerdo al costo de vida estaríamos siempre en las mismas condiciones: explotados por unas migajas. No partimos de un salario real que pueda enfrentar la canasta familiar y eso va a suceder toda la vida hasta que los trabajadores no tomen en sus manos las riendas económicas y políticas del país. ¿Por qué digo esto? Porque Carlitos decía esto, él era del partido y decía lo que dice nuestro partido. Yo no me salgo de ese molde porque ese era Carlos Fuentealba, no se le conoce una lucha sindical importante o como dirección de una lucha. Carlos empieza a ser conocido después de su muerte y muchos recuerdan lo que él hacía. En la lucha de los desocupados de 1995 contra el gobierno, en la que yo caí preso, Carlos estuvo conmigo al frente de la pelea. Y, como el día de su muerte él salió último conmigo, de la casa de gobierno peleando contra la policía, en forma ofensiva. En el caso del día de su muerte, él venía último en la fila protegiendo a muchos compañeros docentes. Y murió peleando. Si hay una diferencia entre el compañero que murió peleando y nosotros es que él murió peleando, dio la vida por la pelea por la emancipación de los trabajadores, por la lucha, dio la vida por el socialismo. Por eso nosotros siempre repetimos que llevar adelante la enseñanza de Carlos es llevar sus banderas. Desde la agrupación Carlos Fuentealba hemos levantado la bandera no sólo de la lucha de los trabajadores, sino que hemos levantado el nombre del compañero, lo hemos plasmado en los carteles y en una agrupación combativa como es la nuestra, como es la de los compañeros docentes de nuestro partido. Y ojalá salgan muchas agrupaciones más que se llamen Fuentealba pero con este programa.

C.: ¿Querés agregar algo más?

A.C.: También quiero invitar a todos los compañeros a los homenajes que se hagan, principalmente acá en Neuquén que vamos a participar en Senillosa pero también en el acto central donde va a estar por supuesto ATEN capital y ATEN provincial. ATEN capital está dirigido por un sector de la izquierda, ATEN provincial está dirigido por Guagliardo que fue el mismo que dirigía en 2007.

Uno recuerda a Carlos ahora a los diez años como recordamos los 20 años el 12 de Abril de Teresa Rodriguez, hay que homenajear también a la compañera que murió peleando por la causa de los desocupados en Cutral Có. Diez años no son lo mismo que once ni que nueve. La burocracia nacional está preparando, como se cumplen diez años, un gran acto, como dicen ellos “un homenaje a fondo porque se cumplen diez años”. Ellos recuerdan con más énfasis porque son diez años, pero no lo recuerdan todos los días.  Lo que tiene que hacer la burocracia sindical es justamente al revés: llevar la pelea hasta el final, sin agachadas y sin poner en peligro el triunfo de los trabajadores porque hay una fuerza descomunal para atacar al gobierno. Pero la cuestión es que por más que se reivindiquen combativos, su partido, el Frente para la Victoria (al que pertenecen casi todos los dirigentes de la CTERA a nivel nacional) está acompañando al gobierno de Macri a través de la gobernabilidad. No le dicen que se debe ir. Solamente le piden que cambie el rumbo y en muchas oportunidades los he escuchado decir que si le va bien a Macri nos va bien a todos. Para mi si a Macri le va bien nos va mal a todos, por eso yo quiero que a Macri le vaya mal, sino nos va a ir mal a los trabajadores. La burocracia lleva la lucha sindical separada de la política por eso odian a todos los partidos de la izquierda: porque no se quieren comprometer políticamente con la situación que está viviendo el país. En ese sentido es que nada tienen que hacer ellos reivindicando u homenajeando a Fuentealba porque son lo opuesto, lo diferente, son los que no tienen nada que ver con la conciencia y el perfil revolucionario y socialista del compañero Carlos.

Por Diego Bouquet y Eric “Tano” Simonetti, SoB 419, 30/3/17

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