Proyecto
Censurado (V) - Una de las 25 historias “top” más ocultadas
en EEUU en el 2006
Genocidio
“High–Tech” en el Congo
Por
Keith Harmon Snow [1]
Agencia
IPI / Red Voltaire, 07/12/06
Hasta
siete millones de personas han muerto en el Congo desde 1996, según
el Coordinador de la ONU para Alivio de Emergencias, a consecuencia de
las invasiones y guerras patrocinadas por las corporaciones que desean
controlar su riqueza minera, en particular los metales coltan y niobio,
utilizados en la producción de teléfonos celulares y electrónica de
alta tecnología, además del cobalto, esencial para las industrias
nuclear, química, aerospacial y de armas, sin dejar de lado a los
tradicionales diamantes, estaño, cobre y oro.
La
desgracia más abandonada del mundo, según el Coordinador de
Emergencias de la ONU, es la tragedia continua que vive el Congo desde
1996. Desde entonces han muerto 6 a 7 millones de seres humanos a
consecuencia de las invasiones y guerras patrocinadas por los poderes
corporativos occidentales que pretenden controlar la riqueza minera de
la región.
El
motivo oculto del genocidio es el dominio de los recursos naturales
que buscan las corporaciones estadounidenses ávidas de los
significativos minerales ’raros’ coltan y niobio, indispensables
en la producción de teléfonos celulares y otros ingenios electrónicos
de alta tecnología; además del cobalto, un elemento esencial para
las industrias nuclear, química, aerospacial y la industrias de las
armas, todo esto sin dejar de lado los recursos naturales más
tradicionales, como diamantes, estaño, cobre y oro.
El
coltan, abreviatura de colombio–tantalio, se encuentra en suelos de
una antigüedad de tres mil millones de años, como aquéllos de la
región del Valle de la Hendidura de Africa. El tantalio, que se
obtiene entre la mena del coltan, se usa para hacer condensadores
diminutos esenciales para el manejo del flujo eléctrico de los
artificios electrónicos. El 80% de las reservas de coltan de todo el
planeta se hallan en la República Democrática de Congo (RDC). El
niobio es otro mineral con una historia similar utilizado en alta
tecnología.
Una
historia sucia
El
periodista que utiliza el seudónimo Sprocket informó en el Earth
First! Journal que el “boom” de la alta tecnología (high–tech
boom) de los años 90 hizo subir el precio del coltan empleado en los
rockets aéreos a unos 300 dólares por libra (454 gramos). En 1996,
EEUU patrocinó una invasión de fuerzas militares de Ruanda y Uganda
que ingresaron por el oriente de la RDC. Hacia 1998 tomaron el control
y ocuparon las áreas mineras estratégicas. Muy pronto, el ejército
ruandés comenzó a hacerse de más de 20 millones de dólares al mes
con la minería del coltan. Aunque el precio del metal ha caído,
Ruanda mantiene su monopolio de la explotación y comercio del metal
de la RDC. Existe una lluvia de informes sobre desenfrenados abusos de
los derechos humanos en esa región minera.
El
coltan sale de las minas a puestos comerciales clave, donde lo
adquieren mercaderes extranjeros que lo envían al exterior,
principalmente a través de Ruanda. Las empresas con capacidad tecnológica
suficiente convierten al coltan en el codiciado tantalio en polvo y
luego venden esa pólvora mágica a Nokia, Motorola, Compaq, Sony y a
otros fabricantes que lo utilizan en teléfonos celulares y otros
ingenios ’hig tech’.
El
reportaje de Keith Harmon Snow, en Z Magazine, puso énfasis en que
cualquier análisis geopolítico del Congo y de las razones por las
que el pueblo congoleño viene sufriendo una guerra casi inacabable
desde 1996, requiere una comprensión del crimen organizado perpetrado
a través de los negocios multinacionales. La tragedia del conflicto
de Congo se ha solidificado con las inversiones de las corporaciones,
sus ejércitos tutelados y los cuerpos supra–gubernamentales que los
apoyan.
El
proceso está amarrado en todos los niveles por las más grandes
corporaciones, que incluyen a Cabot Corp. y OM Group, de EEUU; a HC
Starck, de Alemania; y a Nigncxia, de China. Todas éstas tienen vínculos
con el Panel de Expertos de Naciones Unidas para las atrocidades en la
RDC. Las redes criminales preparadas y mantenidas por las grandes
compañías multinacionales practican rutinariamente la extorsión, el
soborno, la violación y atroces matanzas. Mientras las corporaciones
occidentales obtienen tasas de beneficio sin precedentes con la minería
del Congo –hasta 6 millones de dólares en cobalto crudo salen a
diario de la RDC–, raramente se menciona a estas compañías mineras
en los informes sobre derechos humanos.
Quién
es quien en el negocio
El
trabajo firmado por Sprocket menciona que Sam Bodman, ejecutivo máximo
de Cabot durante el boom del coltan, fue llamado por el Presidente
Bush en diciembre de 2004 para desempeñarse como Secretario de Energía.
Bajo la dirección de Bodman, de 1987 a 2000, Cabot fue uno de los más
grandes contaminadores de EEUU, lanzando 60.000 toneladas anuales de
emisiones tóxicas transportadas por el aire. Keith Harmon Snow, también
del Z Magazine, añadió que Nicole Seligman, la actual vicepresidenta
ejecutiva y consejera general de Sony, fue anteriormente consejera
legal de Bill Clinton. Muchos que alcanzaron posiciones de poder en la
administración Clinton pasaron a ocupar altos puestos en Sony
Corporation.
El
artículo “Behind the Numbers” (Detrás de los Números), firmado
por Snow y David Barouski, detalla un tejido de corrupción
estadounidense y variados conflictos de interés entre corporaciones
mineras como Barrick Gold (ver historia n° 21) y el gobierno de EEUU
bajo George H. W. Bush, Bill Clinton y George W. Bush. En el juego
participan, además, distribuidores norteamericanos de armas como
Simax y las compañías que fabrican material de guerra para el Pentágono,
eufemísticamente llamadas “proveedores de Defensa”, como Lockheed
Martin, Halliburton, Northrop Grumman, GE, Boeing, Raytheon y Bechtel.
También participan las organizaciones seudo “humanitarias” como
CARE, que es financiada por Lockheed Martin; el Comité de Rescate
Internacional (International Rescue Committe), que tiene a Henry
Kissinger en su consejo de inspectores; “Conservation”, cuyos
intereses mantienen la vanguardia en la penetración occidental en
Africa Central; y, claro, las empresas de relaciones públicas y
grandes medios de comunicación de circulación nacional como The New
York Times.
Sprocket
cerró su artículo señalando que no es sorprendente que esta
información no esté incluida en la literatura y en los manuales que
vienen con sus teléfonos celulares, computadoras o joyería de
diamante. Quizás –sugiere Sprocket– los teléfonos móviles deberían
traer pegatinas que dijeran: “¡Advertencia!: Este artificio se creó
con materiales crudos de Africa central, minerales raros, no
renovables, vendidos para consolidar una guerra sangrienta de ocupación
que, además, ha causado la eliminación virtual de especies expuestas
al peligro. Que tenga un buen día”. La gente necesita comprender
–afirma Sprocket– que existe un eslabón directo entre los
aparatos que hacen más cómodas y sofisticadas nuestras vidas y la
realidad de la violencia, tumulto y destrucción que plaga nuestro
mundo.
Actualización
de Sprocket
Hay
grandes fortunas que se han hecho fabricando electrónica de alta
tecnología, vendida a conveniencia para que la disfruten los
consumidores estadounidenses, pero ¿a qué costo?
Los
conflictos en Africa se amortajan a menudo con la desinformación,
mientras a EEUU y a otros intereses occidentales rutinariamente se les
baja el perfil o simplemente se omiten en los grandes medios de
comunicación corporativos. El 5 de junio de 2006, la historia de tapa
de la revista Time titulada “Congo: El Peaje Oculto de la Guerra más
Mortal del Mundo” no fue ninguna excepción. Aunque el artículo
mencionó brevemente al coltan y su uso en los teléfonos celulares y
en otros artilugios electrónicos, no se hizo ninguna mención sobre
el papel gravitante de ésta y otras materias primas abundantes en la
región en que se libra el conflicto. La historia periodística pintó
la guerra continua como una tragedia lastimosa y horrible, omitiendo
el rol de las corporaciones y de los gobiernos extranjeros que han
creado el armazón de la violencia y a aquéllos que obtienen del
conflicto muy buenos resultados para sus intereses financieros y políticos.
En
un artículo escrito por Johann Hari y publicado por The Hamilton
Spectator el 13 de mayo de 2006, los medios de comunicación
corporativos dieron un paso en dirección a la verdadera razón de la
tremenda contabilidad de cadáveres que continúan amontonándose en
la República Democrática del Congo: “El único cambio a través de
las décadas ha sido los recursos naturales cogidos para el consumo
occidental: caucho bajo los belgas, diamantes bajo Mobutu y hoy día,
coltan y casterita”.
Lo
más perturbador de todo esto en los medios de comunicación
corporativos es que pasan totalmente por alto los efectos de este
conflicto que llevaron a la población nativa a una vida no–humana.
Incluso, otorgándole un alto perfil al mantenimiento del equilibrio
de las especies en peligro, como el gorila de las tierras bajas
orientales, casi conducido a la extinción por la cacería, raramente
se considera la pérdida del hábitat de los lugareños desplazados de
sus aldeas por las facciones belicosas, ni tampoco el ángulo
medioambiental de la historia.
El
próximo paso, una vez entendida la explotación y la violencia
introducida entre los habitantes de Africa central, es responsabilizar
a corporaciones como Sony y Motorola de alimentar con el hambre los
juguetes de alta tecnología que consume EEUU. Estas corporaciones no
desean movimientos de protesta que empañen sus reputación. Y sobre
todo, tampoco desean llamar la atención hacia el coltan que mata a
los gorilas, ni sobre las guerrillas que subvenciona.
Es
hora de que nuestra cultura comience a otorgarle más valor a los
seres vivientes, sean gorilas o humanos, que están presentes en
nuestros juguetes habituales de alta tecnología, como los teléfonos
celulares. Es hora de exigirle una existencia más compasiva a la
plutocracia corporativa que crea mercados destructivos y al sistema de
medios de comunicación que ha fabricado nuestro consentimiento.
No
se trata de cuestionar el uso de los teléfonos celulares (aunque ésa
sería una gran salida). Lo que debemos cuestionar es la apropiación
de nuestro planeta por un modelo que consume los recursos, en vez de
respetar la vida de los hogares y las comunidades.
“Genocidio
de alta tecnología” y otros artículos sobre la tecnología del teléfono
celular están disponibles pidiéndoselos al autor y escribiendo a:
sprocket@riseup.net.
Actualización
de Keith Harmon Snow
La
guerra por el control de la República Democrática de Congo –que
debe ser el país más rico de todo el globo– comenzó en Uganda en
los años 80, cuando el actual presidente ugandés Yoweri Museveni
asaltó a su estilo el poder con el apoyo del Palacio de Buckingham y
la Casa Blanca y hasta Tel Aviv detrás suyo.
Paul
Kagame, quien ahora es el presidente de Ruanda, sirvió como Director
de Inteligencia Militar de Yoweri Museveni, después recibió
instrucción y entrenamiento en Fuerte Leavenworth, Kansas, poco antes
que el Frente Patriótico Ruandés (FPR) invadiera Ruanda con el
respaldo de Roger Winter (5) y del Comité de EEUU para los
Refugiados, entre otros. El FPR desestabilizó entonces a Ruanda y tomó
el control con un golpe de estado que hoy se entiende mal como “el
Genocidio de Ruanda”. Lo que se jugó en Ruanda en 1994 se está
jugando hoy en Darfur, Sudán, donde la meta es el cambio del régimen
y “el genocidio” es la herramienta de propaganda usada para
manipular y desinformar. Y precisamente allí está ahora Roger Winter,
como representante de Bush (5).
En
1996, Paul Kagame y Yoweri Museveni, con el Pentágono detrás suyo,
lanzaron su guerra encubierta contra Mobutu Sese Seko de Zaire y sus
patrocinadores occidentales. Una década después, por lo bajo hay 6 o
7 millones de muertos y continúa la guerra en el Congo (Zaire).
Si
usted está leyendo los grandes periódicos corporativos o está
escuchando la National Public Radio, está usted contribuyendo a su
propia enfermedad mental, no importa cuan astuto usted crea ser o
piense que sabe “equilibrar” o “descifrar” los códigos. Las
noticias reportadas en Time Magazine (“La Guerra más Mortal En El
Mundo”, 6 de junio 2006) y en CNN (“La Violación, la Brutalidad
Ignorada para Ayudar a la Paz del Congo”, 26 de mayo 2006)
aparecieron en momentos en que nuestra escritura ya estaba interpretándose
por personas conscientes deseosas de hallar, por fin, verdades
contundentes. Sin embargo, aquellos reportes corporativos son
decepcionantes perfectos ejemplos de decepcionante manipulación
encubierta.
Para
la exactitud y la verdad en Africa Central, las personas interesadas
pueden leer a Robin Philpot (Imperialism Dies Hard: El Imperialismo
Dificilmente Muere), a Wayne Madsen (Genocide and Covert Operations in
Africa, 1993–1999: Genocidio y Operaciones Encubiertas en Africa,
1993–1999), Amos Wilson (The Falsification of Consciousness: La
Falsificación de Conciencias), Charles Onana (The Secrets of the
Rwanda Genocida –Investigation on the Mysteries of a President: Los
Secretos del Genocidio de Ruanda – Investigación sobre los
Misterios de un Presidente), Antoine Lokongo
(http://www.congopanorama.info
/), Phil Taylor (http://www.taylor–report.com /), Christopher Black
(Racism, Murder and Lies in Rwanda: Racismo, Asesinato y Mentiras en
Ruanda). World War 4 Report ha publicado mis informes, pero ellos son
inconsistentes respecto a la exactitud, quizás por ser rápidamente
adaptados como propaganda, como a veces se ha hecho.
Es
posible coleccionar aquí pequeños fragmentos de verdad –que nunca
se encuentran en el sistema de grandes medios– pero uno debe tener
cuidado con las decepciones y prejuicios. En esta vena, el periódico
de la elite de negocios Africa Confidential es a menudo muy revelador.
Se pueden tamizar algunos hechos desde http://v/ and Africa Research
Bulletin.
El
libro del profesor David Gibb “The Political Economy of Third World
Intervention: Case of the Congo Crises” (La Economía Política de
la Tercera Intervención Mundial: El caso de las Crisis del Congo) es
una excelente investigación que identifica a los jugadores hoy todavía
activos (especialmente Maurice Tempelsman y sus intereses en
diamantes, conectado al Partido Demócrata). Ditto King Leopold’s
Ghost (Repite el Fantasma del Rey Leopold) por Adán Hocshchild, pero
–ejemplificando los intereses de conveniencia– hay que recordar
que Hocshchild nunca le dice al lector que su padre manejó una compañía
minera en el Congo. Casi TODOS los reportajes son convenientes, pero
uno necesita tomar precauciones con su propensión a ser engañado.
El
libro del profesor Ruth Mayer ’Artificial Africas: Colonial Images
in the Times of Globalization’ (Africa Artificial: Imágenes
Coloniales en Tiempos de Globalización) es una articulación
particularmente profunda sobre los medios y aclara por qué el sistema
mediático distorsiona y manipula todo sobre Africa. Y nunca se olvide
de http://www.allthingspass.com.
También,
en la esperanza de corregir el registro y revelar la verdad, Forum
Internacional para la Verdad y Justicia en los Grandes Lagos de Africa
(http://www.veritasrwandaforum.org,) con sede en España y co–fundado
por el candidato al Premio Nóbel Juan Carrero Seraleegui, está
envuelto en un pleito importante para cobrar los macizos crímenes
contra la humanidad y actos de genocidio en que está involucrado el
actual gobierno de Ruanda.
Notas:
1)
Keith Harmon Snow, periodista independiente, es uno de los
especialistas más serios en Africa y, en particular, en el Congo, que
se declara “dependiente de las donaciones individuales y las
contribuciones voluntarias”. Asegura que ha vivido bajo la línea de
pobreza durante una década, trabajando como activista y voluntario en
organizaciones humanitarias que no generan ganancias pero cuyo apoyo
le permite continuar con su importante trabajo. Ver su trabajo sobre
la limpieza ética en Etiopía, seleccionado por Proyecto Censurado
2006.
2)
Sprocket es una firma de http://www.earthfirstjournal.org/
3)
David Barouski, quien regresó del Congo–Kinshasa en julio 2006, es
un periodista independiente y excelente fotógrafo dedicado del
Africa.
Sus textos y fotografías pueden verse, entre otros sitios, en
http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?ItemID=10638
http://www.congovision.com/nouvelles/update_congowar.html
http://www.thirdworldtraveler.com/Africa/Congo_BehindNumbers.html
http://wordpress.com/tag/afrika/feed/ http://www.congopanorama.info/
4)
Phil Taylor entrevistó a Keith Harmon Snow –la fuente principal de
esta historia– en The Taylor Report (El Informe Taylor), un programa
semanal de radio que cubre actualidad, política, derechos humanos y
temas internacionales, transmitido por CUIT 89.5 FM en la Universidad
de Toronto los lunes a las 5 pm (se repite los martes a las 9 am, ver
www.ciut.fm)
(5)
Roger Winter fue designado por Bush en julio de 2005 como su
Representante Especial en Sudán para manejar el conflicto en Darfur,
Sudán, donde los propósitos estadounidenses de cambiar al gobierno
se encubren como esfuerzos contra otro “genocidio”.
.-
Proyecto Censurado (Project Censored) es un programa a cargo del
profesor de sociología Peter Phillips, de la Universidad Sonoma
State de California, que desde hace 30 años emite un estudio
anual sobre las 25 grandes noticias “top” ocultadas por la
gran prensa de EEUU. Estas “25 historias top” sobre grandes
temas sustraídos del debate periodístico ofrecen una radiografía
actualizada de la sociedad estadounidense y la política exterior
de EEUU, cuyo conocimiento permite comprender mejor los designios
del imperio. Los textos completos pueden verse (en inglés) en
http://www.projectcensored.org/
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