Informes de
expertos de Naciones Unidas (2001–2003)
EEUU y el Reino
Unido expolian las riquezas del Congo
mientras mueren
millones de personas
Por
Peter Erlinder
Global
Research, 13/01/09 (*)
Traducido
por Mar Rodríguez y
revisado por Manuel Talens
Una
vez más, el sufrimiento de los africanos atrapados en una
guerra sin apenas sentido para quienes no lo somos ha
llegado a las portadas de los medios de comunicación
occidentales, cuando la reanudación de la lucha en la zona
oriental del Congo desplazó la semana pasada a más de un
millón de personas [1]. La mayoría de los
estadounidenses, que no prestan gran atención a los
detalles de la historia ni a la política africanas, acaban
de de enterarse del desastre humanitario en el Congo, como
si la guerra por el control del África central, que lleva
un cuarto de siglo activa, apenas hubiera comenzado ayer.
La
«historia del Congo» tras los titulares
Pero,
de hecho, el desastre humanitario que el mundo contempla
ahora en las pantallas de televisión no es más que la
tragedia humana más reciente en una lucha de 25 años de
duración por el dominio económico y político en África
central que lleva haciendo estragos desde el declive y
colapso final de la influencia soviética en África, en los
años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado.
Un hecho lamentable del siglo xx es que, incluso después
del final del «colonialismo» formal a mediados de siglo,
las elites africanas gobernantes en casi todas las naciones
africanas han buscando uno o más «patrocinadores»
poderosos en el mundo desarrollado para hacerse con el poder
o mantenerse en él... y para apoderarse de la riqueza
personal que acompaña al poder militar y político en África.
En
África, el «gobierno» es una ruta aceptada para que las
elites africanas formadas y educadas avancen en el aspecto
económico sin necesidad de emigrar fuera de África a las
naciones más desarrolladas. Hay pocas multinacionales
privadas importantes con sede en África y los monopolios
gubernamentales «paraestatales» o la contratación con
aprobación gubernamental con fuentes de capital privado
extranjeras son las principales fuentes de desarrollo económico
en gran número de países africanos. El resultado es que el
poder político y militar está inevitablemente imbricado
con el beneficio económico para aquellos que logran acceder
al poder estatal, ya sea por las urnas o por la fuerza [2].
Además,
el apoyo directo de las naciones industrializadas en forma
de «ayuda» debe canalizarse por medio de las agencias
gubernamentales, e incluso en la actualidad, los «ingresos
procedentes de donantes» del mundo industrializado
constituyen una gran proporción de los presupuestos de casi
todas las naciones africanas [3]. Es más, tras el
final del apoyo por parte del bloque soviético en torno a
1990, los líderes locales se vieron obligados a escoger
entre la ayuda e inversión anglo–estadounidense o la de
los anteriores colonizadores que forman parte de la UE, al
menos hasta que China inició el desarrollo de sus
relaciones económicas con algunas naciones africanas en los
años recientes [4].
Diamantes
de sangre, la
reciente película de Leonardo DiCaprio, explica que toda
guerra larga en África resulta posible únicamente con
apoyo de gobiernos extranjeros o intereses privados (o ambas
cosas a la vez)... con planes propios para los recursos
africanos a cambio. Y eso es lo que ocurre con esta guerra
de 25 años por el control de las riquezas de África
central, cuyo ejemplo más reciente es el desastre
humanitario en el Congo.
La
reciente «iniciativa diplomática» británico–francesa
para hablar de otro alto el fuego con el presidente congoleño
Kabila y el ruandés Paul Kagame deja perfectamente claro
quiénes son los verdaderos protagonistas en este último
resurgimiento de la guerra en el Congo [5]. Ahora la
mayoría comprende que los «rebeldes» congoleños están
suficientemente relacionados con la Ruanda de Kagame, por lo
que es más importante negociar con él que con el general
Laurent Nkunda, el líder titular del ejército tutsi «rebelde»
del Congo.
Pero
los medios de comunicación mayoritarios no suelen tratar de
las conexiones entre el sufrimiento en el Congo y Uganda o
Ruanda, y menos aún en el mundo de habla anglosajona. Y
cuando se dignan informarnos sobre las razones de la guerra
en el Congo, se nos explica que el general Nkunda ha
declarado la guerra «para proteger a la minoría tutsi»,
que la continuación de la lucha tiene que ver con el «genocidio
de 1994 en Ruanda» y que los «genocidas hutus» deben ser
expulsados de la zona oriental del Congo para proteger tanto
a los tutsis congoleños como el territorio de la propia
Ruanda.
Sin
embargo, han pasado ya más de 14 años desde que Kagame se
hizo con el control absoluto en Ruanda, lo cual implica que nadie
menor de 30 años de edad ha podido estar directamente
implicado en los hechos de 1994 en Ruanda, que el gobierno
de ese país denomina «genocidio». Los combatientes
adolescentes de hoy eran niños o todavía no habían nacido
cuando los civiles asesinaban a civiles en Ruanda en 1994.
Como máximo, el general Nkunda está luchando contra «los
hijos de los genocidas»…y el ámbito de la lucha ha
llegado mucho más allá de las áreas limitadas cerca de la
frontera con Ruanda, donde se encuentran en la actualidad
los refugiados ruandeses antigubernamentales (tanto tutsis
como hutus).
E
incluso sin considerar las guerras en Uganda y Ruanda, que
duraron de 1981 a 1994, no puede negarse al menos el hecho
de que el Congo lleva en guerra desde 1996… lo cual
significa que la guerra no sólo abarca varias
generaciones... sino también que debe estar
financiada desde el exterior de África, en un caso similar
al que se ve en Diamantes de sangre... y, de hecho,
lo está.
Orígenes
de la guerra en el Congo: informes de los expertos de
Naciones Unidas (2001–03)
De
hecho, las pruebas de que la guerra en la zona oriental del
Congo entre 1996 y la actualidad tiene poco o nada que ver
con las «etnias» o con la captura de los «genocidas»
llevan existiendo mucho tiempo [6]. Del mismo modo
que las «armas de destrucción masiva» que se utilizaron
para justificar otra guerra de agresión por parte de
Estados Unidos en Iraq... las expresiones «étnica» y «respuesta
al genocidio» se han utilizando tanto desde Ruanda como
desde Uganda para justificar una guerra de agresión, que se
lucha por razones económicas, descritas en los informes de
los grupos de expertos de Naciones Unidas (NNUU). No es
ninguna casualidad que Uganda y Ruanda sean dos de los
mayores receptores de ayuda económica y militar de Estados
Unidos y Gran Bretaña en África [7]. Las guerras
iniciadas por Yoweri Museveni en Uganda y por Paul Kagame en
Ruanda han hecho estragos en el África central desde la
invasión de Museveni en 1981 para hacerse con el poder en
Uganda [8], sobre quien la Cruz Roja informó que había
asesinado al menos a 300 000 civiles cuando tomó el poder
en 1986 [9].
Las
verdaderas razones de la guerra permanente en el Congo están
descritas con detalle en varios informes de grupos de
expertos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas [10],
los cuales dejan claro que la guerra y las muertes civiles
masivas en la zona oriental del Congo desde 1996 poco tienen
que ver, si es que lo tienen, con «tribus», «etnias» o,
incluso, con el «genocidio en Ruanda». En su lugar, tienen
todo que ver con el expolio de los recursos del Congo
por los militares ruandeses y ugandeses y por sus ayudantes
locales.
De
acuerdo con tres informes diferentes del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas, publicados entre 2001 y 2003,
la guerra en el Congo comenzó cuando Uganda y Ruanda se
unieron al líder congoleño local Laurent Kabila y otras
elites congoleñas para controlar los vastos recursos de la
zona oriental del Congo en 1996. Los informes de NNUU
muestran que, desde entonces, con la invasión de 1996 y una
segunda invasión en 1998, Ruanda y Uganda se han convertido
en los centros más importantes de comercio de diamantes,
metales preciosos y otros recursos naturales, que no se
extraen en ninguno de estos dos países... pero que existen
en grandes cantidades en el Congo [11]. En 2003, los
informes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fijaron
el coste en vidas civiles en unos tres millones (el cálculo
actual es de más de 5 millones de vidas... hasta el
momento).
La
expoliación del Congo por parte de Ruanda y Uganda continúa
en la actualidad
Durante
más de tres décadas, las credenciales «anticomunistas»
del anterior presidente congoleño Joseph Mobutu le habían
protegido de la crítica occidental durante la guerra fría,
a pesar de su brutal cleptocracia, sólo igualada por el
gobierno colonial del rey belga Leopoldo ii antes de la
independencia [12]. Pero, tras el colapso de la Unión
Soviética a principios de los años noventa, Mobutu se
convirtió en un peón político desechable y los «rebeldes
congoleños», apoyados por Uganda y Ruanda, lo sustituyeron
por Laurent Kabila en 1997, el cual aceptó un tratado que
dividía el dominio económico de la zona oriental del Congo
entre Uganda y Ruanda en las áreas adyacentes a sus propias
fronteras.
No
obstante, en 1998 Uganda y Ruanda volvieron a invadir la
zona oriental del Congo, después de que el nuevo presidente
Kabila intentase recuperar la influencia militar y económica
en las zonas de su país controladas por estos países. A
diferencia de 1996, Kabila se había aliado con otras
naciones africanas opuestas a la agresión con apoyo
extranjero contra el Congo y entraron en la guerra tropas de
Angola, Zimbabwe y Namibia en apoyo del gobierno de Kabila.
A pesar del tratado de paz firmado en Lusaka en 1999, que
también estableció la creación del MONUC (UN Observer
Mission in the Congo, Misión de Observación de
Naciones Unidas en el Congo), la guerra continuó y, en el año
2000, mientras los medios estadounidenses estaban distraídos
con la campaña electoral de Bush y Gore, Uganda y Ruanda
comenzaron a rivalizar por el control sobre partes del Congo
y la prolongada alianza se deshizo por el control de los
recursos de la zona oriental del Congo [13].
Expertos
de la ONU: Expoliación de los recursos del Congo durante décadas
Para
enero de 2001, esta «primera guerra mundial de África»
había acabado con las vidas de más de tres millones de
personas, habían asesinado a Laurent Kabila y lo habían
sustituido por su hijo, Joseph. Durante muchos años, el
gobierno ruandés había afirmado que sus intereses en el
Congo derivaban de su intención de proteger el país de los
«genocidas» que se ocultaban allí... pero la falsedad de
esta afirmación quedó al descubierto en julio de 2001,
cuando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas recibió
su primer informe preliminar sobre la explotación de los
recursos del Congo. El primer informe preliminar documenta
el saqueo de café, madera, diamantes, oro y coltán (el
mayor depósito de oro gris del mundo se encuentra en el
Congo) por parte de los ejércitos de Ruanda y Uganda en las
zonas que cada uno controlaba [14].
Otro
informe más extenso en octubre de 2002 documentó la
confiscación de bancos, refinerías de azúcar y minas, y
proporciona los nombres de los líderes locales y señores
de la guerra vinculados con Uganda y Ruanda... además de
describir las relaciones entre ruandeses, tanto hutus como
tutsis, que colaboraban para enriquecerse, junto con
sus patrocinadores de Ruanda y Uganda, a expensas de los
congoleños nativos [15]. El informe del Consejo de
Seguridad de octubre de 2003 afirma:
«….El
ejército de Ruanda (Rwandan Defense Forces, RDF)
continúa desempeñando una función importante, aunque muy
discreta, en las operaciones [de RCD–Goma]...» Y que la
red ligada con Ruanda en la zona oriental del Congo tenía
como objetivo «...el control autónomo y permanente sobre
el territorio de la zona oriental de la República Democrática
del Congo...» (citando las operaciones de entrenamiento y
las vías de comunicación con Kigali) [16].
Para
2008, la misión de MONUC como «observadora
encargada del mantenimiento de la paz» había incrementado
sus efectivos hasta alcanzar los 17 000 soldados, la mayor
en número de la historia de Naciones Unidas, pero su
comandante militar español dimitió la semana pasada «por
razones personales» después de apenas un mes en su puesto,
cuando las tropas de Kagame y Nkunda aplastaron los puestos
militares congoleños [17] y los ciudadanos del país
destruido por la guerra comenzaron a lanzar piedras a los
soldados de NNUU por no protegerlos [18]. Pero MONUC
es una creación del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, por lo que EE. UU. y Gran Bretaña tienen poder de
veto sobre sus decisiones y pueden impedir opciones más
agresivas, como también ocurrió durante la guerra de
Ruanda en 1994, cuando ambos países impidieron la oposición
militar por parte de NNUU contra las aventuras militares de
Kagame y Museveni.
Historia
de la desinformación sobre el África central por
parte de las grandes potencias
Aunque
las fuentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han
documentado de forma exhaustiva las verdaderas
razones de la guerra del Congo, además del hecho de que los
vicarios de Estados Unidos y Gran Bretaña están enriqueciéndose
en el Congo, ninguno de esos dos países tiene gran interés
en ayudar a los críticos y a los activistas en favor de los
derechos humanos a «vincular los puntos» que unen la toma
militar de Uganda por Yoweri Museveni en 1986 o la de Ruanda
por parte de Kagame en 1994 con el horror en que está
sumergido el Congo desde la invasión conjunta por esos países
en 1996. Las pruebas irrefutables del «eje del Mal» que
forman Museveni, Kagame y Nkunda en el África central
apenas han visto la luz, si es que alguna vez lo hicieron.
Después
de la toma del poder de Museveni en 1986, Uganda se convirtió
en un importante receptor de la ayuda británica a África
(y sigue siéndolo), además de recibir entrenamiento y
armamento militar británicos [19]. Después de la
toma de poder de Museveni, la CIA estableció sus
principales puestos de escucha electrónica de África en
Kampala, la capital de Uganda. Además, las antiguas
relaciones de Kagame con el Pentágono se remontan a los años
ochenta y, de hecho, había estado recibiendo entrenamiento
para oficiales de Estados Unidos en Ft. Leavenworth (Kansas)
justo antes de regresar a Uganda, y más tarde a Ruanda,
para dirigir la invasión de 1990. Su reputación en los círculos
militares estadounidenses permaneció intacta cuando se hizo
con el poder en 1994 [20], durante su primera invasión del
Congo en 1996 [21] y durante la segunda invasión
del país en 1998 [22].
En
el momento de la invasión del Congo en 1996, el ejército
de Ruanda llevaba al menos dos años (quizá más)
recibiendo entrenamiento militar de Estados Unidos y los
lazos de Kagame con el Pentágono llevaban establecidos
desde al menos diez años antes. Hoy en día Gran Bretaña
continúa siendo el patrocinador extranjero más importante
de Uganda y el apoyo de Estados Unidos ha incrementado el ejército
de Ruanda, desde los 7000 solados entrenados por los belgas
y los franceses del gobierno anterior, cuando Museveni y
Kagame invadieron en el Congo 1990 [23], hasta unos
70 000 a 100 000 solados armados y entrenados por Estados
Unidos en 2007 [24].
Pero
la relación de mutuo beneficio entre Estados Unidos, Gran
Bretaña y sus seguidores africanos es realmente mutua: no
son sólo las elites de Ruanda y Uganda las que disfrutan de
las riquezas robadas al Congo, sino que también hay «contratistas
privados» de ambos países formando dos de los mayores
contingentes de mercenarios militares en Iraq [25] y
en Darfur, donde el gobierno sudanés, apoyado por China, ha
rechazado las inversiones del Reino Unido y de Estados
Unidos y ha recibido la etiqueta de «genocida» en un
conflicto mucho menos sangriento que la aventura de Ruanda y
Uganda en el Congo [26]. El ejército de Uganda [27]
también forma parte de la ocupación «cristiana» de la «musulmana»
Somalia [28] por parte de Estados Unidos y Etiopia,
la mayor tragedia humanitaria en África antes de la
acaecida la semana pasada... [29] cuando el desastre
de la guerra en el Congo volvió a ocupar los titulares.
Todo
aquel que visite Uganda y Ruanda de forma ocasional no dejará
de advertir que ambos países centroafricanos son más ricos
que sus vecinos, tanto desde el punto de vista económico
como de organización social. En comparación con otros países
africanos que carecen de estrechas relaciones con
patrocinadores ricos, estas dos pequeñas naciones
densamente pobladas parecen ser dos avanzadillas de calma y
relativa prosperidad en un continente [30], pero el
hecho es que la prosperidad y calma relativas de la
militarizada Ruanda de Museveni y la militarizada Ruanda de
Kagame se obtienen al terrible precio de más de 5 millones
de vidas congoleñas, según documentan los informes de la
ONU.
Cómo
«rasgar el velo» de la desinformación británica y
estadounidense sobre África central
Ahora
no cabe duda alguna de que, cuando el comandante ugandés
Paul Kagame invadió Ruanda en 1990, iba acompañado por
casi el 25 % del ejército de Uganda [31], y la
complicidad de ese país ha quedado confirmada por archivos
estadounidenses y de NNUU, hasta ahora confidenciales, en el
Tribunal de Naciones Unidas para Ruanda y, tal como sucedió
en otras guerras africanas, el coste de mantenimiento de los
cuatro años de la guerra de Museveni y Kagame debía proceder
del exterior del país... y, con mucha probabilidad, el
apoyo masivo debe proceder o debían conocerlo, los
patrocinadores extranjeros más importantes de Uganda, es
decir, Estados Unidos y el Reino Unido. Según afirmó una
fuente antes perteneciente al Ministerio de Interior de
Estados Unidos:«O Museveni estaba haciendo un mal uso (del
apoyo estadounidense) que estaba recibiendo y no se le
exigieron explicaciones… o lo estaba usando para el propósito
previsto.» [32]
Algunos
documentos y testimonios antes clasificados de NNUU y
Estados Unidos, que ahora sirven de pruebas en el tribunal
de Naciones Unidas en Ruanda, muestran que el propio Kagame
desató el «genocidio de Ruanda» con el asesinato del
anterior presidente de ese país y lanzando un asalto para
hacerse con el poder pocos minutos después de derribar el
avión del presidente Habyarimana la noche del 6 de abril de
1994... mucho antes de que comenzaran los supuestos
asesinatos de civiles en respuesta al asesinato. La «guerra
relámpago», bien planeada y organizada, controló el
tercio oriental del país la tercera semana de abril y las
matanzas de civiles se comunicaron a NNUU en la zona
controlada por Kagame varios días después [33].
Incluso
la anterior fiscal jefe del tribunal de Naciones Unidas en
Ruanda, la jueza suiza Carla del Ponte [34], y el
anterior investigador jefe, el abogado australiano Michael
Hourigan, han pedido que dicho tribunal procese a Kagame [35].
Y aunque tanto Francia como España han emitido órdenes de
búsqueda y captura a la INTERPOL contra Kagame y sus socios
[36], éste continúa recibiendo invitaciones para
dar conferencias en prestigiosos centros de Estados Unidos y
Gran Bretaña, donde han hecho caso omiso de dichas órdenes
[37].
Las
conexiones entre los genocidios de Ruanda y el Congo
Pero
quizá sea mucho más importante, al menos desde la
perspectiva estadounidense, un documento recientemente
desclasificado de NNUU [38] y algunos documentos del
Departamento del Interior de Estados Unidos, los cuales
muestran que su ministro del Interior, Warren Christopher,
tenía informes de matanzas masivas de civiles por parte de
Kagame no más tarde de septiembre de 1994 [39]. Y, a
pesar de las pruebas en los documentos de NNUU y de Estados
Unidos, este país han permitido que se culpe a otros de los
crímenes de Kagame... y que Kagame y el ICTR (Tribunal
penal internacional para Ruanda, por sus siglas en inglés)
hayan logrado que se los consideren como un «genocidio»
cometido por los enemigos de Kagame [40], lo cual, de
ser cierto, convertiría la guerra de Ruanda en la primera
de la historia en la que únicamente la facción perdedora
comete crímenes y atrocidades. Algo similar a lo que
ocurriría si se culpara a los japoneses no sólo de sus
propios crímenes durante la Segunda Guerra Mundial, sino
también de los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y
Nagasaki, o si se culpara a los alemanes del bombardeo de
Dresde, las masacres en el frente oriental y el saqueo de
Berlín.
La
anterior fiscal general de Naciones Unidas, Del Ponte, ha
descrito cómo la recibió Pierre Prosper, el embajador de
Bush para crímenes de guerra, cuando fue al Ministerio del
Interior el verano de 2003. Prosper, también un antiguo
fiscal del ICTR, le advirtió que debía cesar toda
investigación sobre los crímenes de Kagame o arriesgarse a
que la destituyeran de su cargo. Cuando la jueza Del Ponte
insistió en que las pruebas exigían que se lo
procesara por crímenes de guerra y genocidio, fue cesada de
su cargo en el tribunal de Ruanda en menos de 90 días, ante
la insistencia de Estados Unidos y de Gran Bretaña [41].
Y
ahora (gracias a los documentos del Consejo de seguridad de
Naciones Unidas y de los documentos originales de NNUU y de
NNUU en Ruanda entre los años 2001 a 2003) sabemos que
hemos sido víctimas de una campaña de desinformación en
lo que respecta al origen y a las razones de la guerra del
Congo. Si la función de Ruanda y de Uganda en el Congo ha
sido distorsionada, ¿cómo podemos estar seguros de la
versión de Kagame, que explica cómo llegó al poder en
1994 como un «salvador»... cuando el Consejo de Seguridad sabía
que, menos de dos años más tarde, Kagame y
Museveni invadieron el Congo para enriquecerse y son
responsables de más de 5 millones de muertos desde entonces?
O
bien los
informes de 2001–03 son erróneos y están
equivocados….al igual que la anterior fiscal en jefe de
Naciones Unidas, Del Ponte…,.y el investigador principal
de NNUU Hourigan… o bien la historia de la guerra
del Congo, al igual que la del «genocidio de Ruanda», debe
volver a investigarse... y reescribirse. Pero no necesitamos
comenzar un debate antes de que la investigación de los
documentos originales contemporáneos sea más completa de
lo que es ahora.
Algunas
de las respuestas sobre el «genocidio de Ruanda» se
encuentran en los documentos anteriormente clasificados que
ahora constituyen pruebas en el Tribunal de Naciones Unidas
para Ruanda, pero que no han recibido más atención que los
informes de los expertos del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas de los años 2001 a 2003 que detallan la
expoliación del Congo por parte de Uganda y Ruanda. Las
pruebas existen en archivos de acceso público del Consejo
de seguridad de Naciones Unidas y del Tribunal de
Ruanda….a la espera únicamente de que alguien las lea [42].
Notas:
1
www.cnn/2008/World/Africa/10/31.
2
Véanse los ejemplos de la apropiación de los recursos del
Congo por parte de Uganda y Ruanda que se describen en:
Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001
del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los
recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática
del Congo (S/2001/1146); Informe del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas en 2002 del grupo de expertos sobre la
explotación ilegal de los recursos naturales y otras
riquezas en la República Democrática del Congo
(S/2002/1146, 12 de octubre de 2002); Informe del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos
sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y
otras riquezas en la República Democrática del Congo
(s/2003/1146, 20 de octubre de 2003).
3
Uganda es el cuarto mayor receptor de ayuda británica. Véase
infra D. Blair: British Ally behind world’s bloodiest
conflict.
4 Documento informativo del Council of Foreign
Relations. www.cfr.org/publication/9557.
5
BBC World News, 1 de noviembre de 2008; www.cnn/2008/World/Africa/10/31
6
En 2001, Human Rights Watch informó de que las tropas de
Ruanda en el Congo superaban a las congoleñas en una
proporción de casi 4 a 1, que Ruanda controlaba un área
superior a 15 veces Ruanda misma y que las afirmaciones de
conflicto étnico eran una mera tapadera de la invasión de
Ruanda. www/hrw.org/background/Africa/Rwanda/13101.
7 Blair, David, UK Telegraph, 29 de abril de 2006:
“British Ally behind world’s bloodiest conflict”,
http://www.telegraph.co.uk:
Uno
de los más estrechos aliados de Gran Bretaña en África
está avivando las llamas de la anarquía en la República
Democrática del Congo entregando armas a brutales milicias
a cambio de oro y riquezas minerales... El flujo de armas
desde Uganda incumple un embargo de armas impuesto por
Naciones Unidas sobre la zona oriental del Congo en 2003 y
ampliado el año pasado para cubrir el país entero. Al
mismo tiempo, la ayuda británica a Uganda alcanzó un total
de 70 millones de libras esterlinas, de las que 30 millones
van directamente a los cofres del gobierno del presidente
Yoweri Museveni.…Museveni…es el cuarto máximo receptor
de ayuda británica en África….
8
Paul Kagame fue jefe de la inteligencia militar de Museveni
durante la guerra de 1981-86 y más tarde. Colin
Waugh, Paul Kagame and Rwanda, (McFarland, London 2004) p.
25.
9 Id. p. 35. Véase, Mamdani, Mamood: When Victims
Become Killers (Kampala, Fountain 2001).
10
Véase Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
en 2001 del grupo de expertos sobre la explotación ilegal
de los recursos naturales y otras riquezas en la República
Democrática del Congo (S/2001/1146); Informe del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas en 2002 del grupo de expertos
sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y
otras riquezas en la República Democrática del Congo
(S/2002/1146, 12 de octubre de 2002); Informe del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas en 2001 del grupo de expertos
sobre la explotación ilegal de los recursos naturales y
otras riquezas en la República Democrática del Congo
(s/2003/1146, 20 de octubre de 2003).
11 Blair, David, UK Telegraph, 29 de abril de 2006:
“British Ally behind world’s bloodiest conflict”,
http://www.telegraph.co.uk:
….Uganda
invadió a su gigantesco vecino en 1998, lo cual contribuyó
a iniciar la guerra civil en el Congo, que ha ido ampliándose
hasta convertirse en el conflicto más sangriento que ha
visto el mundo desde 1945. De acuerdo con una encuesta, unos
3,9 millones de personas han muerto, la mayoría por hambre
y enfermedades provocadas por la guerra... Las cifras
oficiales del Bank of Uganda muestran que el país se ha
convertido en un importante exportador de oro, a pesar de
que prácticamente carece de oro propio. Así, en 2004, el
banco informó de una producción nacional de oro de sólo
1,4 toneladas, pero exportaciones que alcanzaban las 7,3
toneladas….
12
La explotación belga más temprana del Congo se describe en
el libro de Adam Hochschild, King Leopold’s Ghost, 1998.
13
Nota 4, supra.
14
Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2001
del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los
recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática
del Congo (S/2001/1146).
15
Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2002
del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los
recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática
del Congo (S/2002/1146).
16
Informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2003
del grupo de expertos sobre la explotación ilegal de los
recursos naturales y otras riquezas en la República Democrática
del Congo (S/2003/1146, 20 de octubre de 2003).
17
www.france24.com/en/20081027. El general español al mando
de los soldados Naciones Unidas en la República Democrática
del Congo, el teniente general Vicente Díaz de Villegas y
Herrería, presentó su dimisión menos de un mes después
de que las fuerzas rebeldes del señor de la guerra de etnia
tutsi Laurent Nkunda arrebataran el control de un campamento
estratégico en el este de RDC a las fuerzas
gubernamentales.
18
www.MONUC.org/news/October-28-2008.
19
Uganda es el cuarto mayor receptor de ayuda británica. Véase
supra D. Blair: British Ally behind world’s bloodiest
conflict.
20
En abril de 1994, el coronel estadounidense Jim McDonough,
(comandante de las fuerzas especiales estadounidenses en
Ruanda entre los años 1996 y 1997, durante la primera
invasión del Congo) consideraba a Kagame como «….una
persona intelectual. Lo calificaría como un luchador
operacional de primera clase.» Washington Post, 27 de abril
de 1994.
21
Id.
22
El comandante estadounidense Anthony Marley, compañero de
clase de Kagame en Ft. Leavenworth, fue el representante
estadounidense en las negociaciones de paz de Ruanda en
1993, los Acuerdos Arusha, y escribió:
Una
razón por la cual los oficiales estadounidenses están
prendados del vicepresidente de Ruanda Paul Kagame es que
sabe cómo comunicarse con ellos de una forma intrínsicamente
estadounidense…»
Monografía n.º 35: Peace and Security in Africa,
Symposium on International Peace and Security, 3 de sept. de
1998, citado en Waugh, Paul Kagame and Rwanda (MacFarland,
London 2001) p. 222.
23
Prueba Military-1 DB 71 en ICTR: septiembre de 1993 UNAMIR
Reconnaissance Report (Informe de reconocimiento de UNAMIR)
del Gen. Dallaire.
24
http://en.wikidpedia.org/wiki/lists_of_countries_by_armed_forces.
(Wikipedia lista 61 000 soldados regulares, pero no cuenta
los soldados en la reserva, la policía nacional ni otras
fuerzas de apoyo que operan en el Congo).
25
Angelo Asama (Kampala), 1 de enero de 2007, «Ugandans in
Iraq: Soldiers of Misfortune», http://www.monitor.co.ug.
26
Ruanda proporcionó 2500 de los 10 000 soldados de Naciones
Unidas en Darfur, pero ha amenazado con retirarlos porque el
comandante de Ruanda, el general Karake, ha sido acusado por
el juez españo Andreu de genocidio y crímenes de guerra en
febrero de 2008. «Rwanda
mulls withdrawal of peace troops from Darfur» Mail y
Guardian, 25 de julio de 2008.
27
Reuters, 16 de octubre de 2008 – Unos 3000 soldados de
mantenimiento de la paz de Uganda y Burundi se encuentran en
la capital Mogadiscio, parte de una misión prevista de la
UA de 8000 soldados.
28
USA Today, 8 de enero de 2007: Una nación impulsada por el
cristianismo... Etiopía ha recibido casi 20 millones de dólares
en ayuda militar de Estados Unidos desde finales de 2002...
más que cualquier otro país de la región, excepto
Djibouti... los militares estadounidenses y etíopes tienen
«una estrecha relación de trabajo», afirmó el portavoz
del Pentágono, el teniente comandante Joe Carpenter...
Reuters,
16 de octubre de 2008 – Unos -3.000 soldados de
mantenimiento de la paz de Uganda y Burundi se encuentran en
la capital Mogadiscio, parte de una misión prevista de la
UA de 8000 soldados.
29
«Humanitarian crisis in Somalia is worse than Darfur»,
International Herald Tribune, 20 de noviembre de 2007.
Citando fuentes de Naciones Unidas.
30 Kinzer, A Thousand Hills: Rwanda’s Rebirth and the
Man Who Dreamed It, (John Wiley, Hoboken N.J. 2008).
31 Mamdani, Mamood: When Victims Become Killers,
(Kampala, Fountain 2001).
32
Entrevista personal con el autor en Arusha (TZ) el 1 de
julio de 2006.
33 Prueba Military-I DNT 218, Ruzibiza, The Secret
History of Rwanda, (París, 2005).
34 Hartmann, Paix et chatiment les gueres de la politique
(Flamarion, París 2007).
35
Prueba de la defensa en ICTR en la prueba Military-I, DNT
365. 8 de marzo de 2007 Declaración jurada de Michael
Hourigan (y declaración jurada de apoyo de Amadou Deme):
A
finales de enero o principios de febrero de 1997, tres (3)
informadores (bien en ese momento o anteriormente miembros
de la RPF) se acercaron a algunos miembros del Equipo
Nacional afirmando haber participado de forma directa en el
ataque mortal con cohetes al avión del presidente. Su
prueba específicamente incluía la participación directa
del presidente Paul Kagame, de miembros de su administrador
y del personal militar. Los informantes también avisaron de
que la administración de Kagama estaba participando
activamente en operaciones secretas que tenían como
objetivo el asesinato de expatriados ruandeses reconocidos.
Uno de dichos asesinatos fue la muerte de Seth Sendashonga
en Nairobi (Kenia).
36
Véase la acusación de Bruguiere en noviembre de 2006,
acusando a los líderes del RPF del asesinato del anterior
presidente Habyarimana y la recomendación de que se
enjuicie a Kagame en el ICTR. Véase también la acusación
de Andreu del 8 de febrero de 2008, acusando a 40 líderes
del RPF, Paul Kagame entre ellos, con crímenes cometidos
durante 1994, incluyendo el asesinato del anterior
presidente Habyarimana y de genocidio.
37
Kagame fue homenajeado recientemente en el M.I.T. en agosto
de 2008 y ha viajado a los Estados Unidos desde que se
emitieron órdenes de arresto de la INTERPOL en 2007 y 2008.
38
Prueba ICTR Military-I DNT 259. 17 de mayo de 1994. Informe
de ACNUR sobre la matanza en el puente Rusomo a Tanzania,
sobre el río Kagera, en la parte sureste de Ruanda.
39 Prueba de la defensa ICTR Military-I DNT 258: Amnistía
internacional, Ruanda: Reports of killings and abductions by
the Rwandese Patriotic Army, April-August 1994, October 20,
1994; Prueba de la defensa ICTR Military-I DNT 261: Human
Rights Watch, Absence of Prosecution, Continued Killings,
septiembre 1994.
40
Prueba ICTR Military-1, DNT 264: Memorando del viceministro
del Interior para África, George F. Moose al «Ministro»
(ministro del Interior estadounidense Warren Christopher,
bajo el presidente Clinton) informa de un memorando el 17 de
septiembre de 1994:
Un
equipo de investigación de ACNUR que pasó los meses de
julio y agosto en Ruanda (es decir, Gersony, autor) ha
informado de abusos sistemáticos contra los derechos
humanos por parte de soldados de GOR (es decir, RPF),
incluyendo asesinatos sistemáticos, en las partes sur y
sureste del país. El equipo ha legado a la conclusión de
que GOR (autor de RPF) es conocedor de estas represalias
contra civiles de la etnia hutu y puede haberlos
aprobado….
41 Véase, Hartmann, Paix et chatiment: les guerres del la
politique. (Flammarion,
París, 2007) pp. 261-72. Véase también, Del Ponte, War
Criminals and Me (2008).
42
Muchos de los documentos de ICTR pueden encontrarse en el
sitio web del tribunal, en: www.ictr.org. Pueden encontrarse
más pruebas documentales en el caso Ntabakuze Military-1,
así como comentarios seleccionados, en el sitio web creado
por el autor: www.rwandadocumentsproject.net.
(*)
Publicado originalmente en inglés en Global Research
el 04/11/08.
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