El coltan, otro recurso natural más para
el sometimiento
neocolonialista de África
Por Adán Salgado Andrade (*)
Para Socialismo o Barbarie, 15/09/09
De nueva cuenta un muy valioso recurso para la moderna
industria electrónica impone condiciones de atraso,
sometimiento, violencia y destrucción ecológica en África,
muy castigado continente que hoy sufre de la nefasta
herencia colonialista legada por siglos de control de unos
cuantos países que hicieron de esa región territorio de
pillaje, robo, latrocinio, detentando no sólo sus bastos
recursos, sino hasta a su gente, a la que esclavizaban sin
el menor escrúpulo y vendían en otros lugares, muy lejos
del continente (Inglaterra, el principal esclavista del
pasado colonialista, logró buena parte de su riqueza de
entonces gracias a la muy lucrativa venta de esclavos).
Francia e Inglaterra, los principales sometedores
colonialistas, seguidos de España, Italia, Portugal, Bélgica,
Holanda, Alemania y EU, se posicionaron del territorio
africano en incontables ocasiones, dividiéndolo
arbitrariamente, colonizándolo de acuerdo a sus muy
mezquinos y particulares intereses, imponiendo estilos de
vida y sistemas religiosos y políticos que modificaron
brutalmente los sencillos estilos de vida de los pobladores
africanos. Ese control colonial permitió algunos avances sólo
en la medida en que convinieran a los amos (como se impuso
en la mayoría de las colonias no sólo africanas, sino
americanas y asiáticas, que es uno de los aspectos históricos
que explica en buena medida el actual subdesarrollo y atraso
tecnológico de casi todos los países que antes fueron
colonias).
Esos impuestos límites ocasionaron que las colonias
africanas no experimentaran más que un rudimentario
desarrollo basado principalmente en actividades
agropecuarios (siembra de productos tales como trigo, azúcar,
cacao, café, cría de ganado vacuno, lanar, avícola...etcétera)
o extractivas (pozos petroleros, minas de oro, plata,
uranio, diamantes...), suplementario al desarrollo de los
colonialistas (esta tendencia fue así, como ya señalé
arriba, en todas las colonias, no sólo las africanas, en
donde el limitado desarrollo económico se debió a que
antes que los intereses y el bienestar de aquéllas, estaba
el de sus amos). Y debido a las muy tardías
"independencias" de la mayoría de los 56 países
africanos, esas condiciones de impuesto atraso se alargaron
innecesariamente y persisten hasta nuestros días (por
ejemplo, muchos países se independizaron en los años 50's
o 60's del siglo XX, como Guinea Ecuatorial, que se
independizó en 1968, o más tarde, como Mozambique, que se
independizó de Portugal apenas en 1975. Algunos ni siquiera
se han independizado aún, como Santa Helena, la cual aún
pertenece a Inglaterra).
Así, las consecuencias de tan largo control colonialista,
han llevado a la mayoría de la región a sufrir de un crónico
atraso económico que es evidente cuando se analizan las
condiciones que prevalecen en la mayoría de los 56 países
africanos, pobrísimos casi todos, con poblaciones
mayoritariamente rurales, dedicadas a labores de
subsistencia, economías basadas principalmente en la
producción de productos agropecuarios, que últimamente se
han visto muy afectadas por las fuertes sequías que han
asolado a la mayor parte de la región. Otras actividades,
mencionadas antes, son las extractivas, como la producción
petrolera, así como la de minerales metálicos y no metálicos.
Muy pocos cuentan con industrias, pero casi todas tienen
que ver justamente con la producción de materias primas,
tales como la extracción y refinación petrolera, algunas
ensambladoras de autos, confeccionadoras de ropa o de
producción de artículos domésticos de escaso desarrollo
tecnológico. De hecho los países que más actividad económica
poseen son aquéllos que cuentan con petróleo o con
minerales valiosos tales como oro, plata o diamantes.
Es decir, que África vale por sus cuantiosos recursos
minerales, así como naturales, pues en varios sitios la
biodiversidad existente es única y puede significar que
cierta planta, por ejemplo, posea propiedades medicinales
muy valiosas (por lo mismo, ahora se considera que males
tales como el VIH pudieron surgir de entre sus selvas, pues
dada la convivencia cotidiana de cazadores con la fauna
salvaje tan diversa, en cierto momento pudo haber dado lugar
a una interacción biológica que derivó en la invasión de
un virus de primate al organismo humano, lo que originó
dicho mal).
También, por desgracia, esa diversidad natural se está
dilapidando, pues el contrabando de especies animales y
vegetales exóticas está llevando al borde de la extinción
a muchas de ellas (buena parte de ese comercio ilegal lo
realizan pobladores extremadamente pobres que ven con ese
comercio ilícito la única manera de paliar su miserable
situación).
Para dar una idea de lo pobre que es en general África,
baste comparar su Producto Interno Bruto (que es la
actividad comercial de todo un año de un país o región),
que ascendió aproximadamente a 2,704,810.2 millones de dólares
(mdd) en 2008, con el de Alemania, que fue de 2,800,000 mdd,
es decir, que el PIB de un solo país de los desarrollados
superó en casi 100,000 mdd al PIB africano.
Y no se trata de países que carezcan, como ya señalé
antes, de recursos, no, al contrario, muchos de ellos,
incluso territorialmente, son muy grandes, estando entre las
20 naciones más extensas territorialmente del planeta. Por
ejemplo, la república democrática del Congo (motivo del
presente análisis) es 15% mayor que el área de México
(dos millones de kilómetros cuadrados es la extensión
territorial mexicana), aproximadamente 2,344,858 km². Sin
embargo, es el penúltimo país más pobre, arriba del más
pobre de todos, que es Zimbabwe, africano éste también.
Prácticamente los cuarenta países más pobres o
extremadamente pobres del planeta son africanos, tanto, que
se les ha debido "perdonar" la deuda externa en
vista de su imposibilidad para liquidarla (esto es mediante
el programa que el FMI ha implementado para las
"Naciones pobres muy endeudadas").
En cuestiones de salud, la incidencia de VIH en África es
de las más altas, pues de los poco más de 33 millones de
personas que en el mundo padecen esa enfermedad, alrededor
de 25 millones son africanas. Pero no sólo eso, sino que África
padece los males de la pobreza, tales como desnutrición
severa o hambre (posee el mayor índice de muertes por
hambre en el mundo), enfermedades gastrointestinales,
ceguera, tuberculosis y otras que podrían ser fácilmente
prevenibles si contara con recursos suficientes para tal
fin.
Y por si no bastara tanto atraso económico, saqueo de sus
recursos, enfermedades, sequías, comercio ilegal de
animales y plantas... existen graves conflictos interétnicos
los cuales han significado sangrientas guerras civiles que
han retrasado y obstaculizado aún más el desarrollo económico
de toda la región, pues el sostenimiento de tales guerras
fraticidas entre los distintos bandos armados, requiere de
gastar una buena parte del dinero obtenido por la venta de
los recursos naturales, pero además dichos conflictos
desalientan las actividades productivas.
Además, esas decenas de conflictos armados civiles que ha
habido a lo largo de los años, han cobrado millones de
muertes, derroche de recursos, odios raciales
irreconciliables y una constante inestabilidad política que
pone en riesgo el que varios países pudieran desintegrarse
como tales (a fin de cuentas se estaría regresando a la
estructura tribal de antaño. Eso sucede en países como
Somalia, el que no cuenta con un gobierno digamos que
oficial y que más bien está controlado mayoritariamente
por un puñado de war lords que ven al país como parte de
sus posesiones y no como que ellos pertenezcan a él).
Por otro lado, los índices de corrupción, uno de los
males heredados del colonialismo, son altísimos, y también
buena parte de la riqueza del continente se dilapida en los
privilegios que las deshonestas clases gobernantes se dan
para sí, desentendiéndose de las necesidades de su gente.
Sirva este ejemplo, platicado por un buen amigo ugandés, de
lo que son capaces de hacer ciertos mandatarios.
Me cuenta que en su país, en la capital Kampala, son tan
malos la mayoría de los hospitales públicos, que el actual
presidente, Yoweri Museveni, cuando una de sus hijas
embarazada estaba por dar a luz, en lugar de arriesgarse a
enviarla a uno de tales sitios, el muy cretino decidió
enviarla a EU, para que contara con lo más avanzado en
servicios de salud, ¡por supuesto que a un costo muy
elevado, con cargo, claro, al erario público! No sólo eso,
sino que en cuestión salarial, por ejemplo, en Uganda, como
en muchos países africanos, no se cuenta con un salario mínimo,
quedando al libre albedrío de los empleadores lo que han de
pagar a sus trabajadores (los salarios andan en general
entre uno y tres dólares por día).
Eso también da una idea de que las condiciones laborales,
por falta de una verdadera acción de la clase trabajadora
de cada país, son pésimas, igualmente como consecuencia
del sometimiento colonialista que hasta con buena parte del
activismo social acabó, creando condiciones de extendida
indolencia social que ha derivado, en todo caso, en la
violencia cuasitribal que menciono arriba (lo cual no es de
ninguna manera reivindicador, pues la mayoría de los grupos
guerrilleros están guiando su lucha por meros motivos económicos,
más que por reivindicaciones sociales.
La indolencia generalizada se convierte en violencia
generalizada, carente de verdaderos motivos, digamos que
revolucionarios, y por ello esos grupos guerrilleros actúan
con brutalidad, destacando añejos rencores que se traducen
en genocidios bárbaros, como el que sucedió hace unos años
en Rwanda, en donde los hutus asesinaron a cientos de miles
de tutsis, simplemente por pertenecer a distintos grupos étnicos,
como más adelante menciono).
Pues bien, todo lo expuesto permite comprender por qué
razón, cuando se descubre que cierto país africano posee
tal o cual recurso estratégico, difícilmente significa que
tal país se beneficie y ello se traduzca en un generalizado
bienestar para su población. Al contrario, sólo se acentúa
la estructura neocolonialista de dominación, quedando su
futuro determinado por los caprichos e intereses económicos
de las corporaciones o países interesados en la explotación
de tal recurso.
Justo eso sucede ahora en la República Democrática del
Congo, mejor conocido como el Congo, el cual, como ya
mencioné, es considerado como el penúltimo país más
pobre del mundo, debido a que desde su
"independencia" de Bélgica, fue gobernado por la
férrea dictadura de Mobutu Sese Seko, preocupado más en
enriquecerse a costa de los vastos recursos de su país, que
en mejorar las pobres condiciones de vida de la mayoría de
los congoleses. Además, las guerras civiles por las que ha
pasado, así como las invasiones de otros países africanos
(Uganda y Rwanda) pretextando combatir a los rebeldes que
provocaban esas guerras civiles, también han desgarrado y
dañado seriamente su estabilidad política y su precaria
economía.
Sin embargo, gracias, como dije, a sus vastos recursos
(entre 1870 y 1920 fue brutalmente explotado debido a sus
grandes plantaciones de árboles de caucho), este país una
vez más está experimentando un auge debido a que posee
enormes reservas de coltan (contracción de las palabras
colombita y tantalita, elementos de los que está formado),
un mineral preciadísimo en la industria electrónica, ya
que cuando se refina, se convierte en tantalio, un polvo térmico
resistente al calor, pero muy buen conductor de
electricidad, por lo que se le emplea para hacer los
capacitores, vitales elementos que regulan el flujo eléctrico
en las pequeñas tabletas de circuitos empleados en la
fabricación de teléfonos celulares, laptops, agendas
electrónicas, consolas de videojuegos, ipods y de muchos
otros sofisticados equipos electrónicos.
Tanto se le ha demandado últimamente, que su precio ha
subido demasiado, llegando a cotizarse hasta en 400 dólares
el kilogramo, y compañías tales como Sony o Nokia se han
visto en serios aprietos para satisfacer sus fuertes
necesidades de ese preciado mineral. Pero además ese auge
está también dañando seriamente muy importantes reservas
naturales de ese país, como veremos.
Sin embargo, resulta irónico que a pesar de que el coltan
se emplea en la muy moderna industria electrónica, su
obtención se debe a muy primitivos métodos. Como se da en
los lechos de los ríos de las regiones en donde existe,
todas en medio de reservas selváticas protegidas, los
pobres y explotados mineros que lo extraen, cavan profundas
zanjas en las orillas. Luego, sacan con palas el acuoso lodo
que se forma y lo echan en tinas que se llenan de agua.
Siendo el coltan más pesado, queda en el fondo de esas
tinas, de donde es minuciosamente separado y juntado.
Un buen trabajador, laborando a todo lo que da, puede
obtener hasta un kilogramo de coltan por día. Y para las
condiciones de trabajo que prevalecen en ese empobrecido país,
el Congo, el salario que obtienen aquellos explotados, rústicos
mineros, es bastante, pues en tanto que en cualquier otro
empleo obtienen no más de diez dólares por mes, extrayendo
el coltan, dependiendo de su habilidad, pueden ganar entre
10 y 50 dólares semanales (muchísimo dinero para su
pauperizada condición), así que hay una fiebre por
trabajar en los lugares en donde los lechos de los ríos
acarrean disuelto ese mineral tan demandado.
Pero no sólo el coltan es demandado por la mencionada
moderna industria electrónica. También grupos guerrilleros
dentro y fuera del Congo se lo disputan para financiar sus
guerras, como veremos.
Como ya referí arriba, las estructuras de atraso y
sometimiento heredadas del pasado colonial que siguen
imperando en las naciones africanas, las vuelven muy
vulnerables incluso a conflictos que surjan entre ellas
mismas.
Mencioné que una de tales consecuencias es que la mayor
parte de los grupos guerrilleros que operan en varios países
africanos, más que pelear por verdaderas convicciones que
contribuyan a la emancipación de los pueblos sometidos a
los que dicen defender, pelean por los intereses económicos
de los supuestos líderes que ven a la guerra como un muy
lucrativo negocio al que pretenden presentar como un proceso
reivindicador (las milicias gubernamentales tampoco se
portan muy diferentemente de los grupos rebeldes, pues están
más al servicio de los personales intereses de los
dictadores que controlan o han controlado a muchas de las
naciones africanas, que de defender a su pueblo).
Y para lograr aquellos temibles jefes rebeldes que sus
milicianos les rindan total pleitesía, no dudan en emplear
tiránicos métodos con tal de lograr que su voluntad se
imponga. Incluso las tácticas de combate empleadas nada
tienen de revolucionarias, pues atacan a las aldeas o
ciudades que están en su contra a mansalva, practicando
indiscriminadas matanzas que siembran el terror y de ninguna
manera pueden ser consideradas como "lucha
revolucionaria".
Considérese el ejemplo de la guerra civil que tuvo lugar
en Rwanda en 1994, cuando más de medio millón de personas,
pertenecientes a la etnia de los Tutsis, fueron asesinadas
por fuerzas extremistas del gobierno, controlado éste por
la etnia de los Hutus, sin una razón en particular más que
el ancestral odio racial, consecuencia, como ya señalé
antes, del pasado colonial que forzó a distintas etnias a
vivir juntas. No conformes los militares y el gobierno Hutus
con asesinar a personas con las que habían convivido por
mucho tiempo, aunque fuera forzadamente, tomaron además
artera posesión de cuanta pertenencia, propiedad o bien
material que antes habían sido de los Tutsis (claro, es la
rapacería y el pillaje que los vencedores imponen como
humillación extra a las sometidas víctimas de sus
criminales acciones genocidas).
Otro caso es el ofrecido por el llamado Ejército de
Resistencia del Señor, grupo guerrillero ugandés que opera
en el norte de Uganda (que incluso tiene células en algunas
zonas del Congo) y que basa su acción en "la voluntad
de Dios y en sus diez mandamientos", suficientes
"razones" para que sus fanatizados y enajenados
miembros cometan frecuentemente, desde su formación, una
serie de terribles matanzas, violación de derechos humanos,
secuestros de niños que son convertidos en "soldados
de Dios" (en África existen el mayor número de niños–soldados
del mundo), de mujeres que son violadas y convertidas en
esclavas sexuales... atrocidades todas ellas que borran
cualquier imagen de pretendida "lucha social
revolucionaria divina" que el grupo armado ose
proyectar.
Pues bien, para financiar todas sus operaciones, sobre
todo la compra de armamento, grupos guerrilleros como los
mencionados, no sólo dentro del Congo (persisten los grupos
rebeldes allí, a pesar de los acuerdos firmados en 2003
para que cesaran todas las hostilidades tanto internas, como
externas), como dije, sino de países vecinos como Burundi,
Rwanda o Uganda (incluso apoyados por los gobiernos de esos
países, que los disfrazan de "grupos rebeldes",
pero que en realidad están allí para participar del
negocio), también explotan el coltan y para hacerlo, los
milicianos se convierten en mineros u obligan a sus
prisioneros a extraerlo de las regiones en donde existe.
Al igual que sucede con el resto de los lugares en donde
se explota el coltan, arrasan con extensas zonas selváticas,
casi todas reservas naturales protegidas (algunas incluso
consideradas de las pocas regiones prístinas que hasta hace
poco quedaban aún en este depredado mundo), sin miramientos
de ninguna especie, con tal de tener espacio suficiente para
procesar el mineral, y deforestan grandes áreas arboladas,
acaban con la fauna del lugar, contaminan los ríos...
Como los trabajadores deben de alimentarse, han recurrido
al infame recurso de cazar a la fauna que tienen a su
disposición, que habita en esos lugares, que son, como
dije, parques o reservas naturales protegidos. Y se trata de
especies en riesgo, como los elefantes y gorilas que habitan
el Parque Nacional Kahuzi Biega en el que también hay, por
desgracia, coltan. Se estima que los gorilas que allí
viven, ya de por sí en peligro de extinción, han bajado su
número de 258 a menos de 130. Y lo mismo sucede con los
paquidermos, cuya población está languideciendo como
consecuencia de su indiscriminada caza.
Véase, pues, hasta dónde lleva la sed de la moderna
industria electrónica por el coltan: a alentar la
deforestación de parques naturales, la brutal contaminación
de sus ríos y a la extinción de especies tan valiosas como
gorilas o paquidermos. Y si la demanda por ese preciado
mineral continúa, se seguirán destruyendo selvas y cazando
animales protegidos, pues más importante que ellos será el
buen negocio que el coltan significa, sobre todo para las
grandes corporaciones como Sony, Toshiba, Nokia, Samsung...
cuya demanda por ese "estratégico" mineral seguirá
a la alza, para que millones de equipos electrónicos, que
les rendirán millones de dólares en ganancias, se sigan
fabricando y vendiendo, a costa de destruir los recursos
naturales del Congo y las desastrosas consecuencias que ello
tendrá en ese empobrecido país, ya que cuando se termine
el coltan, ningún beneficio directo le acarreará a la
mayoría de su pauperizada población y sólo habrá
beneficiado a reducidos y selectos grupos locales o a las
guerrillas.
Así, como un acto de "buena voluntad" por parte
de los fabricantes de artículos electrónicos, han
declarado que no comprarán coltan procedente del Congo.
Pero esto me parece una simulación, pues es de ese país de
donde procede el 80% de dicho mineral, así que si desean
satisfacer su glotona demanda, deberán hacerse de la vista
gorda o de lo contrario se arriesgan a que empresas menos
escrupulosas compren la producción y luego la revendan a
mayor precio. Además, el Congo tiene ya un problema
adicional que aumenta sus de por sí apremiantes problemas
económicos.
Resulta que últimamente rapaces empresas especuladoras
han dado en comprar deudas condonadas por el FMI y otros
organismos a las naciones en extrema pobreza, alegando que
para la "salud del sistema financiero" es
necesario que esas deudas sean pagadas y no se condonen, que
se deben de cobrar. Compran por centavos de dólar los bonos
de deuda y han emprendido supuestas acciones
"legales" para cobrarlos en su equivalente a
varios dólares por cada uno.
Eso es algo inaudito y muestra la falta de escrúpulos
tanto de los compradores, como de los supuestos organismos
como el FMI o los bancos que se atreven a vender tales
deudas, pues se supone que se han condonado mediante
acuerdos oficialmente establecidos con las naciones a las
que se les debían dichas deudas (como lo que está
sucediendo en México, que supuestos despachos de abogados
que cobran las deudas bancarias de clientes insolventes, que
más parecen despachos de gangsters, hablan a la casa de algún
desafortunado deudor y lo amenazan constantemente con
hacerle cuanto daño su perversa imaginación les dicte a
esos inescrupulosos individuos con tal de que paguen esos
hostigados deudores).
Al Congo se le había perdonado una parte sustancial de su
deuda, que ahora esos buitres financieros ya han empezado a
llevar a juicio para que aquel país la liquide (en inglés
se les conoce como Vultures: Very Unscrupulous Loan
Transfers from Underprivileged countries to Rich, Exploitive
Funds, es decir "muy inescrupulosas transferencias de
préstamos hechos a naciones muy pobres a ricos fondos
especulativos explotadores").
En una reciente resolución a favor de uno de tales
buitres financieros, el grupo estadounidense especulativo FG
Hemisphere Fund ganó un juicio que obliga precisamente al
Congo a pagar una vieja deuda contraída por Mobutu Sese
Seko, quien en 1980 pidió un préstamo de 30 millones de dólares
(para abultar su personal fortuna, claro) y que ahora, con
todos los supuestos intereses moratorios y cargos extras,
asciende a nada menos que a 105 millones de dólares, por lo
que el gobierno del Congo está condenado a pagar ¡80,000 dólares
semanalmente! hasta que termine de "pagar". Eso
significará 1312.5 semanas, o sea, poco más de 25 años, y
eso si el Congo no se atrasa en sus pagos, porque entonces
se le cobraran intereses moratorios.
Así que, como se ve, todo parece indicar que tales
buitres financieros están apoyados por el aparato legaloide
estadounidense, a pesar de que están siendo denunciados por
varias asociaciones y organismos estadounidenses, tales como
el NAACP, Jubilee USA Network, TransAfrica Forum, American
Jewish World Service, United Methodist Church y Africa
Action, entre otros cuarenta y cuatro, quienes alegan que
esas mezquinas prácticas despojarán aún más de vitales y
escasos recursos económicos a países tan pauperizados como
el Congo, sin importar que, como dije, sea el penúltimo más
pobre del mundo. Esas miserables acciones me recuerdan la
escena de la clásica cinta de Buñuel "Los
olvidados", en donde un grupo de pandilleros,
comandados por el "Jaibo", roban a un limosnero
que se traslada sobre una tabla rodante, pues le faltan sus
piernas y es ciego además. Así actúan esos inescrupulosos
buitres financieros.
Y si el Congo (o cualquier otro país africano pobre, dado
el caso), está obligado a pagar por una vieja deuda
$4,160,000 dólares anuales durante los próximos 25, y
cuenta con coltan, aunque ello signifique que se acabe con
sus prístinas selvas y con sus gorilas y sus elefantes....
¡pues adelante, ningún escrúpulo, ninguna consideración,
que se depreden y extingan sus valiosos, finitos recursos
naturales y se mate de hambre a su gente, con tal que el
mundo se llene felizmente de celulares, laptops, ipods... y
cuanta cháchara electrónica se fabrique!
(*) Profesor de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de
México). Contacto: studillac@hotmail.com
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