La guerra civil y la cifra de
desplazados desborda al personal humanitario
Hambruna en el Cuerno de África
Por Óscar Gutiérrez
El País, 28/07/11
El puente aéreo de ayuda de la ONU a
Somalia apenas logra aliviar el hambre. El puente empieza en
Francia, desde donde salen con dirección a Kenia toneladas
de pasta de cacahuete nutritiva. De ahí a los palés de
carga del aeropuerto Jomo Kenyatta de Nairobi, al Boeing 737
fletado por la ONU y al cielo del Cuerno de África con
destino a Mogadiscio. En ese punto acaba el viaje amable de
la ayuda humanitaria comprometida para frenar la sacudida
del hambre y la sequía en Somalia. Cruzada esa frontera, el
reparto de alimentos se encuentra con una tierra sin
gobierno, controlada la mitad por los islamistas de Al
Shabab, y en la otra porción, por los más de 9.000
soldados de la Unión Africana desplegados en el país para
asegurar al Ejecutivo transitorio.
"La situación es muy incierta en
los campos de Mogadiscio", reconoce desde Nairobi Andy
Needham, de la agencia de la ONU para los refugiados
(ACNUR), que el martes denunció enfrentamientos y saqueos
entre los desplazados. "Hay mucho peligro, toda nuestra
gente necesita protección armada". Needham reconoce
que el reparto y gestión de los campos en Mogadiscio
-372.000 refugiados- requiere del apoyo de los
"convoyes" de la Unión Africana, de
"protocolos de seguridad muy serios" para los
empleados de la ONU y, en el caso de las ONG, de personal
contratado por ellos mismos. Las fuerzas progubernamentales
controlan el puerto y el aeropuerto.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA),
que cuenta con un hangar en el aeródromo de Mogadiscio,
logró ayer hacer aterrizar el primer avión del operativo
humanitario previsto para la zona, 10 toneladas de ayuda
para los niños. Una gota de agua en un mar de refugiados
que llegan en oleadas a esa ciudad o cruzan la frontera
keniana. Los campos, reconoce Needham, están desbordados,
no hay agua ni alimentos suficientes y los desplazados de
regiones como Bakool y Baja Shabelle -en estado de hambruna,
según la ONU- se reúnen ya fuera de las instalaciones.
"La cifra de los que están llegando es
espectacular".
Sin embargo, el puente aéreo del PMA,
según explica una de sus portavoces, Challiss McDonough, se
limitará en esta primera fase a entregar a los menores que
alcancen ahora la capital somalí una "ayuda
alimenticia adicional". Y lo hará a través de las
contrapartes especializadas en nutrición que trabajan en
los campos. McDonough admite que el PMA "no tiene
acceso" aún a la zona centro-sur del país, la más
castigada por la sequía, por la prohibición explícita de
Al Shabab, grupo que la CIA vincula a Al Qaeda.
La segunda fase del puente humanitario,
que la portavoz del PMA sitúa en un "futuro" sin
concretar, llevará el Boeing 737 desde Nairobi a Dolo Alo,
en Etiopía, y a Wajir, en Kenia. Si los testigos de los
campos de Mogadiscio hablan de hasta 11 días de viaje a pie
de somalíes que huyen del sur, los que trabajan en la megalópolis
de refugiados de Dadaab (ya la tercera ciudad más grande de
Kenia) cuentan hasta 30 días de odisea en el desierto. Según
relata Serene Assir, de Médicos sin Fronteras (MSF), cada día
acceden 1.300 refugiados más a Dadaab, con capacidad para
90.000 personas, pero hogar hoy de casi 388.000.
"No hay suficiente espacio, ni
servicios básicos ni alimentos", explica Assir. Y la
demora de los registros, a cargo de ACNUR, lleva a que
algunos niños estén hasta 60 días sin asistencia
alimentaria. MSF denunció ayer el traslado por parte de
ACNUR de cientos de familias a un nuevo campo "sin las
condiciones mínimas". Según la ONG, las autoridades
kenianas no quieren abrir otro ya acondicionado para los
refugiados (escuela, hospital...) para "que no se
convierta en una nueva provincia y se instalen de forma
estable".
EEUU y Etiopia matan de
hambre a los
somalíes
Utilización de los alimentos como arma
de guerra
Por
Glen Ford
A
Black Agenda Radio / Global Research, 21/07/11
Rebelión, 23/07/11
Traducido por Germán Leyens
La sequía que amenaza a más de diez
millones de vidas en el Cuerno de África se ha hecho mucho
más letal por el uso por EEUU y Etiopia de los alimentos
como arma de guerra. Los estadounidenses impusieron el año
pasado el colapso de la cooperación entre las agencias de
ayuda y los combatientes Shahab de la resistencia en
Somalia.
Y Etiopia, en el centro de la sequía,
prácticamente ha cerrado su rebelde región Ogaden a los
observadores extranjeros y a los proveedores de ayuda,
incluida la Cruz Roja Internacional, con el fin de ocultar
su brutal castigo colectivo a los somalíes étnicos.
“El gobierno etíope ha impedido que
la Cruz Roja Internacional y a otras agencias de ayuda
realicen trabajo de ayuda en la región”.
Por lo menos 10 millones de personas
están en peligro de morir de hambre en Kenia, Yibuti,
Etiopia y Somalia, por las peores condiciones de sequía en
60 años. Esto debe considerarse una realidad. Pero cuando
se trata de a quién hay que culpar de que la ayuda no esté
a disposición de las víctimas, no hay que creer una
palabra de lo que dice el gobierno de EEUU. Washington no sólo
es la mayor fuente de violencia del mundo, es también el
mayor mentiroso del planeta, y ninguna de sus palabras se
puede aceptar tal cual.
Los estadounidenses afirman que los
combatientes islamistas de Shahab han empeorado la crisis de
la sequía al impedir que las agencias internacionales de
ayuda distribuyan ayuda alimentaria. Pero recién el año
pasado, en febrero de 2010, el New York Times publicó un
titular: “Funcionarios de la ONU atacan a EEUU por retener
la ayuda para Somalia”.
Exploramos esa información en Black
Agenda Report. Entonces, los funcionarios de las Naciones
Unidas acusaron a EEUU de imponer condiciones que
“imposibilitaban” la entrega de decenas de millones en
ayuda alimentaria a los somalíes hambrientos. Los
estadounidenses se negaron a permitir que alimentos fueran
transferidos de los almacenes de Kenia, afirmando que
enriquecería los cofres de Shahab, que controlaban cerca de
la mitad de Somalia.
EEUU finalmente dejó pasar parte de
los alimentos, pero solo bajo la condición de que los
trabajadores de la ayuda no pagaran ningún arancel en los
puntos de control de Shahab en el país. Los trabajadores
sobre el terreno dijeron que obedecer órdenes de EEUU los
haría “aparecer cómo espías”. Al parecer, tenían razón.
Fue un caso evidente de que EEUU
utilizaba los alimentos como arma de guerra, hambreando a la
gente de Somalia para destruir la base social de la
resistencia al régimen testaferro del país. Sabemos que la
relación entre Shahab y las agencias de ayuda internacional
se rompió en ese momento, de modo que se podría concluir
que Washington tuvo éxito en su misión. La gente que muere
de hambre está pagando el precio.
“Una mirada al mapa de las áreas
afectadas por la sequía muestra que Ogaden es el centro de
la crisis”
El gobierno títere respaldado por EEUU
en la capital de Somalia, Mogadiscio, esperó hasta esta
semana para declarar la emergencia por la sequía en
Somalia.
Kenia, otro títere de EEUU, se negó a
permitir que los somalíes entraran en un campo de
refugiados totalmente nuevo, y vacío.
Etiopia podría ser el peor caso. No
solo produjo lo que fue entonces la “peor crisis
humanitaria” de África, según la ONU, al invadir el país
a finales de 2006 por instigación de EEUU Etiopia prácticamente
ha sellado toda su vasta región de Ogaden a los
observadores extranjeros, ¡y una mirada al mapa de las áreas
afectadas por la sequía muestra que Ogaden es el centro de
la crisis!
Ogaden está poblado de somalíes étnicos
que libran su propia guerra de guerrillas contra la
dictadura etíope, a la que acusan de utilizar los alimentos
como un arma de guerra. De los 10 millones de personas que
corren riesgo de morir de hambre, una inmensa parte vive
–o ahora está muriendo– en Ogaden.
Como informa el confiable Thomas C.
Mountain desde la cercana Eritrea, el gobierno etíope ha
impedido que la Cruz Roja Internacional y otras agencias de
ayuda realicen trabajo de socorro en la región. El gobierno
de Obama, que ahora da a la dictadura etíope más dinero
que a cualquier otro régimen en África, podría hacer
abrir las puertas a Ogaden con un llamado telefónico. Pero
no lo hace, porque Etiopia y EEUU tienen la misma misión, y
no tiene nada de humanitaria.
|