Contribución al debate de
lllª Asamblea Nacional de la Autoconvocatoria No al ALCA, Buenos
Aires, abril 24 y 25 de 2004.
Estancamiento del ALCA, avance de
la Unión Europea
Por
Eduardo Lucita (*)
En
los últimos tiempos es un lugar común decir que el ALCA está
empantanado, que ha entrado en una vía
muerta. Y es cierto, los fracasos de la Vº Cumbre Ministerial de la
OMC (Cancún, septiembre 2003); de la Cumbre Ministerial del ALCA
(Miami, noviembre 2003), y de las recientes
reuniones que tuvieron lugar en los inicios de este mes en
Buenos Aires constituyen una prueba irrefutable.
Sin embargo hay que registrar que
los EE.UU avanzan con acuerdos bilaterales y regionales (CAFTA; Pacto
Andino, anteriormente el TLC con Chile), que en general no tienen
mayor significación económica, pero que buscan aislar y condicionar
a la Argentina y Brasil, los mayores opositores junto con la Venezuela
bolivariana, es claro que su objetivo final es el gran mercado
brasilero.
Por eso no conviene hacerse
demasiadas ilusiones sobre el ALCA “ligth”, es sólo una
modificación de la estrategia general de los EEUU. que reconoce las
dificultades pero no cede en sus posiciones en lo que hace a sus
subsidios agrícolas, y apertura de mercados gubernamentales y de
servicios de nuestros países.
Por otra parte es demasiado
evidente la asociación, como he tratado de mostrar en una artículo
anterior (1) entre el libre comercio y las tendencias a la
militarización en esta etapa del capital. Es además conocido que en
América latina la cuestión de la deuda es un condicionante muy
fuerte para que los distintos gobierno acepten las presiones
combinadas de las grandes potencias y de los organismos
internacionales de crédito.
Sin embargo acompañando este
estancamiento un nuevo actor ha entrado en la escena latinoamericana:
la Unión Europea (UE). No es un dato nuevo, las Cumbres UE / América
latina realizadas en Río de Janeiro (1999) y en Madrid (2002) son los
antecedentes más inmediatos, que fueron precedidos por una verdadera
invasión de capitales europeos, sobre todo españoles, durante la década
de los ’90.
Pero ahora este proceso se ha
acelerado, a toda máquina se está preparando la 3ra. Cumbre a
realizarse en Guadalajara en el próximo mes de mayo. Se espera allí
firmar un Acuerdo que involucra al MERCOSUR más Bolivia y Chile
Para comprender el
significado de estos movimientos, obviamente incluidos los de
los EEUU, es necesario partir del escenario mundial que se abrió con
el colapso del bloque socialista y el fin del enfrentamiento
Este-Oeste.
En este contexto de cambios fue
tomando forma una nueva matriz de relaciones internacionales. En ella
la apertura de los mercados, la interdependencia creciente y la
conformación de bloques económicos regionales son componentes
determinantes de esta nueva fase de la mundialización capitalista que
conocemos como globalización.
Los países más poderosos del
mundo reunidos en el G7+1 (EEUU; Canadá; Francia; Reino Unido;
Alemania; Italia y Japón más Rusia) y las grandes corporaciones
internacionales -que en una dinámica de asociación, absorción y
fusión casi permanente van controlando monopólicamente las
principales ramas de la actividad económica mundial- son la base de
la conformación de estos bloques económicos regionales. En estos
megamercados las “ventajas comparativas” del período anterior van
siendo reemplazadas por las “ventajas competitivas” de este
tiempo.
En este contexto una política
exportadora permanente se convierte en una necesidad para las naciones
y por lo tanto adquiere cada vez mayor importancia la competitividad
en los mercados mundiales.
La articulación de las relaciones
comerciales sobre la base de Estados nacionales que las regulaban
mediante tratados ha sido reemplazada por un llamado “sistema
global” donde los temas comerciales, y sobre todo su liberalización,
tienen gran preponderancia, y la Organización Mundial de Comercio (OMC)
es la institución emergente en esta etapa.
Claro está que este escenario, que combina una nueva matriz
de relaciones internacionales con los cambios en el rol del Estado no
es un lecho de rosas. En él las grandes naciones buscan disputar,
recuperar y ampliar viejas y nuevas zonas (y formas) de dominación a
la par que tienden a agudizarse los desequilibrios económico-financieros
y la brecha tecnológica.
Lo
que está en desarrollo, como lo muestran
tanto las reuniones del G8 como la Convención europea, que
reunió a los países mas poderosos de la UE, es un profundo proceso
de confrontación no antagónica, aunque si contradictoria, que tiene
como objetivo el reordenamiento del mundo.
Es
la forma de gestión para el futuro del planeta lo que está en
discusión. Por un lado los EE.UU. y sus socios que plantean un capitalismo
unipolar bajo su hegemonía y gestionado por las instituciones
financieras afines. Por el otro un capitalismo multipolar
gestionado políticamente desde las Naciones Unidas con participación
de sus propias instituciones financieras y multinacionales.
No es un dato menor que en el plano
estrictamente financiero la UE ya es la primera fuente de
financiamiento de la América latina, a través del Banco Europeo de
Inversiones, el BID y el BM.
Es
la disputa entre las zonas de influencia del dólar y el euro. Algo
que se ha acelerado en los últimos años cuando los petro-dólares
comenzaron a transformarse en petro-euros, a la par que la presencia
de inversiones europeas en América latina y en la ex Unión Soviética,
también en parte de Asia, es creciente.
Los sectores dominantes europeos
avanzan así en su intento por transformarse en un polo de referencia
frente a los EEUU. La implantanción del euro como moneda única es un
claro avance en este sentido, así como lo es el proceso de
transformación de las instituciones, la ampliación de la Unión al
Este –con la incorporación de diez nuevos países- la Carta social
y la Constitución europeas, el espacio judicial y policial común,
etc. La agudización de la competencia económica y la ofensiva
militarista de los EE.UU. obligan a la UE a acelerar la construcción
de un aparato supra-estatal capaz de articular y defender los
intereses de las burguesías europeas.
Todos estos temas, tratados en la
Convención Europea, tienen por objetivo poner límites al
unilateralismo de los EEUU en el plano bélico pero también
disputarle las relaciones comerciales.
Si el ALCA es resultado de las
contradicciones interimperialistas en el mercado mundial, el acuerdo
UE / MERCOSUR es su contrapartida.
Es el Libre Comercio y la OMC…
A la par que se han reinstalado en
el escenario mundial las disputas interimperialistas ha retornado en
varios países de la América latina, y particularmente en el nuestro,
el viejo debate sobre el capitalismo americano y el europeo. No son
pocas las voces que vuelven a alzarse, como en la primera mitad de los
’70, como en el período 1983/86,
acerca de la conveniencia de recostarse en el capitalismo
europeo para hacer frente a los americanos.
No es intención aquí entrarle a
este debate histórico, simplemente hacer un aporte a esta III
Asamblea nacional de la Autoconvocatoria respecto de una cuestión
bien concreta: ¿es sustancialmente diferente el capitalismo europeo
cuando plantea acuerdos de integración comercial con la América
latina y Caribeña?
De los documentos a que hemos
tenido acceso, particularmente las propuestas del Foro de Negocios UE
/ MERCOSUR (MEBF) (2), se deduce que el acuerdo en discusión no
difiere demasiado de las propuestas generales de la OMC: liberalización
del flujo comercial, libre movimiento de capitales, igualdad de trato
para las inversiones extranjeras, apertura de los mercados de
servicios y gubernamentales.
Esto es, no escapa a las tendencias
generales de liberalización multilateral del comercio mundial que
impulsa la OMC.
Justo es decir sin embargo que el
proyecto europeo tiene diferencias con el americano. Sobre las que no
abundaremos ya que el oportuno artículo de Dense Mendez (ATTAC-Francia)
(3) que incluimos en esta contribución, nos exime de ello. Baste
decir que privilegia las negociaciones regionales, impulsa criterios
de cooperación y de cohesión social, reconoce las asimetrías económicas
entre países y plantea formas de ayuda y compensación para
resolverlas.
Para no ingresar al pantano del
ALCA deja de inicio para “mas adelante” el debate sobre los
subsidios, tanto o mas importantes que los de los EEUU., que contiene
su Política Agraria Común (PAC)
(justamente uno de los puntos que más interesa al MERCOSUR)
y propone a cambio un régimen de
cuotas diferenciadas por lote de productos (algunos tendrán márgenes
preferenciales, otros tarifa cero, etc.) (4)
Claro está que a cambio de estas
“concesiones” exige reciprocidad. Y esta no es otra que el
ambicionado mercado de las compras y contrataciones gubernamentales, y
aquí coloca una contradicción en la estrategia unificada de
Brasil/Argentina. Porque nuestro país ya tiene prácticamente abierto
todos estos mercados en cambio Brasil los reserva, al menos hasta
ahora, para una futura estrategia de desarrollo nacional.
En síntesis hay diferencias
importantes en ambos proyectos pero que no afectan el sentido último
de las políticas de liberalización comercial en curso.
La raíz neoliberal de ambos
proyectos queda patentizada cuando la UE reivindica el control de la
inflación, el vuelco de las producciones nacionales al mercado
mundial y el incremento del flujo de inversiones extranjeras. El
impacto de la pobreza extrema, la indigencia y el desamparo social por
el deterioro de los servicios públicos que estas medidas han
producido es solo señalado como una necesidad de recuperar la
“cohesión social” en la región.
Hay si un punto que creo necesario
destacar. Es seguro que los lineamientos políticos del acuerdo UE /
MERCOSUR estén dados en el marco del Parlamente europeo que funciona
en Bruselas, pero los aspectos económicos, al igual que en el ALCA
que son debatidos con el Comité de negocios contituído por las 400
mayores empresas del continente, están determinados en el marco del
Foro de Negocios (MEBF), donde predominan los capitales españoles,
los mayores inversores en nuestra región en estos años de
neoliberalismo, y del que los argentinos tenemos sobrada y triste
experiencia, (Repsol, Bco. Santander y Telefónica mediante). (5)
El sentido de este aporte a la III
Asamblea es en última instancia destacar que ambas estrategias son
competitivas y buscan la ampliación de sus propios mercados, pero no
son contradictorias, en el largo plazo se complementan en el objetivo
común de “integrar el bloque regional de América latina y Caribeña
al mundo occidental.
Buenos Aires, abril de 2004
Notas:
(*) Integrante de
EDI - Economistas de Izquierda - Revista
Cuadernos del Sur
1) Ver mi artículo “Libre comercio, cambios en el Estado y
nueva soberanía” en Cuadernos del Sur nº 36, Buenos Aires
noviembre 2003.
Ver el art. de Gustavo Búster “Los trabajos de la Convención
sobre el futuro de Europa” en Viento Sur nº 70, Madrid
octubre 2003.
Ver
el art. de Gustavo Buster “La
Unión Europea y América Latina”. Seminario Amerique Latine.
Sortir de l´impasse de la dette
et l´ajustement”. Bruselas 23-25 mayo 2003.
Ver el art. de Michel Husson “Europa-EE.UU.: un
desequilibrio inestable” a publicarse en Cuadernos del Sur nº
37 que aparecerá en mayo próximo.
2) El Foro está integrado por las principales empresas de
Alemania, Italia, Francia y España, entre ellas Fiat, Dannone,
Wolkswagen, Daimler Benz, Siemens, Basf, Endesa, Repsol, Telefónica,
Bco. Santander, etc.
3) Méndez, Dense “Unión Europea / América latina: ¿cooperación
para el desarrollo o conquista de mercados? En Correspondencia de
Prensa Nº 409. Boletín informativo de la Red de revistas de la
izquierda radical.
4)Ver
arts. En diario Clarín del 10 y 11 del corriente mes(abril/04)
5) Por si algo faltara muchas de estas empresas de capital
europeo están involucradas en la actual crisis energética del país,
que está produciendo situaciones conflictivas con países hermanos.
Ver art. de Eduardo Tamayo G. “Crisis del gas involucra a seis países”
en Boletín Informtativo ALAI-AMLATINA del 8.04.04.
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