Economía: América
Latina
Crecimiento no se conjuga con
empleo
Por
Gustavo González
Inter Press Service (IPS), 22/07/04
Los países de América Latina y el
Caribe tendrán este año una franca recuperación en sus tasas de
crecimiento del producto y mantendrán baja la inflación, pero el
desempleo sigue siendo el porfiado talón de Aquiles en varias de las
economías de la región.
La paradoja de incremento del
producto interno bruto (PIB) acompañado de mayor desocupación, en
Chile muestra que ”el crecimiento económico aún no se consolidó,
es muy inseguro”, dijo a IPS el economista Hugo Fazio, director del
independiente Centro de Estudios Nacionales del Desarrollo (Cenda).
El desempleo, además, se asocia
estructuralmente al modelo neoliberal, que disciplina las cuentas
fiscales y coloca como eje de la conducción económica a las políticas
antinflacionarias, bajo el supuesto de que el mercado generará automáticamente
más ocupación en la medida de que crezca el PIB, advierten los
expertos.
Chile, cuyo producto aumentará este año
entre 4,5 y cinco por ciento, según las proyecciones, registró en
mayo una tasa de desocupación de 9,4 por ciento de la población económicamente
activa, muy superior a la del mismo mes de 2003, que fue de 8,8 por
ciento, cuando la economía crecía a un ritmo anual inferior a tres
por ciento.
En Argentina, en el primer
trimestre de este año se verificó un crecimiento económico de 10,4
por ciento, el más alto desde 1993, pero el desempleo se mantuvo
inalterable en los mismos indicadores de hace un año, con 19,5 por
ciento.
Por su parte, la Coordinadora
Democrática de Venezuela, que pretende sacar del gobierno a Hugo Chávez
a través del referéndum revocatorio de su mandato el 15 de agosto,
tiene como una de sus principales promesas de campaña la creación de
280.000 nuevos puestos de trabajo en seis meses, para contrarrestar un
desempleo estimado en 17 por ciento de la fuerza laboral.
En su informe de proyecciones económicas
para este año, publicado en mayo, la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal), la agencia de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) con sede en Santiago de Chile, planteó que el
PIB regional, que aumentó apenas 1,7 por ciento en 2003, crecerá
entre 3,7 y 4,3 por ciento este año.
Con optimismo, los expertos de
Cepal sostienen que este año se pondrá fin al ”sexenio perdido”,
en el que imperaron el estancamiento y las bajas tasas de expansión
económica desde que en 1998 comenzaran a sentirse los impactos de la
llamada crisis del sudeste asiático de mediados del año anterior.
La proyección de la agencia
regional de la ONU apunta para este año a una tasa de inflación
ponderada por habitante de 7,5 por ciento, inferior a la de 8,5 por
ciento registrada en 2003, lo cual encauza otra vez a la región en un
sólido control de precios luego del repunte inflacionario de 2002.
Ese año, la tasa ponderada de
inflación para la región fue de 12,2 por ciento, empujada por la
devaluación del peso frente al dólar en Argentina y sus
repercusiones en el área del Mercado Común del Sur (Mercosur), sobre
todo en Uruguay.
Es precisamente Uruguay uno de los
países que en las proyecciones de Cepal tendrá este año una de las
mayores expansiones del PIB, con un crecimiento que podría llegar a
nueve por ciento.
En la economía uruguaya parece
darse la ecuación de mayor crecimiento mayor empleo, de acuerdo a un
informe de la estatal Universidad de la República sobre la gestión
económica del primer semestre.
En el documento se indica que la
tasa de desempleo en el período febrero-abril de este año, de 14,2
por ciento, es inferior en 4,7 puntos porcentuales a la de igual
trimestre de 2003.
”El mayor crecimiento (del PIB
latinoamericano) permitirá una recuperación paulatina de los de los
niveles de empleo y asegura, al menos en el corto plazo, un control
del desempleo”, afirmó Cepal en su informe de proyecciones económicas.
Para
Fazio, esta relación no se
dará con facilidad, porque es necesario no perder de vista el
desempleo estructural, el cual se evidencia cuando la demanda de
puestos de trabajo es superior a la que existe en períodos normales
de crecimiento de la economía y no sólo en coyunturas de baja del
ciclo de expansión.
El desempleo estructural se debe en
Chile a los cambios en la estructura productiva, dijo el economista.
”Estos cambios son principalmente
el crecimiento del sector exportador, que crea muy pocos empleos y,
por otro lado, el reemplazo de la producción de artículos nacionales
por productos importados, lo cual se ha visto favorecido por los
tratados de libre comercio firmados últimamente”, explicó el
director del Cenda.
Chile, que tiene acuerdos
comerciales con toda América Latina y Canadá, puso en marcha el 1 de
enero de este año un tratado bilateral con Estados Unidos, luego de
los convenios suscritos con la Unión Europea y con Corea del Sur en
2003. Ahora, este país busca negociar convenios con China e India,
los dos países más poblados del planeta.
Patricia
Medrano, investigadora de
la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, señaló a IPS
que ”siempre hay un rezago de tres a seis meses entre el despegue de
la actividad económica, medida por el crecimiento del PIB, y la
generación de nuevas fuentes de trabajo”.
Medrano coincidió con Fazio en que
las expectativas de crecimiento económico influyen también en un
aumento de la demanda de empleo, que se traduce en incremento de la
desocupación estacional en Chile en esta época invernal, cuando hay
sectores, como la agricultura, que no ofrecen los llamados trabajos
temporales para cosechas.
Al mismo tiempo, ”al hablarse
tanto de que hay mayor crecimiento, hay más optimismo, hay más
esperanzas de encontrar un mejor trabajo. Entonces, gente que tenía
un trabajo muy pequeño, que antes se consideraba empleada, lo
abandona y se clasifica como desempleada en las encuestas
laborales”, explicó Medrano.
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