II
Congreso de la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador)
Los
límites del neoliberalismo
Por
Raúl Zibechi
La Jornada, México, 05/01/05
El
modelo neoliberal no puede coexistir con movimientos sociales potentes y
movilizados. Uno de sus principales objetivos en esta etapa, tal como lo
manifiestan los sucesivos Documentos de Santa Fe, es la neutralización de
las sociedades civiles organizadas, que vienen siendo el principal factor
de deslegitimación del neoliberalismo. En el último período, se trata
de destruir a los movimientos indígenas, el sujeto social que con más
fuerza está desafiando la dominación de las elites latinoamericanas. En
este sentido, el año 2004 se cierra con una excelente noticia para los
movimientos sociales latinoamericanos: el II Congreso de la Conaie
(Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), celebrado entre
el 20 y el 23 de diciembre en Otavalo, eligió como nuevo presidente a
Luis Macas, para sortear uno de los momentos más delicados en la historia
de la organización.
El
gobierno de Lucio Gutiérrez lleva adelante la más ambiciosa política
para neutralizar a los movimientos indígenas, mediante un triple juego de
división, represión y cooptación. El primar paso fueron las donaciones,
de forma directa a las comunidades sin pasar por sus organizaciones, muy
en particular en la Amazonía y la Costa, para aislar a la organización
de la Sierra (Ecuarunari), la más combativa y mejor estructurada. Pero
cuando la Conaie rompió con el gobierno de Gutiérrez, acusándolo de
haber traicionado el mandato popular -y al propio movimiento indígena,
con cuyo apoyo llegó al poder-, la respuesta del Estado fue nombrar a un
destacado dirigente, Antonio Vargas, como ministro de Bienestar Social.
Con
este paso, Gutiérrez intentó cooptar al movimiento pero, sobre todo,
dividirlo, ya que Vargas pertenece a la organización amazónica, donde el
Estado ecuatoriano y las ONGs al servicio de las políticas imperiales,
vienen implementado formas de subordinación para separarla del movimiento
nacional. La estrategia tiene su lógica: la Amazonía ecuatoriana es rica
en hidrocarburos y allí operan algunas de las más importantes empresas
petrolíferas mundiales. El proceso de cooptación no estuvo exento de
represión -y hasta de atentados al anterior presidente de la Conaie, Leónidas
Iza-, focalizada en los sectores que resistieron la subordinación al
gobierno.
El
nombramiento de Vargas fue un duro golpe para la Conaie. La organización
que, junto al zapatismo y los sin tierra brasileños, es una de las
fuerzas sociales más importantes del continente, atraviesa la peor
situación en sus casi veinte años de historia: dispersión, desorientación,
confusión y división, cortaron de raíz su capacidad de movilización, a
tal punto que ha dejado de ser el actor más destacado de la política
ecuatoriana. El movimiento indígena, dirigido por la Conaie, protagonizó
media docena de levantamientos desde junio de 1990, derribó dos
gobiernos, frenó buena parte del paquete neoliberal e hizo entrar en
crisis al Estado ecuatoriano.
La
Conaie tocó fondo en junio de 2004, cuando convocó un levantamiento
contra el gobierno neoliberal, que fue desatendido por la inmensa mayoría
de las comunidades. La brecha entre bases y dirigentes nunca había sido
tan grande. Pero el tamaño del fracaso fue un toque de atención, que
llevó a la organización a convocar su II Congreso para ver el modo de
encontrar nuevamente el rumbo. Según el diario El Comercio del 26 de
diciembre, el gobierno advertido de que 'Luis Macas puede reorientar el
rumbo de la Conaie y devolverle su vulnerado poder de movilización
social, echó mano de todas sus armas para colocar al frente de la Conaie
a un hombre de su confianza'. El objetivo es crear una Conaie paralela con
hombres afines al oficialismo.
La
elección de Macas -impulsada tanto por las bases como por dirigentes históricos-
supone el retorno a las fuentes, de la mano de quien organizó el primer
levantamiento en 1990. Pero es también una suerte de 'purificación'. El
Congreso definió el perfil de los candidatos a ocupar el cargo de
presidente: tener aval de las bases, renunciar a cargos en ONGs y
fundaciones, no haber participado en el gobierno luego de la ruptura de la
alianza, no estar acusado de atentar contra la organización… La Conaie
apuesta a recuperar la autonomía y que las bases vuelvan a controlar a
sus dirigentes. Macas, rector de la Universidad Intercultural de las
Nacionalidades y Pueblos Indígenas, sostuvo durante el Congreso que la
Conaie no puede olvidar que 'el poder está en la comunidad', que 'se
construye desde abajo', y apostó a reestabelcer los 'liderazgos
colectivos' para oponerse a la cultura política de 'las famosas
democracias latinoamericanas', que consiste en 'echar el anzuelo y jalar a
unos cuantos hacia arriba'.
Pero
Macas, que luego de dejar la presidencia de la Conaie, en 1996, se forjó
como intelectual apegado a sus tradiciones y su cultura, dio un paso más.
Cree que es necesario replantear la cuestión de la participación en las
instituciones. Como muchos indígenas, sostiene que el movimiento
Pachakutik, brazo político-electoral creado por la Conaie en 1996, es
parte de los problemas que afectan al movimiento. En su opinión, la lucha
institucional se redujo a 'mirar el Congreso Nacional', y se convirtió en
'un instrumento de aprovechamiento de gente que no tiene ninguna posición
política'. Eso ha llevado a que los liderazgos colectivos se debiliten, y
que se vayan 'individualizando cada vez más nuestras formas de percibir a
nuestra organización'.
El
Congreso de la Conaie supone el comienzo de la regeneración de una de las
más importantes organizaciones populares del continente. Ello supone no sólo
revertir errores, sino establecer nuevas relaciones con el Estado que no
recaigan en las viejas formas de hacer política. Y, en paralelo, ser
capaces de construir una política diferente, anclada en la propia
cultura. En una entrevista del año 2000, luego del levantamiento que
derribó a Jamil Mahuad, Macas recordó que, para los indios quechuas, el
poder (ushay) es 'la capacidad de desarrollarnos colectivamente'.
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