Plan
Colombia II
Un
resultado a 5 años de su aplicación
ALTERCOM,
Quito
(Ecuador), 18/02/05
La regionalización del Plan Colombia es
ya un hecho
Uribe reconoció que la lucha contra los grupos
armados ilegales en Colombia «engendra dificultad a nuestros vecinos
y hermanos». (BBC.Martes, 15 de febrero de 2005/Caracas/ 23:08 GMT)
Regionalizar el Plan Colombia no sólo implica que
los ejércitos de la región se involucren en operaciones militares de
la guerra que vive hace medio siglo el país sudamericano. ¡No!, la
regionalización tiene también otras aristas, igual o más
peligrosas, que la eminentemente militar.
Distintos analistas militares en Ecuador, algunos
de los cuales que, cuando nos ilustraron sobre tácticas y estrategias
eran opositores a Gutiérrez, y que ahora son funcionarios de
gobierno, nos convencieron que las Fuerzas Armadas de Ecuador serían
utilizadas como el «yunque cuando el martillo golpee desde el
Norte» a las fuerzas guerrilleras, y que, en ese momento, cuando
en nuestra frontera se detenga la «estampida» de los
insurgentes a territorio ecuatoriano, automáticamente estaríamos
involucrándonos en el conflicto y éste se regionalizaría.
Con ese convencimientos recibimos con temor el
anuncio del denominado «Plan Patriota»: millares de soldados
equipados y calificados se desplazaban a las selvas colombianas para
acabar con la insurgencia. Se cumplía la predicción.
Ahora, cuando al Plan Patriota se lo puede
comenzar a estimar, la realidad nos arroja otra lectura. El Presidente
Uribe sólo puede exhibir dos victorias pírricas: los secuestros de Simón
Trinidad y Ricardo
Granda. Los dos ejecutados en territorios extranjeros, los dos
cometidos contra personas desarmadas, los dos realizados en
operaciones que violan las soberanías de otros países que tienen
relaciones de amistad y no están en alerta.
Ningún alto Comandante insurgente ha sido
siquiera enfrentado en combate. Mientras, los grandes medios de
comunicación dan cuenta, semanalmente, de decenas de muertos y
heridos pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Colombia, las FARC
continúan potencialmente combativas y han ocasionado desastres a los
regulares, los mismos que han sido reconocidos a su vez por el propio
Uribe Vélez.
El Plan Patriota, a todas luces, no fue una
exitosa campaña militar y al Ecuador no han llegado los miles de
guerrilleros vencidos huyendo de la derrota.
De este lado de la frontera, fueron movilizados
entre 10 y 15.000 efectivos a custodiar la línea punteada, bajo
estricta responsabilidad financiera del empobrecido y endeudado
Ecuador y una superioridad públicamente compartida con el Comando
Sur de los Estados Unidos.
Pero los hechos de mayor trascendencia no fueron,
precisamente, los combates con las fuerzas insurgentes. Por el
contrario, la casi desapercibida actividad se la tuvo en
enfrentamientos con el ejército regular de Colombia en las
fronterizas provincias de Carchi y Sucumbíos, y en más de una vergüenza
pública, al ser desenmascaradas las mentiras oficiales por la prensa
de ambos países. Así, conviene repasar lo más destacado en el 2004.
Secuestro de Simón Trinidad
El 2004 se inauguró con la detención de Simón
Trinidad en Quito, por parte de un comando de inteligencia
multinacional, en el que el Ecuador no participó. La información que
proporcionó el gobierno de Lucio Gutiérrez como que la captura fue
realizada en «un operativo migratorio de rutina», fue desmentida
inmediatamente por la prensa colombiana y estadounidense que dieron
cuenta minuciosa del seguimiento y acciones previas de espionaje que
realizaron en nuestro país los organismos de Colombia «con asesoría
de los EEUU». La contundencia de las pruebas (fotografías y videos)
exhibidas abiertamente fuera de Ecuador, silenciaron a los voceros
gubernamentales.
La famosa «Matriz de Seguridad»
Unas pocas semanas después, hacia el 14 de enero,
altos oficiales del Comando Sur de Estados Unidos exponen a sus
colegas ecuatorianos la «Matriz de Seguridad» en un hotel de la
capital de la República. En este documento, se le asigna a las
Fuerzas Armadas del Ecuador 200 tareas militares. De inmediato, el
Jefe del Comando Conjunto de Ecuador desmiente la revelación de la
prensa nacional, aunque rectifica en junio y acepta los hechos, bajo
el pretexto de que «tenemos muchas deficiencias. Esperamos que nos
ayuden».
Hundimiento de barcos de bandera ecuatoriana
Sigue la lista de intervenciones con el
hundimiento de 8 embarcaciones ecuatorianas por parte de la marina
estadounidense, dentro de las 200 millas de mar territorial. La
denuncia fue generada por ALDHU,
rechazada por la Cancillería ecuatoriana y ratificada, el 23 de
Noviembre del 2004, por la Comisión de Asuntos Internacionales del
Congreso Nacional.
«Para evitar cualquier contacto con nosotros, los
migrantes, los militares norteamericanos utilizaron trajes plásticos.
Luego del cañoneo de cerca de dos horas, el barco se hundió con el
festejo de los militares gringos. Parecía una película de guerras..»,
relata uno de los testigos con rabia y horror. Además varias
sospechas apuntan a que los marines y «terminators» salieron de
Manta, puerto nacional ocupado por las tropas estadounidenses en el
marco del mismo Plan Colombia.
«A pesar de las pruebas, Cancillería renunció a
presentar un reclamo»
dijo el internacionalista Mauricio Gándara, jurisconsulto y
coordinador del Grupo Dignidad y Soberanía.
Fumigaciones y desplazados
La navidad para las poblaciones fronterizas con
Colombia, se manifestó con dos regalos; el reinicio de las
fumigaciones y las amenazas paramilitares. Fruto del primero tenemos
dos muertes y cultivos destrozados; y del segundo, más de 200
familias desplazadas, las que además, no pueden utilizar las
instalaciones para refugiados, ¡oh paradoja!, pues son «nativos».
Sobre los acuerdos para establecer una franja de
seguridad, el Presidente Uribe dijo desconocerlos, nada más y nada
menos que en el propio Palacio de Gobierno en Quito, mientras que la
Cancillería ecuatoriana los había utilizado como argumento de
defensa ante los cuestionamientos de distintos sectores y los reclamos
de los campesinos de la región. Hasta el momento no hay explicación
oficial sobre el desacuerdo. Simplemente, se sigue fumigando.
Oleada de refugiados
También los refugiados colombianos vinieron a
constituirse en un punto importante de la problemática a este lado de
la frontera. Según ACNUR, desde
el 2000 se han presentado 27.230 solicitudes de refugio, de ellas, sólo
el 28% fueron aceptadas. Dado el incremento de la población
refugiada, este organismo
internacional incrementó el presupuesto para Ecuador de 800 mil a
3 millones dólares. Sólo en Noviembre 200 familias colombianas
llegaron como refugiadas al país huyendo de la violencia.
El Ecuador, por su parte, solicitó a Colombia su
cooperación económica para desarrollar planes de atención a
refugiados. La opinión pública no conoce si existe respuesta
oficial.
Unidades militares de Colombia en Ecuador
El 18 de mayo el General Octavio Romero, Jefe del
Comando Conjunto declaró que unidades militares encargadas de la
seguridad en la frontera Norte «detectaron en dos ocasiones
sobrevuelos de la Fuerza Aérea de Colombia en nuestro territorio, lo
que se comunicó al Ministerio de Relaciones Exteriores» (Diario El
Comercio,19 de Mayo de 2004,A2).
En el mismo periódico, el 10 de septiembre se da
cuenta que el día anterior, 70 militares colombianos ingresaron a
Buena Vista, recinto ecuatoriano. Revisaron las fincas, las
pertenencias y detuvieron a 5 jóvenes con fines de investigación. La
Junta Comunal exigió su liberación.
«La población limita con La Rosa, una vereda de
Colombia ubicada al otro extremo del limítrofe río Putumayo, sus
colonos ratificaron que anteayer el ejército colombiano adecuó un
campamento temporal en las playas ecuatorianas del Putumayo... dijeron
que querían encontrarse con el Ejército Ecuatoriano para darle bala
por ser aliado de la guerrilla. El ejército colombiano respondió con
un ataque aéreo desde la fincas ecuatorianas. Los helicópteros
cruzaron la frontera; desde nuestras propiedades dispararon».(Diario
El Comercio,Quito,10/09/04)
El Comandante del Batallón de Selva 55 Putumayo
de Ecuador envió un comunicado al oficial de la Base Naval Sur de
Colombia para pedirle respeto a los acuerdos internacionales y que se
abstenga de ingresar a Ecuador: «Se evite acercarse y transitar
dentro de los límites ecuatorianos, con la finalidad de salvaguardar
las buenas relaciones tanto del Ejército como de la población
fronteriza».
El 13 de Diciembre es secuestrado en Caracas
Rodrigo Granda, miembro de la Comisión Internacional de las FARC.
El gobierno colombiano justifica la acción demostrando que el
guerrillero transitaba libremente por distintos países, entre ellos
Ecuador. Los documentos de Granda en Ecuador, no son falsos y fueron
obtenidos regularmente con su nombre y apellidos. La policía
ecuatoriana jamás recibió petitorio colombiano para su captura. Las
pruebas, entre otros documentos exhibidos oficialmente en Colombia,
son fotografías y videos registrados en Quito y publicitados en Bogotá,
lo que determina ya un proceder rutinario de las fuerzas militares
colombianas en territorio ecuatoriano. Desde prisión, el propio
guerrillero ratifica, que el 21 de agosto, estuvo a punto de ser
detenido en Quito, por un comando de inteligencia de su país.
Ninguno de los puntos ha sido topado por el
canciller Zuquilanda, ni ha merecido explicación oficial. El silencio
es la respuesta. Al parecer el gobierno del Ecuador ha cedido tácitamente
la soberanía nacional al gobierno de Uribe Vélez y/o las Fuerzas
armadas colombianas han sido encargadas de vigilar la región,
desconocer las fronteras y asumir el mando militar de la región por
encargo del Comando
Sur.
Militares estadounidenses en Ecuador
De forma absolutamente pública, se conoce que 475
militares estadounidenses están autorizados para ingresar y circular
en territorio ecuatoriano, gracias al acuerdo de la Base de Manta. Número
exorbitante si tomamos en cuenta que en Colombia, país atravesado por
una larga conflagración interna, para incrementar el número de 400 a
800 soldados, Bush tuvo que pedir autorización expresa a su Congreso
aduciendo el incremento de la guerra civil.
Dato al que hay que sumar la actitud y actividades
de la embajadora estadounidense en Ecuador: visitas de inspección a
unidades militares de la frontera donde es recibida con honores
militares, intervención abierta en asuntos internos del país y papel
dirimente en momentos de convulsión política.
Si la montaña no viene a mí...
Sencillo es el análisis de estos hechos si los
juntamos: No hay ninguna necesidad que nuestros soldados combatan en
la frontera Norte. La regionalización del Plan
Colombia no contemplaba únicamente esta alternativa.
Los tentáculos del mayor y mejor preparado ejército
de América, después del de los Estados Unidos, cuyo poder y
armamento altera el equilibrio militar en la región, se introdujeron
en los países vecinos. La transnacionalización de las Fuerzas
Armadas Colombianas se da ante la vista y paciencia de sus pares
latinoamericanas. Actúan con total libertad en los distintos países,
salvo Venezuela, donde su osadía pagó un alto costo y la vergüenza
del presidente Uribe pidiendo perdón en la casa del ofendido.
El Plan de Seguridad Democrática de Uribe lo
replican, con otro nombre, sus aliados, Gutiérrez en Ecuador y Toledo
en el Perú. El plan de soldados campesinos tiene su versión en
las juntas campesinas, recientemente organizadas en Ecuador. Existen
ya denuncias documentadas de comunidades indígenas en las que, apenas
se formó la junta aparecieron las listas de los «comunistas,
ladrones, mafiosos» contra los que se pide actuar y «eliminarlos».
La represión ha pasado a ser parte de la
cotidianidad. Opositores políticos, defensores de derechos humanos y
periodistas, ONG’s han sido amenazados y se atenta contra su
seguridad y su vida y las bandas paramilitares tienen su justificación
en la necesidad de la seguridad y en la defensa de la propiedad
privada.
Mientras todo esto sucede, hábilmente el gobierno
nos pone otros temas de discusión: el cobro de las deudas, la
extradición de los banqueros, la disyuntiva entre un grupo oligárquico
u otro, el sueldo de su secretaria privada, las coimas a los
diputados, la una Corte o la otra o por último, una confusa consulta
popular.
No será que estamos aplicando el sabio refrán
chino que dice «cuando el dedo señala al sol, el imbécil mira el
dedo?». Y, es que, no podemos dejar mirar lo profundo, lo de largo
plazo. No podemos dejar el campo de batalla libre. La sobrevivencia
del Ecuador como estado nacional está en juego. La transnacionalización
del ejército títere de Colombia es un hecho, así lo expresó su
propio ministro de Defensa Jorge Alberto Uribe Echavarría:
«Las amenazas que se ciernen sobre nuestra
seguridad no son asunto de cada nación. El terrorismo, el lavado de
activos, y el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos,
entre otros, son amenazas para nuestras democracias y debemos
enfrentarlas de manera conjunta y coordinada.
Colombia esta haciendo su parte. Mediante la Política
de Seguridad Democrática se está llevando seguridad a todos y cada
uno de los colombianos. Sin embargo, cualquier esfuerzo que no sea
coordinado por toda la región sólo servirá para desplazar y
fortalecer la amenaza.. Nunca nos cansaremos de repetirlo: problemas
globales requieren soluciones globales.
No quisiera dejar de resaltar el enorme esfuerzo
que venimos desarrollando en Colombia con la ayuda de los Estados
Unidos desde hace algunos años. De no haber sido por el apoyo del
Gobierno y el pueblo de los Estados Unidos el panorama de seguridad en
la región sería otro.
También deseo destacar el trabajo que hemos
adelantado con mi amigo Roberto Chiabra, Ministro de Defensa del Perú,
así como los compromisos acordados con Brasil y Ecuador. Colombia está
dispuesta a trabajar con la región y por la región...
Creo que durante mucho tiempo hemos mantenido
escondidos los méritos de esta cooperación. De hecho creo que la
cooperación en áreas de seguridad y defensa sirve de base para
acercamientos en otros temas...»
Michael Shifter decía hace algunos meses en una
entrevista para el diario El Tiempo de Bogotá, «Mi impresión
es que cada Gobierno de la región está haciendo lo que puede para
proteger lo suyo, lo cual es comprensible pero no lo más eficaz... Yo
quiero invitarlos a que protejamos lo que es nuestro y a que
orquestemos, de la manera más eficaz, una defensa integral y regional
de nuestras democracias contra las amenazas. Erradicar la violencia y
la inseguridad de nuestro continente como se erradica a una plaga
requiere del trabajo y compromiso de todos, pero sobre todo, de la
decisión de empezar con lo urgente para poder seguir con lo
importante».
¿Qué es entonces lo
urgente? ¿Hacia dónde apunta lo importante?
|