Victoriosa
revolución popular en Ecuador
Por
David Cavalcante y Carla Badillo
Quito,
26/04/05
Pocos
periódicos y analistas del mundo concluyen sus análisis con una
definición fundamental: ¡Ecuador atraviesa una revolución!
Por
más que varios intelectuales de la pequeña burguesía y analistas de
canales de TV quieran clasificar el levantamiento en Quito como
"una manifestación de la ciudadanía", los hechos ocurridos
entre los días 13 y 20 de abril, demuestran que las masas
ecuatorianas y principalmente quiteñas, puesto que fue en Quito donde
hubo el levantamiento popular, pasaron por encima de todas las
instituciones del estado burgués: la justicia, el Congreso, la
Presidencia y las Fuerzas Armadas, para exigir “¡Fuera Lucio! ¡Fuera
todos!”
Los
antecedentes
La
"tapa de presión" hervía hace años, el mismo pueblo que
había tomado el Palacio de Gobierno, en enero de 2000, que se cansó
de esperar cambios de orden político y social, prometidos por el
gobierno que se formó como producto de la insurrección indígena-popular
hace cinco años.
Lucio
formó en el 2003 un gobierno de frente popular con el apoyo de la
CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador) y su
partido Pachakutik, del Partido Comunista Marxista Leninista-PCMLE,
del Partido Socialista-PS, de la Coordinadora de Movimientos
Sociales-CMS y de la mayoría de grupos de izquierda, sindicatos e
organizaciones campesinas y de la juventud, inclusive de grupos que se
dicen revolucionarios y que hasta hoy militan dentro de Pachakutik,
como la sección trotskista
del Secretariado Unificado-SU y también de la Unión Internacional de
Trabajadores-UIT.
Como
históricamente es característica de un gobierno de frente popular,
entre la presión del capital, el dominio imperialista y las
necesidades populares, el gobierno de Lucio continuó con la misma línea
política que el 21 de enero había derrocado. Se mantuvo la
dolarización, el pago de la deuda externa, la corrupción, la rifa de
los cargos en el Congreso, las estatales y en las Cortes, avanzó con
las negociaciones del Tratado de Libre Comercio-TLC con los Estados
Unidos, reducción del presupuesto para salud y educación, con todo
lo que la insurrección quería acabar... Lucio continuó. Así, la
crisis social del país avanzó cada vez más. La migración del país
se multiplicó, el desempleo se incrementó y la economía se estancó.
La
izquierda rompió lazos con el gobierno. Sin embargo, hasta hoy no se
hizo un balance profundo de ese grave error que generó división de
las organizaciones sindicales y campesinas, cooptación de los
dirigentes y desmoralización de la CONAIE, de los partidos comunista
y socialista, de Pachakutik y de grupos menores que se dicen
revolucionarios. Y hasta el último momento el PCML estuvo apoyando al
gobierno, sólo llegando a romper las votaciones del bloque
gobiernista en esta última semana.
Las
calles de la bella ciudad de Quito, diariamente están cada vez más
marcadas por la migración de indígenas que salen de sus ciudades a
la capital con sus niños para convertirse en vendedores ambulantes.
En Guayaquil, la ciudad más grande del país, el drama social es aun
más grave con la multiplicación de los guasmos en la periferia y el
crecimiento de la violencia.
Uno
de los mayores problemas sociales de Ecuador es la migración en masa.
Cerca de 3 millones de ecuatorianos (30% de la población) está fuera
del país, y millones de familias dependen de las remesas de los
mismos para no pasar hambre, frente a las pocas alternativas de
trabajo en el país. La remesa de los emigrantes ecuatorianos
representa el segundo ítem de la renta nacional, luego de las divisas
que genera la exportaciones del petróleo.
Otro
gran problema nacional es la ausencia de una política para la población
indígena que se compone de cerca del 60% del contingente poblacional
y cuya gran mayoría vive en el campo dependiendo de la pequeña
agricultura cerca de pequeñas ciudades que no poseen infraestructura
para facilitar la economía de los pequeños campesinos, no existe
reforma agraria ni tampoco crédito agrícola para los pequeños
propietarios de tierra.
El
desempleo es otro gran flagelo, mismo que con el disfraz de la migración,
sobrepasa el 10% de la población activa, ya que no existe concurso público
para tener acceso a empleo en las instituciones públicas o estatales.
La
crisis política actual
Después
de dos años de políticas neoliberales basadas en una estabilidad
macroeconómica sustentada por la dolarización y por el alza de
precio del petróleo, se desarrolla una fuerte crisis política en la
superestructura burguesa, al final de 2004.
La
insatisfacción popular ya se percibió en las elecciones municipales
de octubre de 2004 donde el gran perdedor de la votación fue el PSP,
partido de gobierno y el PRE, partido del ex-presidente Bucaram, cuyo
mandato fue quitado por presión popular y salió del país llevando
sacos de dinero. Los grandes vencedores son la Izquierda Democrática,
partido burgués de centro-izquierda, que vence nuevamente en Quito y
gana en Cuenca, y el PSC, de derecha, que vence nuevamente en
Guayaquil.
Lucio
sale desmoralizado del proceso electoral y sufre acusaciones de uso de
la estructura del estado para uso de su partido. La oposición
burguesa basada en la victoria electoral intenta una embestida para
cesar el mandato del coronel tratando de abrir un proceso de impeachement.
Antes
de las elecciones se da una conmoción nacional con la lucha de los
jubilados quienes hacen un mes de ocupaciones, huelgas de hambre y
marchas para aumentar las jubilaciones e impedir la privatización del
Instituto Ecuatoriano de Seguro Social-IESS. Más de 50% de los
jubilados ecuatorianos ganan menos de 50 dólares. La negativa de
Lucio en atender las reivindicaciones tiene como resultado la muerte
de 18 jubilados en un mes de protestas.
Luego
de las elecciones también se da una fuerte huelga de los trabajadores
de la salud y de los servidores públicos nacionales que salen
parcialmente victoriosos.
Lucio
consigue impedir el impeachment con un alto precio, comprando
diputados de la oposición y prometiendo al PRE que traería a Bucaram
de regreso del exilio en que estaba en Panamá. Para lo cual, de mano
de una nueva mayoría en el Congreso, el gobierno destituyó a los
magistrados de las Cortes Suprema, Constitucional y Electoral, antes
controladas por el PSC del oligarca León Febres Cordero. El gobierno
también desencadena una cobranza ofensiva de las deudas de la familia
Febres Cordero que llega a más de 120 millones de dólares.
La
destitución de las Cortes generan una grande insatisfacción nacional
y la nueva Corte posesionada no recibe el reconocimiento debido para
funcionar, hay renuncias de magistrados, huelgas de magistrados y
protestas n las calles de estudiantes de derecho, sectores de la
iglesia y de la oposición burguesa.
Ocurren
dos grandes marchas, una dirigida por la Izquierda Democrática y por
el Alcalde Paco Moncayo, en Quito, en el mes de febrero, y otra en
Cuenca, en el mes de marzo, dirigida por la iglesia progresista con la
participación de sindicatos. Hasta entonces la dirección burguesa
tan solo quería presionar al gobierno para una salida negociada por
una nueva corte con la participación de los partidos que fueron
expulsados de los cargos jurídicos.
La
entrada en escena de las masas
Ya
en el mes de abril la crisis se agrava. Lucio consigue provocar la ira
de la población quiteña con el retorno de Bucaram. El Alcalde de
Quito, Paco Moncayo, y el Prefecto de Pichincha, Ramiro González,
convocan a las llamadas Asambleas Populares, órganos de consulta
popular de la Capital y de la Provincia, pero las Asambleas que fueron
convocadas con objetivos de presionar las negociaciones con Lucio y
proyectar la Izquierda Democrática para las elecciones
presidenciales, salen de control de Moncayo y de Gonzáles y
aprovechan el “Fuera Lucio” y “paro general”.
Gutiérrez
también envía un proyecto al Congreso llamado ley topo donde
pretendía privatizar más aun el sector petrolero y eléctrico con
nuevas concesiones privadas, criminalizar los movimientos sociales y
hacer una reforma de la ley del trabajo. En medio de la crisis, el
proyecto es negado por el Congreso. Sin embargo, varios sindicatos
aprueban la paralización convocada por la Asamblea de Quito. Hasta
este momento se percibe la presencia marginal de la CONAIE y de las
centrales sindicales, apenas con declaraciones y pocas acciones.
El
paro general del día 13 de abril sale victorioso y consigue la adhesión
de algunas provincias con bloqueos de avenidas y huelgas de categorías
con 46 focos de conflictos a nivel nacional. Pero a la noche, cuando
el gobierno tachaba a la paralización de fracasada, la Radio La Luna
convoca a un "cacerolazo" en la Av. Shiris en dirección a
la Corte Suprema. En cuestión de horas, multitudes de la clase media
acuden al llamado del radialista Paco Velazco y alrededor de las 10 de
la noche, ya había cerca de 10 mil personas protestando frente de la
Corte. De igual manera se siguió todas las noches con más y más
multitudes.
El
sábado 16 de abril fue la mayor de todas, ahora con varias
manifestaciones descentralizadas en toda la ciudad. En este día, ya
eran cerca de 50 mil manifestantes. En este día ya comienzan a entrar
en acción los sectores más populares y proletarios de la periferia,
la consigna central era “¡Fuera Lucio! ¡Fuera todos! ¡Yo también
soy forajido!” (en referencia a la acusación que hizo Lucio
contra los manifestantes) “¡Aquel que no salta es Lucio! ¡Quito
no se ahueva carajo!”
El
martes 19 fue el clímax de las manifestaciones, ya que por primera
vez la radio convoca a una única manifestación para una única
marcha, y esta vez con dirección al Palacio de Gobierno. Todas las
calles de la ciudad son tomadas por varias marchas de varios sectores
sociales. Ahora el pueblo pobre y proletario de la periferia comparece
masivamente, varios sindicatos llevan sus bases organizadas. Se estima
que más de 100 mil personas se movilizaron solo en Quito, una ciudad
que tiene 1,5 millón, la mayor de todas las marchas contra Lucio. La
noche hasta la madrugada fue de enfrentamientos con la policía en
varios puntos cerca del Palacio de Gobierno. Ocho mil policías en las
calles, bombas de gas, asfixiamientos y la muerte de un periodista
chileno.
El
miércoles de las insurrección
El
miércoles por la mañana las masas ya no esperan la convocatoria de
la radio y salen como pueden para protestar, ahora ya bloquean
avenidas, todas las principales universidades, escuelas, el Banco
Central, Petroecuador, Empresa Eléctrica y en los barrios, la reacción
fue más fuerte cuando se informó que estaba llegando a Quito bandos
armados en buses para defender al gobierno. En varios puntos de la
ciudad hubo enfrentamientos armados de las bandas contra la población
que los enfrentaban como podían con palos y piedras. Los estudiantes
de la Politécnica Nacional tomaron un bus de los bandos a la fuerza y
los hicieron huir.
El
Ministerio de Bienestar Social, del ministro Vargas, ex-presidente da
CONAIE, era el cuartel general de la reacción, hubo varios disparos
de las ventanas del Ministerio contra los manifestantes de las calles.
Después los activistas consiguieron incendiar el edificio y detener a
los responsables.
En
pocas horas de enfrentamientos derechos de los manifestantes contra
los bandos armados y también contra sectores del ejército que reprimían
varias protestas, las masas autoorganizadas salieron victoriosas.
Veamos los principales acontecimientos:
9:45
Los diputados abandonan el Congreso y se trasladan para CIESPAL(Centro
de Investigación y Estudios para América Latina) , lejos del centro.
11:00
El Comandante de la Policía Nacional renuncia al cargo.
12:40
Se forma una nueva mayoría en el Congreso y destituyen al Presidente
del mismo.
13:00
Los diputados destituyen a Lucio.
13:35
Las Fuerzas Armadas retiran el apoyo al Presidente.
13:40
El Ejército no detiene más al pueblo y deja libre la Plaza de
Gobierno.
13:57
Lucio huye del Palacio en helicóptero en dirección al aeropuerto.
14:15
El Congreso posesiona al Vicepresidente, Alfredo Palacio
14:43
Manifestantes toman el aeropuerto e impiden la salida de Lucio que
consigue salir de helicóptero para un sitio desconocido.
16:48
Manifestantes invaden CIESPAL, atacan a los diputados e impiden la
salida de Palacio.
19:40
Palacio consigue salir de CIESPAL con ayuda de la radio que apoya la
posesión del Vicepresidente
20:00
La Embajada de Brasil confirmó que había concedido asilo político a
Lucio.
Conclusiones
En
Ecuador y específicamente en Quito surge una revolución, esta vez de
carácter urbano y popular. No hay confianza en ninguna institución
burguesa, solamente en
las acciones del pueblo. El movimiento indígena estaba prácticamente
ausente de la lucha debido a su desmoralización por haber participado
del gobierno Lucio, lo mismo pasa con los tradicionales partidos de
izquierda, PCMLE-MPD, Pachakutik y PS, sin hablar de los demás
partidos burgueses. Algunos sindicatos comenzaron a reaccionar a
partir del martes.
El
pueblo identifica a todos los políticos y partidos como "harina
del mismo saco". Son todos iguales ante los ojos de las masas
revueltas y por eso el Congreso no tiene ninguna confianza, algunos
diputados renunciaron para no sufrir las represalias populares, de ahí
la consigna de “¡Fuera todos!” que aún está en las
calles.
El
gobierno de Palacio no goza de ningún apoyo popular. Sólo se
posesionó porque la radio llamó al orden Constitucional y la defensa
del posicionamiento del vicepresidente. Ya hay sectores populares
tratando de organizar Asambleas Populares, mas aun son minoritarios,
por otro lado la gran mayoría está esperando las primeras medidas de
Palacio para saber como reaccionar.
Para
que la revolución sobrepase su primera etapa política en dirección
a una revolución social y económica, es fundamental el desarrollo de
órganos, poderes alternativos a las instituciones del Estado burgués,
ya que la negación al poder burgués es completa, lo que falta es el
poder alternativo. Tan solo un poder popular puede hacer avanzar la
revolución, hacer que el Ecuador salga de las negociaciones del TLC y
que rompa con el imperialismo, no pagar la deuda, expropiar las
empresas extranjeras y los grandes monopolios privados, hacer una
reforma agraria y desarrollar un plano de obras públicas para las
necesidades y emergencias de la población trabajadora, pobre y
campesina del país.
La
propuesta de las Asambleas Populares aún es bastante
embrionaria. Sin embargo es el único camino que se puede desarrollar
en dirección a un poder popular alternativo. Junto a esto, es
necesario llamar a ninguna confianza en Palacios! ¡Que
Palacios disuelva el congreso y entregue el poder al pueblo!
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