Carta del subcomandante
Marcos
"Esto no es una
carta de despedida, aunque
a ratos lo parezca"
El EZLN hace balance
de su trayectoria y reitera que mandará obedeciendo en este momento
crucial
Subcomandante Marcos
Rebelión, 24/06/05
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 21/06/05
A la Sociedad Civil
Nacional e Internacional:
Señora, señorita, señor,
joven, niño, niña:
Ésta no es una carta
de despedida. A ratos va a parecer que sí, que es una despedida. pero
no. Es una carta de explicación. Bueno, eso trataremos. Originalmente
esto vendría en un comunicado, pero hemos elegido esta forma porque,
para bien o para mal, cuando le hablamos a usted casi siempre lo
hicimos en este tono más personal.
Nosotros somos los
hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional. Tal vez nos recuerde, nos alzamos en armas el 1
de Enero de 1994 y, desde entonces, hemos mantenido nuestra guerra
contra el olvido y resistido la guerra de exterminio que los distintos
gobiernos han emprendido, sin éxito, en contra nuestra. Nosotros
vivimos en el último rincón de este país que se llama México. En
ese rincón que se llama "Pueblos Indios ". Sí, así en
plural. Porque por razones que aquí no daremos, en este rincón se
usa el plural para todo: sufrimos, morimos, peleamos, resistimos.
Bueno, pues como usted
bien sabe, resulta que, desde aquella madrugada del inicio del 94,
hemos dedicado, primero con el fuego y luego con la palabra, nuestra
lucha, nuestro esfuerzo, nuestra vida y nuestra muerte, exclusivamente
a los pueblos indios de México, al reconocimiento de sus derechos y
su cultura. Era lógico, los zapatistas somos abrumadoramente indígenas.
Indígenas mayas, para ser más precisos. Pero no sólo, los indígenas
en este país, no obstante haber sido la base de las grandes
transformaciones de esta Nación, siguen siendo el sector social más
agredido y más explotado. Si con alguien se han ensañado las guerras
militares, y las guerras disfrazadas de "políticas", de
despojo, de conquista, de aniquilamiento, de marginación, de
ignorancia, es con los indígenas. La guerra en contra nuestra ha sido
tan intensa y brutal que se ha convertido en lugar común el pensar
que los indígenas sólo saldrán de su condición de marginación y
¡pobreza, si dejan de ser indígenas... o si están muertos. Nosotros
hemos estado luchando 'por no morir y no dejar de ser indígenas.
Hemos luchado por, vivos e indígenas, ser parte de esta Nación que
se ha levantado sobre nuestras espaldas; de la que hemos sido los pies
(casi siempre descalzos) con los que ha caminado en sus momentos
decisivos; de la que hemos sido los brazos y manos que han hecho dar
fruto a la tierra, y han levantado las grandes construcciones,
edificios, iglesias y palacios de los que se enorgullecen los que
tienen todo; de la que, con palabra, mirada y modo, es decir, cultura,
somos la raíz.
¿Estamos lloviendo
sobre mojado? Quizás es porque estamos en Junio, el sexto mes del año.
Bueno, sólo queríamos señalar que el inicio de nuestro alzamiento
no fue sólo un "Aquí estamos", gritado al oído de una
Nación sordomuda por el autoritarismo de arriba. Fue también un
"Esto somos y seguiremos siendo... pero ahora con dignidad, con
democracia, con justicia, con libertad". Usted lo sabe bien,
entre otras cosas, porque nos ha acompañado desde entonces.
Desgraciadamente, después
de más 7 años empeñados en ese camino, en abril del 2001, los políticos
de todos los partidos políticos (principalmente del PRÍ. PAN y PRD)
y los autodenominados "tres poderes de la Unión" (o sea la
presidencia, el congreso y los jueces) se aliaron para negarle a los
pueblos indios de México el reconocimiento constitucional de sus
derechos y su cultura. Y lo hicieron sin importarles el gran
movimiento nacional e internacional que se levantó y unió con ese
objetivo. La gran mayoría, incluidos los medios de comunicación,
estaban de acuerdo en que debía saldarse esa deuda pendiente. Pero a
los políticos no les importa nada que no les deje dinero y rechazaron
la misma propuesta de ley que habían aprobado años antes, cuando se
firmaron los Acuerdos de San Andrés y la Cocopa hizo una propuesta de
reforma constitucional. Lo hicieron porque pensaron que, pasado un
poco de tiempo, a todos se les olvidaría. Y tal vez a muchos se les
olvidó, pero a nosotros no. Nosotros tenemos memoria y fueron ellos:
el PRI, el PAN, el PRD, la presidencia de la república, los diputados
y senadores y los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Sí los pueblos indios siguen hoy en el sótano de esta Nación y
siguen padeciendo el mismo racismo de hace 500 años es por ellos. No
importa qué digan ahora que se están preparando para las elecciones
(o sea para conseguir puestos que les den ganancias): no van a hacer
nada en bien de la mayoría ni van a escuchar nada que no sea dinero.
Si de algo nos
preciamos los zapatistas es de hacer honor a la palabra, a la palabra
honesta y consecuente. Todo este tiempo le hemos dicho a usted que
luchamos por los pueblos indios de México. Y eso hemos hecho. Le
dijimos a usted que intentaríamos la vía del diálogo y la negociación
para conseguir nuestras demandas. Le dijimos que nos esforzaríamos en
la lucha pacífica. Le dijimos que nos concentraríamos en la lucha
indígena. Y así ha sido. No la hemos engañado.
Toda la ayuda que
usted, generosa, ha aportado para esta noble causa y por esos medios,
ha sido para eso y para nada más. No hemos usado nada para otra cosa.
Toda las ayudas y apoyos humanitarios que hemos recibido de todo México
y de todo el mundo, han sido empleadas únicamente en mejorar las
condiciones de vida de las comunidades indígenas zapatistas y en
iniciativas pacíficas por el reconocimiento de los derechos y la
cultura indígenas. Nada de lo recibido ha sido dedicado a la
adquisición de armamento ni a preparativo bélico alguno. No sólo
porque no lo hemos necesitado (el EZLN mantiene intacta su capacidad
militar desde 1994), sino, sobre todo, porque no hubiera sido honesto
Decirle a usted que su apoyo era para una cosa y usarla para otra. Ni
un centavo del apoyo recibido para la paz con justicia y dignidad, se
ha dedicado a la guerra. Para hacer la guerra no hemos necesitado
apoyo. Para la paz sí.
Claro que hemos usado
nuestra palabra para referirnos (y en algunos casos para manifestar
nuestra solidaridad) a otras luchas en México y el mundo, pero hasta
ahí. Y muchas veces, sabiendo que podíamos hacer más, hubimos de
contenernos porque nuestro empeño, así se lo habíamos dicho a
usted, era exclusivamente por y para los indígenas.
No ha sido fácil. ¿Se
acuerda usted de la marcha de los 1,111?, ¿de la consulta de los 5000
en 1999?, ¿de la Marcha del Color de la Tierra en 2001? Bueno, pues
imagine usted lo que sentimos cuando vimos y escuchamos las
injusticias y las rabias que íbamos tocando en campesinos, obreros,
estudiantes, maestros, empleados, homosexuales y lesbianas, jóvenes,
mujeres, ancianos, niños. Imagine usted lo que sentía nuestro corazón.
Tocamos un dolor, una
rabia, una indignación que ya conocíamos porque había sido y es la
nuestra. Pero entonces la tocamos en el otro. Y escuchamos que el
"nosotros" que nos animaba quería hacerse más grande,
hacerse más colectivo, más nacional. Pero nada, habíamos dicho que
sólo lo indígena y eso teníamos que cumplir. Creo que es por
nuestro modo, o sea que preferimos morir antes que traicionar nuestra
palabra,
Ahora estamos
consultando nuestro corazón para ver si vamos a decir y hacer otra
cosa. Si la mayoría dice que sí, pues vamos a hacer todo lo posible
por cumplir. Todo, hasta morir si es preciso. No queremos parecer dramáticos.
Lo decimos nada más para que quede claro hasta dónde estamos
dispuestos a llegar. O sea que no "hasta que nos den un puesto,
una cantidad de dinero, una promesa, una candidatura".
Tal vez alguno recuerde
que, hace seis meses, empezamos con eso de que "falta lo que
falta". Pues bien, como es evidente, llegó la hora de decidir si
vamos a caminar para encontrar eso que falta. Encontrar no, construir.
Sí, construir "otra cosa".
En alguno de los
comunicados de días pasados, le informamos que hemos entrado a una
consulta interna. Pronto tendremos los resultados y se los daremos a
conocer. Mientras pues aprovechamos para escribirle a usted, A usted
siempre le hablamos con sinceridad, también a quienes son nuestro
corazón y guardián, nuestro Votan Zapata, las comunidades zapatistas,
nuestro mando colectivo.
Será una decisión difícil
y dura, como de por si ha sido nuestra vida y nuestra lucha. Durante
cuatro años hemos estado preparando las condiciones para presentarle
a nuestros pueblos puertas y ventanas, para que, llegado el momento,
tuvieran todos los elementos para elegir por cual ventana asomarse y
cual puerta abrir. Y es que así es nuestro modo. O sea que la dirección
del EZLN no dirige, sino que busca caminos, pasos, compañía,
orientación, ritmo, destino. Varios. Y entonces le presenta a los
pueblos esos caminos y analiza con ellos qué pasa si seguimos uno u
otro rumbo. Porque, según el camino que andamos, hay cosas que serán
buenas y cosas que serán malas, O sea que no hay camino que puras
cosas buenas. Y entonces ellas, las comunidades zapatistas, dicen su
pensamiento y deciden, después de discutir y por mayoría, por dónde
vamos todos. Y entonces pues dan la orden, Y entonces pues la dirección
del EZLN tiene que organizar los trabajos o preparar lo que se
necesita para caminar ese camino. Claro que la dirección zapatista no
mira según lo que se le ocurre solamente a ella, sino que tiene que
estar pegada con los pueblos y tocar su corazón y hacerse, como quien
dice, la misma cosa. Entonces se hace la mirada de todos nosotros, el
oído de todos nosotros, el pensamiento de todos nosotros, el corazón
de todos nosotros. Pero qué tal que, por lo que sea, la dirección no
mira, ni oye, ni piensa, ni siente como todos nosotros. O le falta ver
algunas partes o escuchar otra cosa o pensar y sentir otros
pensamientos. Bueno, pues por eso se consulta a todos, por eso se
pregunta a todos, por eso se toma el acuerdo de todos. Si la mayoría
dice que no, pues entonces la dirección tiene tache y tiene que
buscar otra vuelta, y otra vuelta presentarse ante los pueblos a
proponer y así hasta que, en colectivo, llegamos a una decisión. O
sea que acá mandan los pueblos.
Ahora el colectivo que
somos tomará una decisión. Se están sopesando los pros y los
contras. Se están haciendo bien las cuentas, lo que se pierde y lo
que se gana. Y, viendo que no es poco lo que se arriesga, se decidirá
si vale la pena.
Tal vez, en la balanza
de algunos, pesará mucho lo que hemos logrado. Tal vez, en la balanza
de otros, pesará más la indignación y la vergüenza que provoca el
ver a nuestros suelos y cielos destruidos por la estúpida avaricia
del Poder. En cualquier caso, no podemos permanecer pasivos,
contemplando nada más como una banda de rufianes despoja a nuestra
Patria de todo lo que la hacía ser y ser a todos: la dignidad.
Bueno, ya es mucha
vuelta. Nosotros le estamos escribiendo esta vez. acaso la última,
para devolverle su palabra de apoyo comprometido. No es poco lo que
hemos logrado en la lucha indígena, y eso ha sido, así lo hemos
dicho en público y en privado, por su ayuda. Creemos que puede
enorgullecerse, sin pena alguna, de todo lo bueno que, junto a usted,
hemos construido hasta ahora los zapatistas. Y sepa usted que ha sido
un honor, a todas luces inmerecido, el que personas como usted hayan
caminado a nuestro lado.
Ahora vamos a decidir
si hacemos otra cosa y el resultado lo haremos público en su momento.
Aclaramos desde ahora, para acabar con las especulaciones, que esta
"otra cosa" no implica ninguna acción militar ofensiva por
parte nuestra. No estamos, por nuestra parte, planeando ni consultando
el reinicio de los combates militares ofensivos. Desde febrero-marzo
de 1994, todo nuestro dispositivo militar ha sido, y es, defensivo. El
gobierno debería decir si, por su parte, hay algún preparativo bélico
ofensivo, sea de las fuerzas federales o de sus paramilitares. Y el
PRI y el PRD deben decir si planean algún ataque en contra nuestra
con los paramilitares que apadrinan en Chiapas.
Si es decisión de la
mayoría zapatista, quienes nos han apoyado hasta ahora en la lucha
exclusivamente indígena podrán, sin pena ni remordimiento alguno,
deslindarse de esa "otra cosa" a la que se refirió el
Comandante Tacho en la plaza de San Cristóbal de Las Casas en enero
del 2003, hace dos años y medio. Es más, hay un comunicado que, de
acá allá, hace ese deslinde y que puede ser presentado en una
solicitud de empleo, currículum vitae, reunión de café, sala de
redacción, mesa redonda, templete, foro, escenario, solapa de libro,
nota de pie de página, coloquio, precandidatura, libro de
arrepentidos o columna periodística y que, además, tiene la ventaja
de poder ser exhibido, como prueba de descargo, en cualquier juzgado
(no se ría usted, hay un antecedente: en 1994, a unos indígenas que
detuvo el mal gobierno ~y que no eran zapatistas- los liberó un juez
dando validez a una carta del CCRI-CG donde se deslindaba a esas
personas de lo realizado por el EZLN. O sea que, como dicen los
abogados, "hay precedente jurídico”).
Pero quienes encuentren
en su corazón un eco, así sea pequeño, de nuestra nueva palabra y
se sientan llamados por el camino, el paso, el ritmo, la compañía y
el destino que hayamos elegido, tal vez decidan renovar su apoyo (o
participar directamente)... sabiendo que será "otra cosa".
Así. sin engaños, sin dobleces, sin hipocresías, sin mentiras.
Agradecemos a las
mujeres. A todas las niñas, adolescentes, jóvenes, señoritas, señoras
y ancianas (y a las que fueron cambiando de uno a otro de esos
calendarios en estos 12 años) que nos apoyaron, nos acompañaron y,
no pocas veces, hicieron suyos nuestros dolores y nuestros pasos. A
todas esas, mexicanas y de otros países, que nos apoyaron y caminaron
con nosotros. En todo lo que hicimos, ustedes fueron la inmensa mayoría.
Tal vez porque compartimos con ustedes, aunque cada quien en su modo y
lugar, la discriminación, el desprecio... y la muerte.
Agradecemos al
movimiento indígena nacional, al que no se vendió por puestos
gubernamentales, por viáticos, por lisonjas que los poderosos
catalogan como "para indígenas y animales ". Al que escuchó
nuestra palabra y nos dio la suya. Al que nos abrió el corazón, es
decir, su casa. Al que resistió y resiste con dignidad, levantando
bien alto el color que somos de la tierra.
Agradecemos a los jóvenes
y jóvenas de México y del mundo. A quienes eran niños, niñas o
adolescentes aquel 94 y, nobles, crecieron sin escatimarnos ni la
vista ni el oído. A quienes llegaron a la juventud o, a pesar de las
hojas arrancadas al calendario, se mantuvieron en ella tendiendo la
mano de su rebeldía a la morena mano de la nuestra. A quienes optaron
por venir a compartir días, semanas, meses, años, nuestra digna
pobreza, nuestra lucha, nuestra esperanza y nuestro necio empeño.
Agradecemos a los
homosexuales, lesbianas, transexuales, transgenéricos y
"cada-quien- sumodo ". A quienes compartieron con nosotros
su lucha por el respeto a la diferencia, sabiendo que ésta no es un
defecto para ocultar. A quienes demostraron que la valentía no tiene
nada qué ver con la testosterona y que. una y otra vez, nos dieron
algunas de las más hermosas lecciones de dignidad y nobleza que hemos
recibido.
Agradecemos a los
intelectuales, artistas y científicos, de México y el mundo, que nos
apoyaron en la lucha por los indígenas. Pocos movimientos u
organizaciones se pueden preciar de haber tenido el respaldo (siempre
crítico, y lo agradecemos) de tanta inteligencia, ingenio y
creatividad. Ustedes ya saben que siempre los escuchamos con respeto y
atención, incluso cuando no compartíamos sus puntos de vista, y que
algo de la luz que emanan ayudó a alumbrar nuestros oscuros caminos.
Agradecemos a l@s
trabajador@s honesf@s de la prensa y a los medios de comunicación
decentes que mostraron, con verdad y a todo el mundo, lo que miraban y
escuchaban, y respetaron, sin distorsionar, nuestra voz y caminar.
Reciban nuestra solidaridad en estos duros momentos que atraviesa el
ejercicio de su profesión, donde arriesgan su vida, son agredidos y,
como nosotros, no encuentran justicia.
Y, para que no falte
nadie, agradecemos en general a todit@s tod@s que, honest@s y sincer@s,
nos apoyaron.
He dicho, al inicio de
esta carta, que no era una despedida. Bueno, pues resulta que para
algunos sí lo es. Aunque para otros será lo que es en realidad, es
decir, una promesa... Porque ya se alcanza a ver lo que falta...
Vale. Salud y, de corazón
a corazón, gracias por todo. A nombre de tod@s l@s zapatistas del
EZLN. Desde las montañas delSureste Mexicano.
Subcomandante
Insurgente Marcos México, en el mes sexto del año 2005
P.D.- Ya se ve que no
estábamos pensando enjugar fútbol. Bueno, no sólo. Porque algún día
jugaremos contra el Intemazionale de Milano. Nosotros o lo que quede
de nosotros.
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