Aislados
y rechazados por ocho de cada diez panameños, el Presidente Torrijos
y su gobierno han sido derrotados por la movilización popular
Una
victoria histórica
Editorial
de Buscando Camino
Panamá, 04/07/05
A no
dudarlo, la suspensión de la entrada en vigor de la Ley N° 17
(reformatoria de la Ley Orgánica de la CSS) es una victoria
histórica sin precedentes obtenida por el pueblo panameño.
El gobierno ha sido derrotado políticamente, demostrándose con ello
que la movilización popular unitaria genera la fuerza suficiente como
para detener y hacer retroceder la aplicación de las política
neoliberales.
En
nuestro Balance Electoral (junio de 2004) advertíamos sin
tapujos que el enorme globo de las ilusiones depositadas en Martín
Torrijos explotaría al primer pinchazo popular, puesto que su
gobierno no se apartaría ni un ápice de las políticas neoliberales
impuestas desde Washington. Así, pronosticábamos que sus primeras
medidas no serían otras que las de un rechazo frontal a la
convocatoria de una Constituyente, la aplicación de una nueva reforma
fiscal "saca plata", y la imposición de la reforma
antipopular de la ley de la CSS, para seguir posteriormente con la
ampliación antinacional del Canal de Panamá. Advertíamos,
igualmente, que la explosión social y el desfondamiento político del
nuevo gobierno sería una cuestión de pocos meses, puesto que en las
elecciones de mayo de 2004 "se votó por Martín contra Mireya",
dado el cúmulo de agravios políticos y sociales padecidos por el
pueblo panameño con motivo de la aplicación de las políticas
neoliberales.
Lecciones
para no olvidar
Sólo
nueve meses después de asumido el poder, el gobierno de Martín
Torrijos, confiado en la débil resistencia popular que tuvo su nueva
reforma fiscal "saca plata", se sintió con las fuerzas
suficientes para arremeter frontalmente contra el pueblo panameño e
imponer la reforma neoliberal de Seguro Social, lo que denunciamos en
su momento como el más grave y despiadado ataque realizado contra el
derecho a la vida de los panameños. El cálculo fue tan erróneo como
grande fue el acierto popular de unificar sus luchas bajo una sola
bandera: el Frente Nacional por la Defensa de la Seguridad Social (FRENADESSO),
aglutinó desde el primer momento al grueso de los movimientos
sociales organizados, con las vergonzosas y traidoras excepciones de
CONATO y FENASEP, organismos convertidos en cascarones vacío que no
son otra cosa que brazos encubiertos de las políticas neoliberales en
el seno del movimiento obrero y del funcionariado público. En ese
sentido, el nombre de Leandro Avila, ayer Secretario General de
FENASEP, y hoy Diputado del PRD que cargó con la responsabilidad de
imponer las derrotadas reformas, quedará para siempre en la memoria
popular como sinónimo de traidor a su pueblo.
La
unidad organizativa y la movilización popular pacífica, tras
objetivos unificadores de los intereses del pueblo panameño, han sido
la clave de la victoria. Queda atrás, pues, "el rosario
de reivindicaciones" a que se nos tenía acostumbrados, y que, más
que unificar, fragmentaba a los distintos actores sociales. Por otra
parte, la agitación pedagógica y el fortalecimiento de las
asambleas son otras de las lecciones que no debemos olvidar .
De nada sirven los "discursos ideológicos y políticamente
correctos", si no engarzan con el verdadero nivel de la
conciencia popular. Y por último se deben seguir
fortaleciendo los métodos de dirección y toma de decisiones democráticas
. Hay que huir como del fuego de los rasgos sectarios que aún
permanecen, y que se convierten en obstáculos insalvables para la
construcción de la necesaria unidad popular.
Se
abre una nueva etapa de lucha
La
derrota histórica que se le ha infligido al gobierno en la lucha por
suspender la entrada en vigor de la ley de la muerte, no debe
confundirnos con respecto a la naturaleza de la etapa de lucha que se
abre con el llamado "diálogo nacional". Si bien el
movimiento popular entra en el "diálogo" fortalecido por la
correlación de fuerza favorable lograda en la lucha contra la ley, el
escenario del "diálogo" es otro muy distinto. En la etapa
anterior la unidad popular se dio en razón de que la reforma, tal
como se quiso imponer, afectaba al conjunto de los distintos y más
variados sectores. Pero en la etapa actual, la del "diálogo",
la cuestión es muy distinta. Ahora, al intentar una salida
popular a la crisis de la CSS, el peligro de la fragmentación del
movimiento popular es la principal amenaza . Para evitarla
habrá que elaborar una política de alianzas responsable y
nada sectaria , que abomine del maximalismo "ideológico"
de algunos sectores. La victoria en la anterior coyuntura no garantiza
para nada la victoria en la coyuntura del "diálogo".
Si
las fuerzas dirigentes del FRENADESSO, hoy legitimadas por la victoria
popular, avanzaran por el camino de "poner de rodillas" al
gobierno neoliberal de Torrijos, como si se tratase de ganar la
"guerra" y no una batalla, podrían conducir al movimiento
popular a una derrota inesperada, lo que conllevaría la pérdida de
la legitimidad ganada y a un retroceso importante del movimiento
popular. Por ello la política de alianzas y los métodos de
dirección democráticos cobran hoy más nunca una trascendental
importancia.
Una
gran oportunidad para construir un bloque histórico popular
Desconcertados
y divididos, el gobierno ha perdido el rumbo. La ruptura de su
estrategia neoliberal los ha sumido en la desorientación. El mayor
rechazo ciudadano de la historia política de Panamá (ocho de cada
diez panameños), los ha tomado por sorpresa. Intentando su
recomposición, Martín Torrijos anuncia destituciones que afectarán
a mandos medios, como si con ello pudiese corregir el rumbo errático
de su gobierno. Por otra parte, no es un secreto que en el mes de
septiembre, después de terminado el "diálogo, se producirán
cambio en su Gabinete. ¡ Como si su crisis fuese de personas y no de
políticas! Allá ellos.
Por
otra parte, el escenario político deja ver con claridad un espacio
que sólo podría ocuparlo el movimiento popular. Ciertamente, la
"oposición" partidocrática neoliberal ha iniciado un débil
proceso de recomposición, que no es suficiente; y el PRD arrastrará,
durante lo que resta de período gubernamental, la derrota histórica
que se le ha infligido. Ha llegado la hora para la construcción de
una alternativa popular al neoliberalismo y a sus partidos.
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