Protestas
y cortes de rutas amenazan con multiplicarse
Por
Osvaldo Burgos
Prensa
Latina, 11/07/05
La
sociedad uruguaya muestra hoy una respiración agitada, en medio de
protestas en zonas marginales, cortes de rutas, incendios de neumáticos
y marchas de productores, así como el anuncio de un paro médico.
En
las últimas horas, representantes de los agricultores se reunieron
con el presidente, Tabaré Vázquez, a quien le recordaron sus dichos
durante la campaña electoral, de que 'no se expulsaría del campo a
quienes se endeudaron por trabajo'.
A
pesar de ello –dice el dirigente agropecuario, Aramis Silva– los
remates de campos y herramientas no se han detenido y han dejado en la
calle a centenares de familias.
En
la actualidad, 'el gobierno compromete el pago de la deuda externa y
los compromisos con organismos financieros como el Fondo Monetario
Internacional (FMI), pero no puede refinanciar las deudas de los
trabajadores del campo', enfatizó Silva.
Por
otra parte, el Ministerio del Interior, dirigido por el socialista José
Díaz, informó que la policía responderá con la misma fuerza con
que sean atacados los uniformados en las manifestaciones populares.
El
anuncio es considerado una respuesta a las heridas que el pasado fin
de semana sufrieron policías, cuando trataron de impedir que
manifestantes pintaran frases de denuncia en los muros de la casa del
ex canciller de la dictadura (1973–1985), Juan Carlos Blanco.
En
barrios pobres, que forman parte del cordón marginal de esta capital,
los vecinos han organizado cortes de rutas y quemas de neumáticos, en
demanda de los apoyos que el gobierno progresista anunció les
entregaría.
En
declaraciones que reproducen emisoras, canales de televisión y la
prensa escrita, los protestantes acusan de lentitud en los trámites a
la administración del gobierno progresista de Tabaré Vázquez.
Según
prometió el gobierno, cerca de 140 mil pobres recibirían un apoyo
económico de 1.360 pesos uruguayos mensuales (unos 50 dólares),
durante dos años, en espera de que para esa época se hayan generado
fuentes de trabajo.
A
cambio, solo tendrían que controlar la participación de sus hijos en
el estudio, así como compartir trabajos con la comunidad.
El
plan, bajo la dirección y aplicación del Ministerio de Desarrollo
Social, conducido por Marina Arismendi, parece no dar aún con el
camino para avanzar tan ágilmente como lo reclaman los pobres.
Algunos
protestantes aseguran que, aunque hace tres meses se anotaron, todavía
no han recibido la visita de asistentes sociales u otros funcionarios
que comprueben su grave de estado de pobreza, lo que es determinante
para poder acceder a la ayuda.
Sobre
el tema, la misma ministra confesó no contar con todos los
funcionarios que necesita para realizar las verificaciones en las
casas de las familias que pidieron la ayuda económica.
Hasta
el momento, solo unas 12 mil personas están recibiendo el apoyo económico
ofrecido por el gobierno progresista, mientras los protestantes dicen
que 'sus familias no tienen tanto tiempo para esperar, porque nada
tienen para comer'.
Ahora,
la administración progresista también se ve enfrentada al anuncio de
un paro médico, que demandan mejores salarios, en tanto se preparan
jornadas de protesta por parte de trabajadores del Estado nucleados en
la Confederación de Funcionarios del Estado (COFE).
Dirigentes
de la central obrera PIT–CNT consultados coincidieron en señalar
que el gobierno debería atender más los reclamos de pobres y
trabajadores, antes que a los que les realiza el FMI y el Banco
Mundial (BM).
Las
políticas económicas neoliberales, aplicadas anteriormente por los
gobiernos de los partidos Colorado (PC) y Nacional (PN), provocaron el
cierre de empresas y el desempleo, que afecta a cerca de un millón de
uruguayos.
Por
ello, en las pasadas elecciones nacionales, el 50,47 por ciento de los
aproximadamente 2.200.000 votantes, se decidieron 'por un cambio
profundo' que ahora dicen esperar impacientes.
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