La
estrecha aprobación del Cafta siembra dudas
sobre nuevos acuerdos
comerciales
Por
Neil King, en Washington,
Scott Miller en Ginebra y
John Lyons en
Ciudad de México
The Wall Street Journal, 29/07/05
La
aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos de un . acuerdo
de comercio con seis pequeños países centroamericanos avanzó la
agenda de libre comercio del gobierno de George W. Bush. Sin embargo,
la estrecha victoria y la amargura de la batalla destacan la ansiedad
pública y política sobre. el ritmo de la globalización y opacan la
aprobación de futuros acuerdos.
La
aprobación por 217 votos contra 215 del Acuerdo de Libre Comercio con
América Central en la madrugada del jueves fue un claro respiro para
los que proponen continuar la tendencia de la posguerra de menores
barreras comerciales. "Si no lográbamos el Cafta, se hubiera
socavado la posición estadounidense, que ha liderado la globalización",
dijo Calman Cohen, presidente del Comité de Emergencia para el
Comercio de Estados Unidos.
Pero
esta semana en Ginebra, la ronda de Doha sobre el comercio mundial ha
estado manchada por la poca disposición de Estados Unidos, Europa y
otros a hacer concesiones. Además, hay pocas intenciones visibles
hacia el tan prometido ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas).
En ese contexto, la estrecha aprobación del Cafta levantó dudas en
el mundo sobre la disponibilidad del Congreso estadounidense para
reducir subsidios agrícolas y tomar otros pasos políticamente
dolorosos que de seguro formarán parte de acuerdos comerciales
futuros.
"Estamos
en problemas, obviamente, debido al agudo partidismo y la forma en que
asunto del Cafta se convirtió en un asunto simbólico", dijo I.
M. Destler, un profesor de políticas públicas en la Universidad de
Maryland. Después de todo, las exportaciones de los seis países del
Cafta (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y la
República Dominicana) son económicamente insignificantes en un
sentido global, exportando a los Estados Unidos en un año lo que
China , exporta a este país en un mes.
"Estamos
sorprendidos con las dificultades para aprobar esto en el Congreso
(estadounidense)", dijo Roberto Gianetti da Fonseca, director de
relaciones internacionales para la Federación Industrial del Estado
de San Pablo, Brasil. "Las fuerzas proteccionistas en Estados
Unidos son muy fuertes y esto realmente lo demuestra."
Los
intereses empresariales de Estados Unidos, sin embargo, prometieron
luchar por el acuerdo de libre comercio. "La agenda de Doha es
una oportunidad única para promover el desarrollo económico en el
mundo", dijo Bill Lane, director para asuntos gubernamentales de
Caterpillar Inc.
En
la Organización Mundial de Comercio (OMC), en Ginebra, donde
negociadores de todo el mundo están reunidos para otra ronda de
conversaciones frustrantes, la aprobación del Cafta significó una
pequeña luz de esperanza y ayudó a despejar el miedo de que las
fuerzas políticas proteccionistas en Estados Unidos están dominando
el Congreso.
Fonseca,
el representante brasileño, dijo que estaba impresionado por la
resistencia de sectores como el lobby estadounidense del azúcar, dada
la relativa poca cantidad de este producto producido en las naciones
de América Central. "Por su parte, el lado de los consumidores,
que ha estado a favor del acuerdo, fue muy débil", dijo.
"Realmente no se le vio." Para los gobiernos
latinoamericanos, que están trabajando en sus propios tratados de
libre comercio con Estados Unidos, la cerrada aprobación del Cafta
generó una pregun.ta inquietante: ¿Si las pequeñas y fervientemente
pro-estadounidenses economías centroamericanas a duras penas
alcanzaron un acuerdo, qué podemos esperar nosotros? Eso podría
hacer que los líderes de la región se sientan menos dispuestos a
gastar capital político en sus países para conseguir la aprobación
de tratados de comercio que le den un acceso mayor a los bienes
estadounidenses. Mientras países individuales como Panamá continuarán
buscando pactos bilaterales con EE.UU., el problemático plan del
gobierno de Bush para una Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) se enfrenta a un futuro cada vez más incierto.
"Si
la formación del Cafta fue tan difícil, imagine las dificultades
para formar el ALCA. Es un proceso inexorable. Pero la velocidad va a
ser mucho más lenta de lo que pensamos hace cinco años", dijo
Gesner de Oliveira, un economista brasileño.
Es
poco probable que Brasil, la economía más grande de América del
Sur, acceda al tipo de concesiones que fueron necesarias para pasar el
Cafta a través del Congreso de EEUU.
Los
países centroamericanos, por ejemplo, accedieron a restricciones en
dos de sus industrias más competitivas, el azúcar y los textiles.
Bajo el Cafta, las exportaciones de azúcar a Estados Unidos están
limitadas a cerca de 1% del mercado anual de este país. En contraste,
Brasil ha pedido que EEUU ponga fin a los subsidios que otorga a los
cultivos, para iniciar las conversaciones sobre acuerdos de comercio
regional.
Incluso
al interior del Cafta hay cierta ansiedad. "El gran debate sobre
el libre comercio en Estados Unidos aún nos preocupa, especialmente
porque somos un país pequeño y necesitamos tener reglas claras del
juego", dice Marco Vinicio Ruiz, quien dirige Costa Rican Cocoa
Products Co. SA en San José, Costa Rica, un gran exportador de
chocolate y cacao.
"Necesitamos
avanzar en otros asuntos como los subsidios a los cultivos
estadounidenses y nuestras preocupaciones ahora están enfocadas en
las rondas de comercio futuras. El debate de Cafta en Washington nos
mantuvo muy nerviosos por un tiempo, ya que pensábamos que Estados
Unidos estaba perdiendo el camino", dijo. "El modelo de
mercado libre es muy importante, no sólo para América Central sino
para toda América latina. Es imperativo que profundicemos nuestras
relaciones, especialmente ahora que China se adentra en algunas de
nuestras industrias más grandes."
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