FBI asesina a líder
machetero
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 24/09/05
San
Juan, Puerto Rico
(Corresponsal EDLP).– Agentes del FBI acorralaron ayer al principal
jefe del movimiento armado que lucha por la independencia de Puerto
Rico, Filiberto Ojeda, en el suroeste del país y arrestaron a su
esposa.
Al cierre de esta
información los informes eran conflictivos y había rumores de que en
la balacera había muerto el legendario jefe del Ejército Popular
Boricua–Macheteros.
La jefatura del FBI
se limitaba a indicar que "hay un operativo en el área
oeste", situación que se producía justo mientras se conmemoraba
el "Grito de Lares", en el que se recuerda el alzamiento
armado contra España de 1868 que proclamó la primera aunque efímera
república de Puerto Rico. En la actividad fue difundido un mensaje
grabado de Ojeda Ríos pidiendo la unidad de los independentistas.
Vecinos del pueblo de
Hormigueros, a menos de 10 kilómetros de la ciudad occidental de
Mayagüez, indicaron que los sangrientos hechos se desarrollaron en la
colindancia de los barrios Jagüitas y Plan Bonito, una zona bastante
montañosa. Según el informe, desde temprano en la mañana los helicópteros
de los alguaciles federales estuvieron sobrevolando la zona y un
contingente armado de agentes tomó la zona y ordenó a todos los
vecinos que se mantuvieran dentro de sus casas.
Puerto Rico
conmocionado
Igualmente, al
conocerse la noticia se supo a través de la radio que desde
diferentes puntos de la isla, marchaban caravanas de personas hacia el
lugar donde estaría rodeado Filiberto Ojeda. Representantes del
independentismo llamaban a las emisoras radiales para hacer constar
que el FBI tenía que respetar la vida del líder machetero y de su
esposa, que "no se trataba de un delincuente sino un hombre que
siempre soñó con la libertad de su pueblo.
Personaje legendario
Ojeda Ríos,
legendario clandestino desde la década de los sesenta, nació en 1930
o 1933 en el pueblo oriental de Naguabo. Fue el creador del Movimiento
Independentista Armado (MIRA) en 1967 y fue arrestado en los años
setenta, pero logró fugarse y volver a la lucha armada. Algún tiempo
después, ayudó a organizar las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional (FALN) y se convirtió en el comandante de los Macheteros,
bajo cuyo liderato fue que se produjeron el ataque a la Base Aérea Muñiz
–en el que hicieron estallar nueve aviones cazabombarderos de
EE.UU.– y el asalto a la Wells Fargo, de donde se robaron $7
millones para sufragar la lucha armada puertorriqueña.
Capturado en un
tiroteo en 1985, Ojeda Ríos logró salir absuelto por un jurado que
le juzgó por haber herido a uno de los agentes que rodearon su casa y
se le mantuvo bajo vigilancia electrónica mientras se preparaba el
juicio por el caso de la Wells Fargo, pero logró fugarse precisamente
un 23 de septiembre de 1990. Ojeda Ríos se encuentra en la
clandestinidad desde entonces, cuando se cortó el grillete electrónico
y desapareció mientras se encontraba en espera de juicio.
Había sido liberado
en 1988 bajo una fianza de un millón de dólares, luego de tres años
en prisión a la espera de juicio en Connecticut. En 1992, fue
convicto en ausencia por cargos de robo, conspiración y transportación
de dinero robado. Recibió una sentencia de 55 años de prisión.
Desde la
clandestinidad, Ojeda Ríos emite con frecuencia declaraciones
escritas y entrevistas a reporteros puertorriqueños. También
acostumbra a enviar mensajes grabados a actividades independentistas.
Ultimo minuto
Al cierre de esta
nota, los agentes que rodeaban a Filiberto pedían que se apague el
servicio eléctrico de Hormigueros. También impedían la llegada de
abogados que se acercaron para mediar con el rodeado. Se supo que la
esposa de Ojeda Ríos se hallaba herida, y que sería trasladada en un
helicóptero para ser atendida, al igual que dos agentes que
resultaron heridos en la balacera.
“FBI cometió el
doble crimen de haber realizado la operación para matarle y luego
mantener rodeada el área sin permitir ayuda médica al combatiente
herido hasta que se desangró."
Autopsia desmiente al
FBI en caso Ojeda
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 26/09/05
San
Juan/EDLP. La
versión del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos sobre
cómo fue que sus agentes mataron al jefe clandestino puertorriqueño
Filiberto Ojeda resultó desmentida por los resultados de la autopsia,
que revelaron que lo dejaron desangrarse luego de infligirle una sola
herida de bala que no era mortal.
La autopsia indicó
además que Ojeda Ríos fue alcanzado por un disparo hecho por un
rifle de alto poder de arriba hacia abajo –señal de un
francotirador– lo que hace más inverosímil la versión de que los
agentes que rodeaban su casa el viernes en el municipio de Hormigueros
no supieron cuándo fue que lograron herirlo.
Mientras siguen
aflorando las contradicciones sobre cómo y por qué se produjo la
muerte del principal jefe clandestino independentista puertorriqueño,
aumenta la ira en el país. De igual forma, su figura sigue creciendo
y el sábado el gobernador Aníbal Acevedo Vilá asistió a una misa
en la que el Arzobispo Metropolitano de San Juan, Roberto González
Nieves, encomendó a Dios el alma del veterano luchador nacionalista.
En la misa también
hablaron el secretario ejecutivo del Concilio Evangélico, Heriberto
Martínez, y la ex presidenta del Consejo Mundial de Iglesias, Eunice
Santana. Poco después, frente al edificio federal de Hato Rey, la
multitud en vigilia improvisó un altar con velas, flores, una foto
familiar de Ojeda Ríos, un crucifijo y machetes –símbolos del Ejército
Popular Boricua– así como un cartel que sentenciaba "Ahora,
machete a los asesinos".
Tarde en la noche,
llegó el copresidente del Movimiento Independentista Nacional
Hostosiano, Héctor Pesquera, quien como médico fue designado por el
Gobierno de Puerto Rico para observar la autopsia al cuerpo de Ojeda Ríos
y procedió a informar los resultados. Ante reacciones de llanto y
coraje, el doctor Pesquera indicó que el cadáver presentaba "un
impacto de alto calibre debajo de la clavícula derecha y salida por
la espalda media" que le perforó un lóbulo superior del pulmón.
"No tiene ningún otro trauma en el cuerpo", dijo el galeno
y explicó que la herida no comprometió ningún otro órgano por lo
que "en opinión mía y de los patólogos, murió
desangrado".
De esa forma, Ojeda
no recibió dos tiros, sino uno; ninguno por el hombro y la diferencia
marcada entre el orificio de entrada y el de salida de un rifle de
alto calibre hace virtualmente imposible que los agentes pudieran
haberse confundido al respecto.
"El tiro no lo
mató", reiteró Pesquera y señaló que el FBI cometió el doble
crimen de haber realizado la operación para matarle y luego mantener
rodeada el área sin permitir ayuda médica al combatiente herido
"hasta que se desangró".
Esposa de Ojeda Ríos
dice FBI disparó primero
La esposa de
Filiberto Ojeda Ríos, Elma Beatriz Rosado Barbosa, aseguró el lunes
que los agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) fueron
los primeros en disparar. En sus primeras declaraciones públicas tras
la muerte del líder del grupo clandestino Los Macheteros, Rosado
Barbosa señaló que el FBI llegó disparando a la residencia donde
Ojeda Ríos se escondía en un barrio rural de Hormigueros.
“El viernes 23 de
septiembre, a las 3:00 de la tarde, nuestra casa fue rodeada. Hombres
armados penetraron a la propiedad y tomaron por asalto nuestro hogar,
impactándolo de manera brutal y terrible, disparando con armas de
fuego poderosas la pared frontal de la residencia”, sostuvo en
conferencia de prensa.
“Filiberto, mi
esposo, temiendo por mi vida, me exigió que saliera, Él le gritó a
los agentes: ’alguien va salir, alguien va a salir’. Cuando
finalmente salí de la casa, me llevaron a la fuerza, me obligaron a
arrodillarme y al no hacerlo, me tiraron al piso, me pillaron contra
la tierra con sus rodillas y me esposaron con las manos a las
espaldas”, añadió.
No fue posible
conseguir una reacción inmediata de Luis Feliciano, oficial de prensa
del FBI.
Según Rosado
Barbosa, Ojeda Ríos le gritó a los agentes en varias ocasiones que
estaba dispuesto a entregarse al periodista Jesús Dávila, pero no le
hicieron caso.
“Más tarde, me
vendaron los ojos y en ese momento, sentí en mi corazón, supe que lo
iban a fusilar. Me mantuvieron en el lugar por un tiempo indefinido y
cuando finalmente me llevan del lugar, Filiberto estaba vivo”,
expresó conmovida.
“No es hasta el
otro día en horas de la tarde, cuando me sacan de la cárcel, que me
enteró que Filiberto había sido vilmente asesinado. Sin embargo,
Filiberto Ojeda Ríos está más vivo que nunca en mi corazón y en el
de todos los puertorriqueños”, manifestó.
El dirigente de la
lucha armada por lograr que Puerto Rico obtuviera su independencia de
Estados Unidos estuvo en el clandestinaje desde 1990, cuando se cortó
un grillete electrónico y desapareció mientras se encontraba en
espera de juicio.
Durante sus últimos
años en la clandestinidad, su labor se redujo considerablemente a
dirigir mensajes escritos al pueblo puertorriqueño través de los
medios de comunicación y grabados al sector independentista. En
algunas ocasiones, concedía entrevistas exclusivas a algún
periodista.
Durante el operativo
de captura, la esposa de Ojeda Ríos fuearrestada. La compañera de
vida del líder machetero fue liberada el sábado luego que las
autoridades federales decidieran que no se le radicarán cargos.
Repulsa por muerte de
Ojeda Ríos une a los boricuas
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 25/09/05
San
Juan/Corresponsal
EDLP. El secretario general del Partido Nuevo Progresista, Thomas
Rivera Schatz, afirmó que los agentes del FBI que mataron a Filiberto
Ojeda protagonizaron "un espectáculo bochornoso e
inaceptable", mientras el estratega anexionista Oreste Ramos
sentenció que se han ganado lo que ahora "digan" o
"hagan" los independentistas.
Las declaraciones de
dos figuras cimeras del movimiento anexionista –por más de un siglo
adversario feroz de los independentistas– dejó ver claramente hasta
qué punto la muerte a tiros del septuagenario comandante del Ejército
Popular Boricua–Macheteros ha unido al pueblo de Puerto Rico en la
repulsa de una acción de las autoridades de Estados Unidos como no se
veía desde el estallido de la lucha de Vieques en 1999.
Las cadenas radiales
del país difundían programaciones especiales sobre el tema y daban
paso a expresiones de la audiencia, que en su gran mayoría denunciaba
como un abuso y un crimen la muerte de Ojeda Ríos. Los comentarios
radiales coincidían con manifestaciones anónimas, como los mensajes
pintados en múltiples lugares públicos que denunciaban "FBI
asesinos". "Un septuagenario ha logrado ridiculizar a las
autoridades federales, no tan sólo por el tiempo que pudo evadirlos,
sino por la incapacidad del FBI de arrestarlo", dijo Rivera
Schatz y agregó que "los agentes que participaron en este
incidente tan desgraciado han procurado destruir la imagen del
Gobierno de EE.UU ante el pueblo puertorriqueño". Ramos fue
todavía más lejos y afirmó que "todo lo que digan los
independentistas y todo lo que hagan los independentistas se lo han
ganado los federales" por haber cometido un "asesinato en
primer grado" y un acto "inmoral". Rivera Schatz puso
en duda inclusive que el FBI pueda justificar haberlo matado porque
"nadie va a creer que un hombre de la edad y circunstancias de
Ojeda Ríos supere en armas y recursos al FBI". "El pueblo
de Puerto Rico se merece del Gobierno federal una explicación",
dijo por su parte el presidente del Colegio de Abogados, Julio
Fontanet, quien denunció que además del asunto del asalto en sí, el
país ha sido víctima de un operativo de "desinformación"
por parte del FBI.
El tema de la retención
de la información en este caso fue motivo también de una agria
denuncia por parte del Overseas Press Club y su presidente, Rafael Lenín
López, dijo que "esa desinformación tiene que acabar ya".
La Asociación de Periodistas de Puerto Rico también se expresó en términos
similares y reclamó que el FBI "cese y desista de los actos
violatorios" a la libertades de prensa e información.
De otra parte, la
Asociación Americana de Juristas anunció que se propone preparar el
expediente para someter el caso de la muerte de Ojeda Ríos al
Tribunal Penal Internacional.
Independentistas:
‘este pueblo sabe luchar’
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 25/09/05
San
Juan/Corresponsal EDLP. Mientras circulaban denuncias de que el Gobierno
de Estados Unidos se prepara para llevar a cabo una verdadera cacería
de independentistas por todo Puerto Rico, la respuesta de ese
movimiento a la muerte del jefe clandestino Filiberto Ojeda Ríos iba
desde las manifestaciones pacíficas hasta las amenazas de confrontación.
"Este pueblo
sabe luchar y nos vamos a enfrentar a ellos", declaró el ex
compañero de armas de Ojeda y líder del Frente Socialista Jorge
Farinacci, quien aseguró que los pormenores del contragolpe que se
prepara no se conocerán por el momento, porque serán los propios
independentistas los que decidirán "como hacer valer el derecho
a mostrar su indignación".
Entretanto, el
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano denunció que el Buró
Federal de Investigaciones ya tiene preparadas 125 órdenes de
arresto. De acuerdo a la información provista por el copresidente del
MINH, Héctor Pesquera, el plan del FBI sería tratar de desarticular
lo que alegan es "la supuesta red de apoyo de los
Macheteros".
De inmediato, no había
confirmación oficial de que tales arrestos se fuesen a producir o que
hubiera comenzado el segundo operativo, pero en el sector
independentista en general no se notaba la más mínima actitud de
reserva, sino que proliferaban las acciones y declaraciones de
repudio.
Para anoche mismo, el
periódico independentista Claridad estaba convocando una segunda
vigilia a llevarse a cabo frente al Tribunal Federal, donde el mismo
viernes en la noche se produjo un evento similar que congregó una
muchedumbre que coreaba consignas y lanzaba insultos a los federales.
Atrás quedaron las
agrias divisiones que mantuvieron separado al independentismo boricua
hasta el viernes y en la manifestación frente al edificio federal
estaban desde Farinacci y el también copresidente del MINH Julio
Muriente, hasta el presidente ejecutivo del Partido Independentista
Puertorriqueño, Fernando Martín y el representante del PIP Víctor
García San Inocencio, como también la heroína nacionalista Lolita
Lebrón.
"Filiberto
significa el orgullo de ser, la seguridad de ser nación, tener los
cojones para enfrentar a los norteamericanos", dijo Muriente al
evaluar el impacto "mítico" que tendrá la muerte de Ojeda
Ríos.
El silencio más
llamativo era el del propio movimiento clandestino armado, que en
anteriores ocasiones ha dejado pasar el tiempo antes de efectuar
operativos de respuesta, como cuando colocaron una devastadora bomba
en una taberna de Wall Street en respuesta a otra que mató varios
independentistas en la ciudad occidental de Mayagüez a principios de
los años setenta.
Se enfrentó sólo
con una pistola a contingente FBI
El agente especial a
cargo del FBI, Luis Fraticellí, aseguró anoche que el viernes no sabían
que habían matado al jefe clandestino Filiberto Ojeda, quien con sólo
una pistola bastó para mantener a raya un fuerte contingente con
especialistas francotiradores de asalto, mientras el Gobierno de
Puerto Rico no cree la versión. "No sabemos en qué momento fue
que le dimos", dijo Fraticcelli en la primera comparecencia pública
del FBI, casi 24 horas después de que los vecinos de un sector rural
del poblado de Hormigueros vieran llegar los helicópteros con los que
comenzó el operativo.
Por su parte, el
Gobernador, Aníbal Acevedo Vilá, dijo que no sabe si Ojeda Ríos
"murió en el acto" o si la verdad es "la sospecha que
tenemos muchos" de que resultó herido y "se hubiese podido
salvar" si le hubieran dado atención médica.
El Gobernador insistió
en que hay que aclarar por qué los agentes no entraron el viernes a
la casa concluidos los tiroteos, así como otras
"contradicciones" por lo que las autoridades de Puerto Rico
han tomado posesión de la escena, ocuparán las armas y conducirán
una investigación completa.
De hecho, todavía
ayer en la mañana el FBI insistía en un lacónico comunicado que
"se desconoce la condición" de Ojeda Ríos. Pasadas las
2:00 p.m. fue que los agentes entraron a la casa y encontraron el cadáver.
Según el FBI, veinte
agentes participaron en la fase táctica de una operación secreta que
comenzó el día 20 y tenía pautado el arresto para ayer sábado de
madrugada, pero se adelantó porque los agentes fueron detectados.
El agente especial
dijo que Ojeda Ríos acertó el blanco contra dos agentes más, pero
que no resultaron heridos por su equipo protector, mientras que cree
que él recibió un tiro en la clavícula y otro en un hombro. No pudo
precisar cuánto tiempo duró todo el encuentro.
Dos días de
ceremonias fúnebres
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 26/09/05
San
Juan/EDLP. Las
dos instituciones máximas que congregan los hacedores del quehacer
cultural y del derecho en Puerto Rico rendirán homenaje póstumo al
comandante del Ejército Popular Boricua–Macheteros, Filiberto Ojeda
Ríos, durante las ceremonias fúnebres que se extenderán por dos días
y culminarán en su pueblo natal de Naguabo.
Según informó a
nombre de la familia el analista independentista Carlos Gallisá, los
restos de Ojeda Ríos comenzaron a sere expuestos anoche en el Ateneo
Puertorriqueño, donde durante parte del día lunes estarán expuestos
al público.
Gallisá indicó que
para eso, ayer se encargaba de hacer todos los arreglos la Funeraria
Escardille, a la que fue entregado el cadáver luego de la autopsia
concluida tarde en la noche del sábado.
Hoy lunes a medio día
la caravana partirá del Ateneo Puertorriqueño hacia el Colegio de
Abogados, donde se supone que sean oradores los abogados de Ojeda Ríos,
Luis F. Abreu Elías y Julio Eduardo Torres, así como el propio
presidente del Colegio, Julio Fontanet.
El martes a media mañana,
el cortejo fúnebre seguirá su ruta hacia el pueblo de Naguabo, en la
costa oriental de Puerto Rico, para efectuar el entierro al atardecer,
en el que despedirá el duelo el sociólogo Luis Nieves Falcón, quien
por años ha dirigido la lucha en defensa de los presos políticos
puertorriqueños.
Muerte de Ojeda Rios
en PR– convocan protestas en Río Piedras
San
Juan/AP. En
protesta por lo que consideran un “asesinato político”,
activistas de la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI)
bajaron el lunes la bandera estadounidense de la Torre de la
Universidad de Puerto Rico (UPR), colocaron la de Puerto Rico a media
asta y desplegaron una pancarta con la cara del líder independentista
Filiberto Ojeda Ríos.
“Filiberto, sigues
en el corazón del pueblo”, reza la pancarta.
Los manifestantes
anticiparon que se trata de la primera de varias acciones en protesta
por la muerte de Ojeda Ríos a manos de agentes del Negociado Federal
de Investigaciones (FBI).
No fue posible
conseguir una reacción inmediata de Luis Feliciano, oficial de prensa
del FBI.
“Estos actos son
parte de una serie de acciones que se estarán realizando en memoria
de Filiberto. La juventud universitaria agrupada en la FUPI se siente
más motivada que nunca a seguir luchando por la independencia y el
socialismo para Puerto Rico. Filiberto es para nosotros ejemplo de
lucha y sacrificio”, declaró la organización en un comunicado de
prensa.
“Entendemos que el
FBI realizó un operativo con el claro objetivo de asesinar al compañero.
Esta es una muestra más de las maneras en las que opera el imperio en
la colonia, como chacales del movimiento independentista. Porqué
asesinar a Filiberto justo el 23 de septiembre, el día donde los
puertorriqueños recordamos el Grito de Lares, es una manera de
pretender humillarnos”, agregó.
La FUPI también pidió
a la administración universitaria que decrete un receso académico el
martes para que los estudiantes puedan asistir al sepelio de Ojeda Ríos
en Naguabo.
La portavoz de la
FUPI en Río Piedras, Gricel Surillo, dijo en entrevista telefónica
que tres activistas se mantendrían en la Torre de la UPR por lo menos
hasta las 12:00 del mediodía.
Surillo indicó que
dirigentes de otras organizaciones estudiantiles hacían un recorrido
durante la mañana por los salones del recinto para convocar una
manifestación.
Se espera que a las
10:00 de la mañana, se celebre una marcha desde la Facultad de
Ciencias Sociales hasta la Torre de la UPR.
Se quería entregar a
periodista
EFE, 27/09/05
San Juan. Cientos de
personas despidieron ayer al líder independentista puertorriqueño
Filiberto Ojeda Ríos, muerto el pasado viernes en un confuso tiroteo
con el FBI, que ha desatado una oleada de protestas en la isla y
denuncias por parte de su viuda.
El cadáver de Ojeda,
líder del grupo clandestino Ejército Popular Boricua “Los
Macheteros”, fue expuesto en el Ateneo de Puerto Rico y en el
Colegio de Abogados de San Juan, donde numerosos amigos y
simpatizantes de la causa independentista le rindieron el último
homenaje.
Mientras los restos
de Ojeda recibían el homenaje popular, su viuda, Elma Beatriz Rosado
Barbosa, ofreció en el Ateneo una rueda de prensa en la que acusó a
la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) de
“mentir” sobre lo sucedido en el tiroteo.
Según la viuda del líder
“machetero”, que permanecía huido de la Justicia de EE.UU. desde
1990, éste fue cercado el viernes por casi un centenar de agentes del
FBI en la residencia donde ambos se encontraban en el barrio de
Jaguitas, en la localidad occidental de Hormigueros, a unos 150 kilómetros
de San Juan.
Rosado aseguró que
los agentes federales comenzaron a disparar contra la fachada de la
vivienda sin dar tiempo al líder independentista a entregarse.
Aseguró que su
esposo le pidió a ella que saliera de la residencia, y tan pronto lo
hizo, varios oficiales federales le ordenaron que se arrodillara, y al
no hacerlo, la tumbaron por la fuerza y la inmovilizaron.
‘Me vendaron los
ojos’
“Oí a Filiberto
gritarles: ‘yo me entrego al periodista Jesús Dávila’”,
corresponsal en San Juan de EL DIARIO/LA PRENSA, relató llorosa y
agregó que “más tarde me vendaron los ojos y en ese momento sentí
en mi corazón, supe, que lo iban a asesinar".
Rosado pidió a los
puertorriqueños que denuncien las acciones del FBI en manifestaciones
de protesta y que exijan que las autoridades estadounidenses abandonen
la isla, un Estado Libre Asociado a EE.UU.
“El FBI miente.
Miente, como siempre ha mentido (...) `Fuera de nuestro terruño los
malditos federales! `Que se larguen!”, expresó Rosado.
“Los sacamos de
Vieques (isla puertorriqueña usada durante décadas por la Marina de
EE.UU. para prácticas de tiro). Podemos ahora sacarlos de Puerto
Rico”, afirmó.
El incidente en el
que murió Ojeda duró unos 45 minutos y en él un agente federal
resultó herido.
Tras el tiroteo, el
FBI mantuvo durante casi 20 horas la residencia cercada sin informar
del propósito de la operación policial hasta primera hora de la
tarde del sábado, cuando entregaron a las autoridades locales el cadáver
de Ojeda.
La versión de la
viuda contradice a la del jefe del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli,
quien aseguró que cuando los agentes llegaron al lugar, Ojeda abrió
la puerta de la vivienda y los recibió a tiros, a los que
respondieron.
En la misma rueda de
prensa de Rosado, el doctor Héctor Pesquera, portavoz de la familia,
y quien estuvo presente en la autopsia que le practicaron a Ojeda,
manifestó que el análisis forense “nos dijo claramente que (los
agentes del FBI) no vinieron a arrestarlo, vinieron a matarlo... lo
dejaron desangrar".
El gobernador de
Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, declaró ayera una emisora de
radio local que lo ocurrido “es sumamente serio, es inaceptable” y
consideró que “el FBI y las autoridades federales tienen mucho que
explicarle al pueblo de Puerto Rico".
El fallecimiento de
Ojeda, de 72 años, ha provocado expresiones de unidad dentro del
movimiento independentista, cuyas fisuras se profundizaron luego de
las elecciones pasadas, en el año 2004.
Trompetista de la
orquesta de salsa “La Sonora Ponceña”, Ojeda dejó la música por
la lucha armada independentista y en 1983 encabezó el grupo que robó
más de siete millones de dólares en un camión blindado de la compañía
Wells Fargo en la localidad de Hartford, en Connecticut (EE.UU.).
En la entrada del
Ateneo, se podía observar un óleo y una serigrafía con el rostro
del líder independentista ensangrentado, sosteniendo una bandera de
Puerto Rico mientras recibe una lluvia de balas.
No bajarán las
banderas por Filiberto Ojeda
Por Jesús Dávila
El Diario / La
Prensa, Nueva York, 26/09/05
San
Juan/EDLP. Miles de personas desfilaron ayer en el Ateneo Puertorriqueño y el
Colegio de Abogados, para ver los restos del comandante del Ejército
Popular Boricua–Macheteros, Filiberto Ojeda, mientras el Gobierno
rechazó el pedido de declarar duelo nacional y no bajará a media
asta las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos.
Mientras tanto, la
viuda del legendario combatiente independentista, Elma Beatriz Rosado
Barbosa, pidió que se desarrolle una campaña para demandar que el
FBI se retire de Puerto Rico, de igual forma en que se logró sacar la
Armada de EEUU de la isla de Vieques.
"No lo considero
apropiado", dijo a través de un portavoz el Gobernador Aníbal
Acevedo Vilá, quien sin embargo sí anunció que el Buró Federal de
Investigaciones le confirmó que le ha encomendado una pesquisa al
Inspector General sobre el operativo del pasado 23 de septiembre, en
el que los agentes hirieron a Ojeda Ríos y luego lo dejaron
desangrarse hasta morir.
"Lo que tenía
que haber hecho el Gobierno de Puerto Rico lo tenía que haber hecho
el 23 de septiembre", dijo ayer mismo el copresidente del
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, Héctor Pesquera, e
indicó que la intervención debió ocurrir cuando los agentes
federales estaban asediando la casa de Ojeda Ríos en el poblado de
Hormigueros. Pesquera dijo que era entonces que habrían sido de
utilidad los fiscales, la policía y el Secretario de Justicia a fin
de evitar un crimen y garantizar su vida, con lo que habrían recibido
"al apoyo absoluto del pueblo".
"Ya no pueden
hacer nada por evitar la muerte", dijo Pesquera y fue entonces
que indicó que lo que debería hacer ahora el gobierno autonomista es
"desafiar el colonialismo" y "decretar duelo nacional y
bajar las banderas a media asta", tanto en denuncia de la violación
de derechos humanos ocurrida como en homenaje a un héroe nacional.
Las declaraciones de
Pesquera se produjeron en una rueda de prensa de la familia de Ojeda Ríos
en la que Rosado Barbosa, dijo que "el FBI está pisando en arena
movediza" por los sucesos del viernes y que le pedía al pueblo
"que nos ayuden a hundirlo, que nos ayuden a desenmascararlos,
que rescatemos nuestro suelo y logremos que saquemos de este suelo a
los asesinos, que se vaya el FBI de aquí".
Rosado Barbosa pidió
que el pueblo haga una intensa campaña de denuncia y difusión
"a los cuatro viento" para demandar "la salida del FBI
de nuestra patria".
En la rueda de
prensa, Rosado Barbosa relató parte de lo acontecido el viernes
cuando "hombres armados penetraron a la propiedad y tomaron por
asalto nuestro hogar impactándolo de manera brutal y terrible,
disparando con armas de fuego poderosas la pared frontal de la
residencia". Aunque no entró en muchos detalles por recomendación
de su abogado Luis F. Abreu Elías –quien advirtió que la fiscalía
federal todavía no ha renunciado a acusarla– indicó que los
agentes dispararon primero, que la tiraron al piso y la esposaron con
violencia cuando salió y que cuando se la llevaron bastante tiempo
después todavía su marido estaba vivo y luchando.
"Cuando me
tiraron al suelo veo a Caoba, mi perrita, ensangrentada, sin vida. Oí
a Filiberto gritarle a los agentes en varias ocasiones: Yo me entrego
al periodista Jesús Dávila. Los agentes no le hicieron caso y
finalmente le dijeron que eso no sucedería", dijo Rosado Barbosa
y agregó que "más tarde me vendaron los ojos y en ese momento
sentí en mi corazón, supe, que lo iban a asesinar".
Entretanto, en el país
siguió subiendo el termómetro y mientras el Senado aprobó una
resolución para abrir una investigación sobre el caso, en la
Universidad de Puerto Rico una manifestación estudiantil arrió la
bandera de EE.UU. y causó daños en el Centro de Estudiantes. De
igual forma seguían produciéndose las expresiones de respeto al
fenecido jefe clandestino y ayer asistió al velorio en el Colegio de
Abogados el ex gobernador autonomista Rafael Hernández Colón.
Miles de personas
acompañan a líder “machetero” hasta su tumba
Miles de personas
acompañaron hoy el féretro del líder independentista Filiberto
Ojeda Ríos, muerto en un enfrentamiento con el FBI, en su traslado
desde San Juan a su pueblo natal de Naguabo, en el este de Puerto
Rico.
El cortejo fúnebre,
en el que participaron cientos de vehículos, recorrió la carretera
hacia esa población, que estaba adornada con banderas puertorriqueñas
y carteles en los que se podían leer lemas como “Filiberto vive”
o “FBI asesinos".
Ojeda Ríos, líder
del clandestino Ejército Popular Boricua “Los Macheteros”, de 72
años, murió tras haber recibido el viernes un disparo en un tiroteo
con policías de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que
pretendían detenerlo, acción en la que también resultó herido un
agente federal de EEUU.
El líder
independentista puertorriqueño, que era buscado por las autoridades
de EEUU desde hacía 15 años, murió desangrado durante las 20 horas
en las que el FBI lo mantuvo acorralado en la residencia del oeste de
Puerto Rico en la que había sido localizado.
A medida que avanzaba
el cortejo fúnebre, grupos de vehículos que esperaban a la orilla de
la carretera iban uniéndose a la caravana con dirección al
cementerio de Río Blanco, en Naguabo, para asistir a su entierro.
Según las
autoridades locales, en el lugar ya se han concentrado unas 3.000
personas que fueron llegando desde primeras horas de la mañana para
rendirle un último homenaje.
La policía controla
los accesos al cementerio, mientras cientos de automovilistas
improvisan estacionamientos en las zonas cercanas.
El acontecimiento
también ha atraído a multitud de vendedores ambulantes de comidas y
bebidas, y de personas que han montado puestos para la venta de
camisetas conmemorativas.
También han sido
enviadas al lugar varias ambulancias para atender a las personas que
puedan sufrir problemas de salud o desmayos debido al sofocante sol
existente.
Al lugar también han
llegado ya los líderes del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP),
Rubén Berríos y Fernando Martín, junto a seguidores que gritan
consignas como: “Esta lucha no se para ni con gases ni con
balas".
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