Un ex miembro de la
dirección de Tupamaros, hoy en la oposición, se dirige a otro ex
miembro de la dirección, hoy senador y miembro destacado del Frente
Amplio
¿Pa’ qué diablos
sobrevivimos, Ñato?
Carta a Eleuterio Fernández
Huidobro
Por Jorge Zabalza
La Haine, 21/10/05
Discurso leído por
Jorge Zabalza, el viernes 7 de octubre pasado en la noche, en la
esquina de Carlos María Ramírez y Heredia –Plaza Raúl Sendic de
Montevideo–, ante un grupo de Tupamaros y vecinos de esa zona que no
revistan en el MLN. El acto fue en un "homenaje militante al
Che, a los fusilados de Pando, a Rubén Sassano y a todos los caídos
en el combate antiimperialista".
Decía el Che Guevara
que en una revolución, cuando es verdadera, se triunfa o se muere. ¡Y
vaya si la tupamara fue verdadera! ¡Vaya si se daba la vida entera!
Pero nosotros ni triunfamos ni morimos, sobrevivimos a gatas y eso, en
algunos casos, ha sido una lástima, porque se podía haber quedado
como recuerdo entrañable y en cambio, al seguir viviendo, siempre se
está a tiempo de mandarse alguna gran macana.
Hay viejos tupas,
ustedes entre ellos, que ya no hacen política tupamara, esto es, política
con un horizonte insurreccional, como el que alumbraron los soles de
los 60, pero también las lunas primaverales a la salida de la
dictadura.
Clandestina o en la
legalidad, con armas o sin ellas, en los 70 o en los 90, juntos
hicimos política en serio, política para transformarnos en mujeres y
hombres con valores e ideas revolucionarias, para transformar la
sociedad actual en otra, sin clases y sin Estado.
Después, al perder el
horizonte revolucionario, ustedes se han vuelto "operadores políticos".
Hacen política sin horizonte transformador, política para medrar en
el sistema. Aceptan como algo inevitable –"es lo que hay,
Valor"– la dominación de clases y la explotación capitalista.
Aceptan vergonzosamente, la dependencia del imperio en lo económico y
militar. Anoche mismo ¡Votaron la operación UNITAS y el refuerzo de
las tropas en Haití! ¿Votarán ahora el Tratado Bilateral de
Inversiones?
¿Para qué
sobrevivimos, entonces? ¿Para hacer política virtual en la televisión?
Política mediática que ni siquiera roza la estructura del poder económico.
Es la política de "como te digo una cosa, te digo la otra".
Como aseguro en un 99,99 por ciento que es cierto que los restos de
María Claudia están en el 14, a los pocos días afirmo que esos
informes, a cuya veracidad me jugué, no son los definitivos y me
vuelco, iracundo, contra los informantes, a quienes debía haber
supuesto mentirosos.
Mentían cuando negaban
que en Uruguay hubiera presos políticos y desaparecidos. Mintieron en
el asesinato del chileno Berríos. Mienten y siguen impunes los
asesinos de Morroni y Facal. Mintieron en la Comisión para la Paz y
mientras sigan encontrando crédulos bobalicones... ¿por qué habrían
de dejar de mentir ahora?
Política virtual y
mediática donde viejos revolucionarios tupamaros aparecen como garantía
de las viejas instituciones del sistema sin percibir que, al ser
incapaz, no digo de eliminar, sino al menos achicar, la brecha de
desigualdad e injusticia sociales, esta democracia se va agotando por
sí misma. De puro inoperante, nomás.
Y ustedes le están
saliendo de garantía a eso, a una democracia chueca, sin contenido de
pueblo asalariado, que sólo es instrumento para profundizar la
dependencia de los organismos financieros internacionales.
El FMI y los acreedores
definen la política económica, el presupuesto nacional y, en
definitiva, hasta el proyecto de país que lleva adelante el gobierno
progresista. El mismo modelo que todo un pueblo rechazó el 31 de
octubre de 2004. No sólo en el tema del agua están desconociendo la
voluntad popular. ¿Qué clase de democracia es ésta?
¿Soberanía nacional?
¿Uruguay productivo? ¿Por qué no han tenido voluntad suficiente
para impulsar el proyecto de independencia económica y política? Por
lo menos algo parecido a lo de Venezuela. Déjense de prometer cosas
que no van a cumplir y de hacer demagogia al peor estilo del Uruguay
Batllista del siglo XX. Están haciendo exactamente lo mismo que hacían
aquellos políticos burgueses, los que despertaron la indignación de
Raúl Sendic y los tupamaros primigenios.
En materia de derechos
humanos, los tantos van quedando claros y también el papel tuyo en la
jugada. El Pepe se abraza con el botón que lo baleó, y eso es grave,
pero es peor aún lo tuyo y lo del Ratón Rosadilla al abrir los
brazos a cuanto uniforme se les cruza, se están abrazando,
seguramente, con algunos de los asesinos de compañeros y compañeras.
En lugar de avanzar
hacia la justicia se dan pasos que consolidan la impunidad. Se votan
ascensos, como el de Dalmao, que no se consentían antes, cuando se
era oposición parlamentaria. Se mantiene en los mandos policiales a
gente como Rolán y Navas. Se soporta que Moller, un fiscal
comprometido con la impunidad, frene impunemente las investigaciones
en marcha. Hay que destituirlo, como a Bonelli del comando de la
fuerza aérea, confeso culpable de ser copiloto en el primer vuelo de
Orletti y sospechoso de haber piloteado algún otro vuelo de la
muerte.
Hay que anular la ley
de caducidad para que la investigación se realice de forma
independiente, bajo control de las organizaciones que luchan por los
derechos humanos o, por la vía de los hechos se está consintiendo la
instalación de una nueva mentira, que "sobrevuela o
subyace" al jueguito de la mosqueta que la gente está siguiendo
por la televisión.
Mientras se continúe
investigando en el marco de la ley de impunidad y en base a las
mentiras de los criminales, descubrir la verdad sería otra que un
milagro. La confianza en que los culpables contribuirán en el proceso
de investigación... sólo puede ser producto de una ingenuidad mayúscula
o de una maldad imperdonable. No es cuestión de perdonar, Ñato. ¿Quién
puede ser tan temerario de arrogarse la potestad de perdonar
desapariciones forzosas, violaciones y torturas?
Tampoco es cuestión de
desligarse de toda responsabilidad y hacer caer sobre las endebles
espaldas de los familiares de desaparecidos el peso de la lucha por
verdad y justicia. Hay que ser muy caradura para pasarles a los
familiares semejante tarea. Caradura y tener el corazón ganado por la
impunidad. Caradura y tener la voluntad quebrada por el temor. Sería
la salida más pragmática y facilonga para dejar todo como está.
Simplemente es cuestión
de justicia. Y nada más que justicia. Cada día más, mentira a
mentira, crece la necesidad de castigo. Claro que inválido, castrado
y amarillo, el Poder Judicial administra la impunidad de los militares
en lugar de hacer justicia. Pero vos bien sabés, Ñato, que los
pueblos oprimidos no olvidan ni perdonan. Que la historia enseña
como, a la corta o a larga, habrá justicia para todos, sea de la
manera que fuere, porque no hay punto final en una sociedad de clases
y la página que se quiere cerrar, más tarde o más temprano, siempre
volverá a abrirse.
Consintiendo la
impunidad... ¿en qué filosofía política están educando a la
juventud?, ¿En creer que la mentira es un ingrediente natural de la
vida política y social?, ¿en la lógica de la existencia de dos
justicias, una para la guardia pretoriana y otra para los plebeyos?
Dejar a hijos y nietos un Uruguay santuario de criminales, es
traspasarles la responsabilidad de dar la batalla que no estás dando
y es, además, una cobardía mayúscula que reniega de la historia
heroica de las compañeras y compañeros. Es peor que la maldición de
Malinche.
Además, vos sabés que
el obvio objetivo que sustenta la Impunidad, es mantener el brazo
armado en condiciones de amedrentar y disuadir. Al consentirlo hay
viejos guerrilleros que están contribuyendo a crear esa subjetividad
de temores que abre las puertas a la tutela, nuevos desmanes militares
y la dictadura.
No olvidar que, ayer
como hoy, la doctrina de guerra de las FFAA no es la defensa del
territorio nacional a las órdenes del presidente de la república. Su
verdadero comandante en jefe es el Pentágono, que las emplea para la
estrategia de dominación mundial, destinándolas al Congo y Haití
para liberar los "marines" que necesita en Afganistán e
Irak.
A no equivocarse. A no
repetir la película de Salvador Allende pidiendo apoyo a Pinochet
para derrotar el golpe de Estado. Las Fuerzas Armadas aquí, y donde
sea, siguen siendo la columna vertebral del poder económico y político
de los dueños del capital y del imperialismo. Son tan ajenas al
pueblo asalariado como lo fueron en los años setenta, cuando
secuestraban niños y desaparecían gente.
¡Cómo quebraste la
vieja fraternidad, Ñato!... Pensar que en aquellos años no fuiste
tan pragmático como en los actuales, que sabías de concepciones y
estrategias revolucionarias; que, vos y los otros viejos nos
convocaron a dar vuelta la tortilla, no a esta miseria política que
hoy protagonizás. ¿Te acordás cómo te escribiste los documentos
históricos del MLN, los que inflamaban corazones e impulsaban a
emprender grandes hazañas? ¿Te acordás cuando hiciste el Plan
Cacao? ¿Y el Satán? ¡Cuántos estábamos dispuestos a dar la vida
para preservar la tuya y la de los viejos!
¿Se dan cuenta del
montón de los convocados, que tomaron los fierros para ofrendar la
vida? ¿Olvidaron a Carlitos Rodríguez Ducós?, ¿al Percherón
Clavijo?, ¿y al Hugo Candán y al Caudillo Lerena? ¿y a los caídos
en Pando? ¿Ustedes creen que se jugaron para que el pueblo uruguayo
recibiera los mendrugos que quedan después de pagar los servicios de
la Deuda Externa?
Podrán convencer a los
televidentes de la política que este Uruguay progresista tiene algo
que ver con aquella patria para todos o para nadie de los tupamaros.
Pero a nosotros, no. Los viejos testigos de los años tupamaros, los
que no perdimos el horizonte insurreccional, seguimos sintiendo la
responsabilidad de continuar aquella lucha por un poder revolucionario
del pueblo, por una producción gestionada por los productores
libremente asociados y un país independiente de toda dependencia. Algún
día, estoy seguro compañeros, ¡habrá patria para todos o para
nadie!
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