Perú:
Fujimori
El
regreso del Padrino
Por
Luis Arce Borja
Rebelión,
16/11/05
La
información oficial que envuelve el asunto Fujimori y su sorpresivo
aterrizaje en Chile el 6 de noviembre, no pasa de ser puras
especulaciones. Ello seguirá así mientras no se le relacione a la
situación de grave crisis interna en la política peruana. Como nunca
esta crisis se refleja en la campaña pre electoral y en los
principales partidos que desde ya se disputan las elecciones
presidenciales de abril 2006. Ningún partido u organización política
en la contienda está al margen de la corrupción, el robo y de la
mafia que durante el régimen fujimorista envolvió a las clases políticas
del Perú.
Fujimori
es un ladrón y criminal de alto vuelo, pero conoce que sus acusadores
peruanos, no son menos delincuentes que él. Tienen "rabo de
paja", como dice el proverbio popular. Los tres principales
partidos políticos (APRA, Accion Popular, Partido Popular Cristiano)
que actualmente se disputan la presidencia de la Republica tuvieron
mucho que ver con el régimen que dirigió el Estado peruano desde
1990 hasta el 2000. Todos pasaron por caja y recibieron paquetes de dólares
provenientes del robo, el crimen y el narcotráfico. Y hasta la
llamada izquierda aportó su apoyo electoral y político a la mafia
que se enquistó a la mala en el poder.
Alberto
Fujimori, mafioso pero no cojudo como diría un viejo peruano, los
conoce bien y de ello quedan cientos de filmaciones que registran las
reuniones clandestinas con sus altos representantes políticos.
Algunos
millones de dólares de la mafia Fujimori–Montesinos fueron a parar
clandestinamente a la caja del Partido Aprista (APRA). Agustín
Mantilla ex ministro del Interior de Alan García Pérez y alto
dirigente del APRA fue uno de los colaboradores de Vladimiro
Montesinos y por ello ha pasado una larga temporada en prisión como
vulgar reo común. Durante el fujimorismo el APRA se financió gracias
al dinero de Montesinos.
El
periódico Expreso ligado al partido Acción Popular (AP) del
"respetable" Fernando Belaunde y de Valentín Paniagua,
recibía millones de dólares de la caja que manejaba Vladimiro
Montesinos. Eduardo Calmell del Solar ex director de este diario y
actualmente prófugo en Chile fue el nexo entre este cotidiano y el
Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).
El
Partido Popular Cristiano (PPC), no fue nada cristiano con los dólares
de la mafia del Estado. Bedoya de Vivanco, dirigente de este partido y
nada menos que hijito de papa Luis Bedoya Reyes (fundador del PPC),
cayó en desgracia cuando como un vulgar delincuente fue encerrado en
una prisión limeña. El delfín de papá Bedoya fue encontrado
responsable de haber recibido dinero sucio de las propias manos de
Vladimiro Montesinos, y que durante el régimen fujimorista era un
asiduo visitante del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN).
En
1998 Montesinos financió la campaña electoral del PPC para la alcaldía
de Lima. Raúl Castro Stagnaro vicepresidente del PPC y representante
de la empresa Amerinvest Holding Inc, es otro de los involucrados de
este partido con el dinero sucio. Por ello los mismos jueces que
investigan al ex jefe del Servicio de Inteligencia (SIN) investigan a
este dirigente del PPC y a Amerinvest Holding Inc.
Los
tentáculos mafiosos de Fujimori han corroído todos los estratos del
poder Judicial. Desde el simple juez hasta los altos magistrados se
han visto involucrados con la mafia dirigida por Fujimori y
Montesinos. En el seno de las fuerzas armadas, que en última
instancia será la que dirima esta situación, no son pocos los altos
oficiales que añoran un regreso del padrino. A esto hay que anotar
que casi todos los generales, coroneles y comandantes que
temporalmente fueron encarcelados por haberse enriquecido con el
dinero de la mafia, están actualmente en libertad y se mueven
tranquilamente en los cuarteles.
¿Quién
podrá juzgar a Fujimori en Perú?. Se tendría que recurrir a extra
terrestres, porque en este país, ninguna autoridad política o
judicial tiene la ética y la moral suficiente para sentar en el
banquillo de los acusados al mafioso Fujimori. Todos fueron comprados
y cada uno recibió su maleta de dólares. (En esos momentos
Montesinos entrega el dinero en maletas o en grandes sobres de manila).
Hay
que sospechar que Alberto Fujimori tiene uno y varios videos
comprometedores para sepultar a sus posibles acusadores. De estos
videos no se salva ni el presidente Alejandro Toledo ni el Cardenal
Luis Cipriano quien desde los pulpitos de la iglesia hacia plegarias
para sostener al régimen criminal de Fujimori. Un video de Toledo (en
plena orgía sexual firmado en durante el fujimorismo) ya ha circulado
en la televisión peruana. Y por el momento, hablando de corrupción,
casi todos los familiares del presidente están incursos en
acusaciones penales, que van desde violación de chicas, falsificación
de firmas, coimas y venta de influencia. La misma madame Eliane Karp,
"primera dama", no escapa a las sospechas y acusaciones de
desfalcos y otros hechos de corrupción.
A
esto hay que agregar que si bien es cierto que en el año 2000
Fujimori abandono la presidencia y salio huyendo del país, es cierto
también que dejo en Perú una bien aceitada organización mafiosa
enquistada en el poder judicial, en el medio político, en el
parlamento y sobre todo en el ejercito. No es una casualidad que los
partidos políticos fujimoristas (Cambio 90, Nueva Mayoría, y SI
Cumple), actúan oficialmente y tienen representantes en el parlamento
y en otras instancias del Estado.
La
mafia de Fujimori tiene varios medios de comunicación, uno de ellos
es el diario La Razón y el otro el diario Expreso. Incluso uno de los
representante de Fujimori en Perú integró la llamada Comisión de la
Verdad y Reconciliación, que según la propaganda se encargos de
investigar los criminales cometidos desde el Estado. El mismo
Montesinos desde su prisión dorada en la base naval del callao
controla jueces, políticos, periodistas y militares. Su mafia sigue
dictando leyes, y sus antiguos socios permanecen intocables.
García Pérez y Alberto Fujimori. Historias paralelas
Es
en medio de esta grave crisis política y moral, donde hay que ubicar
la planificada llegada de Fujimori a Chile. El antecedente más próximo
de algo similar a lo que ocurre ahora con Fujimori es el caso de Alan
García Pérez, líder del APRA y candidato presidencial para las
elecciones del 2006. García concluyo su mandato presidencial en 1990
en medio de una aguda crisis y serias acusaciones en su contra por
robos, coimas y crímenes masivos y organización de grupos
paramilitares. En 1991, García para salvar su pellejo, salió huyendo
del país y al inicio se instaló en Colombia protegido por el
gobierno de este país. Posteriormente viajo a Paris donde residió
hasta su regreso "triunfante" al Perú.
Entre
las acusaciones penales contra Alan García Pérez, fue la planificación
y ejecución de 300 prisioneros de guerra en 1986. Fue acusado también
de ser haber organizado, junto con Agustín Mantilla y el jefe de la
policía antiterrorista, el grupo paramilitar "Rodrigo
Franco", responsable de brutales asesinatos clandestinos. Fue
acusado también de haberse enriquecido con la compra de aviones de
guerra procedentes de Francia. Ninguna de estas graves acusaciones,
resultó un impedimento para que el líder del APRA haya sido, gracias
a los políticos y jueces corruptos, rehabilitado y vuelva a
ambicionar sentarse en el palacio presidencial.
Alberto
Fujimori, de la misma manera que Alan García, busca la rehabilitación
y ganar nuevamente la presidencia del Perú. Por lo pronto diversas
instituciones de sondeo de opinión pública, lo dan como puntero en
las preferencias de los peruanos en las próximas elecciones. Esta
rehabilitación pasa por Chile, y para empezar Ricardo Lagos
presidente de este país acaba de anunciar que "el señor
Fujimori tendrá un debido proceso de acuerdo a lo que en la tradición
del sistema judicial chileno se estipula".
¿Qué
significa esto?. En este caso, como en cualquier otro pedido de
extradición, el gobierno demandante tiene que probar ante el poder
judicial de Chile que las acusaciones son verdaderas y sostenidas por
pruebas. Aquí no se puede decir robo 200 millones de dólares sin
presentar ninguna prueba. Tampoco se puede decir "manejó
corruptamente el Estado” sin probar nada. En Perú, el poder
judicial se maneja corruptamente y para enviar a prisión a cualquier
ciudadano (cuando no hay padrinos ni dinero por medio), no se necesita
de pruebas o cosa parecida. Basta un informe policial.
Como
antecedente de la dudosa calidad de los jueces peruanos y el pedido de
extradición a Chile, hay que recordar que este país, en el 2002,
rechazo por falta de pruebas entregar a dos individuos que habían
recibido dinero de la mafia fujimorista. Eduardo Calmell del Solar y
Daniel Borobio, viven actualmente como "refugiados políticos en
Santiago de Chile después que los jueces de este país rechazaron las
acusaciones sin prueba de los jueces peruanos”.
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