Perú
Descentralización,
manoseo de esperanzas
A
Luchar (Liga Socialista), noviembre 2005
El
proceso de descentralización no es más que otra patraña de las que
nos hacen partícipes, haciéndonos creer que esta vez sí
participaremos en las decisiones.
Hay
tareas que en el "proceso democrático de desarrollo
nacional" la burguesía no ha llevado a cabo por su incapacidad,
estrechas miras, desinterés y debilidad frente al imperialismo. Estas
labores, pensamos nosotros, no las van cumplir ya a través de sus
administradores actuales en el gobierno. Lo que pueden hacer es
manosearlas como ahora, en el caso del referéndum para la creación
de macro regiones, al recrear las esperanzas e ilusiones de los
pueblos postergados.
Los
once intentos de descentralización hasta la fecha resultaron
frustrados por sus propias limitaciones, por el centralismo de los
gobiernos nacionales autoritarios o "democráticos", que
desbaratan esta mentira en la práctica, dando testimonio de la
incapacidad de la burguesía y su "clase política" para
saldar esta deuda. La historia se repite esta vez como tragedia, al
darse la misma respuesta a las necesidades y demandas populares que
siguen desatendidas.
Los
procesos anteriores no han significado más que gastos burocráticos,
administración de la falta de recursos y pobreza, mientras los
partidos políticos medraban en esos puestos. Y si no, ¿qué significó
para las poblaciones subestimadas y excluidas que los 24 departamentos
tuvieran gobiernos regionales como hasta ahora? ¡Nada! Para la
"clase política", en cambio, se dieron oportunidades de
maniobra, corrupción y protagonismo para permanecer en la vida de la
política administrativa.
Una
de las principales reticencias es a la descentralización fiscal, es
decir, al hecho de que las macro regiones dejen de depender de las
transferencias presupuestales que, año tras año, tienen que mendigar
al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). También está el
reciente Reglamento de la Ley de Descentralización Fiscal (DS
114-2005-EF) que desdice lo establecido en la Ley: que el 50% de lo
recaudado en las regiones por impuesto general a las ventas (IGV),
impuesto selectivo al consumo (ISC) e impuestos de 1ra, 2da, 4ta y 5ta
categoría sean transferidos directamente a las regiones unificadas
que surjan del referéndum. Mediante artilugios legales de
birlibirloque, solo se les asigna S/. 840 millones (el 1% del IGV)
para un total de 4 años, del 2007 al 2010.
Pese
a sus marcadas debilidades, se presentó al referéndum como una nueva
oportunidad de afirmar derechos y deberes, un intento de responder a
los conflictos mineros que pusieron sobre el tapete los cánones,
regalías, y el problema ambiental ocasionado. Este proceso
"democrático" no iba a salvar al gobierno ni al régimen de
que amplios sectores de la población continúen saliendo a las calles
y cuestionando cada día las "bondades" de la democracia de
los ricos y sus grandes intereses.
En
el Cusco el 61% de la población no tiene desagüe y el 36% carece de
agua; en Apurímac la cifra es más elevada: 73% no tiene desagüe y
al 54% le falta agua. En nuestros departamentos más del 50% de la
población es rural y 7 de cada 10 niños de las provincias altas
sufren de desnutrición crónica.
Estos
mismos problemas se arrastran y crecen generación tras generación.
Los trabajadores campesinos y población empobrecida no debemos
depositar ninguna confianza en la supuesta solución mientras no
seamos nosotros los protagonistas y propulsores de descentralización
bajo la acción conjunta y desde nuestras propias organizaciones de
clase.
La
reforma del estado
A
Luchar (Liga Socialista), noviembre 2005
Bajo
este rótulo se viene dictando normas y legislando, sea desde el
gobierno, el parlamento o el Tribunal Constitucional. Una de éstas
fue la denominada "valla electoral" que pretendía moderar y
reducir el número de partidos o impedir la fragmentación partidaria,
y así lograr gobernabilidad política. Esto ha terminado
desnaturalizado por la tradicional incapacidad de los políticos y los
partidos actuales por establecer pautas duraderas, debido a que pesa
mucho el cálculo político y la visión de corto alcance sobre el
futuro del país. De esta manera su democracia representativa se aleja
y eventualmente divorcia de los intereses y demandas populares. La
valla electoral se ha convertido en un muro de contención de los
actuales partidos y políticos de turno, que excluye e impide el
surgimiento de alternativas populares. Se pretende consumar un
aprovechamiento descarado que prioriza los intereses de algunos
partidos menoscabando aun más la voluntad popular.
Otra
arista de la reforma del Estado burgués es la regionalización a través
de referéndum. Aprovechándose del legítimo reclamo del Perú
profundo en contra del centralismo, la burguesía pretendió hacer
pasar gato por liebre, pues en lugar de la descentralización,
implementa un acelerado proceso de regionalización que le permita
mantener las riendas del poder, cambiando un poco para que las cosas
continúen como están.
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